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Las apariciones de “María”

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Si alguien viene y nos dice que ha tenido unas apariciones, pensamos inmediatamente en que esta persona ha “visto fantasmas”, o vulgarmente de que “le está faltando un tornillo”. En concreto, todo termina en bromas, chistes e infelizmente a veces hasta que en peleas… Sin embargo, si nos vienen diciendo que se le ha aparecido la denominada, para los católicos, Virgen María, u otros “santos” por el estilo, entonces ahí la cosa varía y toma un matiz mucho más “serio”, auque primeramente tiene que pasar por las investigaciones del “abogado del diablo” y una vez “probado las tales apariciones y sus correspondientes milagros”, es decir, probado el posible negocio, es cuestión de montárselo lo más rápido posible. A todo esto la ciencia, “la temida y atea ciencia” no consigue probar nada de esas “apariciones” ya que no reconoce que por ejemplo, el auténtico color verde tenga que ser rojo porque así lo dice la infalibilidad de los dogmas católicos y otros por el estilo. Curiosamente “aparecido” quiere decir espectro de un difunto…
Es pues, y aunque hoy día estas cosas no ocurren con frecuencia como en tiempos pretéritos, sí algunas veces esporádicamente y no acostumbran darle tanta publicidad, habitualmente terminar por ser una chaladura y hasta sin importancia. Por lo tanto, aquí le daremos un vistazo a la historia en la cual debido al atraso secular que en aquellos momentos existían (no muy lejos de los actuales en esa materia), donde no se podía cuestionar esos misterios, todos creían las auténticas “apariciones y correspondientes milagros”. Empezaremos el recorrido cronológicamente y haciendo referencia a tres “apariciones”, en Europa y América Latina. La más antigua “ocurrió” en la España romanizada. ¡No podía ser en otro país!, por lo que la “razón les amparan” que la actual iglesia española no quiera perder esos grandes privilegios que les dura 2000 años, a pesar que el poder le fue concedido definitivamente e oficial desde Recaredo I, allá por el 850 d.n.e.

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La Virgen del Pilar

Según la tradición, es decir, transmisión oral de leyendas, mitos, supersticiones, etc., existen unos documentos del siglo XIII que se conservan (por supuesto) en la catedral de Zaragoza, y que se remontan a la época inmediata posterior a la supuesta Ascensión de Jesucristo a los cielos. Dicen estos que por aquél entonces los apóstoles fortalecidos por el denominado Espíritu Santo, predicaban el evangelio en el año 40 d.n.e. de oído. Conviene insistir que los tales evangelios, según las propias crónicas cristianas esos “hechos” no se empezaron a escribir hasta 50-60 y etc. años posteriores al asesinato de Jesús; lo citamos como dato anecdótico o aclaratorio. Siguiendo con el tema, el apóstol Santiago el Mayor, (posteriormente patrón de las Españas y conocido también como mata moros), hermano de san Juan e hijos de Zebedeo, él ya predicaba por estas tierras, la entonces Hispania romana. Los documentos dicen textualmente que Santiago: Llegó con sus nuevos discípulos al territorio que se llamaba Celtiberia, donde estaba situada la ciudad de Zaragoza, en la ribera del Ebro. En la noche del 2 de enero del citado año 40 (haciendo un frío de los que no hace ahora), Santiago y los suyos estaban junto al río Ebro cuando de repente oyó voces (¿él solo?) de ángeles que cantaban Ave María, grata plena y vio aparecer a la Virgen madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol. La Virgen que aún vivía allá en Palestina en carne y hueso, le pidió al apóstol que le construyese allí mismo una iglesia, con el altar en torno al pilar… Creemos que con este resumen “histórico” es más que suficiente para que los libre-pensadores y ateos por un lado y los creyentes por otro puedan sacar sus conclusiones. Llamar la atención que en todas las “apariciones”, en este caso de la Virgen María, todas piden una iglesia en la cual no van a vivir físicamente y siempre costeada por los ignorantes de turno, como ocurre ahora. La pregunta obvia sería que si ella o el santo de turno son tan “milagreros” ¿por qué no construyen ellos mismo esa catedral, iglesia, capilla, santuario, etc.?

