Dos museos efímeros para la contemplación del arte en Madrid
art MADRID y ARCO como escaparate del panorama artístico actual
“self portrait as hb II”, de Jaume Plensa -
Jana Álvarez Pacheco
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art MADRID se presenta como una feria clasicista, entendiendo lo clásico, como sinónimo de elegante. Paseas por la feria y sientes respirar una clase social elevada. Coleccionistas que pueden permitirse caprichos artísticos de muy buen gusto. No hay demasiada cabida al riesgo o la novedad. Se juzga con elegancia y se desecha por aversión o preferencia, no por desidia o rabia. art MADRID se presenta como un cuadro impresionista lleno de luz y pinceladas que causan en el espectador una impresión ilusoria de modernidad, lejos del caos y el desorden por el que suele prejuzgarse al arte contemporáneo. El público, según la directora de la feria, Gema Lazcano es “entendido, ávido de asimilar lo que percibe, y esencialmente amante del arte”.
Muy diferente es el clima que se respira en ARCO, donde la violencia es la nota predominante en una sinfonía de artistas contemporáneos que buscan la sorpresa, la provocación, y en ocasiones, incluso el rechazo.
ARCO es innovación y riesgo. Ha mostrado en su 27 edición un amplio panorama donde la libertad de creación está presente en todas las propuestas artísticas. El video, la instalación, la creación digital, la fotografía, el net art, tienen cabida en está feria, convirtiéndola en una de las más prestigiosas del mundo.
En art MADRID, hemos sentido cierta nostalgia, por la presencia de estas categorías, quizá menos comerciales, pero igualmente enriquecedoras en una feria de arte. Ahora bien, no podemos desprestigiar esta edición por la ausencia del video o las instalaciones, ya que ha sido recompensada con la presencia de los grandes maestros y el descubrimiento de algunos artistas. Así hemos visto la presencia de Tápies, Valdés, Gordillo, Barceló, Saura, y el siempre recurrente Miró, que tantos beneficios aporta al comercio del arte y a las galerías.
En cuanto a los artitas de la siguiente generación, y más emergentes en la actualidad, podemos destacar la presencia de Jaume Plensa, Pep Bofil, Francesc Torres, y la gran protagonista de la feria, Carmen Calvo.
La tercera edición de art MADRID, ha contado 80 galerías, de las cuales 59 han sido españolas, aumentando así el número de la edición pasada. El resto, 21, proceden de otros doce países: 6 sudamericanas, 4 procedentes de Norteamérica, 10 europeas y una, coreana, fomentando así el comercio internacional del mercado del arte.
La feria contó con un pabellón dedicado al arte Latinoamericano, que surge como iniciativa de Trazos Gallery, mostrando un fuerte apoyo a jóvenes artistas extranjeros, que tienen la oportunidad de dar a conocer su obra. Muy destacable en esta sección, la galería Galiano, de la Ciudad de Cuba, que ha participado en la feria desde su primera edición, con artistas como Kelvin López y Luís E. Camejo. Por otra parte, ha sido muy interesante la muestra de la galería Toulouse de Brasil, como uno de los mayores ejemplos de contemporaneidad.
De entre las galerías españolas han destacado, dos catalanas: Carme Espinet, con el fotógrafo Xavier Deltell, como gran protagonista, y la Sala de arte El Quatre, que en su largo recorrido ha mostrado un gran apoyo a jóvenes artistas, y ha expuesto en la feria varias de las esculturas de Jesús Curia, artista madrileño, que ha mostrado una vez más gran elegancia y habilidad técnica en cada una de sus piezas.
Del otro lado, más al norte de Madrid, las galerías pertenecientes a ARCO responden a un claro objetivo diferente ante un público cada vez más exigente por encontrar la novedad. Se recurre para ello a la provocación y el hiperrealismo de algunas esculturas morbosas y escalofriantes, como las de Enrique Marty o el artista belga Jean Fabre, que desafían la sensibilidad del espectador, que sigue asombrándose por la presencia de la violencia en el arte, pero las asume en las imágenes reales de la vida diaria.
Según la presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre, ARCO es “sinónimo de libertad y pluralidad, valores que los madrileños compartimos y que gracias a ARCO, proyectamos al mundo entero”. Lástima que los valores artísticos no sean extensibles a la política.
