9/11/07

La guerra de los extremistas blancos contra los Hispanos

¿Los nazis de Blackwater quieren una noche de los cristales rotos enVirginia?

Se cumple la guerra racial alentada por Samuel Huntington, un profesor de la Universidad de Harvard, en su libro de 2004
¿Quiénes somos?
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Por Anton Chaitkin / EIR
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Greg Ahlemann pretende incitar a la furia jacobina contra los inmigrantes ilegales en su campaña para que los elijan como alguacil del condado de Loudoun, Virginia. El perfil del candidato republicano que publicó el Washington Post el 12 de octubre se concentró en el extraño tatuaje que lleva en el brazo: el símbolo de los cruzados que quieren un Harmagedón religioso, en el que aparecen una bandera colonial americana y una israelí unidas por una cruz.
Ahlemann convocó precipitadamente a una rueda de prensa el 15 de octubre, para advertir que los inmigrantes hispanos ilegales son una amenaza delictiva, y para presumir su tatuaje. Ahlemann volcó su virulecia contra el alguacil en funciones, Steve Simpson, porque no ha querido sumarse a la histeria antiinmigrante.
Al otro lado del mundo, la orgía de sangre de los mercenarios en las calles iraquíes movieron al gobierno de ese país a exigir la expulsión de la firma Blackwater USA. El escándalo de Blackwater se hizo sentir en el Congreso, al tiempo que el fantasma de una guerra global a cargo de agencias privadas fascistas rondaba Washington.
Tal es el plan de los superfinancieros Félix Rohatyn y George Shultz, tal como lo está poninendo en práctica la "revolución en los asuntos militares" de Dick Cheney y Donald Rumsfeld.
El Centro Rohatyn de Asuntos Internacionales (de la universidad Middlebury en Vermont) organizó una conferencia en octubre de 2004 sobre "La Privatización de la Seguridad Nacional", en la que, en colaboración con Shultz, que es el arquitecto del Gobierno de Bush, Rohatyn pugnó por un futuro mundial de guerras privadas que tomen como modelo explícito la Era de Tinieblas feudal y las conquistas de la Compañía de las Indias Orientales británica.
Ese futuro está aquí y ahora.
Además de desplegar a sus propios mercenarios, Blackwater también adiestra al personal de agencias policíacas estadounidenses a todos los niveles de gobierno. La pandilla de Blackwater está apoderándose de las agencias policíacas nacionales, y sus funciones privatizadas se amalgamarán con las turbas de vigilantes antiinmigrantes.
Organización teocrática fascista
EIR (Executive Intelligence Review) ha descubierto que la candidatura provocadora de Greg Ahlemann es parte de una organización teocrática fascista clandestina internacional que vincula a los directivos de Blackwater con agentes harmagedonistas tanto protestantes como católicos.
Algunos centros globales de este movimiento están precisamente a las afueras de Washington, en el norte de Virginia: el Christendom College (en Front Royal), que es una excrescencia política del fascismo español de Franco; la parroquia católica de Santa Catalina de Siena del magistrado Antonin Scalia (en Falls Church); y la Hermandad de Ministerios de Prisiones de Charles Colson (con sede al este de Leesburg, la cabecera del condado de Loudoun).
Los "espías" de estos parajes pretenden manipular a las masas de estadounidenses desmoralizadas por el temporal económico.
Vigilantes y mercenarios
La noche del 17 de octubre más de mil activistas a favor y en contra de los inmigrantes se enfrentaron en una reunión de la Junta de Supervisores del condado de Prince William en Virginia. A las 2:30 de la madrugada los supervisores de votaron 8 a 0 a favor de crear una Unidad de Delitos Extranjeros de la policía del condado, y de negarle ciertos servicios públicos a los extranjeros indocumentados. La policía botará a los indocumentados, al exigirles que comprueben su ciudadanía cuando los paren por infracciones de tráfico de rutina y en otras interacciones.
Esto evoca la Alemania de los 1930; la Kristalnacht, la noche en que las fuerza de choque nazis de Hitler rompieron las ventanas de los judíos, quienes fueron los chivos expiatorios del desastre de la Gran Depresión. La Gestapo exigía: "Muéstreme sus papeles".
