'La integración en América Latina está muy estancada'
Klaus Bodemer es doctor PhD por la Universidad de Friburg. Investigador, profesor y experto en temas de integración, cooperación para el desarrollo.
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Entrevista realizada por: Sebastián Mantilla, corresponsal en París.
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Usted ha seguido de cerca las iniciativas de integración en América Latina. ¿Cuál es la percepción que existe en Europa de los esquemas que se aplican en esa región?
Se ven con cierto escepticismo.
¿Por qué?
Porque casi todos los esquemas de integración en América Latina están muy estancados. Existen problemas en el ámbito externo e interno de los bloques.
¿Qué tipo de problemas?
En el caso del Mercosur hay conflictos bilaterales. Para mi forma de ver, y con todo respeto, ridículos. Hago referencia a las plantas procesadoras de papel que mantienen en disputa a Argentina y Uruguay. Más parece una opereta que un conflicto real. Hay problemas en el ámbito comercial entre Argentina y Brasil. Hay diferencias de criterio en torno a la celebración de tratados de comercio con otros países.
¿Los problemas son solo de esa índole?
No. También existen diferencias que dificultan el avance de los procesos de integración por cuestiones de protagonismo de los líderes de ciertos países latinoamericanos, en el escenario mundial.
¿A qué se refiere concretamente con esa afirmación?
Me refiero al interés que existe por parte de Brasil de ser parte del Consejo de Seguridad de la ONU. Esto no le ha gustado mucho a Argentina, peor aún a México.
Da la impresión de que esas diferencias serían más de concepción que de otro tipo.
No. Para mi forma de ver, hay un problema muy serio de falta de institucionalidad en Latinoamérica. Preocupa a la Unión Europea, por ejemplo, que en la región los mecanismos supranacionales de concertación no funcionen adecuadamente.
Usted hablaba de factores internos y externos que han afectado al proceso de integración en América Latina. ¿Cuáles son esos factores?
Hay elementos relacionados con la lógica del mercado que ahora están influyendo.
¿Por ejemplo?
Le doy uno. Para Brasil la ampliación y fortalecimiento del Mercosur es una prioridad, pero económicamente no. En términos de comercio, Brasil está negociando un tratado de comercio (BRIX) con Sudáfrica y está mirando para otros lados. Tampoco se puede desconocer el papel que hoy están cumpliendo en el escenario internacional los países de China o la India. Es decir, hay un aumento del comercio extrarregional que está en cierto sentido erosionando los mecanismos de integración y bajando la cuota del comercio interno.
¿Y Estados Unidos?
Históricamente a Estados Unidos nunca le ha gustado el proceso integracionista de América Latina. Eso tiene que ver con la competencia que ha habido con Europa. Lo que sucede es que las iniciativas de integración en América Latina han sido vistas por Estados Unidos como procesos de independencia y autonomía frente a la influencia de poderes externos. Es por eso que siempre han favorecido el bilateralismo, es decir, negociar de uno en uno.
¿Es una buena estrategia?
Esta ha sido una estrategia que ha permitido dividir y debilitar los procesos de integración.
¿Pero qué opina de las iniciativas norteamericanas de integración hemisférica como el NAFTA o el ALCA?
Han sido un fracaso. ¿Sabe por qué? Porque EE.UU. ha favorecido mayormente su agenda unilateral de aumentar el comercio y sus inversiones en la región.
¿Ud. se refiere a lo sucedido antes del 11 de septiembre?
Sí. Antes del 11 de septiembre los temas de la agenda de Estados Unidos eran esos. Después de ese fatídico día su política internacional se ha centrado en la lucha contra el terrorismo. Esto, en su versión para América Latina, ha sido combate contra las drogas y los grupos insurgentes.
¿No cree usted que por esto mismo la influencia de Estados Unidos en la región se ha debilitado?
Considero que Estados Unidos ha perdido terreno e influencia en la región. Pero le digo una cosa de fondo. América Latina no es ni ha sido una prioridad. Y no solo me refiero al actual Presidente, sino a las administraciones anteriores. En este momento, China es la prioridad, conjuntamente con Oriente Medio, el resto de países asiáticos y África. Sí, los estadounidenses ahora están redescubriendo África por razones energéticas. América Latina está en un cuarto o quinto lugar de prioridad.
Si a esto añadimos el surgimiento de nuevos liderazgos como el de Lula, Chávez o Kirchner, ¿podríamos decir que ahora estamos pasando a una nueva etapa en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina?
Sí. En primer lugar, la geopolítica internacional ha cambiado de manera considerable en los últimos años. El aparecimiento y afianzamiento de nuevos poderes como China e India en el concierto internacional ha dado un mayor margen de maniobra para América Latina. Ahora hay más alternativas. En segundo lugar, hay un tema que tiene que ver con lo que pasa realmente en la región.
¿Cómo se ve a la región desde Europa?
Ahora se debate si América Latina se está dirigiendo hacia posiciones muy extremas de izquierda.
