16/11/08

Los emergentes quieren estar

Las economías más pujantes piden mayor representatividad
Los emergentes son los países que deben financiar los déficits de los países ricos China es reacia a poner más dinero en el FMI porque no se siente representada
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Andy Robinson
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Washington - No tributación sin representación -el lema de la ciudad de Washington- se convirtió ayer en el mensaje colectivo de los países en desarrollo que participaron en la cumbre del G-20 en la capital estadounidense. La falta de representación en las instituciones financieras multilaterales de países como China, India, los productores petroleros del Golfo y en menor medida Brasil ya es un grave problema no sólo para ellos, sino también para los ricos.
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Sarkozy: "Bush no ha sido fácil"

Bush ha sido "un socio leal, no siempre fácil pero leal", declaró Nicolas Sarkozy a los medios al término de la cumbre, tras haber prodigado en los últimos días sus críticas hacia el todavía inquilino de la Casa Blanca. El presidente francés admitió que hubo malentendidos y discusiones entre ambos. "Pero ¿dónde está el drama? Para eso nos reunimos", apostilló.
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Blog: Diario Itinerante
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Y no tanto por una cuestión de justicia, sino porque son los acreedores necesarios para financiar una deuda externa estadounidense que gana ceros a la derecha con cada paquete de rescate. A diferencia de crisis anteriores, son las economías en desarrollo las que más crecen hoy. Brasil crecerá un 5%; India y China, incluso en desaceleración, lo harán a un ritmo superior al 7%. "El 100% del crecimiento económico global tiene lugar en los países en desarrollo pero no tenemos representación", dijo Amar Bhattacharya, presidente del G-24.

Había múltiples agendas en el conjunto de países en desarrollo representados en la cumbre ayer. En concreto, Argentina, Brasil, China, India, Indonesia, México, Rusia, Arabia Saudí, Sudáfrica, Corea del Sur y Turquía.

A todos ellos les une el hecho de estar infrarrepresentados en los organismos e instituciones multilaterales como el G-8 o el Fondo Monetario Internacional. "El G-8 ya no tiene razón de ser -dijo antes de la cumbre Lula da Silva, presidente de Brasil-. Es preciso tener en cuenta las economías emergentes en un mundo globalizado".

Hasta George Bush reconoció que la distribución del poder del FMI "está basada en un orden mundial de 1944" y que "los países en desarrollo, sobre todo los que han subido sus contribuciones, deben tener mayor representación". Aunque los resultados concretos del G-20 ayer brillaron por su ausencia, no se debería infravalorar el valor simbólico de una cumbre que ha incluido a una decena de países anteriormente conocidos como del Tercer Mundo.

Canadá propone ahora que se celebre, además de la del G-8, una cumbre de L-20 (en que la L se refiere a líderes).

Pero la falta de acuerdo sobre una mayor representación de las economías emergentes en el Fondo y en el Foro de Estabilidad Financiero (FSF) -que el G-20 respaldó ayer-es imprescindible para los planes del primer ministro británico, Gordon Brown, para convertir ambas instituciones en los dos principales vehículos para la nueva arquitectura de regulación del sistema financiero.

Ante la creciente crisis de liquidez en los países emergentes, el Fondo necesita una recapitalización de al menos 200.000 millones de dólares. Pero los esfuerzos de los líderes de las economías desarrolladas para convencer a países en desarrollo con grandes reservas de divisas de reciclarlas a través del Fondo han caído en saco roto.

Pese a las presiones de Japón -que ha puesto 100.000 millones de dólares sobre la mesa para recapitalizar el Fondo-, China se niega a corresponder en gran parte porque - con una participación de sólo el 3% en el fondo- el gigante chino se siente infrarrepresentado: "Los chinos y los japoneses no se van a poner de acuerdo sobre la movilización de sus reservas", dijo Barry Eichengreen, experto en finanzas internacionales de la Universidad de Berkeley. "China busca una solución regional", añade.

Arabia Saudí, que consiguió representación permanente en el Fondo durante la crisis petrolera de los setenta tras una fuerte inyección de petrodólares, está más dispuesta a ayudar. Pero hasta la fecha, las presiones de Brown y, en menor medida, de Estados Unidos tampoco han dado resultados. China insiste en que el mejor favor que puede hacer al futuro de la economía y del sistema financiero mundial es estimular su propia economía y no ayudar al resto. Lula da Silva dijo lo mismo: "La mejor solución para evitar que la crisis se extienda es que los países ricos resuelvan sus propios problemas".
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La Vanguardia - España/16/11/2008
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