En el conjunto de sus propuestas subyace un fuerte sentimiento contra los Estados Unidos
Asunción, Paraguay, Miércoles 16 de Mayo de 2007
Editorial
El Paraguay no debe adherirse a los proyectos trasnochados de Chávez
Hugo Chávez, presidente de Venezuela, está efectuando una serie de iniciativas de alcance regional. En el conjunto de sus propuestas subyace un fuerte sentimiento contra los Estados Unidos y también -lo más grave- contra el sistema político democrático y respetuoso de las libertades individuales que desde sus nacimientos procuraron establecer las naciones del continente, e incluso ahora mismo está atentando contra la libertad de prensa y expresión, la madre de todas las libertades. Nuestro país no puede adherirse a proyectos delirantes impulsados por un gobernante guiado por el odio y la sed de poder, y no por el deseo de libertad, justicia y prosperidad para los pueblos de la región.
El Sr. Hugo Chávez, presidente de Venezuela, está efectuando una serie de propuestas de alcance regional. Está trabajando en la formulación –y la difusión– de una doctrina política a la que llama Socialismo del Siglo XXI y presenta además un proyecto de creación de un organismo regional que denomina ALBA, con el que quiere competir con el ALCA. Según las apariencias, también habría propiciado candidaturas presidenciales en varios países del continente que, salvo en el Perú, resultaron triunfantes. Se ha dedicado asimismo a vigorizar las Fuerzas Armadas de su país realizando importantes adquisiciones de armas y, paralelamente a ello, ha celebrado por lo menos un acuerdo referente a “cooperación técnica en materia de defensa” entre Venezuela y Bolivia. Procura además que Venezuela se convierta en breve en socio pleno del Mercosur y encabeza la oposición a los biocombustibles. Por fin, ha presentado asimismo la propuesta de creación del Banco del Sur, un organismo financiero basado en la riqueza petrolera y gasífera de su país, con el que querría sustituir al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otros organismos financieros internacionales.Se está, obviamente, ante un planteo general cuyo sentido parece apuntar a que su país, Venezuela, alcance un importante rol protagónico en nuestro continente.En el conjunto de propuestas subyace un fuerte sentimiento contra los Estados Unidos y también –lo más grave– contra el sistema político democrático y respetuoso de las libertades individuales que desde sus nacimientos procuraron establecer las naciones del continente, para instituir, en cambio, un tipo de estados omnipotentes y dirigistas, como es propio de un socialismo trasnochado que en el presente está siendo objeto de revisión hasta en China comunista.El Banco del Sur es un proyecto que debe ser particularmente observado, pues está proyectado para cooperar financieramente con los distintos estados nacionales, lo que en la práctica significará dinero fácil para aquellos gobiernos escasos de honestidad, pero que, oralmente al menos, se inclinen al Socialismo del Siglo XXI.Aparte de ello, todo el proyecto puede ser ínsitamente débil, pues no solo está ligado a una ideología fracasada en el mundo, sino que además se encuentra supeditado a una situación de incierta durabilidad.Quizá dependa por demás de la vigencia del protagonismo político que mantenga el Sr. Hugo Chávez en su país.La tentación de poder contar con una nueva y generosa fuente de recursos para el presente (y para el beneficio personal de algunos políticos locales) no es razón válida para que nuestro país entre en una aventura financiera como la de crear una institución dudosa como el Banco del Sur.Puede aquí incluso recordarse que el BID, nacido al impulso de ideas y políticas mucho más altas que las que animarían al Banco del Sur, ha perdido grandemente la confianza que tuvo en sus inicios, entre otros motivos, porque simplemente no produjo el “desarrollo'” que prometía su nombre. El proyecto de creación del Banco del Sur es, finalmente, algo a lo que nuestro país no puede adherirse por la sola decisión del Poder Ejecutivo o del Banco Central, sino que requiere la aceptación del Congreso.Mientras tanto, Chávez en su país está coartando las libertades de su pueblo, como ocurre ahora mismo en que ha decidido crear un canal oficialista para reemplazar a un popular canal privado que no es del agrado del régimen, al que no renueva la licencia, afectando así la libertad de prensa y de expresión, la madre de todas las libertades.Nuestro país no puede adherirse a proyectos delirantes impulsados por un gobernante guiado por el odio y la sed de poder, y no por el deseo de libertad, justicia y prosperidad para los pueblos de nuestra región.
ABC Digital
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