24/9/08

África: el papel de la CENSAD en la integración regional

Conocasiónde la décima Cumbre de la CENSAD (Comunidad de los Estados Saharianos y del Sahel), celebrada en Cotonou el pasado 18 de junio, el Presidente libio Muammar Gheddafi se ha dirigido a sus homólogos, invitándoles a ver a la organización como el motor de desarrollo de la Unidad Africana, objetivo fundamental para emanciparse de los vínculos que unen al continente con las potencias extranjeras, que, según el líder de la revolución libia, obstaculizan el crecimiento.
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Chiara Franceschi
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La CENSAD, creada en Libia en febrero de 1998, gracias al impulso del coronel Gheddafi y de media docena de países en la frontera entre Sáhara y Sahel, fue concebida para ser un instrumento de integración del continente. Después de una fase de consolidación institucional, la Comunidad alcanzó la etapa de elaboración y ejecución de grandes proyectos y programas para la integración y el desarrollo de los estados miembros. En concreto, el encuentro en Cotonou trataba la necesidad de desarrollar la investigación agrícola, la mecanización de la agricultura y la gestión del agua a través de un enfoque colectivo.
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Progreso agrícola y seguridad alimentaria para el bienestar de las naciones africanas
La reunión de Cotonou se ha centrado en el tema del “progreso agrícola y la seguridad alimentaria” en los 25 países miembros de la Organización. Entre los argumentos al orden del día, más allá de la crisis alimentaria, están: el desarrollo de los transportes y las infraestructuras y un análisis de las actuales regiones en crisis, como Sudán y Nigeria. En la Cumbre se habló, además, de la creación de una unión económica de todos los estados saharianos y del proyecto del presidente libio Muammar Gheddafi para la creación de una fuerza militar unida (compuesta por 2000 soldados de Libia, Mali, Níger y Chad) encargada de garantizar la seguridad de las áreas remotas de la región Sahelo-Sahariana mediante patrullas transfronterizas. La intervención del líder de la organización regional, en la inauguración de la conferencia, se centró en torno a la urgencia de constituir un Gobierno africano. “Si los Estados Unidos de África pueden constituirse con paciencia durante los años, es urgente realizar el Gobierno de la Unión”, ha subrayado el dirigente libio. En efecto, según Gheddafi es necesario un Gobierno africano que se encargue de ejecutar las decisiones de las Cumbres de la UA, antes de la formación de los Estados Unidos de África.Según el Presidente libio, el continente dispone de todos los elementos necesarios para asumir la responsabilidad del propio progreso: sólo gracias a la unión África puede supera las dificultades ligadas al despegue económico. El Gobierno de la Unión Africana es un paso previo obligatorio para lograr el desarrollo del Continente. Además, Gheddafi no ha dudado en criticar a las comunidades regionales del continente, en concreto la Ecowas (para África occidental) y la Sadc (para África austral), de las que ha constatado el “fracaso” y ha pedido su eliminación. El líder libio también ha denunciado los intentos europeos de realizar la Unión euro-mediterránea y todas las operaciones llevadas a cabo para fomentar la hostilidad entre los diferentes países africanos. El Presidente de la Comisión de la Unión Africana ( Jean Ping, diplomático y político de Gabón) ha confirmado su determinación para que su organización acompañe a la CENSAD en la consecución de sus aspiraciones. Jean Ping, que intervino por primera vez en la inauguración de esta reunión de los líderes de los países miembros de la CENSAD después de su nombramiento el pasado mes de febrero en la Cumbre de la Comisión de la UA, ha declarado que la integración regional se ha convertido en un paso imprescindible para responder a los deseos del pueblo. Preocupado por el aumento de los focos de tensión que atraviesan el continente, Jean Ping se ha dirigido al pueblo africano para pedirles que “aprendan a gestionar su propio futuro”.En ocasión a la décima Cumbre, la Comunidad admitió tres nuevos miembros, Kenya, Mauritania, San Tomé y Príncipe, que se unen a los otros 25 miembros: Burkina Faso, Libia, Malí, Centroáfrica, Gambia, Senegal, Sudán, Chad, Niger, Eritrea, Gambia, Nigeria, Marruecos, Túnez, Somalia, Benín, Togo, Egipto, Costa de Marfil, Sierra Leona, Guinea, Comores, Ghana, Liberia y Yibuti.
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Libia, “capital” dela CENSAD
