19/11/07

Letonia: una valoración de la política exterior de Riga

Letonia recuperó su independencia de la Unión Soviética en 1991. Desde entonces, el país ha emprendido un rápido proceso de reformas constitucionales, políticas, sociales y económicas que se han demostrado determinantes para alcanzar un notable objetivo: la integración en la Europa comunitaria y unida y en el sistema atlántico.Letonia se convirtió en miembro de la ONU el 17 de septiembre de 1991. 2004 fue un año histórico para la república báltica: el 29 de marzo se incorporó a la OTAN y el 1 de mayo, en la UE.
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Teresa Coratella
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El 4 de mayo Letonia declaró oficialmente su independencia de la Unión Soviética. Tras 50 años de ocupación, el país recuperó su soberanía territorial, política y jurídica. La república báltica emprendía así su camino hacia Europa y el Atlántico, principalmente para no quedarse aislada políticamente y para evitar un nuevo control por parte de Moscú.La incorporación letona al proceso de integración europea y atlántica no ha impedido, sin embargo, la participación del país en el proceso de cooperación dentro de la región centro-oriental y de la Europa Septentrional y báltica. De esta manera, Riga está fortaleciendo sus vínculos con sus vecinos del norte y con las pequeñas repúblicas fronterizas de Estonia y Lituania, así como con la Europa centro-oriental, sin olvidar por supuesto su relación especial con Rusia. Se podría decir que Rusia proporciona a Letonia el estímulo para mirar a Occidente, con el fin de progresar política y económicamente, y a Oriente, para no romper con su propio pasado.
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Objetivos en política exterior
El país es hoy una república parlamentaria consolidada, aunque aún existen obstáculos de carácter político y económico. El Parlamento está compuesto por una única Cámara, la Seima, a la que los partidos acceden si superan el 5% del sufragio.El 64% de la población votó a favor de la adhesión a la UE en un país en el que coexisten diversas realidades étnicas, además de la mayoría letona, las minorías rusa, bielorrusa, ucraniana, polaca y lituana.Los objetivos de Letonia desde el día después de su separación de la URSS fueron su independencia económica y política de Moscú, el acercamiento a los Estados Unidos y la integración en el sistema europeo y atlántico, la cooperación regional y el refuerzo de la política de seguridad nacional.En cuanto al primer punto, Rusia sigue siendo un actor determinante en la política de la república báltica, del mismo modo que lo es en el resto de ex repúblicas soviéticas. Por otro lado, Estados Unidos es el principal socio estratégico de muchos de estos mismos países. Fue precisamente EE.UU. quien respaldó en 1918 la independencia de las tres repúblicas báltica frente a Rusia . En 1994, ambos países firmaron la U.S.-Baltic Partnership Charter, con el objetivo de posibilitar y acelerar el proceso de integración de las repúblicas bálticas en el sistema europeo y atlántico.Los temas del actual diálogo entre Washington y Riga tienen que ver con las cuestiones del visado americano para ciudadanos letones, la lucha contra el terrorismo y la búsqueda de una solución válida para el problema de la energía. Es precisamente la cuestión energética la que sigue siendo motivo de tensiones, debido a la dependencia que Letonia mantiene respecto a Rusia en este sector. Letonia está además excluida del proyecto de gaseoducto ruso-alemán. Moscú no parece tener intención de querer abrir un diálogo bilateral acerca de la cuestión energética, ni con Letonia ni con ningún otro país abastecido por Gazprom. Letonia debe ahora decidir si quiere resolver este problema en clave europea, atlántica, o bien seguir dependiendo de Rusia. Esta última posibilidad implicaría quedar aislada de sus países vecinos. A pesar de que el país alberga numerosas estaciones de almacenamiento, sigue teniendo el inconveniente de que sus únicos socios en materia energética son Rusia y seguido de Lituania y Estonia. Por esta razón, Riga ha comenzado a trabajar para agilizar el diálogo regional y poder encontrar una solución al “problema del gas”.Pero no es sólo el tema de la energía el que hace que Rusia aún tenga una fuerte presencia en el país. De hecho, a pesar de que ya hayan pasado 17 años desde la independencia de la república báltica, las muestras de la influencia rusa están presentes por doquier. El Kremlin financia diversos periódicos, algunos entes locales, e incluso políticos hostiles al Gobierno, además de ejercer presión sobre el sector de la población de origen ruso, por los que algunos temen que el dinero que viene de Rusia pueda influenciar las decisiones del Gobierno.En definitiva, el Estado ruso resulta un vecino incómodo a la vez que importante. Riga quiere hacer más productivo el diálogo con Moscú, y por este motivo, está haciendo lo posible por hacer más constructivas las relaciones entre Rusia y la Unión