Cierre de fronteras arroja resultados

Johan Huizinga
-
La política de la Unión Europea encaminada a cerrar sus puertas a inmigrantes ilegales del norte y oeste africano parece tener resultado. En la primera mitad del año, el flujo de inmigrantes de África Occidental hacia las Islas Canarias se ha reducido en más de la mitad. Sin embargo, organizaciones de inmigrantes advierten de las consecuencias adversas para los refugiados políticos, pues sólo encuentran trabas al presentar solicitudes de asilo. Hace justamente un año, España se enfrentó a una incesante oleada de inmigrantes que, procedentes de África Occidental, intentaba llegar a las Islas Canarias en barcas destartaladas. Sobre todo los países mediterráneos de la Unión Europea, que acogían a estas corrientes de inmigrantes, piden la acción coordinada de Europa. Todo indica que, aunque sus aliados europeos se limitan al apoyo verbal, las tímidas iniciativas continentales comienzan a recoger frutos. Frontex, la Agencia Europea de Control de Fronteras, dirige patrullas conjuntas por mar y aire sobre las costas de África. En la primera mitad del presente año, el flujo de inmigrantes en patera hacia las islas españolas se redujo en más del 60 por ciento. Según Amaya Valcárcel, de la CEAR, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, este éxito se debe, sobre todo, a las patrullas de Frontex en Senegal, Mauritania y otros países de África Occidental, sin olvidar la presencia de la Marina española alrededor de las Islas Canarias. Pero eso no es todo, ya que España ha llegado a diversos "acuerdos de repatriación" con países de África Occidental, que permiten a Madrid devolver a estos países inmigrantes llegados en barco. Esto aclara también por qué España envía considerablemente más ilegales que en los años pasados. No obstante, pese a que los políticos europeos aplauden esta medida, las organizaciones para refugiados muestran su descontento. Valcárcel advierte que traspasar las fronteras exteriores de Europa hacia África creará una especie de zona intermedia en la que los refugiados se encontrarán, más o menos, fuera de la ley. Valcárcel cita a los 400 refugiados en Marruecos a quienes Naciones Unidas reconoció como tales. "Marruecos no les facilita la documentación necesaria y los envía, provisionalmente, a la frontera argelina, a veces en penosas circunstancias". Los refugiados políticos corren el riesgo de sufrir las consecuencias de la política europea de interceptar a los refugiados económicos antes de que abandonen la zona. También la posibilidad de pedir asilo político en las embajadas españolas en África son muy limitadas. "La ley española ofrece esta posibilidad en casos muy urgentes, pero la práctica muestra que poquísimas personas consiguen asilo a través de la misión". Esta imagen contrasta abismalmente con la de hace un año, cuando España mereció acerba crítica de sus aliados europeos porque el Gobierno de Rodríguez Zapatero quería legalizar a cientos de miles de "sin papeles". El cambio de rumbo guarda relación, según Valcárcel, totalmente con la situación política. El año pasado, la oposición criticó incansablemente la política gubernamental de regulación. Con las elecciones del próximo año a la vista, el Gobierno socialista no osará tomar una nueva medida de legalización.
El año pasado, un banco español calculó que, de no haber sido por la barata mano de obra inmigrante, el crecimiento económico habría disminuido un 0,6 por ciento en la última década. Entonces, ¿de repente España ha dejado de necesitar a los inmigrantes? No, pero sobre todo el sector de la construcción decae a marchas forzadas. Además, el país cuenta aún con unos 700.000 ilegales. Por tanto, el Gobierno dispone de más espacio para aplicar una política mucho más dura a los inmigrantes y los "sin papeles", aunque sea a corto plazo: hasta las elecciones.

-

Radio Nederland-Netherlands/15/08/2007