La ordenanza de Prince William se redactó en conjunción con una organización de vigilantes conocida como "Ayuden a Salvar a Virginia", y sus sucursales Ayuden a Salvar a Manassas, Salven a Herndon y Salven a Loudoun. Éste es el rostro público en Virginia del movimiento llamado de los Minuteman, que despliega a vigilantes en la frontera con México. El portal electrónico de "Ayuden a Salvar" pide contribuciones directamente para los Minutemen.
El jefe de los Minutemen en Virginia, George Taplin, estuvo a cargo del puesto de "Ayuden a Salvar" el 7 de octubre en el festival de la ciudad de Sterling, en Sterling Park, Virginia. Taplin organizó el movimiento antiinmigrante de Ayuden a Salvar y los Minutemen en Herndon, Virginia, y encabezó su incursión en el condado de Loudoun en enero de 2007. Los vigilantes son una operación del movimiento nacional antiinmigrante, entre cuyos dirigentes se encuentra el congresista republicano Tom Tancredo (de Colorado) y el profesor fascista de Harvard, Samuel Huntington, de infame memoria por su tesis del "choque de civilizaciones".
Blackwater y la frontera
En 2006 se sometió un proyecto de ley a consideración de la Cámara de Representantes (H.R. 6015), para que el gobierno contrate de 5.000 a 8.000 mercenarios para que patrullen la frontera con México, y para que contratistas privados como Blackwater USA se encarguen de adiestrar a la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. Entre sus patrocinadores están los representantes Tancredo, Eric Cantor (republicano, de Virginia) y Roy Blunt (republicano, de Misurí). El principal promotor del proyecto de ley, el republicano Mike Rogers (de Alabama), ya había invitado al Congreso al presidente de Blackwater, Gary Jackson, para que explicara cómo su empresa podía privatizar las funciones de la Patrulla Fronteriza.
Blackwater la fundó el multibillonario de Michigan Erik Prince en 1996. Bajo la guía de su pastor político-religioso Charles Colson, Prince y su empresa se han dedicado a imponer una era de tinieblas política y social, una restauración del orden de la Inquisición, los cruzados y las guerras mercenarias. En 2001 Prince le dio 500.000 dólares a la Hermandad de Ministerios de Prisiones de Charles Colson, a través de su Fundación Freiheit, que está exenta de impuestos.
De infame memoria por haber sido uno de los conspiradores a los que se declaró culpables de lo de Watergate, Colson forjó una alianza de "evangélicos" y católicos ultraderechistas, y, junto con sus secuaces, en noviembre de 1996 publicó una diatriba titulada, "¿El fin de la Democracia?", en la que instaba a los cristianos teocráticos a derrocar al ahora ilegítimo "régimen" constitucional estadounidense. Como converso al catolicismo, Prince también ha financiado a los pro franquistas "legionarios de Cristo".
El director de operaciones y asesor general de Blackwater es Joseph Schmitz, un ex inspector general del Pentágono a las órdenes del secretario de Defensa Donald Rumsfeld y agente destacado del movimiento teocrático clandestino. Su padre, el finado congresista ultraderechista de California John G. Schmitz, convirtió a su asistente Warren Carroll al catolicismo y lo mandó a intrigar en España con las redes franquistas. Esto llevó a Carroll y a la familia de William F. Buckley a fundar la universidad Christendom, un centro de agitación, si consideramos el patrocinio de los Schmitz y el financiamiento de Erik Prince de Blackwater.
Blackwater ha metido en Iraq a cientos de mercenarios que antes trabajaban en los servicios de seguridad del ex dictador chileno Augusto Pinochet, a cuyas escuadras de la muerte encubrieron su jefe de relaciones públicas, William F. Buckley, y sus amigos del Christendom.
El objetivo es Virginia
El centro de operaciones de Charles Colson está en la misma calle que la iglesia de la Hermandad Cristiana en Ashburn, una congregación que creció horrores con su pastor James (Jay) Ahlemann, padre de Greg Ahlemann. El reverendo Ahlemann es el principal mecenas de la campaña de su hijo para alguacil.
