El dragón presiona a Centroamérica
Tras la ruptura de Costa Rica con Taiwán, la región se sitúa en un momento histórico: nunca como hoy China está tan cerca y el SICA tan seducido.
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China pasó a la ofensiva en el istmo. Taiwán trata de frenar la erosión de apoyos.
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Sara V. López/ Héctor Silva Á.
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China posó sus ojos en Centroamérica, y la región comienza a moverse nerviosa. Los tradicionales aliados de Taiwán ahora se enfrentan al dilema que supone ser el objeto de la atención del gigante asiático, que se promueve con la mejor de sus cartas: su acelerado incremento económico, un aspecto tentador para una región cuyo desempeño comercial depende exclusivamente del mercado regional y del mercado estadounidense.
La carta comercial de China fue, precisamente, la punta de lanza que rompió el bloque centroamericano adherido a Taipei cuando, el 1.º de junio pasado, Costa Rica abrió relaciones diplomáticas con la República Popular de China que, de entrada, ofreció un tratado de libre comercio. El movimiento diplomático fue sorpresivo y se dio a conocer cinco días después de la vigencia de las relaciones. “Ese mismo día, por la mañana el presidente Arias negó que estaba abriendo relaciones con China, y por la tarde lo confirmó”, señaló un periodista costarricense.
Al secretismo de Óscar Arias siguió, en poco más de dos meses, toda la pompa de una comitiva china encabezada por la viceministra de Comercio, Ma Xiuhong, y el canciller asistente, He Yafei. La misión se paseó por San José con aura comercial, pero con matices políticos que no dejaron dudas sobre el interés del gigante asiático por deshacer los lazos diplomáticos que unen al resto de Centroamérica con la isla que ellos consideran rebelde.
“Con el establecimiento de relaciones con Costa Rica vamos a beneficiarnos mutuamente, pero desde luego esperamos que el resto de países evalúen sus relaciones con nosotros para que finalmente tengan una decisión acertada”, afirmó He Yafei. “Los hechos de los beneficios que traerá esta relación con Costa Rica serán convincentes (para los otros países)”, remarcó, en la misma vía, el embajador de Pekín ante San José, Wang Xiaoyuan.
Simultáneamente, en Tegucigalpa, el resto de Centroamérica (El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua) sostenían una reunión de presidentes con el mandatario taiwanés Chen Shui-bian, quien llegó a la región en un intento por retener apoyos, temiendo un efecto dominó.
“No tengo la menor duda de que a Taiwán le ha preocupado ver el movimiento que se ha dado en los países centroamericanos. El hecho de tener 70 y pico de países que estaban apoyando su iniciativa, y que ahora seamos solo 26 hasta la fecha... ¿o 24?, eso es para ellos preocupante y, por tanto, creo que quieren redefinir lo que va a ser la relación con los países amigos”, dijo en una entrevista con LA PRENSA GRÁFICA la vicepresidenta de El Salvador, Ana Vilma de Escobar, una semana antes de la reunión en Tegucigalpa.
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China posó sus ojos en Centroamérica, y la región comienza a moverse nerviosa. Los tradicionales aliados de Taiwán ahora se enfrentan al dilema que supone ser el objeto de la atención del gigante asiático, que se promueve con la mejor de sus cartas: su acelerado incremento económico, un aspecto tentador para una región cuyo desempeño comercial depende exclusivamente del mercado regional y del mercado estadounidense.
La carta comercial de China fue, precisamente, la punta de lanza que rompió el bloque centroamericano adherido a Taipei cuando, el 1.º de junio pasado, Costa Rica abrió relaciones diplomáticas con la República Popular de China que, de entrada, ofreció un tratado de libre comercio. El movimiento diplomático fue sorpresivo y se dio a conocer cinco días después de la vigencia de las relaciones. “Ese mismo día, por la mañana el presidente Arias negó que estaba abriendo relaciones con China, y por la tarde lo confirmó”, señaló un periodista costarricense.
Al secretismo de Óscar Arias siguió, en poco más de dos meses, toda la pompa de una comitiva china encabezada por la viceministra de Comercio, Ma Xiuhong, y el canciller asistente, He Yafei. La misión se paseó por San José con aura comercial, pero con matices políticos que no dejaron dudas sobre el interés del gigante asiático por deshacer los lazos diplomáticos que unen al resto de Centroamérica con la isla que ellos consideran rebelde.
