10/10/08

Embestida de Monsanto en Argentina y Paraguay

Quienes contaminan el ambiente, destruyen rutas con acoplados y son responsables del éxodo masivo de pobladores rurales en Paraguay y Argentina, ahora amenazan a Cristina Kirchner y al gobierno del obispo Fernando Lugo.

Un puñado de opulentos "piqueteros de la abundancia" en Paraguay y Argentina, personeros de Monsanto y el poderío transnacional del imperialismo, han iniciado una "espontánea" campaña desestabilizadora en ambos países.
"El polvorín ya se encendió en el campo, y el gobierno está ausente” dijo ayer la presidenta de la Asociación de Productores de Soja (APS) en Paraguay, Claudia Russer, al tiempo de denunciar el atentado del que fue víctima su sobrino, el ingeniero agrónomo Miguel Orrego, funcionario de la multinacional Bunge, en la zona de Yguazú, Alto Paraná.
Dijo además que con lo ocurrido en Puerto Indio, también en la zona de Alto Paraná, donde una comitiva fiscal–policial fue repelida a balazos por los sintierras, ya comienza el problema grave en el campo, pero que el presidente Fernando Lugo no toma en serio y no tiene definiciones en este tema.
“No se dónde está el Presidente, no hace ningún pronunciamiento, no le importa si muere un sojero, porque seguro que cree que es un bandido, y estamos preocupados porque hay muchos jóvenes profesionales que trabajan, tienen familia, y no tienen garantías para su trabajo. Es la segunda vez que le pido personalmente en dos reuniones, ya que el no nos recibe como gremio, y el ministro del Interior no sé dónde está,” apuntó.
En la vecina Argentina, Alfredo Angeli acusó al gobierno de Cristina Kirchner al señalar que "al pueblo le pedimos disculpas si tenemos que molestar, pero es por el bien de la patria. No se hace solamente por el sector agropecuario, sino qué país queremos. Este gobierno quiere empobrecer a la patria, y nosotros no lo vamos a dejar, por la memoria de los que no están, que hicieron grande a la patria".
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EL BOOM SOJERO
El boom de la soja coincidió en Paraguay con la masiva venta de tierras que los jerarcas de la dictadura de Stroessner hicieron en Brasil hace ya varias décadas, rematando a extranjeros grandes extensiones de territorio cultivable paraguayo que deberían haberse destinado a la reforma agraria y a proveer de tierra a los campesinos desheredados. Vastas áreas quedaron así en manos de propietarios ausentes por ínfimas partes de su valor, hasta que se decidieron a convertirlos en sojales transgénicos.
El “milagro de la soja” es un subproducto del insaciable apetito norteamericano por más carne y aves de corral, dado que hasta la década de 1920 se desconocía en Estados Unidos. Los ganaderos descubrieron que el poroto amarillento de la soja era una especie de fuente inagotable de proteínas, que duplicaba a la carne, triplicaba a los huevos y superaba once veces a la leche.
Dios había bendecido a Norteamérica, dado que tenía las tierras fértiles propicias y la longitud del día ideal para cultivar soja. Mezclada con maíz en la dietas de vacas, cerdos y aves, la soja molida aceleraba el engorde de animales de forma milagrosa.
La solución al excedente de producción de la agricultura norteamericana, eterno dilema, consistió en que el resto del mundo comiera como lo hacen los estadounidenses, convertir a los millones de asiáticos comedores de arroz en consumidores de trigo era la solución perfecta para los alimentos sobrantes en Estados Unidos. Para exportar la dieta estadounidense, la buena alimentación resultaba siempre la excusa perfecta.
El único trigo que había alimentado siempre a los japoneses era el contenido en los fideos, pero a partir de 1946 el general Douglas MacArthur ordenó convertirlo en panificados para alimentar a escolares y civiles. Los pollos se exportaron a Alemania con tanto éxito que los alemanes se volvieron adictos a los pollos, y pronto comenzaron a desarrollar su propia industria de pollos barrilleros. A comienzos de la década de 1960 el cambio dietético teutón derivó en la “guerra de las gallinas”, dado que Estados Unidos protestó por el proteccionismo alemán para su industria de pollos. Los norteamericanos perdieron la batalla pero ganaron la guerra, dado que su maíz se utilizó desde entonces para alimentar a los pollos alemanes.