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La Virgen de Lourdes

El 11 de febrero de 1858, (por supuesto, antes de llegar a esta fecha hubo un sin fin de“apariciones” que no vamos a entrar en detalles y sí en estas que se ha escogido), Bernardette, una niña de 14 años, recogía leña en Massbielle, a las afueras de Lourdes, cuando acercándose a una gruta se sorprendió al ver una nube dorada y una señora vestida de blanco, con los pies descalzos cubiertos por rosas doradas, que parecían apoyase sobre las ramas de un rosal; en la cintura tenía una ancha cinta azul; sus manos juntas estaban en posición de oración y llevaba un rosario. En un principio la muchacha se asustó, pero luego comenzó a rezar el rosario, la Virgen María que rezaba también, retrocedió hasta la gruta y desapareció. Estas apariciones se repitieron 18 veces hasta el 16 de julio. En una de ellas le preguntó ¿quién era?, a la que María le respondió: “Yo soy la Inmaculada Concepción”. En ese día se le apareció por última vez y se despidió de Bernardette…, y colorín colorado este cuento se ha acabado…

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La Virgen de Fatima

La siguiente aparición ocurrió 59 años posteriores y en plena primera guerra mundial, que no por eso fue evitada “milagrosamente” ni tampoco lo fue la segunda, ni ningunas otras desde entonces y a pesar de que se le hizo el santuario y aún los católicos continúan rezando hasta la saciedad… Esta vez ocurrieron en el también vecino país de Portugal y las “apariciones” fueron a 3 muchachitos, Lucia de Jesús dos Santos (10 años, y el nombre es apropiado…); Francisco Martos (9 años) y Jacinta Martos (7 años). Ellos afirmaban haber visto a la Virgen María el 13 de mayo de 1817, cuando apacentaban un pequeño rebaño en Cova da Ira. Según los relatos posteriores a los supuestos acontecimientos, alrededor del medio día, después de haber rezado el rosario, como era costumbre, los chavales habían visto una luz brillante; pensado de que fuese un relámpago, decidieron marcharse, pero posteriormente bajó una gran claridad iluminando todo aquel espacio, y habrían visto en cima de un montículo, donde hoy se encuentra la capilla de las apariciones, una “señora más brillante que el sol”, de cuyas manos colgaba un rosario blanco. En la versión de los niñ@s, la señora había dicho que era necesario rezar mucho y que tendría convidado a ellos a que volvieran al mismo lugar el día 13 de los próximos 5 meses. Ahí empezaron lo que todos conocemos como lugares de peregrinación y “milagros” concretamente en estos 3 países europeos y latinos. Ahora continuamos con otros 3 y cronológicamente con sus “apariciones” y diríamos que hasta con “caprichitos” de sus protagonistas de turno…

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La Virgen de Guadalupe

Corría el año de gracia del Señor de 1531. Caminaba un indio de nombre Juan Diego por las orillas del cerro que se llamaba Tepeyac, y de pronto oyó una dulce voz; volvió la cabeza y vio una bellísima señora que le miraba tiernamente y le dijo: “Yo soy la siempre Virgen María, madre del verdadero Dios.”. La Virgen le pidió a Juan Diego que fuera a ver el obispo Zumárraga para que en ese lugar le edificara un templo. Varias veces se le apareció la Virgen de Guadalupe a Juan Diego cuando pasaba por el campo para ir a misa, porque él iba todos los días y le pedía lo mismo, pero el obispo no le creía. ¡No era para menos…! ¿Y por qué no la construyó ella misma milagrosamente, o fue a pedírselo al propio obispo y no por intermedio de un indio analfabeto y fanático? ¡Es un decir…!

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La Virgen de Lujan

La historia de esta “aparición” que no lo fue tal, por lo que se puede deducir consistió en una terquedad, el quererse quedar en un determinado lugar la “milagrosa imagen”, algo habitual en estos asuntos de misterios dogmáticos. Los “hechos” se remontan a 1630, cuando un portugués pide a un amigo marinero de Brasil la imagen de una Virgen, para venerarla en la capilla que estaba construyendo en su estancia ubicada en Sumampa (Santiago del Estero). Lo que no está claro es el porqué el tal amigo le envió dos imágenes, una de ellas es mostrada en el denominado misterio de la Inmaculada Concepción que es la que se encuentra un Luján; la otra con el niño Jesús en sus brazos que llegó a Santiago de Estero. Las imágenes fueron transportadas hasta el puerto de Buenos Aires y de ahí en carroza hacia el norte. Pararon en la estancia de don Diego Rosendo a orillas del río Luján. Al reemprender la marcha al día siguiente, los bueyes no pudieron moverse, por lo que deciden retirar algunos de los bultos, pero así mismo no es posible hacer caminar a los animales. Entonces bajaron una de las imágenes y así sí fue posible emprender la marcha. Frente a esta “prodigiosa” evidencia de que una de las imágenes quería permanecer en ese lugar, decidieron entonces dejarla en la estancia de don Rosendo, que le construyó una modesta ermita, poniendo al negro Manuel el cuidado y al mismo tiempo el difundir esas hazañas y milagros cumpliéndose así un papel fundamental en la propaganda del culto.

