18/7/07

Un candidato francés para el FMI

Según un acuerdo no escrito con los Estados Unidos, los países de Europa han conseguido siempre que uno de sus ciudadanos se desempeñara como director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional. Como contrapartida, los norteamericanos designan tradicionalmente al presidente del Banco Mundial. Ante la sorpresiva renuncia del español Rodrigo de Rato, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, promovió la candidatura de su compatriota el carismático dirigente socialista Dominique Strauss-Khan para ocupar el cargo que Rato dejará vacante. A pedido de Sarkozy, la Unión Europea apoyó rápidamente la propuesta francesa y hoy Strauss-Khan parecería ser el candidato con más probabilidades de ser designado director del FMI. De esta manera, los franceses podrían, muy pronto, tener a cuatro de sus hombres en puestos internacionales de gran significación. Jean-Claude Trichet es presidente del Banco Central Europeo; Pascal Lamy encabeza la Organización Mundial del Comercio (OMC), y Jean Lemierre es la cabeza del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo. Con la probable designación de Strauss-Khan, la presencia y la imagen en el exterior de Francia seguirán siendo fuertes. Strauss-Khan es un respetado dirigente socialista. Luego de ser ministro de Industria de Francois Mitterand, entre 1997 y 1999 se desempeñó como ministro de Finanzas del socialista Lionel Jospin y, como tal, realizó incluso algunas privatizaciones importantes, sin mayores dificultades; entre otras, la del Crédit Lyonnais y la venta de participaciones minoritarias en Air France y France Telecom. Simultáneamente, logró que la deuda externa y el desempleo de su país comenzaran a bajar. Preparó así a Francia para ingresar, sin mayores dificultades, en la Eurozona. Pragmático en extremo, se opuso a acortar la semana laboral a sólo 35 horas. No puede dejar de advertirse la importante lección política que encierra este ejemplo. Strauss-Khan no sólo pertenece a la oposición de la administración de Sarkozy, sino que, de tener éxito en su posible gestión internacional, podría hasta ser, para el propio Sarkozy, desde el socialismo, un rival de temer para las elecciones presidenciales de 2012. No obstante, el presidente de Francia no dudó un solo instante en impulsar su candidatura, con la grandeza que las circunstancias requerían, y consciente de que es bueno para Francia que uno de sus hombres, con capacidad y posibilidades reales de ser elegido, procure ser el próximo director ejecutivo del FMI. Esto habla de su grandeza política y también de su habilidad y autoestima. Posiblemente estemos lejos en nuestro país de esta forma de hacer política. Por el momento, parece muy poco factible que un presidente en ejercicio del poder promueva a un dirigente opositor, en actividad y de prestigio, para que se desempeñe en altos cargos internacionales. Esta visión de corto plazo que nos caracteriza ha impedido que muchos de nuestros conciudadanos, con real capacidad y, por ello, con prestigio y reconocimiento en el exterior, hayan podido actuar en beneficio de su propio país, con absoluta independencia de sus banderías políticas. La decisión de Sarkozy esconde, entonces, una enseñanza que no debería caer en saco roto.
-
La Nación-Argentina/Noticias/18/07/2007

No hay comentarios:

Locations of visitors to this page