POLÍTICA-ARGENTINA: Cristina, cambios en la continuidad
Por Marcela Valente
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BUENOS AIRES (IPS) - En una ceremonia inusual que anticipa nuevos matices pese a la lógica continuidad, Cristina Fernández recibió este lunes los atributos del mando presidencial de Argentina de manos de su esposo, Néstor Kirchner, ambos del sector centroizquierdista del peronismo.
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BUENOS AIRES (IPS) - En una ceremonia inusual que anticipa nuevos matices pese a la lógica continuidad, Cristina Fernández recibió este lunes los atributos del mando presidencial de Argentina de manos de su esposo, Néstor Kirchner, ambos del sector centroizquierdista del peronismo.
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"Tal vez me cueste más porque soy mujer", advirtió la ahora ex senador Fernández al finalizar su discurso de asunción ante la Asamblea Legislativa (las dos cámaras parlamentarias reunidas en conjunto), jueces, activistas de organizaciones de derechos humanos y jefes de Estado y de gobierno o representantes de varios países. "Siempre nos va a costar más", añadió, mientras su homóloga de Chile, Michelle Bachelet, asentía desde su lugar en el recinto. "Me guía el ejemplo no sólo de Eva que no pudo y tal vez lo merecía más que yo, sino también el de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que con sus pañuelos blancos estuvieron donde nadie se atrevía" durante la dictadura ((1976-1983), indicó. De este modo aludió, en homenaje simultáneo, a María Eva Duarte (Evita), la esposa del tres veces presidente Juan Domingo Perón (1895-1973) quien murió en 1952 tras renunciar a la candidatura a la vicepresidencia por saberse enferma, y luego a las mujeres que con pañuelos blancos en sus cabezas salieron a la calle en plena dictadura para reclamar por la aparición de sus hijos y nietos desaparecidos por la represión. El traspaso había sido rápido. Fernández juró y recibió la banda y bastón presidencial de manos de su esposo, quien la estrechó en un abrazo. Luego ella habló durante casi una hora sin leer, resaltando los logros de la gestión de Kirchner y los proyectos compartidos, pero dejando entrever también qué ofrecerá ella de nuevo. En este sentido, la flamante presidenta anticipó que avanzará en una reforma judicial y que habrá nuevos mecanismos, ideados entre el gobierno, el Congreso legislativo y la Corte Suprema de Justicia, que permitan avanzar más aceleradamente en los juicios contra los represores de la última dictadura. Reivindicó la educación estatal y gratuita y la necesidad de fomentar la movilidad social ascendente, para recordar en ese momento que tanto Kirchner como ella se habían formado en la escuela y la universidad pública de calidad, que hoy es un reto pendiente. "Es el país que debemos reconstruir, el que permita que hijos e hijas de trabajadores lleguen a la presidencia", dijo, en referencia a su propio origen. Respecto de las relaciones internacionales, Fernández celebró el lanzamiento el domingo del Banco del Sur "para la transformación económica y social de los pueblos de América latina, nuestra casa", aclaró. La creación de esta entidad fue firmada por los gobiernos de Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela. También manifestó su interés en que Venezuela concluya sus trámites de ingreso pleno al Mercosur (Mercado Común del Sur), conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, "para cerrar la ecuación energética", dijo. Agradeció en particular la presencia del mandatario de Uruguay, Tabaré Vázquez. Ese país y Argentina mantienen una fuerte disputa por la instalación de una fábrica de pasta de celulosa en la orilla oriental de un río limítrofe, que pobladores del lado argentino temen tenga efectos contaminantes. "Quiero decirle que no va a tener de esta presidenta un solo gesto que profundice nuestras diferencias", remarcó. Pero, tras los aplausos de rigor, también advirtió que la crisis entre ambos países "no nos es imputable" y repitió la posición de su antecesor al hacer hincapié en la presunta violación del Tratado del Río Uruguay por parte de Montevideo denunciada por el gobierno de Kirchner y que se tramita ante la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya. Finalmente, la presidenta pidió a su par colombiano, el derechista Álvaro Uribe, presente también, que permita se "alumbre la solución que el derecho humanitario internacional exige" para el canje de rehenes en manos de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por guerrilleros encarcelados. "El derecho internacional amerita poner todo el esfuerzo para no llegar demasiado tarde", dijo, y resaltó la presencia en el recinto de Yolanda Pulecio, madre de Ingrid Betancourt, prisionera de las FARC desde 2002. En diálogo con IPS, la socióloga Cecilia Lipszyc, presidenta de la Asociación de Especialistas Universitarias de Estudios de la Mujer, se refirió a las continuidades y cambios que promete la gestión de la primera mujer elegida presidenta de modo directo en Argentina. "Que desde hoy haya una mujer en la presidencia ya implica un cambio positivo", destacó la socióloga. "Habrá un modelo para identificarse. Las niñas pueden soñar con ser presidentas, éste es un hecho muy relevante", subrayó la experta. No obstante observó que el proyecto de Kirchner continuará en lo esencial. "Viene una segunda etapa que procura profundizar en el mismo proyecto, con marcas que son propias de Fernández, como la mirada sobre la ciencia