24/9/08

Escarbando...LQ somos.

1936. Los mitos de la Guerra Civil
Enrique Moradiellos
Península/ Atalaya
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Profundo y documentado ensayo sobre la Guerra Civil española que abarca aspectos tales como el análisis de la derrota de la joven República, las causas internas y la influencia geopolítica ante el estallido de la guerra; el disenso en el gobierno republicano, comparación de armamento y capacidad bélica de cada grupo enfrentado; las alianzas falangistas; la solidaridad con la República. Finaliza Moradiellos con una semblanza de cada sector en los que se dividió España personalizándolos en una figura central en cada caso, y luego una reflexión acerca de la división que la guerra ocasionó en el grupo familiar.
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No escapa a la investigación de este catedrático originario de Oviedo, las producciones literarias tanto de poetas como escritores de la época, tales como León Felipe. Las visiones contrapuestas que originaron una literatura social y republicana y otra literatura que dio lugar a la aparición de escritores -Cruzados- que produjeron una literatura mesiánica, funcional al régimen instaurado, y paralela a la “censurísima” instaurada por el franquismo en el poder_ “Artículo 1º. Las entidades y personas civiles y militares, autores ,editores o traductores de obras en las que se trate de la campaña de nuestra Cruzada, o que en cualquier forma o extensión se refieran al aspecto miliar o preparación de la misma, la someterán a la previa autorización del Ministerio del Ejército, sin perjuicio del cumplimiento de las disposiciones que regulan toda clase de publicaciones.
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Artículo 2º. Queda prohibido a editores, impresores y establecimientos comerciales, editar ni poner a lamenta obras de esta clase que, a partir de la publicación de este Decreto, no lleven el “visado” del Ministerio del Ejército” (Boletín Oficial del Estado, 24 y 25 de setiembre de 1941).
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El autor cita Unamuno cuando esboza su teoría de una concepción dual: dos visiones que se acercan a la reconocida “teoría de los dos demonios”; donde se olvidan aspectos legales y de legitimidad, y se omite poner en la balanza un hecho incontrastable: quién hizo caso omiso de la ley y utilizó la fuerza miliar –que le había sido encomendada por la misma autoridad que dorracaba-
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Refiere Moradiellos testimonios de quienes, en falsos y pretendidamente conciliadores discursos, hablaron del “perdón mutuo (y) el olvido generoso…” (Manuel Fraga Iribarne), y desacralizando intenta llevar a su lugar desde la perspectiva política, a los grupos enfrentados. De allí que estudia profundamente tanto a los republicanos (analizando los disensos internos) y determinando sociológicamente la integración de los apoyos recibidos, tantos como las alternativas en el campo falangista, desde la dictadura de Primo de Rivera, la caída de Alfonso XIII y las alianzas posteriores cuando triunfa el movimiento acaudillado por Franco –pasando por el primer intento golpista del Gral. Sanjurjo hasta la imposición hegemónica del falangismo mesiánico que se impuso con gran disciplina militar en la figura de Franco-
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Incluye la obra mapas e ilustraciones que resultan muy eficaces a la hora de entender la disposición, extensión y adhesiones hacia uno y otro grupo en lucha, y éstas son acompañadas por explicaciones del tipo “En razón de esas fracturas y alineamiento previos, cuando finalmente estalló la amplia (pero no unánime) insurrección militar contra el gobierno reformista del Frente Popular en la tarde del 17 de julio de 1936 se fue configurando en España una situación insólita y a la postre crucial: el golpe militar parcialmente fracasado en casi la mitad del país …” (página 66) y “de hecho, de los aproximadamente 16.000 generales y oficiales que formaban el Ejército español, la mitad quedó en una zona y la otra mitad en la enemiga: en torno a 7624 (el 49,6%) en territorio republicano; el resto en territorio sublevado. Otra cosa es que esos militares estuvieran disponibles para ejercer el mando en su zona respetiva: de la cifra global de 7624 jefes y oficiales que quedaron en le área gubernamental, unos 1500 serían fusilados o asesinados por traidores o desafectos, otros 1500 sufrieron condena o encarcelamiento, unos 1000 lograron refugiarse en embajadas o esconderse hasta poder pasar al enemigo y tan sólo 3500 sirvieron efectivamente en las filas del Ejército Popular de la República (de los cuales unos 500 darían su vida por la causa).”(página 83). Hondo razonamiento de las causas de la contienda cuando afirma que las hubo de carácter estructural o de larga duración, coyunturales y las inmediatas o detonantes y catalizadoras, incluyendo en cada grupo, respectivamente;
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1º causas estructurales o de larga duración: el latifundio agrario del sur y la miseria de los jornaleros, la débil autoridad civil y un ejército pronto a entrar en acción, adiestrado en las campañas colonialistas;
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2º las causas coyunturales o temporales: el impacto causado por la crisis de 1929 que provocó incluso agudización del enfrentamiento político, y
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3º causas inmediatas o detonantes y catalizadoras, las insurrecciones de 1934, el triunfo electoral del Frente Popular de 1936, la debilidad del gobierno, los movimientos huelguistas, etc.
