ESCARBANDO...LQ somos.
Dios el padre de lo irracional
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Todos los argumentos a favor de la supuesta existencia de un Dios, así como todos sus atributos, son basados en una falsa primicia. Ninguno de ellos puede sobrevivir a un examen más profundo que la simple negación. Solamente lo existente es que existe. Solo lo real existe. Solo lo natural existe. La existencia es un factor primordial: la existencia no fue creada, ella es indestructible y eterna. La existencia es un factor indiscutible. Pues resulta que para discutir la existencia tendríamos que usar argumentos de no existencia y eso sería un absurdo.
Tenemos que aceptar la existencia tal cual ella es. Si nos proponen algo a cima de la existencia, tendríamos que hacer eso recurriendo a algo además de lo existencial, además de lo real. Y para poder hacer eso tendríamos que librarnos de la Razón. Negar pruebas, definiciones, argumentos lógicos, etc. Tendrás que decir: “Tengo fe y con eso basta”. Ese concepto es un “auxilio” total a lo irracional, pues resulta que negar la razón es reconocer lo irracional.
Trascendental es sinónimo de irracional. La única fuente del conocimiento es lo existencial. De esta manera podemos conocer lo existencial a través de la ciencia y la razón. No podemos justificar lo que existe haciéndonos vales de lo que no existe. No podemos justificar lo existente por lo no existente. Si en eso es lo que consiste la fe, entonces ella es un descomunal absurdo. La locura es una fuga de la realidad. Si la fe está situada por encima o por debajo de la realidad, entonces ella es una locura. Es algo irracional.
El naturalismo es la creencia de que todo lo que existe puede ser confirmado como hechos irreversibles. Que la respuesta a todo está en la propia naturaleza. En el propio universo y no fuera de él. El naturalismo rechaza la creencia de que las causas del universo se encuentren fuera de él. Siendo así refuta cualquier forma de panteísmo, teísmos o deísmos. El niega cualquier forma de paranormal. Nada es obra de lo paranormal, es decir, estar fueras de las experiencias normales o de los fenómenos explicables científicamente. Las respuestas a todo está aquí mismo. La creencia en lo paranormal solo lleva a juegos semánticos y no al conocimiento.
Así pues, no solamente ese personaje conocido por algunos y desconocido por otros, “Dios”, como cualquier otra forma de creencia en lo paranormal es repudiado por el naturalismo. Naturalismo no escepticismo. Él es la ciencia de lo existencial y la negación de lo paranormal en todas sus formas. Obviamente y siendo la mayor manifestación de lo paranormal ese Dios y negándolo, estaremos repudiando los otros fenómenos irracionales. Por lo tanto, solamente nos queda decir que ese o cualquier Dios es el padre de lo paranoico, irracional.
Dos afirmaciones son axiomáticas. Categóricas y absolutas, por encima de cualquier discusión. Existe la existencia y la consciencia ¿Cuál depende la una de la otra? ¿Es posible que exista una consciencia sin que haya un algo para que ella lo perciba? No. Categóricamente, no. La existencia no depende de la consciencia, pero sí que la consciencia depende de la existencia. Tener consciencia es tener capacidad de percibir aquello que existe. Es pues la capacidad de percibir lo que es real.
Si no existe absolutamente nada, la consciencia es una imposibilidad. ¿Cómo puede haber una consciencia consciente apenas de sí misma? Es eso precisamente lo que llaman de Dios ante de la creación. Antes del universo. Una consciencia consciente de la nada. Eso tiene un nombre. Su nombre es inconsciencia. ¿Dios es inconsciencia? Pues una consciencia que no es consciente de absolutamente nada, no pasa de una inconsciencia. En una palabra: es una tremenda contradicción.
Tener consciencia implica tener un objeto en la consciencia y ese objeto tiene que ser real. Tiene que ser algo existente. Así pues, la existencia siempre precede a la consciencia; no lo contrario. Por supuesto, siendo así, Dios no existe.