Brasil ha sido el país invitado de esta edición y ha dejado el pabellón muy alto, mostrando las últimas tendencias de su país y representando el panorama artístico latinoamericano actual. El pabellón brasileño ha sido, sin duda, el protagonista de la feria. Su recorrido suponía la inmersión del espectador en la realidad artística y social de éste país, como ya había sucedido en la edición pasada con Corea. Una vez más, el arte se presenta como espejo de la cultura, y ARCO se convierte en una vitrina que muestra las preocupaciones sociales de cada país.
En cuanto al comercio, el balance de ARCO ha sido positivo según la comisaria Lourdes Fernández. Aunque no se han superado las cifras de la edición pasada, las galerías españolas han alcanzado un mayor porcentaje de ventas que las extranjeras, y art MADRID ha aumentado su venta en un 10%. Al parecer en ciertos sectores no se nota la crisis. Y las críticas feroces al tipo de mercado siguen estando muy presentes. Pero hay que ampliar la visión. Tenemos la oportunidad de concebir estas ferias desde dos puntos de vista distintos. Por un lado como el gran ojo comerciante y enriquecedor, y por otro como una actividad lúdica de la que podemos disfrutar aquellas personas interesadas en el mundo del arte, y es que la valoración artística poco tiene q ver con las cifras. ¿Qué importa si se han alcanzado los objetivos? Señores, el valor radica en que ARCO un año más, ha conseguido desafiar al espectador y abrir la posibilidad de descubrir un mundo paralelo de fantasía y provocación, que sirve de referente para acercarse al panorama artístico actual en 41 países distintos, representados por 295 galerías, de las cuales 41 son nuevas con respecto al año anterior. Además de contar con un nuevo espacio, ARCO 40 que ha reunido propuestas recientes de nuevos artistas.
Ambas ferias han convirtiendo a Madrid en un punto privilegiado para el encuentro internacional de las artes. Un año más hemos saciado nuestra curiosidad y hemos apreciado el espíritu de innovación y la velocidad de evolución del arte. La mesa está servida hasta el año que viene, y ahora solo nos queda disfrutar de todas aquellas huellas que ambas ferias han dejado en Madrid. Brasil como país invitado en ARCO estará presente en el Museo Nacional de arte Reina Sofía con la exposición de José Damsceno, Cordenadas y apariciones desde el 9 de febrero al 19 de mayo. Y en Generación 2008, en la Casa Encendida podemos disfrutar de la presencia del artista brasileño, Marion Souza de Azambuja.
art MADRID se presenta como una feria clasicista, entendiendo lo clásico, como sinónimo de elegante. Paseas por la feria y sientes respirar una clase social elevada. Coleccionistas que pueden permitirse caprichos artísticos de muy buen gusto. No hay demasiada cabida al riesgo o la novedad. Se juzga con elegancia y se desecha por aversión o preferencia, no por desidia o rabia. art MADRID se presenta como un cuadro impresionista lleno de luz y pinceladas que causan en el espectador una impresión ilusoria de modernidad, lejos del caos y el desorden por el que suele prejuzgarse al arte contemporáneo. El público, según la directora de la feria, Gema Lazcano es “entendido, ávido de asimilar lo que percibe, y esencialmente amante del arte”.
Muy diferente es el clima que se respira en ARCO, donde la violencia es la nota predominante en una sinfonía de artistas contemporáneos que buscan la sorpresa, la provocación, y en ocasiones, incluso el rechazo.
ARCO es innovación y riesgo. Ha mostrado en su 27 edición un amplio panorama donde la libertad de creación está presente en todas las propuestas artísticas. El video, la instalación, la creación digital, la fotografía, el net art, tienen cabida en está feria, convirtiéndola en una de las más prestigiosas del mundo.
En art MADRID, hemos sentido cierta nostalgia, por la presencia de estas categorías, quizá menos comerciales, pero igualmente enriquecedoras en una feria de arte. Ahora bien, no podemos desprestigiar esta edición por la ausencia del video o las instalaciones, ya que ha sido recompensada con la presencia de los grandes maestros y el descubrimiento de algunos artistas. Así hemos visto la presencia de Tápies, Valdés, Gordillo, Barceló, Saura, y el siempre recurrente Miró, que tantos beneficios aporta al comercio del arte y a las galerías.
En cuanto a los artitas de la siguiente generación, y más emergentes en la actualidad, podemos destacar la presencia de Jaume Plensa, Pep Bofil, Francesc Torres, y la gran protagonista de la feria, Carmen Calvo.