En Taiwán, el presidente Chiang Kai Shek prestó su colaboración a los estadounidenses ordenando a sus propagandistas que anunciaran a través de la publicidad oficial que comer trigo era patriótico. Un admirador sudamericano de Chiang que hasta confirió su nombre a importantes avenidas, el dictador neo nazi Alfredo Stroessner, incluso permitió a los norteamericanos rediseñar las universidades paraguayas de tal suerte a que enseñaran lo que le viniera en gana al imperio.
Poco tardaron los “expertos” asignados a la tarea en convertir a ingenieros agrónomos y a profesionales médicos paraguayos en agentes de venta de Monsanto, Cargill, Continental o los grandes laboratorios de la industria farmacéutica.
Con un enfoque benévolo a los intereses de la embajada norteamericana y excesivamente reduccionista, la prensa paraguaya intenta convencer a la población de que su espíritu nacionalista debe concentrarse en temas como las represas hidroeléctricas que comparte con Argentina y Brasil, aunque en realidad éstos países sólo hayan sido en los últimos doscientos años los gerentes en la región del imperio de turno.
El imperio británico fue quien instrumentó a los gobiernos de Buenos Aires y Rio de Janeiro para devastar al Paraguay en la segunda mitad del siglo XIX, de acuerdo a las mismas confesiones del general en Jefe de la Triple Alianza Bartolomé Mitre. En las primeras décadas del siglo XX Brasil (área de experimentos industriales para el Pentágono) desplazó los intereses anglo-argentinos en beneficio de los norteamericanos, a los cuales siempre resultaron funcionales Paraguay y Uruguay (creación de Lord Ponsoby y la diplomacia británica) en su calidad de estados tapones.
Los cronistas del Tercer Reich nos recuerdan que al instalarse Hitler en el poder, fue extraído de los polvorientos archivos el mapa del ideólogo pangermanista Otto Richard Tannenberg, a quien durante la primera guerra mundial el político y escritor André Chéradame había denunciado.
Sobre la base de ese documento, Berlín elaboró durante la Segunda Guerra Mundial unas cuantas variantes para la conquista de América Latina. En una de ellas, denominada 'Alemania Antártica', se planeaba crear un protectorado títere, que incluyera territorios de Brasil (Santa Catarina, Río Grande do Sul, Paraná, Mato Groso), de Argentina (Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Buenos Aires), de Paraguay y la parte oriental de Bolivia.
Un territorio parecido hoy abarca el “Soya Land” que el imperio norteamericano y Monsanto han trazado como destino ineludible para el Cono Sur.
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LOS PELIGROS DE LOS AGROTÓXICOS
El principal peligro de la soja radica en la utilización para su cultivo de defoliantes y herbicidas de alta peligrosidad, derivados de los cristales de Tebothiuron.
Los cristales de TEBOTHIURON, más conocidos por su nombre codificado por el ejército estadounidense, "Agente Naranja", fueron aplicados por millones de litros entre 1962 y 1971 en la guerra de Vietnam, y sus desvastadores efectos aún pueden observarse en vastas áreas del país asiático. Para los arrozales se usaba el "agente blanco", mientras que el "agente naranja" era utilizado para destruir la selva tropical.
El agente naranja fue comercializado bajo las marcas "Tordon", U46, Busch killer, etc. Bayer lo produjo con las marcas Tributon-D y Tributon-E 60%.
Los ex-combatientes de Vietnam que estuvieron expuestos al agente naranja sufrieron graves consecuencias en su salud, entre ellas tipos raros de cancer, enfermedades de la piel, esclerosis múltiple, defectos congénitos en sus hijos y alteraciones síquicas, e iniciaron acciones judiciales contra las empresas fabricantes como Monsanto y Dow Chemical, entre otras. Cuando los veteranos entablaron su primera demanda colectiva en New York, el juez se basó en evidencias presentadas por Monsanto para negar un juicio a los demandantes en 1984, pero en 1990 un funcionario de la agencia de protección ambiental (EPA) acusó a Monsanto de falsificar sus pruebas y le inició un juicio penal.
En 1989, la viuda de un ex-combatiente presentó una segunda demanda colectiva en representación de otros veteranos. Aunque la acción judicial se entabló en Texas, las cortes federales transfirieron nuevamente el caso al juez original, una medida inusual en obvio favor de los acusados. En abril de 1992, el juez de NEW YORK volvió a rechazar la demanda.
