El PP, un partido ultra conservador de imposible homologación en Europa
Una derrota electoral, necesaria para su transformación en una derecha civilizada
El PP, un partido ultra conservador de imposible homologación en Europa
Los españoles atravesamos dos tragedias entrecruzadas que se alimentan recíprocamente: una Iglesia Católica extremadamente conservadora y con pretensiones de injerencia permanente en la sociedad civil, y un Partido Popular que ha caído en la tentación de contener a la extrema derecha en sus filas.
El PP, un partido ultra conservador de imposible homologación en Europa
Los españoles atravesamos dos tragedias entrecruzadas que se alimentan recíprocamente: una Iglesia Católica extremadamente conservadora y con pretensiones de injerencia permanente en la sociedad civil, y un Partido Popular que ha caído en la tentación de contener a la extrema derecha en sus filas.
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Carlos Carnicero
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La Iglesia Católica Española no tuvo necesidad de realizar una catarsis ni una autocrítica por haber sido sostén fundamental del régimen franquista. La extraordinaria personalidad de Monseñor Tarancón (al que los fascistas le dedicaban gritos y pintadas de “Tarancón al paredón”) y la presencia de un número importante de curas progresistas, algunos de ellos con presencia significada en la clandestinidad y en el mundo sindical democrático, facilitaron que en la transición democrática se fuera condescendiente con la Iglesia sin pedirle explicaciones. Buenas relaciones Tanto los gobiernos de Adolfo Suárez como los de Felipe González, lejos de recortar los privilegios seculares que ha tenido en España la Iglesia de Roma, los institucionalizó en acuerdos con la Santa Sede que le facilitaban a la Iglesia financiación y un tratamiento privilegiado con respecto a cualquier otro culto. Las más bajas pasiones Pero todo esto, lejos de calmar las ansias de influencia y control de la Iglesia en la sociedad civil, no ha hecho sino enardecer la parte más oscura de la Conferencia Episcopal, que se encuentra en permanente movilización contra el Gobierno legítimo de España. Otra vez, durante esta legislatura, hemos visto sotanas y alzacuellos en la manifestaciones de protesta contra el Gobierno y la emisora de los obispos, la Cadena COPE, ejerce un permanente amarillismo y agita las más bajas pasiones de sus oyentes para confrontarlos no sólo con el Gobierno sino además en muchas ocasiones contra la Constitución y la Corona. COPE y El Mundo Esta presencia activa de la Iglesia en la política tiene su traslación e influencia en los comportamientos del Partido Popular. En esta legislatura, las coordenadas políticas del PP las marcaba la COPE y el diario El Mundo. Esto ha sido especialmente evidente en todos los temas relacionados con la lucha antiterrorista (verdadera espina dorsal de la oposición del PP al Gobierno), con la extensión de derechos a la sociedad civil y con todo lo relacionado con la teoría de la conspiración del 11-M. Del “Váyase” a la conspiranoia El PP ha ido evolucionando hacia posiciones cada vez más ultra conservadoras. La refundación del PP que realizó José María Aznar quebró el espíritu de la transición y basó el asalto al poder en la erosión de las instituciones. Haría falta recordar lo que significó la utilización de la lucha antiterrorista y de la existencia de guerra sucia contra ETA para explicar claramente el Rubicón que atravesó José María Aznar, cuya frustración por perder las elecciones de 1993 le llevó a una clara conspiración al grito de “¡Váyase señor González”! Conspiración en la que el director de El Mundo (este siniestro personaje siempre aparece en todas las operaciones turbias) y el juez Baltasar Garzón, verdadero camaleón de la política y la justicia española, fueron piezas fundamentales. Sin programa, además Aquellos barros han traído estos lodos. No hay programa en la oposición que ha desarrollado el PP porque toda la atención ha estado centrada en la explotación del brutal atentado de Atocha y en la utilización del terrorismo como arma política contra el Gobierno. La dependencia de los postulados de la Iglesia Católica ha hecho el resto. La derrota, necesaria Es imposible la transformación del PP en un partido democrático moderno, del mismo corte de los que existen en los demás países europeos, con los actuales dirigentes. Los sectores moderados del PP están marginados de la vida política y son incapaces de emerger en el universo de autoritarismo que rige este partido. Tendrá que ocurrir una derrota electoral para que desde dentro de la derecha civilizada española surja la necesidad de esta transformación. De momento, esta es la Iglesia y esta es la derecha que nos ha tocado sufrir.
