Iberoamérica, prioridad total, dice ZP
Fernando Jáuregui
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Preguntamos a José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español, cuáles son sus prioridades en política exterior. Sin dudarlo, el jefe del Ejecutivo citó, como prioridad primera, a Iberoamérica. Después, Africa -con la que España tiene muy escasos lazos, es la verdad- y, finalmente, la construcción de la "nueva" Europa, que anda un poco en zigzag. La verdad es que América Latina es la gran, enorme, preocupación de los españoles en estos momentos, entre otras cosas porque un seis por ciento del PIB depende ahora de esos "países hermanos" a los que oficialmente en algunos casos tanto se minimiza.El hecho de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero haya nombrado a Felipe González, ex presidente y hombre ligado a muchos intereses latinoamericanos, como los del mexicano Carlos Slim, embajador extraordinario para el bicentenario de la independencia de tantos países en América, es un golpe político maestro. Sabe el Gobierno de Zapatero que algunas de esas conmemoraciones pueden tener un tinte reivindicativo frente a lo que fue la metrópoli que poco a nada conviene a la actual España, embarcada en muy otras aventuras. González, tras el Rey, sigue siendo el personaje español más carismático en algunas de las repúblicas americanas.Así que me parece un acierto de Zapatero el nombramiento de González como embajador. Siempre y cuando ahora se le dote de presupuesto y facultades para ejercer su nuevo papel, y no se haga como con la aún reciente creación de una Secretaría de Estado Iberoamericana cuya única función parece haber sido darle un cargo a la ex candidata socialista a la alcaldía de Madrid, Trinidad Jiménez.Una vez hecha la loa, la prevención: Iberoamérica, o América Latina, que a mí tanto me da -cuánto debate nominalista absurdo, Dios mío-, no puede ser un feudo de los González-Jiménez y sus amigos o amigotes. Pienso que Felipe González deberá guardar muy mucho las formas y los fondos. A mí, sinceramente, y sin querer tomar partido, me preocupa que el jefe del Gobierno democrático español que más tiempo ha permanecido en el cargo acuda a la Argentina de Kirchner, una plaza difícil para el Gobierno actual y para los empresarios españoles, para defender más los intereses de Carlos Slim en telefonía que los de la Compañía Telefónica de España.Me parece que Iberoamérica debe ser, en efecto, una prioridad absoluta para los intereses diplomáticos y económicos españoles. País por país y caso por caso. Pero hay que ordenar prioridades y no permitir que, por ejemplo, los intereses populistas de una "madame Kirchner" en Argentina, o los afanes propagandísticos de un Evo Morales en Bolivia, pongamos por caso, sitúe a los pies de los caballos décadas de delicadísima actividad diplomática, bienintencionada y positiva, de España hacia sus naciones hermanas. La rapiña de algunas empresas españolas, que ha existido y quizá aún existe, no es casi nada en comparación con otras rapiñas posibles y que ya están viniendo.
Preguntamos a José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno español, cuáles son sus prioridades en política exterior. Sin dudarlo, el jefe del Ejecutivo citó, como prioridad primera, a Iberoamérica. Después, Africa -con la que España tiene muy escasos lazos, es la verdad- y, finalmente, la construcción de la "nueva" Europa, que anda un poco en zigzag. La verdad es que América Latina es la gran, enorme, preocupación de los españoles en estos momentos, entre otras cosas porque un seis por ciento del PIB depende ahora de esos "países hermanos" a los que oficialmente en algunos casos tanto se minimiza.El hecho de que el Gobierno de Rodríguez Zapatero haya nombrado a Felipe González, ex presidente y hombre ligado a muchos intereses latinoamericanos, como los del mexicano Carlos Slim, embajador extraordinario para el bicentenario de la independencia de tantos países en América, es un golpe político maestro. Sabe el Gobierno de Zapatero que algunas de esas conmemoraciones pueden tener un tinte reivindicativo frente a lo que fue la metrópoli que poco a nada conviene a la actual España, embarcada en muy otras aventuras. González, tras el Rey, sigue siendo el personaje español más carismático en algunas de las repúblicas americanas.Así que me parece un acierto de Zapatero el nombramiento de González como embajador. Siempre y cuando ahora se le dote de presupuesto y facultades para ejercer su nuevo papel, y no se haga como con la aún reciente creación de una Secretaría de Estado Iberoamericana cuya única función parece haber sido darle un cargo a la ex candidata socialista a la alcaldía de Madrid, Trinidad Jiménez.Una vez hecha la loa, la prevención: Iberoamérica, o América Latina, que a mí tanto me da -cuánto debate nominalista absurdo, Dios mío-, no puede ser un feudo de los González-Jiménez y sus amigos o amigotes. Pienso que Felipe González deberá guardar muy mucho las formas y los fondos. A mí, sinceramente, y sin querer tomar partido, me preocupa que el jefe del Gobierno democrático español que más tiempo ha permanecido en el cargo acuda a la Argentina de Kirchner, una plaza difícil para el Gobierno actual y para los empresarios españoles, para defender más los intereses de Carlos Slim en telefonía que los de la Compañía Telefónica de España.Me parece que Iberoamérica debe ser, en efecto, una prioridad absoluta para los intereses diplomáticos y económicos españoles. País por país y caso por caso. Pero hay que ordenar prioridades y no permitir que, por ejemplo, los intereses populistas de una "madame Kirchner" en Argentina, o los afanes propagandísticos de un Evo Morales en Bolivia, pongamos por caso, sitúe a los pies de los caballos décadas de delicadísima actividad diplomática, bienintencionada y positiva, de España hacia sus naciones hermanas. La rapiña de algunas empresas españolas, que ha existido y quizá aún existe, no es casi nada en comparación con otras rapiñas posibles y que ya están viniendo.
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Diario Siglo XXI-España/Portada/29/07/2007
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