Según la Biblia y Evangelios, ellos nos dicen que Dios tenía consciencia de un objetivo, y ese objetivo era él mismo. Pero eso nos lleva a una gran contradicción. Para que una consciencia exista, es necesario que haya un objetivo en la misma y ese objetivo no puede ser él mismo. Es lo existencial lo que crea la consciencia y no la consciencia la que crea lo existencial.
Existen millones de planetas y estrellas sin ningún ser vivo conscientemente en ellos, pero nunca se ha escuchado decir que halla una consciencia en algún lugar, que existiese sin más nada, absolutamente nada al su alrededor.
Hasta el conocimiento del lugar o espacio implica en la existencia de algo fuera de la consciencia. La consciencia es como un espejo; refleja lo existencial. No lo existencial que refleja la consciencia. Lo que es interesante es como toda forma del misticismo parece querer que invirtamos ese proceso.
Si nos dicen que fulano percibe algo que de verdad no existe, o lo que está percibiendo no se puede llamar de consciencia, entonces le podremos llamar a eso de alucinación o enajenación, pero no de consciencia.
Nunca escuchamos hablar de una imaginación basada en lo absolutamente nada. La imaginación es una combinación de imágenes sacadas de lo existencial. Sin lo existencial no podemos tener consciencia y sin esta desaparece la imaginación. Podemos decir lo mismo de la alucinación o de cualquier otra forma que el mundo mental pueda asumir.
Aquello que genera la consciencia en sí mismo, es un proceso inconsciente. El cerebro fue hecho para captar todo lo que existe. A pesar de él mismo y a su ve existir, está vuelto para el exterior y no para el interior. El cerebro lo percibe todo, pero no se percibe así mismo. Él es fuente del placer y del dolor, pero él mismo no siente nada. Todos los pensamientos y sentimientos ocurren en el cerebro. La consciencia también ocurre en el cerebro, es totalmente dependiente de él.
La consciencia es pues un proceso físico y totalmente dependiente de la consciencia. ¿No sería una demostración de que sin el universo una consciencia es inconcebible.
Todos los argumentos a favor de la supuesta existencia de un Dios, así como todos sus atributos, son basados en una falsa primicia. Ninguno de ellos puede sobrevivir a un examen más profundo que la simple negación. Solamente lo existente es que existe. Solo lo real existe. Solo lo natural existe. La existencia es un factor primordial: la existencia no fue creada, ella es indestructible y eterna. La existencia es un factor indiscutible. Pues resulta que para discutir la existencia tendríamos que usar argumentos de no existencia y eso sería un absurdo.
Tenemos que aceptar la existencia tal cual ella es. Si nos proponen algo a cima de la existencia, tendríamos que hacer eso recurriendo a algo además de lo existencial, además de lo real. Y para poder hacer eso tendríamos que librarnos de la Razón. Negar pruebas, definiciones, argumentos lógicos, etc. Tendrás que decir: “Tengo fe y con eso basta”. Ese concepto es un “auxilio” total a lo irracional, pues resulta que negar la razón es reconocer lo irracional.
Trascendental es sinónimo de irracional. La única fuente del conocimiento es lo existencial. De esta manera podemos conocer lo existencial a través de la ciencia y la razón. No podemos justificar lo que existe haciéndonos vales de lo que no existe. No podemos justificar lo existente por lo no existente. Si en eso es lo que consiste la fe, entonces ella es un descomunal absurdo. La locura es una fuga de la realidad. Si la fe está situada por encima o por debajo de la realidad, entonces ella es una locura. Es algo irracional.
El naturalismo es la creencia de que todo lo que existe puede ser confirmado como hechos irreversibles. Que la respuesta a todo está en la propia naturaleza. En el propio universo y no fuera de él. El naturalismo rechaza la creencia de que las causas del universo se encuentren fuera de él. Siendo así refuta cualquier forma de panteísmo, teísmos o deísmos. El niega cualquier forma de paranormal. Nada es obra de lo paranormal, es decir, estar fueras de las experiencias normales o de los fenómenos explicables científicamente. Las respuestas a todo está aquí mismo. La creencia en lo paranormal solo lleva a juegos semánticos y no al conocimiento.