El agente naranja contiene entre sus impurezas a la "substancia X", del grupo de las dioxinas, específicamente la 2,3,7,8 tetraclorodibenzoparadioxina, el más letal veneno que se ha podido sintetizar.
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LOS TRANSGÉNICOS Y LA TECNOLOGÍA EXTERMINADORA
Monsanto, con los conglomerados multinacionales Novartis, Agro Evo, Dupont, Zeneca y Dow Chemical han invertido 8.000 millones de dólares en cultivos transgénicos y han pasado por encima de organizaciones comerciales, organismos reguladores, legisladores, medios de comunicación y consumidores.
La FAO advierte: "No es posible esperar una creación de empleos con las nuevas tecnologías. Esto afectará fundamentalmente a la agricultura en todas partes y tendrá un papel determinante en el futuro de los más pobres".
El informe trimestral de la consultora británica Mc Kinsey dice: "El mundo esta por experimentar una revolución. La ciencia ahora esta en manos de gigantescas empresas químicas, farmacéuticas y agrícolas que se disponen a pasar de unos pocos productos en la actualidad a un menú completo en cinco años. La biotecnología está revolucionando la cadena alimenticia".
Se supone que los nuevos alimentos están controlados adecuadamente, pero la legislación en esta área llegó tarde y es inapropiada para atender todas las preocupaciones de los consumidores.
El grave problema de los alimentos modificados genéticamente radica en el obstáculo que representan para los consumidores, desde el punto de vista de los consumidores no pueden elegir libremente sus alimentos.
Solo dos productos alimenticios que pueden encontrarse en los supermercados de Gran Bretaña están etiquetados como producidos por ingeniería genérica: el puré de tomate de Safeway y el queso vegetariano de Sainsbury y Coop. Dentro de la amplia gama de productos de este tipo hay muchos que contienen ingredientes modificados genéricamente, pero no se los puede identificar debido a que están mezclados. Hay por ejemplo maíz con genes de bacterías y fresas con genes de peces.
Pero lo peor de todo es la adquisición por la empresa Estadounidense Monsanto de la tecnología "exterminadora" y su fenomenal crecimiento mediante fusiones y compras ilustran la nueva amenaza mundial a la alimentación y la libertad..
En una planta con "Tecnología exterminadora" o planta "Terminator", se insertan 3 genes, cada uno con un interruptor regulador asociado llamado un "promotor". Al activarse uno de estos genes se produce una proteína llamada RECOMBINASA, que actúa como una tijera molecular. La RECOMBINASA corta un "espaciador" que hay entre el gen productor de la toxina y su promotor. Mientras está el "espaciador" actúa como un seguro para impedir que el gen de la toxina se active.
Un tercer gen ha sido diseñado para producir un "Represor" que evita que el gen de la RECOMBINASA se desactive hasta que la planta, manipulada con la "tecnología exterminadora" sea expuesta a un estímulo exterior específico, tal como un compuesto químico concreto, un choque térmico o un choque osmótico. Cuando el estímulo elegido se aplica a la semilla antes de su venta, se interrumpe el funcionamiento del represor. Por lo tanto como no hay represión, el gen de la recombinasa se activa. La recombinasa que se produce elimina el sistema de seguridad del espaciador. Puesto que el promotor ha sido elegido para ser activado en las últimas etapas de maduración de la semilla, será solo entonces cuando se iniciará la producción del veneno que mata la semilla.
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Los genes más usados en la tecnología terminator son:

GEN DE LA TOXINA: Gen R.I.P.(Proteína inhibidora del ribosoma)
PROMOTOR: L.E.A.(Abundante durante el desarrollo embrionario tardío)
ESPACIADOR: Fragmento de ADN flanqueado por secuencias de reconocimiento LOX
GEN DE LA RECOMBINASA: CRE/LOX, sistema de un bacteriófago.
PROMOTOR: Un promotor que pueda ser reprimido.
GEN REPRESOR: Sistema reprimible con tetraciclina.

El resultado es que las semillas de las plantas guardadas luego de la cosecha para futuros cultivos no germinarán.