El viejo Ahlemann es discípulo del administrador político-religioso James Dobson, cuyo Consejo de Investigación Familiar nació gracias al financiamiento del padre de Erik Prince y la labor del hijo. En 1998 el reverendo Ahlemann encabezó una turba jacobina para impedir la construcción de una academia musulmana en el condado de Loudoun. La iglesia de Ahlemann repartió los volantes de la Federación para la Reforma Migratoria Estadounidense que fundó el belicista apocalíptico William Paddock. Ahleman tenía una rama local llamada Preocupados por el Futuro de Loudoun, que dirigía Sandra Elam, una fanática que orbita alrededor de la parroquia de Santa Catalina de Siena, un centro católicos pro Inquisición como los legionarios de Cristo. El grupo de Ahlemann y Elam amenazó con purgar el condado de funcionarios que estuvieran a favor de la construcción de la escuela musulmana.
Más tarde, al reverendo Ahlemann se le pidió que abandonara su iglesia por razones que aún no están claras. Dobson le pidió que se hiciera cargo de su antigua iglesia en Pasadena, California. El reverendo Ahlemann organiza ahora al estilo nazi contra los inmigrantes, a través de una red de congregaciones más pequeñas de los condados de Fauquier, Prince William y Loudoun, y de estaciones de radio y televisión de su propiedad en la zona de Winchester, Warrenton y Front Royal, en Virginia.
Fue en el vacío que dejó un Partido Republicano desmoralizado, que un camarilla derechista dio un madruguete para convertir a Greg Ahlemann, un ex patrullero irresponsable, en candidato del partido para alguacil.
En su conferencia de prensa del 15 de octubre, Ahlemann despotricó contra la amenaza criminal "extranjera", pero no tenía la más mínima idea de cuántos inmigrantes indocumentados hay ni pudo mencionar ningún caso de actividad delictiva. Cuando le preguntaron si trabaja con los Minutemen, mintió sacándole la vuelta al bulto: "No", dijo, sólo con Salven a Loudoun, ¡que es la fachada pública local de los Minutemen. Reconoció que hay una crisis profunda por el desplome del mercado inmobiliario, pero, para compensar la caída en la recaudación de impuestos, prometió cortar radicalmente el presupuesto para los servicios públicos. Pero quienes azuzan a las masas contra los chivos espiatorios hispanos pueden sacarle jugo político a la crisis económica.
Se ha cruzado un umbral de peligro
¿Duelo de razas?
Samuel Huntington de la Universidad de Harvard, quien se hizo famoso con su libro de 1996, El choque de civilizaciones, en el que alega que una guerra mundial contra los musulmanes es inevitable, es el principal estratega de la cruzada antiinmigrante y el filósofo preferido tanto de Blackwater como de los vigilantes fronterizos.
Huntington explicó en su libro de 2004, ¿Quiénes somos? Los retos que enfrenta la identidad nacional de Estados Unidos, lo que haría su movimiento en medio de una crisis económica: "El gran flujo continuo de hispanos amenaza la preponderancia de la cultura protestante anglosajona blanca y el lugar del inglés como el único idioma nacional. Los movimientos nacionalistas blancos son una respuesta posible y plausible frente a estas tendencias y, en situaciones de debacle económica seria y de penuria, pueden ser muy probables". Huntington le asegura a sus lectores que la "nueva casta de defensores de la raza blanca" es "culta, inteligente y con frecuencia posee títulos impresionantes... de universidades de primera", y no es una descripción muy precisa que digamos del matasiete del candidato a alguacil.
El infierno favorito de Blackwater USA de guerras mercenarias ilimitadas aparece ya en el libro de Huntington de 1957, El soldado y el Estado, en el que ataca el concepto del ejército de la república: "El ejército profesional... es mucho más confiable que el ejército político que sólo pelea bien cuando lo sustenta un propósito superior... La virtud castrense suprema es la obediencia". Huntington elogió la guerra de Corea, en la que el soldado estadounidense "luchaba única y sencillamente porque se le ordenaba que lo hiciera y... desarrolló una indiferencia extrema por las metas políticas de la guerra".
Ahora que una camarilla política emplea tanto a las fuerzas de choque "indiferentes" de Blackwater, que matan por el resultado en Bagdad, como a los fanáticos religiosos que fomentan el odio racial en medio de una crisis político-económica, vale la pena advertir que se ha cruzado un umbral fundamental de peligro.
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La Tribuna Hispana - USA/09/11/2007

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