"Los judíos solo podemos confiar en los judíos"
ENTREVISTA CON YOSEF LAPID, PRESIDENTE DEL CONSEJO DE YAD VASHEMES LA INSTITUCIÓN QUE GESTIONA EL MUSEO DEL HOLOCAUSTO DE JERUSALÉN. PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LA CONCORDIA.
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RICARDO MIR DE FRANCIA
RICARDO MIR DE FRANCIA
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--¿Dónde pasó el Holocausto?
--El Ejército Rojo me salvó del gueto de Budapest, el único de toda Europa que se salvó del exterminio. Cuando le llegó el turno, los rusos lo rodearon y los nazis no tuvieron tiempo de matarnos o enviarnos a Auschwitz. De los 100.000 que éramos solo murieron 20.000.
--¿En su casa se habló del genocidio o se impuso el silencio?
--Hay una leyenda que dice que los supervivientes callan. Yo les hablé a mis hijos del Holocausto desde que eran muy jóvenes, y les llevé a Budapest para mostrarles el gueto. Siempre he creído que debemos recordar.
--Lo mismo ha hecho Yad Vashem.
--Sí, aunque 50 años después. Este es un lugar para la memoria, visitado por casi un millón de personas cada año, entre ellos, todo dignatario extranjero que visita el país.
--Solo tres millones de víctimas han sido identificadas. ¿Y el resto?
--Es muy difícil recoger datos de gente que ha sido asesinada. Posiblemente, si no los encontramos, es porque familias enteras fueron aniquiladas y nadie sobrevivió para contarlo. Mi padre fue asesinado, mi abuela murió en Auschwitz y así hasta sumar otros 10 familiares.
--¿Hasta qué punto esta tragedia moldeó el carácter del Estado de Israel?
--Quien no comprenda el comportamiento de los israelís debe pensar en el Holocausto. Mucha gente pregunta cómo es posible que los judíos, que eran los más liberales entre los liberales, se hayan vuelto tan nacionalistas, patriotas, duros e intransigentes. La respuesta es la Shoa. Perdimos la confianza en la compasión humana. Sabemos que los judíos solo podemos confiar en nosotros mismos porque nuestros enemigos quieren destruirnos.
--Prevaleció la mentalidad de sitio sobre el humanismo judío.
--Exactamente. Si una vez te ves atrapado eres una pobre víctima, pero si te ocurre una segunda vez, eres un idiota.
--¿Por qué el Estado abandonó a los supervivientes?
--No es del todo cierto. Hay gente que está explotando el asunto para presionar al Gobierno-
--La prensa ha dicho que un tercio vive bajo una pobreza extrema.
--Yo he sido periodista y magnificar los hechos convierte una pequeña historia en una gran historia. Nadie está muriendo por falta de comida, atención o medicinas. La sanidad israelí se ocupa de todos, pero es cierto que deberían estar mejor de lo que están. Es un fenómeno menor, igual que el de los neonazis.
--Sin embargo, casi todos los días hay pintadas o actos vandálicos.
--No sé si reír o llorar. Reír porque es un fenómeno muy raro y minoritario. No son más que entre 30 y 50 jóvenes. Hemos recibido a un millón de rusos debido a una ley del retorno muy liberal y, por tanto, es inevitable que unos cuantos odien a los judíos, los negros y los gais.
--¿Cuál es la solución?
--Algunos dicen que hay que educarlos mejor, pero han tenido las mismas oportunidades que el resto. Yo creo que simplemente debemos meterlos en prisión porque son criminales y borrachos.
--¿Qué me dice de Irán? Netanyahu insiste en que volvemos a estar en 1939.
--Hay un paralelismo histórico. Cuando Hitler subió al poder y empezó a hacerles la vida imposible a los judíos, el resto del mundo, con la excepción de Churchill, dijo que era un problema interno de Alemania. Ahora está pasando algo parecido. Llevamos tiempo diciendo que el islam fanático es un peligro para toda la civilización occidental. De acuerdo, la andanada va dirigida contra nosotros por haber ocupado territorio árabe, pero la razón real de este odio es que somos la avanzadilla de la cultura judeocristiana en esta parte del mundo. La frustración del pueblo árabe, que ha visto cómo su petróleo era expoliado sin darles un céntimo a cambio para mejorar sus vidas, la canalizan los políticos y mulás en un odio visceral hacia Occidente y sus propios líderes, enriquecidos enormemente.
--Si Irán odia a los judíos, ¿por qué los judíos persas no emigran?
--Porque su situación económica es muy buena; la política es más delicada. Se equivocan, y si hay una guerra con Irán, pagarán el precio.
--¿No confunden ustedes demasiado la crítica legítima a la política de Israel con el antisemitismo?
--Es muy difícil trazar una línea divisoria entre ambos fenómenos. En Escandinavia, por ejemplo, hay un sentimiento antiisraelí muy profundo porque consideran que los palestinos han pagado un destino injusto. Pero no son países antisemitas. En Alemania el antisemitismo se ha erosionado, ya que es la única nación que enseña de verdad el Holocausto. Pero también tenemos el viejo antisemitismo en Hungría, Francia, Bélgica, Ucrania y el Báltico.