La patente cubre las plantas y semillas de todas las especies: Vainas de guisantes, tomates, pimientos, espigas de trigo y maíz se trasformarán esencialmente en morgues de semillas. De un manotazo, el hombre ha cortado irremediablemente el ciclo natural planta-semilla, y no habrá mas alimentos a menos que se compren mas semillas . Esto lógicamente es espléndido para las empresas productoras de semillas y, según parece, también es bueno para el departamento de agricultura de los EUA.
La "Tecnología Exterminadora" fue creada para impedir que los agricultores conserven semillas no híbridas, de polinización abierta o genéticamente alteradas que venden las grandes empresas.
La intención de las multinacionales es cambiar los genes para hacer semillas diferentes y esas semillas no pertenecerán a cualquiera que desee cultivarlas o conservarlas, sino a la empresa productora. En los últimos años, la comunidad mundial ha presenciado con indignación cómo algunas multinacionales productoras de semillas han reclamado el derecho de propiedad sobre especies enteras de plantas basadas en que alteraron un gen en un miembro de esa especie, por lo que todo su genoma les pertenece.
En un mundo de continuo crecimiento demográfico y con creciente demanda de alimentos, gigantescas transnacionales esperan vender enormes cantidades de semillas manipuladas genéticamente y patentadas. La alimentación es un gran negocio que tiende a crecer, y esas firmas aspiran a que los agricultores de todo el mundo necesiten volver a ellas, año tras año, para comprarles semillas y, en algunos casos, incluso los compuestos químicos para cultivarlas. Patentes de plantas, licencias, derechos de propiedad intelectual, investigaciones y juicios contra agricultura por violar el monopolio de una empresa sobre determinado variedad de semillas son algunos medios que se utilizan para proteger sus intereses.
La " Tecnología Exterminadora " garantizará que mercados, agricultores, comunidades y países dependan completamente de la empresa que les vendió las semillas para poder seguir alimentándose.
Pero el problema más serio lo plantea el riesgo de que la función exterminadora escape del genoma de los cultivos a los que fue intencionalmente incorporada y se trasmita a otros cultivos de polinización abierta o plantas silvestres de los alrededores.
La propagación gradual de la esterilidad entre las plantas podría resultar en una catástrofe mundial que incluso podría borrar del planeta formas superiores de vida, sin excluir a los seres humanos.
Si la tecnología exterminadora se utiliza ampliamente, otorgará también a las industrias multinacionales de las semillas y los agroquímicos una capacidad extremadamente peligrosa de controlar las fuentes de alimentos del mundo.
Cuando se anuncio el desarrollo de la nueva técnica Monsanto, la multinacional estadounidense de las semillas y los plaguicidas, era una accionista menor (8%) en Delta & Pine Land Co.
La compra de Delta & Pine otorga a Monsanto una participación del 85% en el mercado de las semillas de algodón de los EUA y una posición mundial sobre este objetivo. Monsanto anunció también la adquisición de Dekalb, la segunda mayor empresa de maíz de EUA. En enero de 1997, Monsanto compro Holden´s Foundation Seeds, convirtiéndose en la empresa dominante también en el mercado del maíz.
En noviembre de 1997, Monsanto adquiere Sementes Agroceres, una importante compañía semillera de Brasil. La compra otorgó a Monsanto el 30 % del negocio de las semillas de maíz en ese país. Los agricultores brasileños que durante generaciones han cultivado y guardado sus propias semillas son considerados objetivos primarios de la tecnología exterminadora y apomíctica.
En enero de 1998, el Departamento de Agricultura de EUA obtuvo la patente (Número 5.710.367) del "maíz apomíctico", que acelera la producción de semillas híbridas al permitir que las planta produzca clones, disminuyendo así las semillas híbridas.
