22/5/07

AMERICA/BRASIL - V Conferencia General de Aparecida -

“No podemos plantearnos una misión eficaz sin incorporar de algún modo los medios de comunicación que configura tan profundamente la mentalidad de nuestros contemporáneos”: entrevista a Su Exc. Mons. Foley, Presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales
Agencia Fides
/Aparecida/21/05/2007

El domingo 20 de mayo se celebra de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que este año lleva por tema “Los niños y los medios de comunicación social: un reto para la educación”. Para la ocasión publicamos una entrevista realiza al Arzobispo Mons. John Foley, Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales en Aparecida, sede de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.

El Santo Padre, durante sus palabras de inauguración en Aparecida, ha invitado con fuerza a los Obispos a usar los medios de comunicación social como espacio para la misión. Estos medios hoy están marcados por la cultura digital. ¿Qué papel tiene la comunicación en la cultura contemporánea?
La cultura contemporánea no se puede comprender si se ignora la realidad de la comunicación. El Magisterio Pontificio ha sido claro e insistente en este tema desde el Concilio Vaticano II, y ha tomado una fuerza particular con el Papa Juan Pablo II y ahora con el Santo Padre Benedicto XVI.
Se nos invita a darnos cuenta de que las personas a quienes se dirige el mensaje de Cristo hoy, piensan y comprenden el mundo en categorías que les vienen dadas por los medios de comunicación social, a veces mucho más que las propuestas por la familia, la escuela, los partidos políticos o las Iglesias. No podemos plantearnos una misión eficaz sin incorporar de algún modo esta realidad que configura tan profundamente la mentalidad de nuestros contemporáneos.
La Iglesia en América Latina cuenta con más medios que nunca para difundir su mensaje. ¿Qué sugeriría a los Obispos para aprovechar al máximo estos espacios culturales?
Son los propios Obispos de América Latina quienes, con esfuerzo y grandeza de ánimo, han amparado o impulsado los cada vez más numerosos medios de comunicación del continente. Seguramente ellos mismos saben que cuentan con ese gran recurso, que quizá habría solamente que poner en relación con el resto de la labor evangelizadora, de modo que comunicación y pastoral no sean dos mundos separados, sino que la comunicación eficaz potencie todas las áreas de nuestro trabajo y genere espacios de comunión. ¡No olvidemos que la evangelización es en sí misma comunicación!
¿Cree Vd. que los sacerdotes, religiosos, religiosas y agentes de pastoral están preparados para afrontar el desafío de la cultura mediática de nuestro tiempo?
Durante la Asamblea Plenaria de nuestro Dicasterio quedó de manifiesto la necesidad urgente de una insistencia formativa en este campo. Se nos animó a proponer todo tipo de iniciativas para que los Agentes de pastoral, en particular los presbíteros y consagrados conozcan las claves de esta nueva cultura y sepan aplicar, con acierto, los diversos lenguajes que hoy comprenden especialmente los niños y jóvenes. A ellos nos debemos especialmente, y nos lo ha recordado el Papa en su mensaje para esta Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.
Por qué con frecuencia se entiende el fenómeno de la comunicación como un simple problema de tecnologias?
Es una simplificación en que se cae fácilmente, pues están de por medio una serie de herramientas y artilugios técnicamente muy elaborados. Pero es precisamente la Iglesia, experta en humanidad, la que señala con insistencia que lo importante son las personas concretas, las familias, los grupos y la comunicación entre ellos. Estos flujos comunicativos crean unos significados compartidos, unas formas de comportamiento nuevos, en los que la tecnología es ocasión y soporte, pero de ninguna manera protagonista.

¿Cree Vd. que ha cambiado el perfil fundamental de un comunicador catolico?
Creo que se han multiplicado los perfiles, pues hay innumerables campos comunicativos en los que se puede y debe estar presentes. Pero las claves básicas siguen siendo las mismas: el comunicador católico debe ser sobre todo un creyente sincero y entusiasta, que se ha encontrado con el Señor y colabora con la Iglesia en el anuncio de su mensaje. En la vida cotidiana habrá de ser tan fiel al mensaje como creativo en las formas de difundirlo, siempre con el horizonte de la verdad, el bien común y la libertad.
Vista la evolución de la sociedad y de la Iglesia, ¿cómo valora la iniciativa de la Red Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL), iniciada hora hace más de 15 años?
Creo que ha sido providencial el hecho de que la RIIAL, articulada con tantas otras iniciativas de comunicación, esté tan bien cimentada y tan activa en las diversas Conferencias Episcopales y en muchas diócesis. Ello está facilitando de una manera muy eficaz el flujo comunicativo tanto de preparación como de difusión de la V Conferencia. Y esto sucede por primera vez en la historia, pues ni siquiera la de Santo Domingo contaba con tantos y tan eficaces medios. Creo que esto dará un nuevo impulso a la conciencia de que el discipulado y la misión en el siglo XXI habrán de seguir impulsando estos espacios de comunión y de diálogo con el mundo. (RG)

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