--¿Dónde pasó el Holocausto?
--El Ejército Rojo me salvó del gueto de Budapest, el único de toda Europa que se salvó del exterminio. Cuando le llegó el turno, los rusos lo rodearon y los nazis no tuvieron tiempo de matarnos o enviarnos a Auschwitz. De los 100.000 que éramos solo murieron 20.000.
--¿En su casa se habló del genocidio o se impuso el silencio?
--Hay una leyenda que dice que los supervivientes callan. Yo les hablé a mis hijos del Holocausto desde que eran muy jóvenes, y les llevé a Budapest para mostrarles el gueto. Siempre he creído que debemos recordar.
--Lo mismo ha hecho Yad Vashem.
--Sí, aunque 50 años después. Este es un lugar para la memoria, visitado por casi un millón de personas cada año, entre ellos, todo dignatario extranjero que visita el país.
--Solo tres millones de víctimas han sido identificadas. ¿Y el resto?
--Es muy difícil recoger datos de gente que ha sido asesinada. Posiblemente, si no los encontramos, es porque familias enteras fueron aniquiladas y nadie sobrevivió para contarlo. Mi padre fue asesinado, mi abuela murió en Auschwitz y así hasta sumar otros 10 familiares.
--¿Hasta qué punto esta tragedia moldeó el carácter del Estado de Israel?
--Quien no comprenda el comportamiento de los israelís debe pensar en el Holocausto. Mucha gente pregunta cómo es posible que los judíos, que eran los más liberales entre los liberales, se hayan vuelto tan nacionalistas, patriotas, duros e intransigentes. La respuesta es la Shoa. Perdimos la confianza en la compasión humana. Sabemos que los judíos solo podemos confiar en nosotros mismos porque nuestros enemigos quieren destruirnos.
--Prevaleció la mentalidad de sitio sobre el humanismo judío.
--Exactamente. Si una vez te ves atrapado eres una pobre víctima, pero si te ocurre una segunda vez, eres un idiota.
--¿Por qué el Estado abandonó a los supervivientes?
--No es del todo cierto. Hay gente que está explotando el asunto para presionar al Gobierno-
--La prensa ha dicho que un tercio vive bajo una pobreza extrema.
--Yo he sido periodista y magnificar los hechos convierte una pequeña historia en una gran historia. Nadie está muriendo por falta de comida, atención o medicinas. La sanidad israelí se ocupa de todos, pero es cierto que deberían estar mejor de lo que están. Es un fenómeno menor, igual que el de los neonazis.
--Sin embargo, casi todos los días hay pintadas o actos vandálicos.
--No sé si reír o llorar. Reír porque es un fenómeno muy raro y minoritario. No son más que entre 30 y 50 jóvenes. Hemos recibido a un millón de rusos debido a una ley del retorno muy liberal y, por tanto, es inevitable que unos cuantos odien a los judíos, los negros y los gais.
--¿Cuál es la solución?
--Algunos dicen que hay que educarlos mejor, pero han tenido las mismas oportunidades que el resto. Yo creo que simplemente debemos meterlos en prisión porque son criminales y borrachos.
--¿Qué me dice de Irán? Netanyahu insiste en que volvemos a estar en 1939.
--Hay un paralelismo histórico. Cuando Hitler subió al poder y empezó a hacerles la vida imposible a los judíos, el resto del mundo, con la excepción de Churchill, dijo que era un problema interno de Alemania. Ahora está pasando algo parecido. Llevamos tiempo diciendo que el islam fanático es un peligro para toda la civilización occidental. De acuerdo, la andanada va dirigida contra nosotros por haber ocupado territorio árabe, pero la razón real de este odio es que somos la avanzadilla de la cultura judeocristiana en esta parte del mundo. La frustración del pueblo árabe, que ha visto cómo su petróleo era expoliado sin darles un céntimo a cambio para mejorar sus vidas, la canalizan los políticos y mulás en un odio visceral hacia Occidente y sus propios líderes, enriquecidos enormemente.
--Si Irán odia a los judíos, ¿por qué los judíos persas no emigran?
--Porque su situación económica es muy buena; la política es más delicada. Se equivocan, y si hay una guerra con Irán, pagarán el precio.
--¿No confunden ustedes demasiado la crítica legítima a la política de Israel con el antisemitismo?
--Es muy difícil trazar una línea divisoria entre ambos fenómenos. En Escandinavia, por ejemplo, hay un sentimiento antiisraelí muy profundo porque consideran que los palestinos han pagado un destino injusto. Pero no son países antisemitas. En Alemania el antisemitismo se ha erosionado, ya que es la única nación que enseña de verdad el Holocausto. Pero también tenemos el viejo antisemitismo en Hungría, Francia, Bélgica, Ucrania y el Báltico.
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El Periódico - España/11/10/2007
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