Rajoy, instalado en el rencor
ARTÍCULOS DE OPINIÓN
28/06/2007
El Zumbido
CARLOS CARNICERO
El Plural
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Hay demasiadas evidencias de que Mariano Rajoy no ha conseguido digerir su derrota electoral y la consecuente victoria del PSOE el 14-M. Primero fue el espectáculo de la comisión de investigación del 11-M; ahora tal vez quisiera olvidar las frases de José María Aznar sembrando las dudas sobre los “desiertos lejanos y las altas montañas”.
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Luego hemos padecido durante tres años las teorías de la conspiración denostando la instrucción del sumario y jaleando las irresponsabilidades de El Mundo y de la COPE. Del tema de ETA basta recordar una sola cosa: no han apoyado nunca al Gobierno y no han dejado ninguna oportunidad de desgastar al ejecutivo utilizando la lucha antiterrorista sin importarle jamás que ETA sacara ventaja.
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Ahora ha tocado el turno al brutal ataque a nuestros soldados. Arremete contra el Gobierno porque nuestros carros blindados carecían todavía de un sistema de inhibición de frecuencias. ¿Había en la estación de Atocha algún dispositivo de control para evitar las explosiones de los trenes? ¿En algún momento se ha tratado de criminalizar al gobierno de José María Aznar por no haber evitado las explosiones?
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Cada día que pasa, inexplicablemente si no fuera por que está en la propia naturaleza de los líderes del PP, demuestran que ejercen el poder desde el rencor de su derrota no asumida. No hay un solo tema, ni los de política exterior ni los de lucha antiterrorista, que dejen de ser utilizados para la bronca política.
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El PP de Mariano Rajoy se ha empecinado en renunciar al espacio del centro político que es el que le permitiría homologarse con los partidos conservadores europeos. Nada más ganar el presidente Sarkozy, anunciaron el viaje de especialistas electorales del PP para aprender del éxito francés. Es un viaje inútil. Todo lo que podrían aprender en Francia se puede adquirir aquí solo con un poco de patriotismo, lealtad constitucional y sentido de la decencia.
El Zumbido
CARLOS CARNICERO
El Plural
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Hay demasiadas evidencias de que Mariano Rajoy no ha conseguido digerir su derrota electoral y la consecuente victoria del PSOE el 14-M. Primero fue el espectáculo de la comisión de investigación del 11-M; ahora tal vez quisiera olvidar las frases de José María Aznar sembrando las dudas sobre los “desiertos lejanos y las altas montañas”.
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Luego hemos padecido durante tres años las teorías de la conspiración denostando la instrucción del sumario y jaleando las irresponsabilidades de El Mundo y de la COPE. Del tema de ETA basta recordar una sola cosa: no han apoyado nunca al Gobierno y no han dejado ninguna oportunidad de desgastar al ejecutivo utilizando la lucha antiterrorista sin importarle jamás que ETA sacara ventaja.
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Ahora ha tocado el turno al brutal ataque a nuestros soldados. Arremete contra el Gobierno porque nuestros carros blindados carecían todavía de un sistema de inhibición de frecuencias. ¿Había en la estación de Atocha algún dispositivo de control para evitar las explosiones de los trenes? ¿En algún momento se ha tratado de criminalizar al gobierno de José María Aznar por no haber evitado las explosiones?
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Cada día que pasa, inexplicablemente si no fuera por que está en la propia naturaleza de los líderes del PP, demuestran que ejercen el poder desde el rencor de su derrota no asumida. No hay un solo tema, ni los de política exterior ni los de lucha antiterrorista, que dejen de ser utilizados para la bronca política.
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El PP de Mariano Rajoy se ha empecinado en renunciar al espacio del centro político que es el que le permitiría homologarse con los partidos conservadores europeos. Nada más ganar el presidente Sarkozy, anunciaron el viaje de especialistas electorales del PP para aprender del éxito francés. Es un viaje inútil. Todo lo que podrían aprender en Francia se puede adquirir aquí solo con un poco de patriotismo, lealtad constitucional y sentido de la decencia.
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