Europea. Por lo que respecta a la integración europea, tras su ingreso como miembro de pleno derecho, Letonia se está esforzando por seguir respetando y consolidando los requisitos económicos, políticos, institucionales y sociales que Bruselas exigía en 1995, cuando comenzaron las negociaciones. El Gobierno letón está trabajando, junto a los Estados miembros de mayor tamaño, para promover una mayor competencia en su propio mercado, ingresar lo antes posible en la zona Schengen y en el Euro, y mejorar el sistema jegislativo y judicial nacional.El Gobierno ha decidido incrementar las reuniones bilaterales con cada miembro de la Unión Europea, pero sobre todo ha reforzado su participación en las diversas comisiones comunitarias. El país está jugando un papel activo en la propuesta de modificación de la Constitución Europea y respalda la posibilidad de una futura ampliación. La integración atlántica ha representado el segundo objetivo histórico, y se consiguió el día siguiente a la independencia. Si ser miembro de la UE significa formar parte de una comunidad económica, política e institucional, ser miembro de la OTAN significa formar parte de un sistema de defensa global al que recurrir en caso de peligro o ataque desde el exterior. La OTAN nació como respuesta a la posibilidad de invasión soviética, aunque esta finalidad ya no parece ser actual, por lo menos para los países europeos y occidentales.En este sentido, cabe recordar que Letonia participa activamente en las iniciativas y políticas de la región del Mar Báltico, que incluye a Lituania, Estonia, Polonia, Alemania, Dinamarca, Islandia, Noruega, Finlandia y Suecia. Letonia es miembro de pleno derecho del Consejo de Países del Mar Báltico, del que ahora mismo ostenta la presidencia y cuyos miembros pertenecen todos a la OTAN y a la UE. Se trata, pues, de una cooperación regional que se entrelaza con la europea, comunitaria y atlántica, ejerciendo, así, de elemento de unificación.Los países de la región báltica, además, están intentando implicarse lo máximo posible en sus iniciativas a Rusia, el histórico vencido, y a Estados Unidos, la potencia mundial. Letonia también es una activa promotora de la Dimensión Nórdica, un plan llevado a cabo por la Unión Europea, Islandia, Rusia y Noruega y que tiene como observadores a Estados Unidos y Canadá. El proyecto tiene como objetivo la cooperación regional y la mejora cualitativa de las condiciones de vida de los habitantes de la región septentrional de Europa. Este tipo de diplomacia multilateral está sustituyendo poco a poco al sistema de relaciones bilaterales entre países.Queda por solucionar el problema de la seguridad nacional. Rusia ya no debería significar una amenaza importante, como tampoco lo deberían ser ninguno de los estados vecinos, a pesar de que siguen llegando mensajes desestabilizadores desde Moscú.De hecho, según noticias recientes, el Gobierno ruso parece tener intención de desplegar misiles en territorio bielorruso, como respuesta y a la vez provocación al proyecto de escudo antimisiles estadounidense. Bielorrusia, por su parte, a pesar de no compartir frontera con Letonia, sigue jugando un papel significativo a nivel regional.Además, la Duma ha votado recientemente en favor de la retirada de Rusia del Tratado de las Fuerzas Convencionales en Europa, acuerdo que se firmó en 1990 y que simbolizó el fin de la Guerra Fría. En aquel momento, el acuerdo fue firmado por la OTAN y los países del Pacto de Varsovia. Tras la caída de la Unión Soviética y el nacimiento de los nuevos Estados que le sucedió, Rusia esperó hasta 2004 para ratificar el pacto y ahora amenaza con retirarse de ese acuerdo, que prevé notables limitaciones en los arsenales militares de cada país. Por supuesto, Letonia no debería sufrir consecuencias directas a raíz de la decisión rusa, pero eso no quita que el país quiera tener garantías sólidas respecto a su soberanía, no tanto en el ámbito territorial como político.
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Conclusiones
Rusia, aun después del fin del Pacto de Varsovia, sigue siendo un actor clave para la seguridad en la región báltica. En consecuencia, las principales decisiones en política exterior de Letonia están relacionadas con la necesidad de contener los intentos de Moscú por recuperar su influencia. Estados Unidos, en su papel de líder de la OTAN y de mayor potencia global, apoya las iniciativas de Letonia en el campo político, económico y energético. La Unión Europea, la OTAN y los vecinos regionales ofrecen a Riga los instrumentos de relación y cooperación que el Gobierno considera necesarios para mejorar la seguridad y la prosperidad del país. Letonia sufre aún, sin embargo, de una fuerte dependencia energética, aunque sería potencialmente capaz de aliviarla si reforzara la cooperación regional y continental.
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Traducción de Mauro Sturlese
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Equilibri.net - Italy/19/11/2007

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