Rato regresa a España y produce una conmoción en su partido
A. COLLADO / C. DE LA HOZ
Madrid-Rodrigo Rato regresará a España en octubre y alega cuestiones de índole personal para recortar su mandato como director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La vuelta del que fuera todopoderoso vicepresidente económico de los dos gobiernos de José María Aznar y aspirante confeso a sucederle al frente del PP, desató ayer todo tipo de especulaciones, «seguro que, todas ellas, equivocadas» se atrevió a decir una persona de su entorno que da por buenos y certeros los argumentos de su amigo.
«Mis circunstancias familiares y mis responsabilidades, especialmente en lo que se refiere a la educación de mis hijos, son el motivo para renunciar a mis responsabilidades en el Fondo más pronto de lo previsto», afirmó Rato en un comunicado transmitido a través de la página web oficial del Fondo Monetario.
«He tomado esta decisión -agregó más adelante dirigiéndose a la dirección del Fondo- por razones personales. Profesionalmente no ha sido una decisión fácil, porque como todos ustedes saben tengo la más alta consideración por esta institución».
Con anterioridad, había telefoneado a su jefe de filas, Mariano Rajoy, para que la marejada no pillara a muchos de los suyos con el pie cambiado. De hecho, durante la tarde de ayer habló con algunos de sus compañeros y amigos de partido, a los que reiteró los motivos para abandonar un cargo que le otorga tratamiento de jefe de Estado y le asegura unos emolumentos de futuro nada desdeñables.
También afirmó en estas conversaciones, según pudo saber ABC por boca de algunos de sus interlocutores, que «no hay trasfondo político en su decisión. Descarta volver a la política. Para él, es una «etapa pasada de su vida» y apuntan también a la existencia de planes matrimoniales.
Y fue el propio Rato quien, en conversación con este periódico, ratificó uno a uno los términos de su nota aunque añadió el dato nada desdeñable de que «no tiene ninguna oferta profesional cerrada», acaso porque su cargo actual está sujeto a incompatibilidades. También reconoció que no estaba en su mano evitar especulaciones, sobre todo las que le sitúan, de nuevo, a la vera de Mariano Rajoy y, quizá, otra vez, como en 2004, de «número dos» de su candidatura.
Precampaña electoral
Y es en este punto donde la decisión de Rato alcanza una dimensión política de primera magnitud. Su relevo se producirá previsiblemente el 21 de octubre en una reunión de la Asamblea anual del FMI, esto es, en un momento especialmente intenso dado que nos encontraremos en plena precampaña de las generales. Su partido se juega volver al poder o abrir un debate interno de consecuencias impredecibles. Un miembro de «maitines» no dudó ayer en afirmar que una cabecera de cartel electoral formada, como en 2004, por Rajoy y Rato «sería estupendo» y ello, además «serviría para quitarte dos problemas de encima».
Y los problemas a los que se refiere este destacado miembro de la dirección son, por una parte, cerrar el debate sobre el «número dos» de la lista y evitar cualquier tipo de conflicto entre quienes pudieran aspirar a esa posición, léase Alberto Ruiz-Gallardón o Eduardo Zaplana, por ejemplo y, de paso, volver a contar con uno de los «pesos pesados».
En este sentido, fueron muchas las voces que públicamente se adhirieron a la idea del regreso de Rato a su «casa» política. El responsable de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, dijo que el partido le recibirá con «los brazos abiertos» y añadió que «si quiere» podría formar parte de las listas del PP en las próximas generales. Zaplana también se apuntó a las bienvenidas y dirigentes territoriales como Alberto Núñez Feijóo dijeron que es «un lujo» contar con el ex vicepresidente en el PP, donde siempre tendrá «la puerta abierta». Quien fuera secretario de Estado de Economía con Rato, José Folgado, y actual alcalde de Tres Cantos (Madrid), admitió sentirse «emocionado» con la vuelta de su antiguo jefe, del que dijo que es «uno de los grandes políticos» que necesita el país. Además, Folgado espera para el próximo viernes la visita de Rato en Tres Cantos donde celebrarán el éxito electoral en esta localidad madrileña.
Lo cierto es que Rajoy nunca ha dado por finiquitada la vida política de su compañero de partido con su posible inclusión en las listas. En una entrevista publicada hace un año por ABC e interrogado sobre si recuperaría a Rato, respondió que «a estas alturas, hablar de esas cosas es adelantar excesivamente los acontecimientos». De hecho, el líder del PP siempre ha estado apuntado a la tesis de que la trayectoria política de Rato «aún no se ha acabado».
Decisión retrasada
Fuentes del PP explicaron que la decisión estaba tomada mucho antes, pero que el escándalo del ahora ex presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, obligó a Rato a retrasar el calendario de su propio abandono. «No terminaba de encajar en Washington ni acababa tampoco de encajar su vida familiar» alega otro viejo amigo de la política quien, en consonancia con otros muchos miembros de su entorno consultados por ABC, no duda en afirmar «para él, sus hijos son lo primero».
Rato «viene a desarrollar su proyecto personal, sea el que sea», afirma un diputado de la máxima confianza de Rato. El todavía director gerente del FMI confirmó sus intenciones al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al que también telefoneó ayer por la tarde para comunicarle su decisión. Y le dijo que su vocación «es la iniciativa privada», según pudo saber ABC, al tiempo que Zapatero le agradecía su dedicación y los servicios prestados.
