19/12/07

Brasil: el rearme aumenta el gasto para defensa

El país quiere imponerse cada vez más como única y auténtica potencia regional en América Latina y proyectar su influencia también fuera del continente americano, aspirando a convertirse en una potencia mundial.. La inestabilidad en sus fronteras, con la amenaza de los guerrilleros colombianos de las FARC y el pulso con la Venezuela de Chávez sobre la cuestión energética, exige una reflexión sobre la política de defensa de Brasilia que, impulsada también por los intereses estadounidenses, se prepara para una nueva carrera a los armamentos.
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Stefano Torelli
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Objetivos estratégicos
Brasil, la potencia militar más grande de América latina, se encuentra en una posición estratégica que la convierte en un posible blanco de ataques externos, dirigidos sobre todo a controlar los inmensos recursos naturales. El Amazonas representa la reserva natural más grande del mundo, y además la más importante reserva de agua dulce. Proteger y controlar esta zona es el objetivo estratégico principal para la defensa del territorio. El mismo presidente Lula y el Ministro de Defensa Nelson Jobim han puesto a la cuestión de la zona amazónica en el centro del plan estratégico de defensa. El asunto principal no sería sólo proteger el ambiente y combatir la deforestación abusiva, si no también controlar la zona para evitar posibles infiltraciones de traficantes de drogas o de guerrilleros colombianos. Por este motivo en 2003 el gobierno lanzó el SIVAM/SIPAM (Sistema de Vigilancia del Amazonas/Sistema de Protección del Amazonas).Se trata de un sistema de vigilancia electrónica, con más de 200 estaciones de control, además de 80 plataformas en el interior de la selva, y más de 25 estaciones con radares móviles. Esta estructura es sostenida por un consistente aparato militar, constituido por 22.000 soldados desplegados a lo largo de las fronterasamazonicas y por aviones Embraer EMB145 con radar Eryeye (para la vigilancia del trafico aéreo), EMB145 RS con radar SAR y sensores IR. Además se añade una flota de aviones turbohélice de ataque Embraer Super Tucano con los que abatir eventuales zonas de traficantes. Gracias a este sistema, Brasil debería ser capaz de controlar la zona y anticiparse a los traficantes ilegales, y además intervenir en caso de emergencia. El proyecto ha sido objeto de fuertes discusiones internas vista la repercusión del componente militar, juzgado como excesivo por la opinión publica y por parte de la misma clase política. En particular, se critica el hecho de que a través de este sistema Estados Unidos tendrá acceso a informaciones reservadas sobre una de las zonas más importantes del continente intervendrá en los asuntosinternosbrasileños. De hecho, la compañía estadounidense Raytheon proporciona apoyo con equipos y servicios al sistema, a través de un contrato de casi 1.500 millones de dólares.Vinculada a la cuestión de la protección y control del Amazonas, está la presencia de los guerrilleros de las FARC en la frontera de Colombia. Esta última es ya desde hace tiempo escenario de una lucha interna entre los rebeldes y las formaciones paramilitares de la contraguerrilla, con enfrentamientos cada vez más duros que tienen al país siempre al borde de la guerra civil. En este marco despierta cada vez más preocupación la presencia de movimientos de la guerrilla en la frontera, tanto que el gobierno brasileño recientemente ha decidido desplazar a las tropas, desde la frontera argentina a la colombiana. El temor es que los rebeldes puedan penetrar fácilmente en la selva amazónica e instalar bases para sus operaciones, lo que implicaría a Brasil en los problemas internos colombianos. Estados Unidos presiona con el objetivo de que los movimientos de la guerrilla sean abatidos; no hay que olvidar que la Colombia de Uribe ha sido uno de los principales destinatarios de ayuda militar estadounidense en el mundo en los últimos años (solamente en 2006 recibió de Washington más de 730 millones de euros).Con referencia al campo de los intereses estratégicos brasileños en el interior del territorio, durante el último Congreso Mundial de la Energía de finales de noviembre, el director general de Petrobras José Sergio Gabrielli de Azevedo anunció el descubrimiento de nuevas reservas petrolíferas. Se trata del lugar a mar abierto de Tupi Field, a 280 Km. de la costa de Río de Janeiro, que podría llegar a suministrar 8.000 millones de barriles de petróleo, con el comienzo de las extracciones previsto para 2010 (Véase: Brasil: perspectivas en el ámbito energético). Para la defensa de estas reservas petrolíferas, el gobierno de Brasilia ya ha invertido 540 millones de dólares para la construcción de su primer submarino nuclear (el gasto debería ser aproximadamente de 1.200 millones de dólares), lo que reabriría también la cuestión de la concentración de uranio en Brasil.
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El gasto para la defensa y los Países fronterizos
Para el año próximo, se estima que el presupuesto para defensa se aumente casi un 50%, pasando de los actuales 3.500 millones de dólares a 5.000 millones, según las declaraciones del propio Lula. Sin embargo, aún no es posible elaborar un cálculo exacto de los gastos totales para defensa, ya que algunos gastos se han sufragado por otros Ministerios, como el de Infraestructuras. Para comprender mejor las razones de un aparente rearme del País, hay que dirigirse a las tendencias regionales, además de las nuevas tensiones geopolíticas y geoestratégicas mundiales, frente a las que Brasil no puede permanecer indiferente. Ante todo, hay que considerar el hecho de que una supremacía militar es imprescindible para un País que tiene como objetivo convertirse, a corto-medio plazo, en una grande e influyente potencia mundial. En segundo lugar, habría que analizar las decisiones estratégicas de los demás protagonistas que actúan en la zona, destacando sobre todo Venezuela. La posición de Chávez, sobre todocon respecto a las cuestiones energéticas, hace peligrar a la industria del bio-etanol brasileño, primer productor mundial del sector. De aquí surgen las continuas tensiones entre los dos Países, que se cruzan a su vez con los intereses estadounidenses (para los que la política “bolivariana” de Chávez es una amenaza similar a la de Irán, país con el que Venezuela ha estado siempre en contacto).