“Con el establecimiento de relaciones con Costa Rica vamos a beneficiarnos mutuamente, pero desde luego esperamos que el resto de países evalúen sus relaciones con nosotros para que finalmente tengan una decisión acertada”, afirmó He Yafei. “Los hechos de los beneficios que traerá esta relación con Costa Rica serán convincentes (para los otros países)”, remarcó, en la misma vía, el embajador de Pekín ante San José, Wang Xiaoyuan.
Simultáneamente, en Tegucigalpa, el resto de Centroamérica (El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua) sostenían una reunión de presidentes con el mandatario taiwanés Chen Shui-bian, quien llegó a la región en un intento por retener apoyos, temiendo un efecto dominó.
“No tengo la menor duda de que a Taiwán le ha preocupado ver el movimiento que se ha dado en los países centroamericanos. El hecho de tener 70 y pico de países que estaban apoyando su iniciativa, y que ahora seamos solo 26 hasta la fecha... ¿o 24?, eso es para ellos preocupante y, por tanto, creo que quieren redefinir lo que va a ser la relación con los países amigos”, dijo en una entrevista con LA PRENSA GRÁFICA la vicepresidenta de El Salvador, Ana Vilma de Escobar, una semana antes de la reunión en Tegucigalpa.
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SICA revuelto
SICA revuelto
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Afianzar el apoyo de los otros cuatro países del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) no ha resultado fácil para Taipei, que luego de la peregrinación por tres capitales de la región (Tegucigalpa, San Salvador y Managua) se fue con un solo compromiso expreso: el de El Salvador, que figura como el único apoyo incondicional de la isla, que año tras año busca volver al seno de las Naciones Unidas con votaciones que promueven sus aliados, que ahora suman solo 24.
“Definitivamente que sí. El Salvador ha sido claro en decir que no solo apoya a Taiwán, sino en que se lo dirá al mundo entero”, respondió el canciller salvadoreño Francisco Laínez a la pregunta de si el presidente salvadoreño Antonio Saca contempla hacer una petición explícita de apoyo a Taiwán cuando hable al final de este mes ante la Asamblea General de la ONU.
Aun así, la palabra comprometida no fue la regla, y aunque Chen Shui-bian afirmó en su último día de vista a Centroamérica que “la ruptura (de Costa Rica) ha traído como consecuencia una mayor unidad (con sus aliados de Centroamérica)”, por hoy, las posiciones evidencian poco menos que un SICA en río revuelto.
Tras el paso paralelo de las dos Chinas por la región, con ofrecimientos, donaciones y compromisos, el SICA —que sin Costa Rica no fue SICA en la reunión con Taiwán— se siente seducido por cantos en mandarín, y el riesgo para los intereses de Taipei es evidente.
Gert Rosenthal, canciller guatemalteco, fue claro al afirmar que de su país no se alzará una mano en apoyo para Taiwán, ya que existe un compromiso solemne de parte de Guatemala de no apadrinar más el ingreso de Taiwán a la ONU, el cual se pactó tras un acuerdo con China en 1997, como un gesto de voluntad para limar asperezas con el gigante asiático (ver entrevista).
El canciller hondureño, Milton Jiménez, aclaró por qué su país aún no ha comprometido públicamente el voto de ese país a Taiwán. “Se han dado instrucciones en esa dirección a la representación nuestra en Naciones Unidas, lo que pasa es que normalmente eso se produce en el momento en que se da el discurso en la Asamblea General”, comentó.
El apoyo de Nicaragua tampoco ha quedado expreso. Eso sí, este país presentó a la delegación taiwanesa una lista de proyectos que necesitan financiamiento por un monto de $400 millones, la que Chen Shui-bian se comprometió a revisar.
Taipei sabe que Pekín ha lanzado una política agresiva de reconquista de territorios y que debe responder ante la capacidad de seducción de China. “Taiwán sabe que si llega el momento de negociar con Pekín, tendrá más fuerza si lo hace con apoyos internacionales que si se queda solo”, comentó una fuente diplomática regional. De ahí su interés por mantener el apoyo de la mayoría de países del SICA, organismo al que apoya al punto de ser su mayor financista.
