6/1/08

El cambio como política permanente para voltear al mundo

Como la revolución no tiene nada que temer, si efectivamente quiere solucionar los problemas, debe encararlos y machete en mano, ofrecer soluciones. Para agarrar los cachorros hay que meterse en la cueva del tigre.
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Julián Rivas
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Comenzó el nuevo año, y por enésima ocasión vemos a los medios explotando el caso de los buhoneros que se resisten a la transformación de la ciudad de Caracas, para que sea la Capital de una República como tiene que ser. Capital de un país que a lo mejor no es todo primer mundo, pero sin duda alguna es la envidia del Primer Mundo, porque tiene petróleo.
Si mi amigo, de nada vale mucho conocimiento y tecnología si no se tiene energía. Y el año que comienza tiene entre 88 y 100 dólares el barril de petróleo. Esto lo vemos en prensa, el barril que predomina en la cesta venezolana de crudos está por el orden de los 88 dólares. Suficiente, suficiente, como diría el profesos Calcaño en aquellos programas musicales tres décadas años ha.
Bueno, hay que tomarla con soda. Es año nuevo. Estamos en días de reyes, y las fiestas se extienden hasta el 21 de enero, día de Santa Inés, como se hacía antes en los predios de Cumaná, que era todo el Oriente venezolano. Del año 2007 quedan cosas buenas, como el Banco del Sur, al que la prensa perrorabiosa ha tratado como algo subalterno, secundario, lo que no es verdad. Muy importante el Banco del Sur si se quiere contribuir a cambiar el mundo y hacerlo un poco mejor.
Se requiere de una política de cambios, permanente, sujeta a análisis y rectificaciones, para voltear el estado de cosas predominantemente antidemocrático. Que sepa reconocer los antagonismos sociales, las alianzas a favor de las mayorías y del interés nacional. Igualmente se requiere trabajar fuerte por los equilibrios regionales. ¿Por alguien tiene que vivir en un farallón en Antímano -por decir que se vive en Caracas- cuando puede vivir en mejores condiciones , sin ir muy lejos, en Vallesdel Tuy, Caucagua o en Altagracia de Orituco.
Hay que insistir en la necesidad de apurar el desarrollo fuera del valle de Caracas. Con la autopista a Higuerote, se abre otro escenario para que miles de familias tengan opción de vivienda. Esto pasa por frenar a quienes acaparan tierras en Barlovento con fines especulativos. A mediados del siglo diecinueve Río Chico era el centrol poblado más grande de Venezuela. Hay puertos, posibilidad de empalmar por autopista con Altagracia de Orituco, Valles del Tuy y la región de los llanos, una salida natural de productos. Eso representa Barlovento, por qué tanto abandono. Hace poco estuvimos por ahí y conocimos una isla frente a Carenero. En otro país sería una joyita turística, aquí el abandono. Con servicio de comida en ranchos. Nada de planificación.
En Venezuela se vivió un siglo veinte de planificadores adecos y perezjimenistas con un concepto errado del industrialismo, contaminante y de enclave, que respondió a intereses extranjeros. Así fueron desplazados los campesinos del medio rural y se les metió en las grandes empresas solamente para que recibiera un salario por un rato, sin derecho a control obrero y seguridad social permanente (Ahora es cuando se habla de participación laboral en las empresas). Esto explica en parte por qué no producimos suficientes alimentos, la indigencia, las barriadas, la inseguridad, y el desequilibrio en el desarrollo territorial. Y de paso, los adecos creían que el mundo era Europa y Estados Unidos. Africa y Asia poco importaban.
En líneas generales, la prensa perrorabiosa, que sabe explotar los problemas confines políticos, no dice que hay problemas estructurales que requieren soluciones estructurales. Primero que todo porque los grandes medios no tocan los grandes intereses económicos internos y externos, a los cuales se debe. Vea lo que dicen los medios perrorabiosos en comienzos de este 2008. Que si los buhoneros se resisten a salir de la Plaza Caracas ,que si mataron a fulano, que si se cayó un cerro en Antemano, que si Cadivi autorizó tantos dólares para importar alimentos y tantos se consumieron en tarjetas de créditos. Por supuesto también hablan de los cambios en el Tren ejecutivo nacional, como una noticia más.
Como la revolución no tiene nada que temer, si efectivamente quiere solucionar los problemas, debe encararlos y machete en mano, ofrecer soluciones. Para agarrar los cachorros hay que meterse en la cueva del tigre.
Un problemita sabroso es el asunto de los dólares, que en Venezuela son ansiados por una clase media alta y una burguesía que pide más que Carúpano, pero de vuelta da muy poco. Tenemos un sector privado malísimo. Mire amigo, aquí no es cosa de discutir si hay propiedad privada, que la hay. Lo pertinente es evaluar si podemos lograr desarrollo con una empresa privada ineficiente y en buena medida, malandra.
De paso hay que hacer la acotación que la destrucción de la pequeña y mediana empresa fue producto de los puntofijistas, y también obra de unos empresarios que vendieron a Ecuador y Colombia sus plantas industriales y se dedicaron a vivir de las actividades especulativas, como los dólares. Por eso odian a Cadivi y sus procedimientos legales.
Aquí hay que corregir a favor de los más pobres. ¿Que si los pobres no tiene tarjetas de créditos? Venezuela es uno de los países medios donde más se discrimina a los trabajadores en esta materia. Y como el banco del Sur va a tener campo de acción en América Latina, Africa y Asia qué bueno sería devolverle a los monopolios mundiales de las tarjetas de crédito algo de su medicina. Imagine una tarjeta de crédito del Banco del Sur, avalada por muchos países del mundo sur. Por aquí podría comenzar a corregirse 500 años de mundo al revés.
Pero volvamos a Venezuela y su sector privado. No solamente en el sector público hay corrupción, como gusta decir la prensa perrorabiosa hoy día. En el 2007 se escondieron las importaciones de licores y el producto apareció en diciembre, más caro. Vea el caso del atún, mercado donde los dueños de empresas, barcos y equipos - la mano de obra representa gastos menores- hacen de las suyas, como venderlas en alta mar sin importarle el consumo del pueblo venezolano. Por favor, no digan que el problema es que hay menos atún en el mar, es triste. Otro ejemplo, sólo uno: En Cumaná hay una empresa que selecciona las sardinas de mejor calidad, las adoba con aceite de oliva u otras delicatesses y luego las vende en Alemania, made in Germany. Si estampaditas como si fueran sardinas primermundistas. Se puede. Eso lo sabe medio Cumaná y no pasa nada. Son tipos honestísimos.

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kaosenlared.net - España/06/01/2008

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