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La Virgen Aparecida

Conocida popularmente como Nuestra Señora Aparecida, es la patrona de Brasil. La historia de la “aparición” tiene su inicio alrededor de 1717, cuando llegó la noticia a Guaratinguetá de que el conde de Assumar, don Pedro de Almeida e Portugal, gobernador de la entonces Capitanía de São Paulo y Minas de Ouro, iría pasar por la población a camino de Vila Rica, actual ciudad de Ouro Preto, en el estado de Minas Gerais. Deseosos de obsequiarlo con el mejor pescado que obtuvieren, los pescadores Domingo García, Felipe Pedroso y João Alves, lanzaran las redes al río Paraiba do Sul. Después de muchas tentativas infructíferas, bajaron el curso del río hasta llegar a Porto Itaguaçu, el 12 de octubre. Ya sin esperanzas, João Alves lanzó la red en las aguas y “pescó” el cuerpo de una imagen de la Virgen sin cabeza. En una segunda tentativa encontró la cabeza que estaba faltando. La envolvieron en unos trapos y animados por lo ocurrido, lanzaron otra vez sus redes con bastante éxito y obtuvieron copiosa pesca. Pero, ¿no hemos leído ya en algún lugar de los dogmas evangélicos esa historia de pesca milagrosa…?

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Después de lo aquí expuesto creemos que el asunto “apariciones y milagros” es un gran fraude que esa institución católica tiene repartido por todo el mundo. Analicemos un poco la cuestión para sacar conclusiones positivas y comprender aún mejor el significado de los fraudes, aunque quienes están leyendo este artículo sabe a que atenerse, pues las experiencias y vivencias de la vida se los habrá enseñado con lo cual no les habrán sorprendido mucho. Cabe destacar, en relación a las “apariciones” europeas de que tenemos primeramente un intento y por supuesto conseguido, de hacer de España un feudo del cristianismo y posterior catolicismo, sin olvidar las desgracias que ese pueblo ha venido sufriendo desde entonces así como las invasiones hasta llegar a la actualidad, por lo que no ha servido de nada esas supuestas “bendiciones milagreras” desde ese fatídico año 40 d.n.e. Sí destacar que la iglesia ha tenido y tiene los mayores privilegios que se les otorgan desde aquella fecha y que no vamos a entrar en detalles ahora.
En relación a las 3 historias de América Latina, trasladadas en su contenido desde Europa por los conquistadores, la pregunta es obvia: ¿Por qué coño las denominadas Vírgenes María no se les aparecieron a los distintos habitantes del continente? Tiempo hubo en casi siglo y medio en que ya caminaba el cristianismo por el mundo conocido… ¿Por qué lo “hizo” después de la llegada de los europeos?, ellos fueron los que trajeron esa religión. ¡Qué casualidad el no “aparecer” antes y sí en plena conquista, persecuciones a los habitantes autóctonos, esclavitud de los negros, etc.…!
Pero aún hay más. ¿No habéis pensado el porqué en USA y Canadá nunca han “aparecido” las denominadas Vírgenes María? Pues por la simple deducción de que es esas tierras también conquistadas a sangre y fuego, sus conquistadores eran de religión protestante. Sí pues“aparecieron” muchas versiones del polémico libro denominado Biblia. Por cierto, hoy es muy popular que por cualquier motivo al ir por las calles ya te lo están metiendo por la cara. Resulta que a pesar de su gran propaganda divulgadora no ha sido leído por sus fieles con el debido concepto de la razón y sí con mucha, mucha fe. En definitiva se podría decir que en esas sectas protestantes también ha habido “apariciones” pero de ediciones y ediciones del libro impreso denominado Viejo y Nuevo Testamento…
La moraleja podría ser aquella que dice: “Tú fíate de los milagros de la Virgen y si aún estás en peligro, no corras…”.

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LQSomos. Zerimar Ilosit. Mayo de 2008

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LQSomos/07/05/2008