2/1/08

Deseos para el 2008: una nueva Constitución para Bolivia

Jörg Stippel*
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Bolivia comienza el año nuevo con muchos desafíos: consolidar un Estado para todos, refundar un país de las y los bolivianos, dejar atrás las divisiones múltiples por ser aymaras, quechuas, cruzeños, tarijeños, cochabambinos, paceños, militares, policías, derechistas, izquierdistas, capitalistas y socialistas, etc. Falta centrarse en lo que une a todos, en vez de amarrarse a las diferencias y sacar provecho del desentendimiento, miedo, de la envidia y del odio.
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Conociendo a Bolivia uno se pregunta, ¿qué es lo que une a todos? No lo sé! Quizas es la pregunta cuya respuesta es el mayor desafío hacía el futuro que tienen las personas que ahora habitan en el territorio denominado Bolivia. Es un desafío que va más allá del año 2008. Se trata de definir una identidad común, de identificar intereses de todos, de acordar una base común de convivencia, de decidir acerca de lo que se entiende por justicia, poder, igualdad, fraternidad y libertad. Son las preguntas que anteceden cualquier esfuerzo de fundación de una república. Se trata de definir los asuntos colectivos, no es cuestión de asegurar los intereses de algunos pocos.
Quizás fue esa la labor de la Asamblea Constituyente: buscar los asuntos de todos para crear una nueva unidad e identidad. Se puede discutir si lo hicieron bien. Se puede cuestionar si trabajaron de forma eficiente, profesional y técnicamente limpia. Son cuestionamientos que se justifican desde un punto de vista de un tecnócrata internacional o de alguien quien quiera sacar provecho político de las irregularidades que existían en el procedimiento. Y si las había! El proyecto de Constitución se aprobó por simple mayoría y el último acto de su nacimiento esta manchado por la sangre derramada por grupos opositores a la refundación republicana de Bolivia. Estos problemas le quitan una parte de su legitimidad al proyecto refundacional. No obstante, nunca en la historia hubo un proyecto tan republicano y por ello tan esperanzador, capaz de poner las bases para una nueva unidad nacional, como el proyecto aprobado por la Asamblea Constituyente.
De cierta manera el proyecto de la nueva Constitución es un proyecto contradictorio. Su aprobación fue garantizada por las fuerzas de orden del las antiguas estructuras estatales. A su vez, el espíritu del proyecto refleja una nueva unidad nacional. Propone bases para entender Bolivia no como país de las oligarquías mineras, financieras y capitalistas del siglo XIX y XX, sino como un estado moderno que respeta la multiplitud de pieles, credos, lenguas y opiniones para hacer de la unidad la fuerza de un proyecto común. Es un espíritu de la época de la globalización. ¿Qué sería Europa si no existiese la convicción que la Unidad hace a la fuerza? Se trata de 27 paises diferentes con 23 idiomas oficiales conviviendo pacíficamente para lograr un fin común, el bienestar y la seguridad de todos. La mísma finalidad se perseguía con la fundación del Estado - Nación alemán en 1871.
También en nuestro territorio convivían y siguen conviviendo personas con culturas, dialectos y hasta idiomas muy diferentes. Además contamos con estados federados ricos y otros más pobres. Yo vengo, por ejemplo, del norte de Alemania, de Westfalia. A nivel internacional son poco conocidas las costumbres de mi territorio. Siempre me asocian con costumbres típicas del sur de Alemania, como el Oktoberfest con todo su bagaje costumbrista. No me siento identificado con esa "cultura alemana", pero es parte de nuestra imagen cultural. Después de la Segunda Guerra mundial, mi provincia, gracias a las reservas de carbón y la industria pesada, aportaba más recursos financieros al tesoro nacional que, por ejemplo, una región que vivía principalmente de la agricultura, como Baviera. Entonces el sistema de equilibrio fiscal entre los estados federados (Länderfinanzausgleich) hacía que mi provincia aportara recursos para el fomento del desarrollo de Baviera. Ahora Baviera es uno de los estados federados más exitosos, ya que fomentó el desarrollo de industrias modernas con los fondos recibidos. Entonces ahora es este Estado federado el que aporta recursos a otras regiones. La unidad y solidaridad entre todos los estados permitió a mediano y largo plazo homogeneizar el desarrollo. En vez de obstaculizar el progreso con nuevas divisiones y egoismos, se avanzó hacía un objetivo común, el bienestar para todos.
Es esta lectura histórica de otra cultura que también sufrió mucha violencia por supuestas diferencias raciales, religiosas y culturales en determindos momentos, lo que me hace apoyar la aprobación del proyecto para la nueva Constitución Política del Estado. La esperanza que se haya logrado un acercamiento a un sueño común. Es más que una esperanza: es la convicción que esta vez la Constitución no es fruto de una conquista lograda en contra de las oligarquías excluyentes; es producto de un esfuerzo común del pueblo boliviano. Así que, adelante Bolivia hay mucho que hacer!. Espero que puedan partir el año 2008 con una nueva Constitución para ayudar a crear la unidad nacional necesaria para enfretar los desafíos de la globalización. Aunque sea un lema tradicional, vale recordar a la oposición y al gobierno que la unión hace la fuerza!
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*Abogado alemán
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BolPress - Bolivia/02/01/2008

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