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Usted ha seguido de cerca las iniciativas de integración en América Latina. ¿Cuál es la percepción que existe en Europa de los esquemas que se aplican en esa región?
Se ven con cierto escepticismo.
¿Por qué?
Porque casi todos los esquemas de integración en América Latina están muy estancados. Existen problemas en el ámbito externo e interno de los bloques.
¿Qué tipo de problemas?
En el caso del Mercosur hay conflictos bilaterales. Para mi forma de ver, y con todo respeto, ridículos. Hago referencia a las plantas procesadoras de papel que mantienen en disputa a Argentina y Uruguay. Más parece una opereta que un conflicto real. Hay problemas en el ámbito comercial entre Argentina y Brasil. Hay diferencias de criterio en torno a la celebración de tratados de comercio con otros países.
¿Los problemas son solo de esa índole?
No. También existen diferencias que dificultan el avance de los procesos de integración por cuestiones de protagonismo de los líderes de ciertos países latinoamericanos, en el escenario mundial.
¿A qué se refiere concretamente con esa afirmación?
Me refiero al interés que existe por parte de Brasil de ser parte del Consejo de Seguridad de la ONU. Esto no le ha gustado mucho a Argentina, peor aún a México.
Da la impresión de que esas diferencias serían más de concepción que de otro tipo.
No. Para mi forma de ver, hay un problema muy serio de falta de institucionalidad en Latinoamérica. Preocupa a la Unión Europea, por ejemplo, que en la región los mecanismos supranacionales de concertación no funcionen adecuadamente.
Usted hablaba de factores internos y externos que han afectado al proceso de integración en América Latina. ¿Cuáles son esos factores?
Hay elementos relacionados con la lógica del mercado que ahora están influyendo.
¿Por ejemplo?
Le doy uno. Para Brasil la ampliación y fortalecimiento del Mercosur es una prioridad, pero económicamente no. En términos de comercio, Brasil está negociando un tratado de comercio (BRIX) con Sudáfrica y está mirando para otros lados. Tampoco se puede desconocer el papel que hoy están cumpliendo en el escenario internacional los países de China o la India. Es decir, hay un aumento del comercio extrarregional que está en cierto sentido erosionando los mecanismos de integración y bajando la cuota del comercio interno.
¿Y Estados Unidos?
Históricamente a Estados Unidos nunca le ha gustado el proceso integracionista de América Latina. Eso tiene que ver con la competencia que ha habido con Europa. Lo que sucede es que las iniciativas de integración en América Latina han sido vistas por Estados Unidos como procesos de independencia y autonomía frente a la influencia de poderes externos. Es por eso que siempre han favorecido el bilateralismo, es decir, negociar de uno en uno.
¿Es una buena estrategia?
Esta ha sido una estrategia que ha permitido dividir y debilitar los procesos de integración.
¿Pero qué opina de las iniciativas norteamericanas de integración hemisférica como el NAFTA o el ALCA?
Han sido un fracaso. ¿Sabe por qué? Porque EE.UU. ha favorecido mayormente su agenda unilateral de aumentar el comercio y sus inversiones en la región.
¿Ud. se refiere a lo sucedido antes del 11 de septiembre?
Sí. Antes del 11 de septiembre los temas de la agenda de Estados Unidos eran esos. Después de ese fatídico día su política internacional se ha centrado en la lucha contra el terrorismo. Esto, en su versión para América Latina, ha sido combate contra las drogas y los grupos insurgentes.
¿No cree usted que por esto mismo la influencia de Estados Unidos en la región se ha debilitado?
Considero que Estados Unidos ha perdido terreno e influencia en la región. Pero le digo una cosa de fondo. América Latina no es ni ha sido una prioridad. Y no solo me refiero al actual Presidente, sino a las administraciones anteriores. En este momento, China es la prioridad, conjuntamente con Oriente Medio, el resto de países asiáticos y África. Sí, los estadounidenses ahora están redescubriendo África por razones energéticas. América Latina está en un cuarto o quinto lugar de prioridad.
Si a esto añadimos el surgimiento de nuevos liderazgos como el de Lula, Chávez o Kirchner, ¿podríamos decir que ahora estamos pasando a una nueva etapa en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina?
Sí. En primer lugar, la geopolítica internacional ha cambiado de manera considerable en los últimos años. El aparecimiento y afianzamiento de nuevos poderes como China e India en el concierto internacional ha dado un mayor margen de maniobra para América Latina. Ahora hay más alternativas. En segundo lugar, hay un tema que tiene que ver con lo que pasa realmente en la región.
¿Cómo se ve a la región desde Europa?
Ahora se debate si América Latina se está dirigiendo hacia posiciones muy extremas de izquierda.
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¿Por qué razón está aquí?
Su trayectoria. Es alemán. Doctor PhD por la Universidad de Friburg. Investigador, profesor y experto en temas de integración, cooperación para el desarrollo, seguridad, gobernanza y relaciones Europa – América Latina.
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Su punto de vista.
Es imprescindible que los latinoamericanos fortalezcan sus procesos de integración.
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El Comercio - Ecuador/26/11/2007
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