10/9/07

El BCE no debería ser demasiado amable con el mercado

Es aconsejable que el banco retome su anterior política de subir tipos tan rápido como pueda
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Editado por Hugo Dixon
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Los banqueros centrales tienen que mirar en dos direcciones, la financiera y la de la economía real. Ahora mismo, el lado financiero necesita más atención. El Banco Central Europeo (BCE), como el consejo de la Reserva Federal, está haciendo todo lo que puede.El BCE tomó dos decisiones el jueves. En primer lugar, mantuvo los tipos en el 4%. Pero no hubo necesidad de que el banco central se moviera, puesto que el tipo de interés sobre los préstamos en euros entre bancos (Libor) había ya subido más de medio punto porcentual.En segundo lugar, anunció una operación de financiación a tres meses la próxima semana. Ofrecerá tanto dinero como necesite el mercado, duplicando la oferta de agosto. Si las autoridades no hicieran nada, es posible que los distribuidores y otros usuarios de fondos a corto plazo pronto empezasen a quedarse sin dinero.Las acciones del BCE son correctas pero arriesgadas. La operación financiera hace que el banco central esté más involucrado con el crédito, que debería ser un asunto del sector privado. Querrá retirarse tan pronto como sea posible. Y con el crecimiento razonablemente fuerte en la eurozona, no aumentar los tipos puede conducir a más inflación. Para evitar esto, el BCE tendrá que retroceder a su anterior política de subir los tipos tan rápido como pueda.Esta operación de rescate también conlleva un peligro moral. A los financieros parece que les va a salir todo bien: en primer lugar, enormes beneficios, y, después, un rápido rescate, antes de que los problemas de los mercados puedan causar nada más que pérdidas simbólicas. Josef Ackerman, el jefe del Deutsche Bank, incluso sugirió que esta crisis nos enseña que los bancos deberían ser más rentables. Una lección más plausible es que los bancos centrales deberían preocuparse cuando la rentabilidad en el sector financiero es excepcionalmente alta.El BCE debería hacer, y está haciendo, todo lo que puede para que el daño de los mercados ilíquidos no llegue a los hombres de negocios. Pero debe intentar no ser demasiado amable con los mercados. Algún daño financiero puede ser bueno para la salud financiera.(Edward Hadas)
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FMI
La nominación por parte de Rusia de Josef Tosovsky, antiguo primer ministro checo y jefe del banco central de su país, como candidato a director general del FMI ha sido una sorpresa. Tososvsky no conseguirá el trabajo. Un francés, Dominique Strauss-Kahn, será el que lo ocupe. El escogido club occidental seguirá siendo exclusivo. Pero la elección rusa es un signo de que las cosas cambiarán. Este año, China generará una parte mayor del crecimiento económico mundial que EEUU. Casi la mitad de las exportaciones mundiales provienen de los países en desarrollo. Pero China e India, a diferencia de Rusia, no participan en las reuniones del G8.Tampoco han sido nunca un ruso o un indio candidatos a dirigir el Banco Mundial o el FMI. El club tiene sus normas, en su mayor parte no escritas. Y una de ellas es que Europa elige a alguien decente para el FMI y EEUU, a alguien que juzgue adecuado para el Banco Mundial.Estas normas tienen ahora medio siglo de antigüedad y pertenecen a una era diferente. Vladimir Putin ha encontrado un momento propicio para enviar este mensaje. Por un lado, Paul Wolfowitz, la última elección de EEUU como jefe del Banco Mundial, fue obligado a dimitir tras sólo dos años en el puesto. Esto desacreditó las viejas formas. Por otro lado, Rusia y China ya no son enemigos comunistas, sino cada vez más amigos comerciales. Las negociaciones de comercio mundial fracasan en gran parte porque los países en desarrollo sienten que las cuotas y subvenciones en Europa y EEUU son proteccionistas. Los países en desarrollo sienten que el club occidental es hipócrita, y necesita ser más honesto. Tienen razón y llegarán a algún sitio. La nominación de Tosovsky es sólo el principio. (Ian Campbell)
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La deuda de Goldman
Puede que Goldman Sachs esté a punto de sacar provecho de la crisis de crédito. Es posible que la firma haya conseguido una fórmula de obtener un beneficio de su participación en operaciones pendientes de compras con deuda. Goldman tuvo la idea cuando las firmas de compras empezaron a preguntar sobre la posibilidad de comprar la deuda ellas mismas. En lugar de vendérsela a ellas con un descuento, y arrostrar pérdidas, Goldman decidió establecer uno o más vehículos propios para comprarla. El enfoque podría mitigar las pérdidas de la firma, o incluso producir un beneficio, pero también tiene sus riesgos.Esta es la forma en que podría funcionar. Pongamos que Goldman se ha comprometido a suscribir 1.200 millones de dólares de préstamos respaldando la compra apalancada de ABC Corp. Dijo a su cliente del capital riesgo que fijaría los precios de los créditos a su valor nominal. Pero desde que los mercados de crédito se contrajeron, sólo puede vender los préstamos por 85 céntimos el dólar, lo que significa que va a sufrir una gran pérdida.Supongamos que Goldman cree que ABC es un buen crédito injustamente golpeado por dislocaciones pasajeras. La firma establecería un vehículo especial no consolidado, financiándolo con el 20% de sus acciones y captando el resto de inversores externos, para comprar los préstamos de ABC a 85 céntimos de dólar. Entonces anotaría una pérdida de 180 millones de dólares, aunque parte compensaría sus tasas de suscripción.Para atraer a las entidades de crédito, Goldman podría ofrecer un par de puntos porcentuales más en intereses de lo que recibe de ABC en los préstamos. Puede permitirse hacerlo así porque va a pagar intereses por una cantidad del principal más pequeña de la que el vehículo posee en los préstamos de ABC.Si Goldman tiene razón, y ABC resulta un buen crédito, el enfoque compensa. Pongamos que el valor de mercado de los préstamos sube a 90 céntimos en un año. El valor del fondo, originalmente 1.020 millones de dólares, se eleva en un 6%. Goldman cosecharía cerca de 60 millones de dólares en beneficios, recuperando un tercio de su pérdida original. La firma también habrá recibido más interés de ABC del que habrá pagado a los inversores del fondo. Por lo tanto, habrá recuperado cerca de dos quintas partes de su pérdida. Si la firma fuera capaz de deshacerse de los bonos a 99 céntimos el dólar, eliminaría su pérdida y empezaría a hacer dinero con la operación.Desde luego, el plan podría salir mal. Si ABC no pagara, por ejemplo, la firma habría aumentado el daño de su pérdida inicial. Pero la oportunidad de convertir un desagradable hachazo en un potencial beneficio puede hacer que el riesgo merezca la pena. (Lauren Silva)
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La Gaceta de los Negocios -España/10/09/2007

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