La tercera edición de art MADRID, ha contado 80 galerías, de las cuales 59 han sido españolas, aumentando así el número de la edición pasada. El resto, 21, proceden de otros doce países: 6 sudamericanas, 4 procedentes de Norteamérica, 10 europeas y una, coreana, fomentando así el comercio internacional del mercado del arte.
La feria contó con un pabellón dedicado al arte Latinoamericano, que surge como iniciativa de Trazos Gallery, mostrando un fuerte apoyo a jóvenes artistas extranjeros, que tienen la oportunidad de dar a conocer su obra. Muy destacable en esta sección, la galería Galiano, de la Ciudad de Cuba, que ha participado en la feria desde su primera edición, con artistas como Kelvin López y Luís E. Camejo. Por otra parte, ha sido muy interesante la muestra de la galería Toulouse de Brasil, como uno de los mayores ejemplos de contemporaneidad.
De entre las galerías españolas han destacado, dos catalanas: Carme Espinet, con el fotógrafo Xavier Deltell, como gran protagonista, y la Sala de arte El Quatre, que en su largo recorrido ha mostrado un gran apoyo a jóvenes artistas, y ha expuesto en la feria varias de las esculturas de Jesús Curia, artista madrileño, que ha mostrado una vez más gran elegancia y habilidad técnica en cada una de sus piezas.
Del otro lado, más al norte de Madrid, las galerías pertenecientes a ARCO responden a un claro objetivo diferente ante un público cada vez más exigente por encontrar la novedad. Se recurre para ello a la provocación y el hiperrealismo de algunas esculturas morbosas y escalofriantes, como las de Enrique Marty o el artista belga Jean Fabre, que desafían la sensibilidad del espectador, que sigue asombrándose por la presencia de la violencia en el arte, pero las asume en las imágenes reales de la vida diaria.
Según la presidenta de la comunidad, Esperanza Aguirre, ARCO es “sinónimo de libertad y pluralidad, valores que los madrileños compartimos y que gracias a ARCO, proyectamos al mundo entero”. Lástima que los valores artísticos no sean extensibles a la política.
Brasil ha sido el país invitado de esta edición y ha dejado el pabellón muy alto, mostrando las últimas tendencias de su país y representando el panorama artístico latinoamericano actual. El pabellón brasileño ha sido, sin duda, el protagonista de la feria. Su recorrido suponía la inmersión del espectador en la realidad artística y social de éste país, como ya había sucedido en la edición pasada con Corea. Una vez más, el arte se presenta como espejo de la cultura, y ARCO se convierte en una vitrina que muestra las preocupaciones sociales de cada país.
En cuanto al comercio, el balance de ARCO ha sido positivo según la comisaria Lourdes Fernández. Aunque no se han superado las cifras de la edición pasada, las galerías españolas han alcanzado un mayor porcentaje de ventas que las extranjeras, y art MADRID ha aumentado su venta en un 10%. Al parecer en ciertos sectores no se nota la crisis. Y las críticas feroces al tipo de mercado siguen estando muy presentes. Pero hay que ampliar la visión. Tenemos la oportunidad de concebir estas ferias desde dos puntos de vista distintos. Por un lado como el gran ojo comerciante y enriquecedor, y por otro como una actividad lúdica de la que podemos disfrutar aquellas personas interesadas en el mundo del arte, y es que la valoración artística poco tiene q ver con las cifras. ¿Qué importa si se han alcanzado los objetivos? Señores, el valor radica en que ARCO un año más, ha conseguido desafiar al espectador y abrir la posibilidad de descubrir un mundo paralelo de fantasía y provocación, que sirve de referente para acercarse al panorama artístico actual en 41 países distintos, representados por 295 galerías, de las cuales 41 son nuevas con respecto al año anterior. Además de contar con un nuevo espacio, ARCO 40 que ha reunido propuestas recientes de nuevos artistas.
Ambas ferias han convirtiendo a Madrid en un punto privilegiado para el encuentro internacional de las artes. Un año más hemos saciado nuestra curiosidad y hemos apreciado el espíritu de innovación y la velocidad de evolución del arte. La mesa está servida hasta el año que viene, y ahora solo nos queda disfrutar de todas aquellas huellas que ambas ferias han dejado en Madrid. Brasil como país invitado en ARCO estará presente en el Museo Nacional de arte Reina Sofía con la exposición de José Damsceno, Cordenadas y apariciones desde el 9 de febrero al 19 de mayo. Y en Generación 2008, en la Casa Encendida podemos disfrutar de la presencia del artista brasileño, Marion Souza de Azambuja.
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laRepúblicaCultural.es - España/22/02/2008
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