Se puede apreciar la tendencia, de los últimos dos años, a aumentar los gastos militares en términos absolutos sobre todo de Venezuela (+30,3%) y Brasil (+18,9%), seguidos de Chile (+10,2%). Caracas en estos dos años ha subido un puesto en el ranking de las mayores potencias militares de América Latina (Tabla 2), pasando del sexto al quinto puesto, a punto de alcanzar también a Perú. Hay que subrayar que Brasil como Venezuela, está desarrollando estrategias diferentes, tanto por el tipo de rearme como por los proveedores a los que acude. El Gobierno de Caracas está más preocupado por armar a las milicias civiles, tal y como demuestra la compra a Moscú de 100.000 kalashnikov y aviones de combate, aunque no de nueva generación. De este modo, Chávez parece decantarse por la doctrina de la guerra asimétrica mientras que Brasil, junto con Chile, opta por la adquisición de nuevas tecnologías y armamento aún no presentesen la zona. Concretamente, el Gobierno de Lula, que durante el primer año de su mandato paralizó la compra de 12 aviones de combate para destinar los 760 millones de dólares de su coste al gasto público, se está decantando por la Aeronáutica. Brasil compra a Estados Unidos helicópteros Black Hawk, equipamiento de misiles a Sudáfrica, aviones de entrenamiento a Arabia Saudí y de transporte a España. Israel también ha vendido su tecnología a Brasilia para modernizar los 46 F-5E brasileños, con un contrato de 285 millones de dólares.
En cuanto a los aviones de transporte, Brasil también ha firmado un contrato de casi 260 millones de dólares con la EADS-CASA para la venta de 50 aviones turbohélices C-212, para sustituir a la vieja flota aérea compuesta por los “Bandeirantes”; con la misma empresa europeo-española, también firmó la venta, por 200 millones de dólares, de 12 aviones de transporte C-295 y la actualización de los 8 aviones patrulleros P-3. Estos últimos serán dotados también de la tecnología FITS ( Fully Integrated Tactical System) producida por la EADS-CASA; toda esta compra se enmarca en el ámbito SIVAM/SIPAM para la protección y el control del Amazonas. El peso del aparato militar brasileño está además directamente vinculado a la importancia económica de su industria de defensa, primera de todas ellas la compañía aeronáutica Embraer, una de las primeras a nivel internacional. El Presidente Lula así ha podido vincular la compra de material aéreo extranjero a la imposición de poner en marcha las joint venture con la misma Embraer. La compañía francesa Dassault está trabajando en colaboración con la casa brasileña para la realización del avión Rafaele, dotado de misiles de defensa aire-aire y de ataque aire-tierra. Está también en proceso la construcción de 53 aviones de apoyo táctico AMX, en cooperación con las italianas Aeritalia e Aermacchi.Brasil está discutiendo también un posible programa de enriquecimiento del uranio, mencionado recientemente por el General José Benedito de Barros Moreira. No está todavía claro, sin embargo, si se tratará de desarrollar esta tecnología exclusivamente con la finalidad de realizar un submarino nuclear, o también para armas atómicas. Estados Unidos apoyará verosímilmente el plan brasileño en clave anti-venezolana, adoptando así una táctica opuesta a la de la frontera de Teherán y buscando vincular cada vez más a sí mismo a Brasil.
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Conclusiones
Brasil está siguiendo la tendencia hacia el rearme que se repite a lo largo de casi toda el área sudamericana (con la notable excepción de Argentina). Así, aunque por un lado no deja de ser cierto que el continente es una de las zonas más pacíficas del mundo (en comparación con los auténticos conflictos armados), por otro lado la violencia sigue teniendo una gran incidencia: con una media de 27'5 personas asesinadas por cada 100.000 habitantes, América Latina es una de las áreas más violentas del planeta, lo que implica, en consecuencia, costes de seguridad mucho más altos.El país está tratando de emerger y extender su influencia más allá de América, una elección que le obliga a invertir más en defensa, sobre todo después del desmantelamiento militar de 1985, año en el que se puso fin a la dictadura militar. Ahora, las prioridades estratégicas son el control de los recursos del Amazonas, de los nuevos recursos petrolíferos submarinos y de las fronteras con Colombia, además de la competición geopolítica iniciada con Caracas. Las fuentes de inteligencia han informado además de la presencia de terroristas islámicos y miembros de Hezbolá en el triángulo formado por Brasil, Argentina y Paraguay, donde el tráfico ilícito de armas y drogas llevado a cabo por guerrilleros locales se situaría en la base de la financiación percibida por ciertos grupos terroristas, además de en la organización de algunos atentados como el de la embajada israelí en Buenos Aires en 1992. (Véase: Triple Frontera: ¿guerra al terrorismo o carrera por el agua?). La estrategia actual de Lula parece dirigirse a una diversificación de las adquisiciones, con un interés particular en la industria aeronáutica tanto por motivos vinculados a la economía nacional (gracias a la presencia de Embraer), como para hacer más eficaz el control del Amazonas. El país está tratando de esta forma de integrarse en las dinámicas geopolíticas mundiales, algo demostrado también por su presencia en algunas operaciones de pacificación, por ejemplo en Haití, donde Brasil ha enviado unos 1.200 soldados bajo la protección de los marines estadounidenses.
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Traducción de Carolina Sabater.
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Equilibri.net - Italy/19/12/2007

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