El canciller colombiano, Fernando Araújo Perdomo, ya lleva 113 días al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno Uribe Vélez.
Gabriel Aponte
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Entrevista con el canciller Fernando Araújo
“Nosotros no vamos a Estados Unidos a mendigar”
“Ya llevo 112 días en el Ministerio, hoy es el día 113... me quedé con la costumbre de contar los días”, dice el ministro al hacer un balance de su gestión. Asegura que el país le va a seguir apostando a la relación con Estados Unidos porque el apoyo de ese país a Colombia es evidente.
Angélica M. Lagos C.
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sábado, 23 de junio de 2007
El ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Araújo, se siente bien en la Cancillería. Lo logró luego de casi cuatro meses de adaptación en el cual tuvo que afrontar no sólo el regreso a la libertad sino también duros comentarios sobre su vida personal y su desempeño como jefe de la diplomacia colombiana. “Los primeros días me sentía muy nuevo en el cargo y veía los temas con temor reverencial”, cuenta. “Ya llevo 112 días aquí, hoy es el día 113... es que quedé con la costumbre de contar los días, y puedo decir que lo más difícil de este tiempo han sido las críticas. Yo sé que eso hace parte del trabajo, pero cuando hacen referencia a cosas personales me hacen daño. Aunque ya todo eso está superado”, asegura.

P. ¿Cuál es la prioridad en materia de política internacional?

R. Conseguir la aprobación del Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Es vital para el país conseguir ésto.

P. ¿No es hora de rediseñar la política exterior colombiana? Sin desconocer a Estados Unidos como nuestro más importante aliado, ¿no es oportuno mirar a los vecinos, Europa, Asia y África?

R. Tenemos una variedad muy grande de temas en los que estamos trabajando. Tenemos mucho interés en fortalecer y profundizar las relaciones con todos los países de la región. En primer lugar Venezuela, Ecuador y Perú. Con este último país la integración va por buen camino. Con Bolivia mantenemos una relación de enorme amistad. Chile ha firmado acuerdos con Colombia. Con Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Panamá las cosas van bien. Con Canadá, la Unión Europea y Asia estamos también adelantando muchos planes conjuntos. No se ha descuidado ningún aspecto. La agenda de la Cancillería es muy dinámica.

P. Se escucha desde Washington que el lobby colombiano ha sido tan intenso que los congresistas ya están cansados. El problema es de saturación ¿Han pensado en cambiar la estrategia?

R. El presidente Uribe nos ha enseñado que hay que ser muy repetitivo con los mensajes. Que cuando uno se está cansando de darlos es cuando empiezan a escucharlos. Entonces es cuando más hay que insistir. Estamos en esa función y vamos a continuar con la tarea de explicar la realidad colombiana. Tenemos que buscar muchas vías en Estados Unidos, especialmente en el Congreso americano. El que no participa activamente se queda por fuera.

P. Después de ver los desplantes que le hicieron al presidente Uribe en las últimas visitas a Estados Unidos ¿Cree justo el trato que ese país le da a su principal aliado en la región?

R. Las relaciones son excelentes y muy constructivas. El presidente Bush y Uribe se entienden muy bien. El apoyo de la política americana con Colombia es evidente. En todas las democracias hay personas que piensan diferente y eso es lo que encontramos allá. Hay escenarios muy críticos con Colombia, pero el mismo espíritu combativo del presidente Uribe lo hace ir a presentar las ideas y debatir en forma sana para escuchar a los contradictores. Ese es el estilo del presidente Uribe y creo que lo vamos a ver por mucho tiempo porque el pueblo colombiano se lo reconoce.

P. Pero ese estilo de ir a pedir, de mendigar ayuda puede no estar dando los resultados esperados ¿Porqué no exigir mayor compromiso de Estados Unidos con un país que hace todos los esfuerzos para acabar con las drogas y que es incondicional con todas sus peticiones?

R. El compromiso del Gobierno americano es pleno con Colombia, de eso no hay duda. Pero hay voces discordantes. Finalmente si uno hace el balance real de cuál ha sido la política y el apoyo del Gobierno americano con el pueblo colombiano es positivo. El Plan Colombia ha sido una ayuda muy importante para superar los problemas de violencia y narcotráfico en nuestro país. De manera que no es un problema de mendicidad, es de reconocer responsabilidades. Nosotros no vamos a Estados Unidos a mendigar ayuda sino a presentar en forma digna problemas comunes.

P. El próximo embajador en Bogotá, William R. Brownfield, aseguró esta semana que el Plan Colombia había que revisarlo ¿Ya sabe cuáles son los cambios que va a sufrir?

R. En la última visita a E.U. encontramos un recorte general a todos los programas de ayuda de un 10%. Eso no es específicamente con Colombia. Todos conocen que E.U. tienen problemas presupuestales, tienen muchos frentes en los que tienen que hacer inversiones y hay una tendencia, un mandato interno de hacer una reducción en muchos programas. El Congreso propone reducir el 10% de la ayuda a Colombia que no ha sido aceptada por la Casa Blanca. El Gobierno americano está revisando con su Congreso el tema. Estamos pendientes de los resultados.

