28/6/07

Cuidado con un ‘quinto malo’

Opinión
Pedro Sittón Ureta
Una vez un amigo español me dijo que el dicho taurino de que "no hay quinto malo" se refería a que antiguamente siempre se reservaba ese lugar al mejor toro de la tarde, porque en el sexto y último mucha gente se marchaba de las plazas sin terminar de verlo porque estas solían estar a las afueras de las ciudades y se hacía muy tarde, mientras que la faena del quinto se veía entera.
Pues bien, aun cuando no soy amante de los toros, tuve en mente el referido dicho cuando nuestro país fue elegido por quinta vez como miembro no permanente del Consejo de Seguridad (CS) de la ONU, ya que consideraba, como se lo expresé a un medio de comunicación internacional, que dicha escogencia se debía en parte a nuestras cuatro previas experiencias que habían sido exitosas y que nos hacían ser el candidato menos malo dentro de todos los posibles.
La elección "consensuada" de Panamá, es un ejemplo claro de la indiferencia que constituye para la política exterior estadounidense el cambiar un peón por otro, reflejando la misma una derrota humillante para las pretensiones de liderazgo regional que aspira Chávez, el gran perdedor de la jornada, y, al mismo tiempo, es la forma unilateral que tiene Estados Unidos de reiterarle a la comunidad internacional su visión hegemónica en los asuntos que le corresponden tratar al multilateralismo.
Han pasado seis meses desde aquella elección y muy a pesar de los "pasodobles" entonados por las autoridades nacionales, que veían en la misma un triunfo de la diplomacia panameña y un reconocimiento a la política exterior de la actual administración, la realidad es que este primer cuarto ha confirmado los temores iniciales de todos los expertos que indicaban que dicha incorporación al CS no aportaría ninguna novedad significativa al mismo, ya que Panamá no tenía una agenda definida ni propuestas claras que le permitiesen tener algún minuto de gloria en la llamada "Gran Plaza" de la política mundial.
Por ello, considero que es tiempo oportuno de que nuestro país "cambie de tercio" y se replantee la agenda de la política internacional que está llevando a cabo en la actualidad que solo trata de buscar consensos y empiece a "mover el capote" para tener un rol más activo que le permita, en primer lugar, empezar a resolver sus propios diferendos internacionales, entre los cuales se encuentran la limpieza de los polígonos de tiro y demás sitios de defensa contaminados por el ejército norteamericano y que, ahora mismo, pareciera que dichos asuntos pendientes han recibido una "estocada", al más puro estilo taurino.
De igual forma, se hace necesario un rol más activo de Panamá dentro del CS de la ONU que deje atrás esa denominada "diplomacia prudente", que impide a nuestro país el poder lucir su "traje de luces" en política exterior para, de esta forma, empezar a emular las actitudes valientes que tuvieron en su momento otros países de la región, como Chile y México, frente a las propuestas de resoluciones que atentaban contra principios del derecho internacional y del multilateralismo.
De lo contrario, es muy probable que nuestro país termine su mandato en dicho órgano de las Naciones Unidas, con más penas que glorias y definitivamente "sin orejas ni rabo que cortar" y saliendo, no a hombros por la puerta grande de la plaza, sino por la puerta chica del burladero.
El autor es abogado
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La Prensa (Panamá)/Portada/28/06/2007

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