Así pues, no solamente ese personaje conocido por algunos y desconocido por otros, “Dios”, como cualquier otra forma de creencia en lo paranormal es repudiado por el naturalismo. Naturalismo no escepticismo. Él es la ciencia de lo existencial y la negación de lo paranormal en todas sus formas. Obviamente y siendo la mayor manifestación de lo paranormal ese Dios y negándolo, estaremos repudiando los otros fenómenos irracionales. Por lo tanto, solamente nos queda decir que ese o cualquier Dios es el padre de lo paranoico, irracional.
Dos afirmaciones son axiomáticas. Categóricas y absolutas, por encima de cualquier discusión. Existe la existencia y la consciencia ¿Cuál depende la una de la otra? ¿Es posible que exista una consciencia sin que haya un algo para que ella lo perciba? No. Categóricamente, no. La existencia no depende de la consciencia, pero sí que la consciencia depende de la existencia. Tener consciencia es tener capacidad de percibir aquello que existe. Es pues la capacidad de percibir lo que es real.
Si no existe absolutamente nada, la consciencia es una imposibilidad. ¿Cómo puede haber una consciencia consciente apenas de sí misma? Es eso precisamente lo que llaman de Dios ante de la creación. Antes del universo. Una consciencia consciente de la nada. Eso tiene un nombre. Su nombre es inconsciencia. ¿Dios es inconsciencia? Pues una consciencia que no es consciente de absolutamente nada, no pasa de una inconsciencia. En una palabra: es una tremenda contradicción.
Tener consciencia implica tener un objeto en la consciencia y ese objeto tiene que ser real. Tiene que ser algo existente. Así pues, la existencia siempre precede a la consciencia; no lo contrario. Por supuesto, siendo así, Dios no existe.
Según la Biblia y Evangelios, ellos nos dicen que Dios tenía consciencia de un objetivo, y ese objetivo era él mismo. Pero eso nos lleva a una gran contradicción. Para que una consciencia exista, es necesario que haya un objetivo en la misma y ese objetivo no puede ser él mismo. Es lo existencial lo que crea la consciencia y no la consciencia la que crea lo existencial.
Existen millones de planetas y estrellas sin ningún ser vivo conscientemente en ellos, pero nunca se ha escuchado decir que halla una consciencia en algún lugar, que existiese sin más nada, absolutamente nada al su alrededor.
Hasta el conocimiento del lugar o espacio implica en la existencia de algo fuera de la consciencia. La consciencia es como un espejo; refleja lo existencial. No lo existencial que refleja la consciencia. Lo que es interesante es como toda forma del misticismo parece querer que invirtamos ese proceso.
Si nos dicen que fulano percibe algo que de verdad no existe, o lo que está percibiendo no se puede llamar de consciencia, entonces le podremos llamar a eso de alucinación o enajenación, pero no de consciencia.
Nunca escuchamos hablar de una imaginación basada en lo absolutamente nada. La imaginación es una combinación de imágenes sacadas de lo existencial. Sin lo existencial no podemos tener consciencia y sin esta desaparece la imaginación. Podemos decir lo mismo de la alucinación o de cualquier otra forma que el mundo mental pueda asumir.
Aquello que genera la consciencia en sí mismo, es un proceso inconsciente. El cerebro fue hecho para captar todo lo que existe. A pesar de él mismo y a su ve existir, está vuelto para el exterior y no para el interior. El cerebro lo percibe todo, pero no se percibe así mismo. Él es fuente del placer y del dolor, pero él mismo no siente nada. Todos los pensamientos y sentimientos ocurren en el cerebro. La consciencia también ocurre en el cerebro, es totalmente dependiente de él.
La consciencia es pues un proceso físico y totalmente dependiente de la consciencia. ¿No sería una demostración de que sin el universo una consciencia es inconcebible.
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LQSomos. Zerimar Ilosit. Marzo de 2008
LQSomos. Zerimar Ilosit. Marzo de 2008
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LQSomos/22/03/2008
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