Monsanto ha promovido estrategias para la protección de sus patentes, principalmente en base a sus frijoles de soja genéticamente manipulados, que tienen la capacidad de soportar el rociado con el principal herbicida de la compañía, Roundup (Las malezas y otras plantas mueren, pero los frijoles sobreviven). En 1996, la firma sentó un nuevo precedente que exige a los agricultores comprados de sus "Frijoles de Soja Roundup Ready" que firmen el "acuerdo sobre Genes Roundup Ready 1996". Las condiciones del agricultor son las siguientes: pagar un "derecho de tecnología" de cinco dólares por saco; otorgar a Monsanto a inspeccionar, controlar y probar sus riesgos durante un plazo máximo de tres años, utilizar únicamente el herbicida en base a glifosato de Monsanto, llamado Roundup, renunciar a su derecho a guardar y replantar las semillas patentadas; no vender ni suministrar de modo alguno dichas semillas "Ninguna persona o entidad" ,y, en caso de violación del acuerdo, pagar a Monsanto una cantidad 100 veces superior a los derechos aplicables para el gen Roundup Ready, más los honorarios y costos de los abogados. La fuerte protesta de los agricultores contra la inspección y el control de su propiedad privada obligó a Monsanto a modificar esa parte del contrato de 1997.
El 1 de Junio de 1998, el potencial impacto de la tecnología exterminadora sobre la agricultura mundial aumentó explosivamente con el anuncio de que American Home Products Corporation (AHP) se había fusionado con Monsanto.
La AHP es una de las mayores compañías farmacéuticas del mundo, líder mundial en vacunas, biotecnología, productos agrícolas y veterinarios.
En realidad, AHP es una familia de empresas que incluyen a American Cyanamid, Cyamid Agricultural Products Group y Wyeth Ayerst, entre otras. Es la tercera compañía de EUA en herbicidas, insecticidas y fungicidas, pero tras su fusión con Monsanto, se estima que la firma resultante se trasformará en la mayor empresa de agroquímica del mundo, superando a la gigante Suiza Novartis.
Es claro que la adopción mundial de la tecnología exterminadora recientemente patentada asegurará la absoluta dependencia de los agricultores y las personas que estos alimentan respecto de las empresas multinacionales para la obtención de las semillas. La dependencia no promueve la libertad, sino todo lo contrario. La historia abunda en ejemplos de pueblos y culturas que perdieron libertades fundamentales porque su fuente de alimentos era controlada por otros.
La respuesta europea al "Monstruo Domestico Americano" (La tecnología exterminadora) es el "Gusano Exterminador", un nuevo destructor de semillas que se activa químicamente. El "Gusano Exterminador" mata semillas al activar genes de grasa de reedores que han sido introducidos mediante manipulación genética en los cultivos.
Zeneca Bio Sciences, del Reino Unido, compite con Monsanto por el primer puesto en la industria mundial de semillas y también en destruir la ancestral práctica de guardar las semillas y procrear variedades de cultivos.
Zeneca deriva de la ICI (Imperial Chemical Industries) y solicitara patentes por su invención en 58 países, imposibilitando a los agricultores de conservar semillas. Las plantas se atrofiaran y no se reproducirán a menos que se exponga al activador químico de Zeneca.
Zeneca es actualmente la quinta empresa semillera del mundo, con una venta anual del orden de los 437 millones de dólares en 1997. También es una importante compañía de productos químicos para cultivos y fármacos.
El "Gusano Exterminador" es una variante más amplia y más poderosa de la "Tecnología exterminadora" de Monsanto, ya que Zeneca puede escoger entre vender semillas que no sirven para replantar o accionar el "Gen asesino" a través de la aplicación de productos químicos
El objetivo principal Tecnología Exterminadora" es ofrecer una plataforma tecnológica (O caballo de Troya) que, a través de las patentes, le sirva de catapulta a sus genes con total impunidad.
Los campesinos y agricultores perderán el derecho que tienen desde hace 12.000 años a guardar la semilla, lo cual constituye una guerra biológica.
La conservación y el intercambio son la fuente primaria de semillas de hasta 1.400 millones de agricultores pobres del tercer mundo. La amenaza a estos agricultores, a la seguridad alimentaria y a la biodervisidad es real, considerando que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y Delta & Pine Land solicitaron la concesión de la patente en decenas de países del sur, desde Madagascar a Mali, desde Brasil a Benin, desde China a Vietnam.
Si la tecnología exterminadora obtiene una amplia licencia , la de Monsanto se apoderará principalmente de los cultivos de autopolinización como el trigo, el arroz, el algodón, la soja, la avena y el sorgo. Los dos productos agrícolas mas importantes del mundo ( el arroz y el trigo ), alimento básico del 75% de los pobres del mundo, podrían convertirse en monopolio privado.

Cleveland Indy Media Center/10/10/2008

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