y la tecnología", remarcó. Consciente de que su triunfo se apoya en los resultados alcanzados por el gobierno de su esposo, la nueva mandataria no plantea un cambio aunque sí un "salto cualitativo", dijo, que permita un crecimiento económico de matriz diversificada, basado en el conocimiento, la investigación y la ciencia. Desde que asumió Kirchner en mayo de 2003, tomando las riendas de un país que trababa de salir del colapso económico, financiero y político de fines de 2001, el producto interno bruto aumentó más de 40 por ciento, el desempleo cayó de 24 a ocho por ciento de los activos y la pobreza se redujo de 51 a 29 por ciento de los 38 millones de argentinos. Asimismo, las cuentas públicas arrojan superávit y se reestructuró la entonces abultada deuda pública a través de una renegociación con acreedores privados, a la par de que se cancelaron todos los compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Con esa idea en mente, de preservar y a la vez innovar, Fernández mantendrá a la mayoría de los ministros del gabinete de Kirchner, pero creó una nueva cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, que encabeza el investigador Lino Barañao, doctor en ciencias químicas y especialista en biotecnología. "Mi aspiración con este ministerio es poder vincular definitivamente el conocimiento, la investigación y la ciencia al proceso productivo económico argentino", definió la flamante gobernante. De esa manera cree poder traer un mayor volumen de inversiones, que permitirían mantener el ritmo de crecimiento. Fernández también se diferenciará en el manejo de las relaciones exteriores. Según explicó, su esposo no podía "salir a pasear por el mundo mientras el país se incendiaba" en los últimos años. Pero admitió que en su administración las relaciones con el mundo cobrarán nuevo vigor. En su discurso de asunción, ya fijó posición al advertir que es necesario "reconstruir el multilateralismo". "Un mundo unilateral es un mundo más inseguro y más injusto", aseguró, y declaró que no cree que haya que responder al terrorismo global con la violación de los derechos humanos. "Ella buscará poner especial énfasis en las relaciones exteriores porque le interesa un perfil de país industrial, que requiere de mayores inversiones, por eso buscará normalizar la deuda con el Club de París, de manera que se desbloqueen fondos para la economía", anticipó Lipszyc. Argentina mantiene una deuda de más de 6.000 millones de dólares con los países industrializados que integran el Club de París y, si bien durante la gestión de Kirchner se manifestó reiteradas veces la voluntad de cancelarla, tanto el presidente saliente como Fernández se niegan a someterse para ello al escrutinio del FMI. Finalmente, la analista señaló que Kirchner no desaparecerá de la escena. Pese a sus amenazas de mantenerse alejado de la gestión de su esposa, Lipszick sostuvo que su influencia se mantendrá. "Son una sociedad política, siempre gobernaron juntos". Ese respaldo activo será bienvenido en una gestión que por primera vez es encabezada por una mujer, opinó.
"Tal vez me cueste más porque soy mujer", advirtió la ahora ex senador Fernández al finalizar su discurso de asunción ante la Asamblea Legislativa (las dos cámaras parlamentarias reunidas en conjunto), jueces, activistas de organizaciones de derechos humanos y jefes de Estado y de gobierno o representantes de varios países. "Siempre nos va a costar más", añadió, mientras su homóloga de Chile, Michelle Bachelet, asentía desde su lugar en el recinto. "Me guía el ejemplo no sólo de Eva que no pudo y tal vez lo merecía más que yo, sino también el de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que con sus pañuelos blancos estuvieron donde nadie se atrevía" durante la dictadura ((1976-1983), indicó. De este modo aludió, en homenaje simultáneo, a María Eva Duarte (Evita), la esposa del tres veces presidente Juan Domingo Perón (1895-1973) quien murió en 1952 tras renunciar a la candidatura a la vicepresidencia por saberse enferma, y luego a las mujeres que con pañuelos blancos en sus cabezas salieron a la calle en plena dictadura para reclamar por la aparición de sus hijos y nietos desaparecidos por la represión. El traspaso había sido rápido. Fernández juró y recibió la banda y bastón presidencial de manos de su esposo, quien la estrechó en un abrazo. Luego ella habló durante casi una hora sin leer, resaltando los logros de la gestión de Kirchner y los proyectos compartidos, pero dejando entrever también qué ofrecerá ella de nuevo. En este sentido, la flamante presidenta anticipó que avanzará en una reforma judicial y que habrá nuevos mecanismos, ideados entre el gobierno, el Congreso legislativo y la Corte Suprema de Justicia, que permitan avanzar más aceleradamente en los juicios contra los represores de la última dictadura. Reivindicó la educación estatal y gratuita y la necesidad de fomentar la movilidad social ascendente, para recordar en ese momento que tanto Kirchner como ella se habían formado en la escuela y la universidad pública de calidad, que hoy es un reto pendiente. "Es el país que debemos reconstruir, el que permita que hijos e hijas de trabajadores lleguen a la presidencia", dijo, en referencia a su propio origen. Respecto de las relaciones internacionales, Fernández celebró el lanzamiento el domingo del Banco del Sur "para la transformación económica y social de los pueblos de América latina, nuestra casa", aclaró. La creación de esta entidad fue firmada por los gobiernos de Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Venezuela. También manifestó su interés en que Venezuela concluya sus trámites de ingreso pleno al Mercosur (Mercado Común del Sur), conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, "para cerrar la ecuación energética", dijo. Agradeció en particular la presencia del mandatario de Uruguay, Tabaré Vázquez. Ese país y Argentina mantienen una fuerte disputa por la instalación de una fábrica de pasta de celulosa en la orilla oriental de un río limítrofe, que pobladores del lado argentino temen tenga efectos contaminantes. "Quiero decirle que no va a tener de esta presidenta un solo gesto que profundice nuestras diferencias", remarcó. Pero, tras los aplausos de rigor, también advirtió que la crisis entre ambos países "no nos es imputable" y repitió la posición de su antecesor al hacer hincapié en la presunta violación del Tratado del Río Uruguay por parte de Montevideo denunciada por el gobierno de Kirchner y que se tramita ante la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya. Finalmente, la presidenta pidió a su par colombiano, el derechista Álvaro Uribe, presente también, que permita se "alumbre la solución que el derecho humanitario internacional exige" para el canje de rehenes en manos de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por guerrilleros encarcelados. "El derecho internacional amerita poner todo el esfuerzo para no llegar demasiado tarde", dijo, y resaltó la presencia en el recinto de Yolanda Pulecio, madre de Ingrid Betancourt, prisionera de las FARC desde 2002. En diálogo con IPS, la socióloga Cecilia Lipszyc, presidenta de la Asociación de Especialistas Universitarias de Estudios de la Mujer, se refirió a las continuidades y cambios que promete la gestión de la primera mujer elegida presidenta de modo directo en Argentina. "Que desde hoy haya una mujer en la presidencia ya implica un cambio positivo", destacó la socióloga. "Habrá un modelo para identificarse. Las niñas pueden soñar con ser presidentas, éste es un hecho muy relevante", subrayó la experta. No obstante observó que el proyecto de Kirchner continuará en lo esencial. "Viene una segunda etapa que procura profundizar en el mismo proyecto, con marcas que son propias de Fernández, como la mirada sobre la ciencia y la tecnología", remarcó. Consciente de que su triunfo se apoya en los resultados alcanzados por el gobierno de su esposo, la nueva mandataria no plantea un cambio aunque sí un "salto cualitativo", dijo, que permita un crecimiento económico de matriz diversificada, basado en el conocimiento, la investigación y la ciencia. Desde que asumió Kirchner en mayo de 2003, tomando las riendas de un país que trababa de salir del colapso económico, financiero y político de fines de 2001, el producto interno bruto aumentó más de 40 por ciento, el desempleo cayó de 24 a ocho por ciento de los activos y la pobreza se redujo de 51 a 29 por ciento de los 38 millones de argentinos. Asimismo, las cuentas públicas arrojan superávit y se reestructuró la entonces abultada deuda pública a través de una renegociación con acreedores privados, a la par de que se cancelaron todos los compromisos con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Con esa idea en mente, de preservar y a la vez innovar, Fernández mantendrá a la mayoría de los ministros del gabinete de Kirchner, pero creó una nueva cartera de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, que encabeza el investigador Lino Barañao, doctor en ciencias químicas y especialista en biotecnología. "Mi aspiración con este ministerio es poder vincular definitivamente el conocimiento, la investigación y la ciencia al proceso productivo económico argentino", definió la flamante gobernante. De esa manera cree poder traer un mayor volumen de inversiones, que permitirían mantener el ritmo de crecimiento. Fernández también se diferenciará en el manejo de las relaciones exteriores. Según explicó, su esposo no podía "salir a pasear por el mundo mientras el país se incendiaba" en los últimos años. Pero admitió que en su administración las relaciones con el mundo cobrarán nuevo vigor. En su discurso de asunción, ya fijó posición al advertir que es necesario "reconstruir el multilateralismo". "Un mundo unilateral es un mundo más inseguro y más injusto", aseguró, y declaró que no cree que haya que responder al terrorismo global con la violación de los derechos humanos. "Ella buscará poner especial énfasis en las relaciones exteriores porque le interesa un perfil de país industrial, que requiere de mayores inversiones, por eso buscará normalizar la deuda con el Club de París, de manera que se desbloqueen fondos para la economía", anticipó Lipszyc. Argentina mantiene una deuda de más de 6.000 millones de dólares con los países industrializados que integran el Club de París y, si bien durante la gestión de Kirchner se manifestó reiteradas veces la voluntad de cancelarla, tanto el presidente saliente como Fernández se niegan a someterse para ello al escrutinio del FMI. Finalmente, la analista señaló que Kirchner no desaparecerá de la escena. Pese a sus amenazas de mantenerse alejado de la gestión de su esposa, Lipszick sostuvo que su influencia se mantendrá. "Son una sociedad política, siempre gobernaron juntos". Ese respaldo activo será bienvenido en una gestión que por primera vez es encabezada por una mujer, opinó.
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IPS Noticias - Uruguay/17/12/2007
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