12/5/10

Jugando con fuego

“Cuando crece la inseguridad de los individuos (…) cuando el conflicto entre las clases y los grupos se agudiza y no encuentra ya una resolución simbólica en la esfera política; cuando el poder parece caer en el plano de lo real y aparece como algo particular al servicio de los intereses y apetitos de vulgares ambiciosos, para decirlo brevemente (…) entonces se desarrolla el fantasma del pueblo-uno, la búsqueda de una identidad sustancial, de un cuerpo social soldado a su cabeza, de un poder encarnador, de un Estado libre de división.”

Claude Lefort, La incertidumbre democrática.


Leo hoy sobre la preocupación de Noam Chomsky por la situación actual en EE.UU. y la combinación de frustración, desilusión, rabia justificada y la ausencia de una respuesta coherente por parte de la clase política a los problemas a los que se enfrentan los ciudadanos. Su reflexión sobre las diferencias entre la reacción popular ante la depresión posterior al crack del 29, que él vivió, y la actual, hacen pensar -y mucho.

Lo más preocupante, sin embargo, es su mención de la República de Weimar y la explicación de cómo el nacionalsocialismo no tuvo que derrotar al comunismo y a la socialdemocracia, sino limitarse a ocupar el vacío dejado por los conservadores y los liberales, condenados a la desaparición por la creciente desafección política y su incapacidad de actuar. Este avance de la ultra derecha casi “por omisión” me hace pensar en lo ocurrido en Badalona hace unos días, donde el PP distribuyó folletos equiparando inmigración e inseguridad; o en la nueva apelación de Sarkozy a la seguridad, la ley y el orden para hacer frente a unas encuestas desfavorables y a un crecidísimo Front National; o el creciente clima existente en Catalunya, dónde las propuestas de la extrema derecha en relación al empadronamiento de inmigrantes (y su acceso a los servicios públicos) son recibidas con un casi unánime “si, si, no hay que ir tan lejos, pero algo hay que hacer” y una aprobación ciudadana de medidas de este tipo que puede superar el 90%.

Parece que, en toda Europa, los partidos establecidos se han lanzado a la caza del electorado potencial de las opciones políticas de extrema derecha adoptando versiones “blandas” de las propuestas fascistas y autoritarias de los no-ya-tan-grupúsculos filo-fascistas.

Pues eso, jugando con fuego, con “f” de Frente Nacional.

Gemma Galdon Clavell

Se me ocurre, así, cómo hipótesis, que si llevamos años de delirio securitario (y de políticas acordes) y en realidad estamos todas y todos cada día más asustados y aislados, quizás alguien, en algún lugar, debería plantearse qué es realmente lo que favorece la creación de entornos seguros, en lugar de recetar sistemáticamente y sin explorar al paciente dos tazas de ordenanza cívica, una ración de privatización de espacio público y tres dosis de videovigilancia. Porque, como diría un colega, si la securización es la respuesta, ¿cuál era la pregunta? gemma.galdon@uab.cat

Público - España/12/05/2010

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