¿Qué pasará, sin embargo, en caso de que Rajoy le llamara a su lado? «Hombre, si lo necesita un amigo, si lo necesita su partido y si lo necesita España, pues quién sabe» responde incluso uno de los más convencidos con los motivos personales del ex vicepresidente. Otro, más festivo, recuerda el bolero de «si tú me dices ven, lo dejo todo», sin cerrar todas las puertas.
«Mis circunstancias familiares y mis responsabilidades, especialmente en lo que se refiere a la educación de mis hijos, son el motivo para renunciar a mis responsabilidades en el Fondo más pronto de lo previsto», afirmó Rato en un comunicado transmitido a través de la página web oficial del Fondo Monetario.
«He tomado esta decisión -agregó más adelante dirigiéndose a la dirección del Fondo- por razones personales. Profesionalmente no ha sido una decisión fácil, porque como todos ustedes saben tengo la más alta consideración por esta institución».
Con anterioridad, había telefoneado a su jefe de filas, Mariano Rajoy, para que la marejada no pillara a muchos de los suyos con el pie cambiado. De hecho, durante la tarde de ayer habló con algunos de sus compañeros y amigos de partido, a los que reiteró los motivos para abandonar un cargo que le otorga tratamiento de jefe de Estado y le asegura unos emolumentos de futuro nada desdeñables.
También afirmó en estas conversaciones, según pudo saber ABC por boca de algunos de sus interlocutores, que «no hay trasfondo político en su decisión. Descarta volver a la política. Para él, es una «etapa pasada de su vida» y apuntan también a la existencia de planes matrimoniales.
Y fue el propio Rato quien, en conversación con este periódico, ratificó uno a uno los términos de su nota aunque añadió el dato nada desdeñable de que «no tiene ninguna oferta profesional cerrada», acaso porque su cargo actual está sujeto a incompatibilidades. También reconoció que no estaba en su mano evitar especulaciones, sobre todo las que le sitúan, de nuevo, a la vera de Mariano Rajoy y, quizá, otra vez, como en 2004, de «número dos» de su candidatura.
Precampaña electoral
Y es en este punto donde la decisión de Rato alcanza una dimensión política de primera magnitud. Su relevo se producirá previsiblemente el 21 de octubre en una reunión de la Asamblea anual del FMI, esto es, en un momento especialmente intenso dado que nos encontraremos en plena precampaña de las generales. Su partido se juega volver al poder o abrir un debate interno de consecuencias impredecibles. Un miembro de «maitines» no dudó ayer en afirmar que una cabecera de cartel electoral formada, como en 2004, por Rajoy y Rato «sería estupendo» y ello, además «serviría para quitarte dos problemas de encima».
Y los problemas a los que se refiere este destacado miembro de la dirección son, por una parte, cerrar el debate sobre el «número dos» de la lista y evitar cualquier tipo de conflicto entre quienes pudieran aspirar a esa posición, léase Alberto Ruiz-Gallardón o Eduardo Zaplana, por ejemplo y, de paso, volver a contar con uno de los «pesos pesados».
En este sentido, fueron muchas las voces que públicamente se adhirieron a la idea del regreso de Rato a su «casa» política. El responsable de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, dijo que el partido le recibirá con «los brazos abiertos» y añadió que «si quiere» podría formar parte de las listas del PP en las próximas generales. Zaplana también se apuntó a las bienvenidas y dirigentes territoriales como Alberto Núñez Feijóo dijeron que es «un lujo» contar con el ex vicepresidente en el PP, donde siempre tendrá «la puerta abierta». Quien fuera secretario de Estado de Economía con Rato, José Folgado, y actual alcalde de Tres Cantos (Madrid), admitió sentirse «emocionado» con la vuelta de su antiguo jefe, del que dijo que es «uno de los grandes políticos» que necesita el país. Además, Folgado espera para el próximo viernes la visita de Rato en Tres Cantos donde celebrarán el éxito electoral en esta localidad madrileña.
Lo cierto es que Rajoy nunca ha dado por finiquitada la vida política de su compañero de partido con su posible inclusión en las listas. En una entrevista publicada hace un año por ABC e interrogado sobre si recuperaría a Rato, respondió que «a estas alturas, hablar de esas cosas es adelantar excesivamente los acontecimientos». De hecho, el líder del PP siempre ha estado apuntado a la tesis de que la trayectoria política de Rato «aún no se ha acabado».
Decisión retrasada
Fuentes del PP explicaron que la decisión estaba tomada mucho antes, pero que el escándalo del ahora ex presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, obligó a Rato a retrasar el calendario de su propio abandono. «No terminaba de encajar en Washington ni acababa tampoco de encajar su vida familiar» alega otro viejo amigo de la política quien, en consonancia con otros muchos miembros de su entorno consultados por ABC, no duda en afirmar «para él, sus hijos son lo primero».
Rato «viene a desarrollar su proyecto personal, sea el que sea», afirma un diputado de la máxima confianza de Rato. El todavía director gerente del FMI confirmó sus intenciones al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al que también telefoneó ayer por la tarde para comunicarle su decisión. Y le dijo que su vocación «es la iniciativa privada», según pudo saber ABC, al tiempo que Zapatero le agradecía su dedicación y los servicios prestados.
¿Qué pasará, sin embargo, en caso de que Rajoy le llamara a su lado? «Hombre, si lo necesita un amigo, si lo necesita su partido y si lo necesita España, pues quién sabe» responde incluso uno de los más convencidos con los motivos personales del ex vicepresidente. Otro, más festivo, recuerda el bolero de «si tú me dices ven, lo dejo todo», sin cerrar todas las puertas.
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ABC.es-Madrid/PORTADA/29/06/2007
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