15/2/08

Calderón acaba con la gira en EEUU!

El presidente de México, Felipe Calderón*, concluye su visita de trabajo en EE.UU. en la que condenó el acoso a los inmigrantes mexicanos, pero, aparte del baño de multitudes:
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CON VIVAS Y PORRAS
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*Conocido como un astuto negociador político, Calderón, quien goza de altos niveles de popularidad en México, se saltó las instituciones de Washington y dirigió su estrategia a políticos locales y estatales.
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María Peña
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Washington- El presidente de México, Felipe Calderón, concluye su visita de trabajo en EE.UU. en la que condenó el acoso a los inmigrantes mexicanos, pero, aparte del baño de multitudes, su estrategia conlleva riesgos políticos, según analistas.La visita de trabajo de Calderón, su primera desde que asumió la presidencia en diciembre de 2006, fue descrita como un “diálogo con compatriotas”, pero esa estrategia podría ser contraproducente.En cada foro público, desde Boston hasta Chicago y Los Ángeles, Calderón repitió, palabras más, palabras menos, un discurso de unos 30 minutos repleto de fervor patriótico y con un tono urgente sobre la necesidad de una reforma que permita una migración “legal, ordenada y segura”.Aparte de destacar los logros de su Gobierno, Calderón insistió en que los mexicanos no son enemigos de EE.UU. ni la causa del problema de seguridad en este país, sino que contribuyen con su mano de obra a su prosperidad económica.También condenó la campaña de hostilidad y “franca discriminación” que sufren los mexicanos en Estados Unidos, quienes, recordó, viven “historias de heroísmo y de dolor”.Esas frases tocaron una vena nacionalista, por ejemplo, entre las 1.200 personas que lo escucharon en la escuela secundaria “La Villita”, en pleno corazón de la comunidad mexicana en Chicago, quienes lo vitorearon con unos “Viva Felipe!”, “Viva nuestro presidente!” y “Viva México!”.Conocido como un astuto negociador político, Calderón, quien goza de altos niveles de popularidad en México, se saltó las instituciones de Washington y dirigió su estrategia a políticos locales y estatales.El Congreso estadounidense es el encargado de aprobar las leyes del país, pero, ante el fracaso de la reforma migratoria en 2007 y la imposibilidad de que ocurra este año electoral, muchos gobiernos locales y estatales aprueban sus propias leyes migratorias.Así, la gira de trabajo estuvo pensada no solo para consumo interno al acercarse a las comunidades mexicanas en EE.UU. -con promesas de mejoras en los servicios consulares, por ejemplo-, sino también a intentar influir en la política local de las urbes que visitó.Pero analistas consultados hoy por Efe consideran que es una maniobra política muy arriesgada porque podría atizar el clima xenofóbico entre quienes piden una mano dura contra los indocumentados.Por el gran tamaño de la comunidad mexicana en EE.UU., “los presidentes mexicanos están a merced de grandes presiones políticas para venir acá y defender los derechos de los migrantes”, explicó Armand Peschard-Svedrup, presidente de la empresa consultora Peschard-Sverdrup y Asociados.Pero, al ceder a presiones para defender a sus paisanos, los presidentes de México “corren el riesgo de atizar la oposición del mismo grupo que los congresistas tendrían que aplacar para que la reforma salga del Congreso”.“No es una hazaña fácil”, indicó.Por su parte, Maureen Meyer, analista de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), indicó que es “no está claro qué impacto tendrá (su visita) a largo plazo para la agenda bilateral”.“Su postura en contra de la política migratoria de EE.UU. está dirigida a recabar más apoyo en casa y consolidar su agenda doméstica. El presidente (Vicente) Fox también intentó, con poco éxito, poner el tema de inmigración al frente de su política exterior”, señaló Meyer.Todo dependerá de cómo se perciba en México su visita en EE.UU.: como un esfuerzo inútil o como algo que surtirá efecto a largo plazo, agregó.La visita se produce en momentos en que en EE.UU. se ha recrudecido el combate a la inmigración ilegal, con redadas y deportaciones que han producido la separación de familias. El tema también ha teñido la campaña presidencial estadounidense.Calderón, del Partido de Acción Nacional, es el tipo de líder que agrada en Washington: es conservador, defiende la libre empresa y, sobre todo, busca un mayor acercamiento con Estados Unidos.Por ello, en su visita ha insistido en que ambos países pueden ser “aliados poderosos” y también ha reconocido la necesidad de eliminar el sentimiento antiamericano que impera en algunos sectores de su país.Su visita suscitó la ira de líderes ultraconservadores como el republicano Tom Tancredo, que ha llevado la voz cantante contra la inmigración ilegal.Tancredo instó a Calderón, en una carta enviada hoy, a que “invierta más energía a arreglar sus retos en México que en hacer lobby a favor de una amnistía para los mexicanos indocumentados”.Y esta misma semana, el secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, dijo que el Gobierno planea aprobar un “muro virtual” de alrededor de 40 kilómetros entre Arizona y México para aumentar la vigilancia fronteriza.Además, el presidente George W. Bush ha solicitado más fondos para la seguridad fronteriza para el año fiscal 2009. EFE
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Notiver - México/15/02/2008

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