La Iglesia Católica Española no tuvo necesidad de realizar una catarsis ni una autocrítica por haber sido sostén fundamental del régimen franquista. La extraordinaria personalidad de Monseñor Tarancón (al que los fascistas le dedicaban gritos y pintadas de “Tarancón al paredón”) y la presencia de un número importante de curas progresistas, algunos de ellos con presencia significada en la clandestinidad y en el mundo sindical democrático, facilitaron que en la transición democrática se fuera condescendiente con la Iglesia sin pedirle explicaciones. Buenas relaciones Tanto los gobiernos de Adolfo Suárez como los de Felipe González, lejos de recortar los privilegios seculares que ha tenido en España la Iglesia de Roma, los institucionalizó en acuerdos con la Santa Sede que le facilitaban a la Iglesia financiación y un tratamiento privilegiado con respecto a cualquier otro culto. Las más bajas pasiones Pero todo esto, lejos de calmar las ansias de influencia y control de la Iglesia en la sociedad civil, no ha hecho sino enardecer la parte más oscura de la Conferencia Episcopal, que se encuentra en permanente movilización contra el Gobierno legítimo de España. Otra vez, durante esta legislatura, hemos visto sotanas y alzacuellos en la manifestaciones de protesta contra el Gobierno y la emisora de los obispos, la Cadena COPE, ejerce un permanente amarillismo y agita las más bajas pasiones de sus oyentes para confrontarlos no sólo con el Gobierno sino además en muchas ocasiones contra la Constitución y la Corona. COPE y El Mundo Esta presencia activa de la Iglesia en la política tiene su traslación e influencia en los comportamientos del Partido Popular. En esta legislatura, las coordenadas políticas del PP las marcaba la COPE y el diario El Mundo. Esto ha sido especialmente evidente en todos los temas relacionados con la lucha antiterrorista (verdadera espina dorsal de la oposición del PP al Gobierno), con la extensión de derechos a la sociedad civil y con todo lo relacionado con la teoría de la conspiración del 11-M. Del “Váyase” a la conspiranoia El PP ha ido evolucionando hacia posiciones cada vez más ultra conservadoras. La refundación del PP que realizó José María Aznar quebró el espíritu de la transición y basó el asalto al poder en la erosión de las instituciones. Haría falta recordar lo que significó la utilización de la lucha antiterrorista y de la existencia de guerra sucia contra ETA para explicar claramente el Rubicón que atravesó José María Aznar, cuya frustración por perder las elecciones de 1993 le llevó a una clara conspiración al grito de “¡Váyase señor González”! Conspiración en la que el director de El Mundo (este siniestro personaje siempre aparece en todas las operaciones turbias) y el juez Baltasar Garzón, verdadero camaleón de la política y la justicia española, fueron piezas fundamentales. Sin programa, además Aquellos barros han traído estos lodos. No hay programa en la oposición que ha desarrollado el PP porque toda la atención ha estado centrada en la explotación del brutal atentado de Atocha y en la utilización del terrorismo como arma política contra el Gobierno. La dependencia de los postulados de la Iglesia Católica ha hecho el resto. La derrota, necesaria Es imposible la transformación del PP en un partido democrático moderno, del mismo corte de los que existen en los demás países europeos, con los actuales dirigentes. Los sectores moderados del PP están marginados de la vida política y son incapaces de emerger en el universo de autoritarismo que rige este partido. Tendrá que ocurrir una derrota electoral para que desde dentro de la derecha civilizada española surja la necesidad de esta transformación. De momento, esta es la Iglesia y esta es la derecha que nos ha tocado sufrir.
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elplural.com - España/02/01/2008
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