20/7/07

España: nueva tierra de promisión

Manuel A. García Arévalo
El grado de prosperidad alcanzado por España en los últimos años, cuyo crecimiento económico supera el promedio de los demás miembros de la Unión Europea, ha convertido a la Madre Patria en el mayor polo de atracción para la emigración procedente de países de Europa Oriental, tales como Rumanía, Hungría, Polonia, al igual que del Magreb, en el Norte de África, y de Latinoamérica.
Según estimaciones de Globo Economía, programa de información y análisis económico y financiero de la cadena CNN, sólo los Estados Unidos de Norteamérica ha recibido en el último año más emigrantes que España, donde en el año 2000 apenas el 1.5 por ciento de su población era inmigrante, cifra que en la actualidad se ha multiplicado por 10. De modo que de 45 millones de personas que hoy viven en España, más de 4 millones son inmigrantes, de los cuales 1 millón 800 mil son latinoamericanos.
Aunque el colectivo latinoamericano representa el 36% de los inmigrantes residentes en España, envía remesas a sus países de origen por un monto de 3,700 millones de euros anuales, o sea el 70% de todas las remesas que salen de España, confiriéndole el segundo lugar como fuente de remesas a Latinoamérica, cifra sólo superada por el envío de divisas a la región desde los Estados Unidos.
La fuente informativa de CNN considera que 3 de 4 inmigrantes latinoamericanos envían remesas a sus familiares, beneficiando con ello a más de 8 millones de personas, que emplean estos ingresos, en adición a satisfacer necesidades básicas, para la adquisición de viviendas, pagos de hipotecas y la instalación de pequeños negocios. De modo que el monto de las remesas por parte de estos inmigrantes sobrepasa la inversión española directa en América Latina. Existe en la actualidad una creciente y dinámica colectividad dominicana en España. Conforme al Anuario Estadístico del 2007, que compila los datos al 2006, se hallaban registradas 87 mil personas nacidas en la República Dominicana, de las cuales 56 mil eran mujeres y 31 mil varones. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), unos 27 mil de estos compatriotas gozaban de la nacionalidad española, vale decir, el 31%.
El Departamento Internacional de nuestro Banco Central registró para el 2006 unos 219 millones de dólares enviados desde España como remesas familiares, cifra que sin lugar a dudas tiene un impacto significativo en la economía dominicana, al engrosar los ingresos de los hogares rurales y suburbanos. En adición, el conglomerado dominicano residente en la península ibérica puede convertirse en una importante base para la exportación de productos criollos al mercado español. Con lo cual se crearía un mercado étnico, capaz de abrir un nicho preferencial para aquellas marcas y productos dominicanos que satisfacen el patrón de consumo tradicional de nuestros connacionales.
El fenómeno de la emigración no sólo favorece a los países de origen, aliviando las presiones demográficas que gravitan en las economías de escasos recursos y limitados puestos de trabajo. También se ha convertido en un factor clave para motorizar el desarrollo y la expansión de sectores productivos y de servicios en aquellos países industrializados donde sus nacionales rechazan determinados tipos de oficios o empleos. Además rejuvenece la pirámide demográfica de la población que los absorbe, para beneficio de las pensiones, aumentando los ingresos fiscales y las cotizaciones a la Seguridad Social. A su vez, las costumbres y tradiciones se renuevan con el aporte de influencias culturales en aspectos tan relevantes como la gastronomía, la artesanía, los géneros musicales e incluso el deporte, como es el caso del fútbol que ha integrado un apreciable número de jugadores extranjeros en los equipos españoles.
La inmigración -sobre todo cuando es amparada por los cauces de la legalidad-, se ha constituido para España en un nuevo signo del desarrollo económico, de promoción social y de crecimiento demográfico. De ahí que, en una reciente comparecencia ante las Cortes para debatir el estado de la Nación, el presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero dijo: “Esta inmigración aumenta nuestra capacidad productiva, fomenta la creación de nuevos puestos de trabajo, incrementa las tasas de actividad, frena el envejecimiento de la población y aporta cotizaciones por valor de 8,000 millones de euros al año”.
A la vez, el presidente Rodríguez Zapatero advirtío: “La política de inmigración también es asegurar la convivencia y la cohesión de nuestra sociedad, y ello exige reconocer derechos y exigir los deberes inherentes a la convivencia en nuestro país”. Lo que refleja un enriquecedor proceso integrador, intercultural y pluralista, que evita los procesos de exclusión, brindándosele al inmigrante la oportunidad de incorporarse a la sociedad de acogida en igualdad de derechos, deberes y oportunidades.
La experiencia española en materia migratoria podría ser un interesante espejo en el cual mirarnos, para asumir con mayor madurez, como Estado y sociedad, nuestra propia problemática en este orden.
Presidente de la Cámara Oficial Española de Comercio e Industria.
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Listín Diario-Republica Dominicana/Inicio /20/07/2007

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