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Claramente demuestra Moradiello cómo la República quedó sola frente a los insurgentes, dado que tanto Francia como Inglaterra “piláticamente” la abandonaron a su solitaria suerte, mientras se preocupaban mas por sus aspiraciones políticas y territoriales “Me da la impresión de que hace meses que se tomó la decisión de sacrificar la democracia en España en beneficio de la paz de Europa” (página 167, despacho de Claude Bowers al Foreign Relations of the United Status, 1937).
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No descarta el autor mencionar la disciplinada represión iniciada por el Gral. Mola que daría paso a la pesada máquina falangista: “…el general Mola en una de las “instrucciones reservadas” remitidas a los militares conjurados el 25 e mayo de 1936: “la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien organizado”. … El propio Franco reconocería con posterioridad a su primo y ayudante militar ese propósito punitivo y profiláctico con insólita distanciación (SIC) personal “las autoridades tenían que prever cualquier reacción en contra del Movimiento por elementos izquierdistas. Por esto fusilaron a los mas caracterizados”. Como parte de esa política, el general Gonzalo Queipo de Llano, a los pocos días de su victoria en Sevilla, anuncio públicamente por la radio: “A propósito de huelgas y coacciones, ordeno y mando que todos los que caigan en poder de fuerzas realizando coacciones sean inmediatamente pasados por las armas”: y añadía como aclaración: “SI alguno tratara de coaccionaros, os autorizo a para que lo matéis como a un perro y quedaréis exentos de responsabilidad”.
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Las implacables medidas represivas iniciales (bajo al forma de “paseos” o ejecuciones irregulares, como la que costó la vida en Granada al poeta Federico García Lorca) pronto se transformaron en una persistente política de depuración y “limpieza”… “ (páginas 116/117).
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Desentraña la fascistización del gobierno con la llegada de Franco al poder. Los decretos de unificación forzosa de “todos los partidos derechistas, “bajo Mi Jefatura, en una sola entidad política de carácter nacional: la Falange Española Tradicionalista y de los JONS (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas)…”(página 119)
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Así nace el franquismo, con influencias que dan como resultado una organización corporativa con un Estado vigilante, el “gran hermano español”, frente al cual, tanto anarquistas, comunistas como nacionalistas vaskos, opusieron sus fuerzas y resistencia-. El Euskadi demostró su vocación de lucha y autonomía.
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Hay una fuerte crítica al pensamiento clerical retrógrado que acompañó al régimen insurgente, y que se manifestó “Luchamos íntegramente por España y por la civilización. No luchamos solos, veinte siglos de civilización occidental y cristiana están movilizados detrás de nosotros. Peleamos por Dios, por nuestra tierra y por nuestros muertos … Porque ésta es una guerra santa y cruzada de civilización” . (página 137)
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No escapa a este trabajo incluir la mención del país que mas abiertamente auxilió al gobierno republicano: el México de Lázaro Cárdenas, mientras que “El consecuente aislamiento internacional fue reforzado por la actitud veladamente contraria y distante manifestada desde septiembre de 1936 por el Papa Pío XI desde el Vaticano, aterrado por la furia anticlerical desatada en la retaguardia republicana y a tono con la beligerancia de la jerarquía episcopal española y del movimiento católico mundial” (página 160), aunque tampoco olvida mencionar las Brigadas que acompañaron la lucha Republicana tanto como la ingerencia de la Alemania nazi y la Italia fascista.
