15/8/07

España ofrece ruta legal

EFE/ARCHIVO/Ana González
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BUSCAN REDUCIR INMIGRACIÓN ILEGAL.

Victoria Burnett
Fatou Faye no era la primera persona que se dirigía a España desde su dilapidado rincón en Dakar, la capital senegalesa. Media docena de amigos y parientes se marcharon antes que ella, apretujándose en lanchas pesqueras de madera y apostando sus vidas en alta mar por la oportunidad de un futuro en Europa. "Algunos tuvieron éxito", dijo Faye, llanamente. "Algunos fueron deportados. Otros se ahogaron".
Sin embargo, no hubo una peligrosa travesía por mar en el caso de Faye, madre de 32 años de edad y dos hijos, quien vino a España bajo circunstancias con las que miles de sus compatriotas tan solo pueden soñar: en un avión, con una visa y un empleo que paga cinco veces lo que ella ganaba en casa.
Faye es una de las primeras trabajadoras senegalesas que es contratada bajo un plan laboral de los españoles, el cual ofrece pasaje legal y permiso de trabajo por un año para algunos, con la idea de que al hacer que surja la posibilidad de llegar a España legalmente, jóvenes africanos serán disuadidos de lanzarse a la inclemencia del océano Atlántico.
Dicho programa, impulsado por los gobiernos español y senegalés, se propone traer a cientos de trabajadores a España en este año con visas renovables de un año. Los trabajadores con permisos de un año pudieran extender sus contratos, punto en el cual tendrían el derecho a traer a su familia inmediata. En total, informan funcionarios de la localidad, el plan apunta a traer miles de inmigrantes a través del programa.
Yo pensé, "Gracias a Dios. Podré ayudarles a mi padre y a mi madre, mis hermanos y hermanas", dijo Faye que había pensado, cuando oyó que ella tenían un empleo esperándola en Acciona, importante edificio español y empresa de limpieza.
En el mes de enero, ella voló junto con otras 72 personas a España. Acciona la ayudó a encontrar la casa de tres recámaras que ella comparte actualmente con otras cuatro senegalesas en el extremo de este poblado industrial. Percibe el equivalente de 960 dólares mensuales después del pago de impuestos, como parte de un equipo de limpieza en una fábrica procesadora de jamón.
A medida que Europa se esfuerza por manejar un incesante flujo de desesperados inmigrantes que llegan a sus costas sureñas, la iniciativa africana de España, mezcla de estímulos y castigos, le ha granjeado elogios al gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Varias empresas están en proceso de contratar gente en Dakar para que venga a trabajar en España durante un año, y potencialmente más. Entre estas empresas están McDonalds; Carrefour, minorista francesa, y Vips, cadena de tiendas de autoservicio.
"Eso constituye un pensamiento avanzado en términos de política de inmigración", dijo el representante especial de migración por la ONU, Peter Sutherland, en una entrevista telefónica. "Es innovador", afirmó.
Los partidarios del programa dicen que no albergan ilusiones de que este arregle el problema de inmigración en Europa.
"Cuando se mide el volumen de personas que podemos contratar contra las necesidades de sus país, es una gota de agua en el océano", dijo Miguel Angel García, director de recursos humanos de Vips, que ha contratado a 25 personas de Senegal, estando ahora en el proceso de contratar a 40 más. Sin embargo, "nosotros sencillamente tenemos que seguir trabajando, gota a gota".
El año pasado, un repunte en el número de inmigrantes que venían de África subsahariana a las islas Canarias, posesión española que muchos africanos intentan usar como una puerta de acceso a Europa, impulsó a España a recrudecer su postura con respecto a la inmigración y extender el cordón en torno a sus costas con patrullas internacionales.
En este año, el número de arribos ha descendido marcadamente: aproximadamente 6 mil inmigrantes llegaron a las Canarias en los primeros siete meses, en comparación con los 13 mil registrados en el mismo periodo de 2006. Oficiales y trabajadores de emergencia españoles con base en las Canarias atribuyeron la declinación a la mejor vigilancia marítima y la cooperación de países como Senegal, así como al mar más embravecido.
La política de inmigración de Zapatero no siempre ha generado aplausos. La decisión de España en cuanto a legalizar a 600 mil inmigrantes en 2005 enfureció a algunos socios europeos, quienes creen que eso promovió oleadas de inmigrantes.
Pero, a medida que Europa cierra sus puertas a los inmigrantes indocumentados, España está abriendo una pequeña ventana de posibilidad. El secretario del Trabajo, Jesús Caldera, firmó un acuerdo con Gambia el miércoles de esta semana para invertir mil 300 millones de dólares para capacitar a gambianos que pudieran ser reclutados para trabajar en España. En julio, España firmó acuerdos similares con Malí y Mauritania.
No solo es por razones humanitarias que España está intentando llegarles a inmigrantes africanos. El acelerado crecimiento económico ha obligado a empresas españolas a dirigir la mirada al extranjero para cubrir una escasez de mano de obra local. Miles de inmigrantes son contratados de Europa oriental, Marruecos y América Latina cada año para pizcar fresa, atender mesas y trabajar en el pujante sector de la construcción del país.
"Hay partes de España en las que resulta imposible encontrar trabajadores calificados", dijo Juan Manuel Cruz, director de relaciones laborales en Acciona. Dijo que el grupo de trabajadores senegaleses estaba "muy bien capacitado, con firmes habilidades linguísticas y tenía enorme voluntad de trabajar". The New York Times
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La Prensa-Panamá/15/08/2007

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