P. ¿Cómo afectaría ese recorte?

R. Hay que hacer énfasis en el tema de la ayuda militar porque para que el país pueda continuar con el proceso de desarrollo y crecimiento en el que estamos necesitados de que la seguridad llegue a todos los rincones del país y allí es donde es muy importante continuar la ayuda militar. Reconocemos también la necesidad de profundizar los programas de desarrollo social.

P. Está visto que la guerra total ya no genera respaldo afuera. Hoy el mundo está construyendo un nuevo orden internacional que obliga a dar un viraje y adecuarse a las nuevas circunstancias.

R. Colombia no es un país en guerra. Es una nación que sufre atentados terroristas permanentemente. Tenemos una sociedad que está comprometida en sacar al país adelante. Son unos pocos los desadaptados que quieren imponer la violencia.

P. ¿Se ha pensado en algún momento en retirar al ex fiscal Luis Camilo Osorio de la Embajada en México por las denuncias que hay en su contra?

R. Lo que nosotros conocemos del embajador Osorio es una hoja de vida impecable. Como todas las personas que hacen parte de la vida pública colombiana, estamos sometidos a críticas y en muchos casos a denuncias que pensamos que son infundadas. Él ha venido y ha participado en las audiencias ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara. Estamos convencidos de que va a salir adelante y que va a ser exonerado. No hemos pensado retirarlo.

P. ¿No es perjudicial para la imagen del país mantener embajadores cuestionados?

R. Esa es parte de la democracia. Respetamos esas acusaciones y las actuaciones de las personas y entendemos que no vivimos en un mundo de ángeles. Hay intereses y todo eso tiene un costo pero hay que asumirlo.

P. El presidente Uribe aseguró que todos estos escándalos no lo afectan a él sino al país. ¿A usted le parece que tiene razón?

R. Cada vez que he hecho viajes al exterior encuentro que los artículos negativos sobre Colombia tienen una enorme acogida en los escenarios internacionales. Por eso tenemos que hacer gestiones permanentes para contrarrestar ese impacto negativo.

P. La cuota política sigue siendo muy alta en cargos diplomáticos. ¿No hay forma de cambiar esto?

R. Yo diría que en el tema de la diplomacia, de los cargos en el exterior hay un enorme porcentaje de participación técnica. Se respeta a las personas de carrera diplomática y se cumplen las normas en este aspecto. Pero también hay gran participación política. Pero esto es necesario. Defendemos ese esquema y creemos que hay que conservarlo.

P. ¿A pesar de casos como el de Carlos Moreno de Caro, quien con pocos meses en el cargo iba a renunciar?

R. Moreno de Caro no ha renunciado ni nunca dijo que tenía intenciones de hacerlo. Él sigue en su cargo.

P. ¿Cómo van las relaciones con Francia, teniendo en cuenta que el presidente Sarkozy dijo que su prioridad es la libertad de Íngrid Betancourt? ¿Sigue ese país haciendo peticiones frente a este tema?

R. Me reuní con el nuevo embajador francés y encuentro un clima muy fluido y su interés no es sólo en los secuestrados. Estamos profundizando la relación en varios campos.

P. ¿El presidente Lula ofreció su territorio para el intercambio humanitario como lo dijo el embajador colombiano en Brasil?

R. Estos temas que tienen que ver con la paz y con acuerdos con grupos subversivos los maneja la Oficina del Alto Comisionado para la Paz. El escenario lo definió el presidente Uribe y nosotros lo respetamos.

P. ¿Por eso la orden impartida esta semana a los embajadores prohibiéndoles hablar de este tema?

R. Los embajadores no deben referirse a este tema. La paz la maneja el Alto Comisionado.

P. ¿Superados todos los incidentes con Venezuela?

R. Se han presentado algunas pequeñas dificultades en las relaciones entre los dos países, generadas por pequeñas cosas que están totalmente superadas. Convinimos una reunión con el canciller Maduro en Cartagena para dar paso a una agenda conjuntamente muy activa.

P. Sin embargo, el presidente Hugo Chávez insiste en el complot que se fragua desde Colombia en su contra.

R. Total respeto para el presidente Hugo Chávez.

P. ¿Ha pensado en renunciar al Ministerio para irse como candidato a la Gobernación de Bolívar?

R. No me han hecho nunca una propuesta ni para gobernación ni para alcaldía.

P. ¿Cómo se ha sentido en el Ministerio? Muy pocos apostaban por su gestión.

R. Me he sentido bien. Ya llevo 112 días, hoy es el día 113... quedé con la costumbre de contar los días. Encontré aquí a un gran jefe, a un equipo de gobierno muy comprometido y a gente muy profesional que sabe hacer su trabajo y que me entrega las herramientas para hacer mi trabajo lo mejor posible. Los primeros días me sentía nuevo en el cargo, veía los temas con un temor reverencial, pero ya lo superé. Las críticas son parte del trabajo y en algunas ocasiones me lastiman un poco, sobre todo cuando hacen referencia a cosas personales.

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El Espectador,com/Opinión/25/06/20