21/3/07

ESTADOS UNIDOS

Forcejeo entre Congreso y Bush por escándalos de fiscales federales
El litigio salió a la luz pública por la difusión de comunicaciones comprometedoras entre la Casa Blanca y el Departamento de Justicia, entidades que presuntamente fraguaron el reemplazo de los jueces por motivos políticos.

Prensa Latina/ABC News 21-03-2007

Washington.- La crisis política por el despido de fiscales federales estadounidenses cobra hoy visos de pulseo entre el Congreso y el presidente George W. Bush, quien insiste en proteger a sus colaboradores.

El litigio salió a la luz pública por la difusión de comunicaciones comprometedoras entre la Casa Blanca y el Departamento de Justicia, entidades que presuntamente fraguaron el reemplazo de los jueces por motivos políticos.

Al hablar este martes sobre las repercusiones del escándalo, el presidente George W. Bush advirtió al Congreso que impugnará cualquier tentativa de inspección rigurosa contra sus consejeros en la Oficina Oval.

Bush exigió a los congresistas demócratas no alimentar una controversia partidista como consecuencia de una decisión natural de la administración republicana, según arguyó.

El acceso al personal cercano al Ejecutivo siempre es un problema muy sensible. Lucharé contra cualquier esfuerzo del Senado o la Cámara de Representantes para intimidar a mis ayudantes, recalcó el gobernante.

Así el Presidente intentó defenderse del alud de críticas que le vino encima por el presunto arbitrario despido de ocho jueces federales en diciembre pasado, recordó la cadena ABC News.

Sin embargo, el líder del Comité Judicial del Senado, el demócrata Patrick Leahy, rechazó una propuesta de la Casa Blanca en relación con la pesquisa sobre la cesantía de los magistrados.

Las citaciones de los oficiales de Bush, involucrados en el despido de los fiscales, están listas para ser emitidas, pero el testimonio debe ser un proceso convincente y bajo juramento, recalcó Leahy.

Portavoces de la mansión ejecutiva anunciaron con anterioridad que el consejero Karl Rove y la ex ayudante presidencial Harriet Miers estaban listos para testificar en una audiencia, pero sin el requisito de juramento.

El legislador de Vermont dejó bien claro que tal idea era completamente inaceptable, porque representa un compromiso con condiciones del mandatario republicano, subrayó.

Al mismo tiempo, el Senado votó por abrumadora mayoría a favor de derogar la autoridad del gobierno de designar fiscales federales sin aprobación senatorial.

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