La CENSAD es, actualmente, la mayor comunidad económica en África, con casi 411 millones de habitantes (casi el 50% de la población del continente): su PIB es de casi 287.000 millones de dólares (casi el 45% del total africano). Creada como iniciativa del líder Gheddafi, la CENSAD funciona como fondo de inversiones para acceder al petróleo libio. La lógica de la organización es esencialmente financiera y se funda en dos elementos principales:
por un lado, Gheddafi, en búsqueda de credibilidad y autoridad en la escena africana, está dispuesto a invertir ingentes sumas de dinero para imponer su visión de continente unificado;
por otro lado, los Países que necesitan diversificar su fuente de financiación, pero que corren el riesgo de verse subordinados a la voluntad del Guía de la Revolución libia.Como es habitual, Gheddafi aprovechó la Cumbre de la CENSAD para mejorar su imagen y hacer su aparato de poder visible ante la comunidad internacional. Después de una breve estancia en Togo (desde el pasado 13 de junio al 15), donde ha manifestado la “grandeza del Islam” y su firme voluntad de realizar los “Estados Unidos de África”, Gheddafi llegó a Cotonou el pasado 15 de junio, unos días antes del inicio de la Cumbre. El líder libio aprovechó para poner la primera piedra al hotel “Libia”, un albergue a nivel internacional de cinco estrellas, financiado por Libia, por un precio total estimado en torno a 33.000 millones de francos CFA (casi más de 50 millones de euros). Además, Libia ha decidido conceder tres millones de dólares al Banco de la Comunidad de los Estados de la región Sahelo-Sahariana, para apoyar proyectos de desarrollo de la infraestructura. Frente altrasfondo del aumento de precios y del descontento de la sociedad, en Cotonou se ha discutido sobre la necesidad del desarrollo rural y de la seguridad alimentaria. Se ha hablado también de una “gran línea verde” entre Dakar y Gibuti y de la distribución de casi 300 tractores. Es en el contexto de la realización del proceso de mecanización de la agricultura en África, donde Libia proporciona cientos de medios para la agricultura y materiales a los estados miembros, o no miembros de la CENSAD, así como se esfuerza por favorecer la “gran potencialidad” que existe en el sector de la lucha a la desertificación y a la protección de los cultivos. Los países afectados han comenzado a obtener beneficios de estas ayudas. El precio de la unión del programa de apoyo a la agricultura se estima en 33,3 millones de dólares en un período de tiempo de cinco años. A pesar de que, no sea cierto que esta cifra pueda ser suficiente para apoyar este importante desafío, y ni siquiera para convencer e impresionar positivamente a los inversores y a las instituciones internacionales, Gheddafi actúa según los patrones marcados por él mismo, felicitándose por el “carácter cada vez más concreto de trabajo en la CENSAD a favor de África”.El Consejo Ejecutivo de la CENSAD ha decidido apoyar la candidatura de Libia a la presidencia de la 64ª sesión ordinaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas, haciendo suyas las reivindicaciones africanas para la atribución de un escaño permanente en el ámbito del Consejo de Seguridad de la ONU, “en el contexto de la necesidad de reformas, tanto en el sistema de las Naciones Unidas como en el de otras grandes organizaciones como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional”. El Consejo Ejecutivo de la Organización ha subrayado que: ”...todos los países africanos están llamados a hacer un frente común, y afirmar que África sea una e indivisible”. En la Cumbre de Cotonou se ha confirmado que “cada socio debe respetar la dignidad de las otras naciones y del pueblo”.
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Conclusiones
La CENSAD representa el cambio llevado a cabo por Gheddafi en la política exterior de Libia. Mientras en los años setenta, en su búsqueda casi mística de la unidad árabe, Gheddafi no tenía en su horizonte a la unión de África, después del fracaso de sus planes y de diez años de sanciones internacionales, el líder libio cambió su línea de acción, eligiendo la inversión en el Sur del Sáhara, en sectores estratégicos (bancos, televisiones, periódicos, fondos de inversión) y usando el instrumento de las ayudas. Esta estrategia, que parece encontrar cierta correspondencia positiva en las ayudas a los países más necesitados, traducidos sin embargo en una forma de paternalismo y de incapacidad, por parte de Gheddafi, para elaborar una estrategia global coherente: su influencia como autoridad a nivel regional parece que se rige por su capacidad de proporcionar ayudas y utilizar, hasta la saciedad, el fantasma del neocolonialismo occidental.
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Traducido por Mari Carmen Martín González
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Equilibri.net - Italia/24/09/2008

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