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Por último, el autor contrapone la división de España en la figura de dos personas: un Negrín, moderado, sin grandes dotes de orador, mas bien de “perfil bajo”, educador esmeradamente en Universidades extranjeras (Alemania, etc), con excelente dominio de idiomas, que transitó el cursus honorum desde su carrera científica, la labor parlamentaria, su trabajo al frente del Ministerio de Hacienda y en mayo de 1937 reemplazando a Largo Caballero en el gobierno, que contrasta notablemente con la figura de un “Generalísimo” tan corto y directamente proporcional en su retacona figura con sus miras, empecinado dictador, tan opuesto a Negrín que: “”Tras finalizar sus estudios en Toledo con un mediocre resultado (sólo logró el número 251 de una promoción de 312 cadetes) y después de un breve período de servicio en el Ferrol, Franco solicitó y obtuvo en 1912 el traslado al Protectorado español en Marruecos. … oficial valiente y eficaz, obsesionado con la disciplina y el cumplimiento del deber: el arquetipo del oficial “africanista” … Su etapa africana, en el contexto de una despiadada guerra colonial y al mando de una fuerza de choque como era la Legión, reforzaron las sumarias convicciones políticas ... y contribuyeron en gran medida a deshumanizar su carácter. … aprendió bien las tácticas políticas del “divide y vencerás” y la eficacia del terror … como arma militar ejemplarizante para lograr la parálisis y sumisión del enemigo … Franco siempre entendería la autoridad política en términos de jerarquía militar, obediencia y disciplina … considerando poco menos que “sediciosos” a los discrepantes y adversarios…” (páginas 198/199) Por eso no le tembló la mano cuando fue condenado a muerte su primo carnal y amigo de la infancia, el comandante de aviación Ricardo de la Puente Bahamonde, que había tratado de resistir el golpe en el aeródromo de Tetuán. Cínico personaje que declararía: “Yo estoy aquí porque no entiendo de política ni hago política. Ese es el secreto”. Llegó a contar con el apoyo eclesiástico “… Franco gozaba también de la simpatía de la jerarquía episcopal, que no tardó en bendecidlo como homo missus a Deo y encargado providencial del triunfo de la Cruzada: “Caudillo de España por la Gracia e Dios”. …. Franco iba a convertir a la Iglesia en el segundo de los pilares básicos de su régimen de poder personal (tras el Ejército) … convicción arraigada que le llevó a considerarse un nuevo “martillo de herejes” al estilo de Felipe II (y quizá por eso quiso posteriormente remedar El Escorial con su faraónico templo del Valle de los Caídos)…” (páginas 208/209).
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Falangizó el gobierno: “se hizo oficial el saludo romano con el brazo en alto, el emblema del “Yugo y las Flechas”, el canto del “Cara al sol”, el uniforme de camisa azul falangista (con boina roja carlista), y los “26 puntos programáticos de la Falange”…” (página 211). Así logró la sumisión monárquica.
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El ensayo culmina con las paradójicas palabras demostrativas de la división y el enfrentamiento familiar derivados de la militancia en un u otro lado de la contienda, cuando establece que, al final de la guerra “no llegó la Paz sino la Victoria” y con esta última el revanchismo. Figuran como casos “testigo” los hermanos Manuel y Antonio Machado.
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Realmente hay en este trabajo un profundo esfuerzo BONA FIDES SINE IRA ET STUDIO, de este importante catedrático.
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LQSomos. Mónica Oporto. Septiemre 2008
(Publicado en Mayo de 2007)
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LQSomos/24/09/2008

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