25/6/07

«El miedo es siempre un ingrediente nefasto, es el anticipo del desastre»

Miguel Ángel Aguilar • Secretario General de la Asociación de Periodistas Europeos
C.S.RUBIO / TOLEDO
El secretario general de la Asociación de Periodistas Europeos, Miguel Ángel Aguilar, repasa en esta entrevista la evolución que en los últimos años han sufrido los conflictos internacionales. La legitimidad de la ONU, el cambio de las dinámicas de actuación y el enfrentamiento de Al Fatah y Hamás en Palestina, son algunos de los temas tratados en esta charla con La Tribuna.El mundo han cambiado mucho en los últimos años y la forma de entender los conflictos también. ¿Cómo son los conflictos del siglo XXI? ¿Hacia donde nos dirigimos?Se escribió sobre el fin de la historia, se ha escrito sobre la historia después de la historia, también se habló del fin del la guerra y ahora estamos en la guerra después de la guerra. Hay una nueva dinámica, otra manera de hacer la guerra: las llamadas las intervenciones internacionales, de las que no había costumbre. Hubo antes algunos atisbos, pero ahora es una dinámica nueva, permanente y constante dentro de lo que se llama la comunidad internacional. Son las intervenciones amparadas en resoluciones de ONU y llevadas a cabo por la OTAN, por la UE... De manera que sí, estamos ante otra manera de reaccionar ante los conflictos y ante una nueva dinámica que lleva a la comunidad internacional a hacerse presente con operaciones de mantenimiento de la paz, de separación de los contendientes, de bloqueo de las barbaries, de los genocidios y de las limpiezas étnicas. Todo esto es, al fin, la actualidad de nuestros días.¿Cuál es el papel del periodista en estos nuevos conflictos?El periodista, ya sea en este tipo de conflictos o en los del urbanismo, lo que tiene que hacer es dar cuenta de los hechos y hacerlo de manera inteligible, descodificando los mensajes y retóricas que son encubridores y enmascaradores de la realidad. No creo que su misión sea la acogerse a una inexistente asepsia, a una inexistente neutralidad. Al periodista no le corresponde adoptar una posición neutral entre la víctima y el torturador, es correcto que ponga en juego su compromiso con las libertades, con la democracia y con los derechos humanos, pero tienen que tener siempre la previsión de escuchar a todas las partes que se enfrentan en el conflicto.El rearme nuclear y el terrorismo internacional son dos puntos calientes del mundo global en el que nos movemos, ¿cuáles son en su opinión las armas de la comunidad internacional para hacer frente a estas amenazas?La comunidad internacional tiene la capacidad de respaldar el bien y condenar el mal, de imponer sanciones, de desaconsejar a los inversores que acudan a un país que no respeta los derechos humanos y laborales y que se inclina a la propagación de conflictos o fundamentalismos negadores de la igualdad... Creo que la comunidad internacional tiene muchísimas armas y, finalmente, si todas estas armas fallan, las Naciones Unidas pueden con sus resoluciones poner en marcha una intervención de carácter total.¿Qué papel juegan a día de hoy organizaciones como la ONU, la OTAN o la UE?Naciones Unidas es la depositaria de la legalidad internacional. En teoría, debe moverse conforme a los principios de su Carta de Derechos, que fue un gran avance de la civilización y algo de lo que el género humano se puede enorgullecer, aunque a veces queda olvidada en las profundidades de otras situaciones. Su dinámica de funcionamiento no siempre es la más satisfactoria y está sometida, como todas las cosas, a presiones.La Alianza Atlántica ha modificado su circunscripción, se ha abierto hacia acciones de área que van más allá del territorio de los países que forman parte de la Alianza. Un hecho que permite que la OTAN haya desempeñado papeles en áreas como los Balcanes o Afganistán.La UE está acreditando y estrenando sus nuevas capacidades en el área de la política exterior y militar. En determinadas misiones y lugares, la UE ha tomado el relevo de la Alianza Atlántica.¿Dónde acaba la legitimidad de la OTAN para actuar en una zona de conflicto?La legitimidad no se da de una vez y para siempre, hay que ganársela todos los días. En mi opinión y hasta ahora, la legitimidad de la OTAN no ha sido discutida, ha actuado a petición de los países o para impedir el desencadenamiento de conflictos mayores. Nos encontramos en un mundo más inseguro que hace unos años, o por lo menos esta es la sensación que nos transmiten algunos gobernantes. ¿Cómo afecta este miedo occidental a nuestras relaciones con zonas en conflicto como Oriente Medio?El miedo es siempre un ingrediente nefasto, es el anticipo del desastre. Los Gobiernos deberían ser suministradores de seguridad pero, a veces, se dedican a ser sembradores del miedo porque consideran que el miedo hace más dócil a la gente. La docilidad da una facilidad política extraordinaria a los que están en el poder...¿El conflicto entre Al Fatah y Hamás en Gaza tiene solución a medio plazo? Como comentó el ex ministro de Exteriores de Israel, Shlomo Ben-Ami, en el recientemente clausurado XIX Seminario Internacional de Defensa, de un conflicto entre dos pueblos y dos estados hemos llegado a la situación de dos pueblos, el israelí y el palestino, y tres estados, ya que da la impresión de que la salida a la guerra civil que se vive en la zona será que Hamás se quede con Gaza y Al Fatah con Cisjordania. Éste es un asunto envenenado, en el que se suman muchos imposibles. Hay una densidad histórica sobre estos territorios que es difícilmente soportable y en Israel, pese a su poderío, hay un sentimiento muy arraigado de lo que yo llamo ‘el vértigo de la extinción’. Y es que, los israelíes se levantan cada mañana creyendo que se extinguen, que terminan con ellos, de ahí arranca una energía que podría ser muy destructiva también. De un tiempo a esta parte, la política exterior española es motivo de enfrentamiento entre Gobierno y oposición, baste recordar la polémica entrada en Irak. ¿Qué valoración hace de esta situación como analista político?Lo valoro mal. El consenso en las cuestiones de política internacional debe buscarse, debe hacerse un grandísimo esfuerzo por lograrlo. La ruptura del consenso arrastra consecuencias nefastas como se ha podido ver. Las gentes que están en una misión deben saber que, con independencia del color del Gobierno, el conjunto del país está detrás de ellos, les apoya. No deben ver debilitada su posición porque el país se rompe a propósito de una decisión de este carácter.
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La Tribuna de Ciudad Real/Portada/25/06/2007

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