La vicepresidenta salvadoreña declaró el mes pasado el fiasco que supuso la imposibilidad de concretar una millonaria inversión de Taiwán en El Salvador, y precisó que en las relaciones bilaterales los países deben ser prácticos y ver más allá de la simple amistad entre naciones.
El canciller costarricense, Bruno Stagno, advierte que la decisión de Costa Rica no tiene por qué impactar negativamente a los otros países del SICA. “Taiwán no es el único financista que SICA tiene.” Por hoy, mantener el statu quo del sistema, es algo que ni los mismos cancilleres pueden garantizar. “Bueno, es una nueva realidad. Ojalá no sea un elemento divisivo hacia el interior de Centroamérica”, comentó el ministro de Exteriores de Guatemala.
El canciller Jiménez dijo que es probable que hayan cosas que vayan cambiando al interior del SICA. “No quisiera aventurarme en este momento, mientras eso no ocurre; pero sí hay alguna posibilidad de que pueda pasar”, comentó.
Marco Vinicio Ruiz, ministro de comercio de Costa Rica, cree que es inevitable el cambio. “Creo que esto no es eterno, tarde o temprano Centroamérica deberá valorar si quiere quedarse sola o de último (en reconocer a China)”, subrayó.
Pero más allá de las relaciones diplomáticas con Taiwán o China, lo que sí marcaría una ruptura palpable dentro del SICA sería la apertura al libre comercio con la economía que se estima será la más grande del planeta en 20 años.
“Costa Rica ha empezado a negociar con China tratos comerciales más amplios. Una posibilidad es que en el referendo gane el no al CAFTA y que el tratado vuelva al congreso, donde lo más probable es que se estanque. Y, en ese escenario, sería plausible que Costa Rica se abra al comercio chino, con lo que la situación aduanera del SICA se vería complicada”, comentó una fuente del Gobierno salvadoreño, que pidió el anonimato por no estar autorizada para hablar del tema.
De momento, Pekín logró romper la unidad pro Taiwán del SICA, y su coqueteo con comercio bajo el brazo con Honduras y Guatemala, y al que no escapa El Salvador, evidencia que SICA podría ir teniendo más cambios y China más presencia en el área.
El canciller salvadoreño sueña con jugar a dos bandas: “Vemos casos como el de República Dominicana, que tiene relaciones comerciales con China continental y diplomáticas con Taiwán, y Pekín se lo ha permitido a ese país, no entendería por qué no estarían dispuestos a permitírselo a El Salvador”.
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“La región es solo el 15% del comercio”
“Ya no apadrinamos a Taiwán”
“Vamos a actuar con pragmatismo”
“China no es excepción para relacionarnos”
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Afianzar el apoyo de los otros cuatro países del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) no ha resultado fácil para Taipei, que luego de la peregrinación por tres capitales de la región (Tegucigalpa, San Salvador y Managua) se fue con un solo compromiso expreso: el de El Salvador, que figura como el único apoyo incondicional de la isla, que año tras año busca volver al seno de las Naciones Unidas con votaciones que promueven sus aliados, que ahora suman solo 24.
“Definitivamente que sí. El Salvador ha sido claro en decir que no solo apoya a Taiwán, sino en que se lo dirá al mundo entero”, respondió el canciller salvadoreño Francisco Laínez a la pregunta de si el presidente salvadoreño Antonio Saca contempla hacer una petición explícita de apoyo a Taiwán cuando hable al final de este mes ante la Asamblea General de la ONU.
Aun así, la palabra comprometida no fue la regla, y aunque Chen Shui-bian afirmó en su último día de vista a Centroamérica que “la ruptura (de Costa Rica) ha traído como consecuencia una mayor unidad (con sus aliados de Centroamérica)”, por hoy, las posiciones evidencian poco menos que un SICA en río revuelto.
Tras el paso paralelo de las dos Chinas por la región, con ofrecimientos, donaciones y compromisos, el SICA —que sin Costa Rica no fue SICA en la reunión con Taiwán— se siente seducido por cantos en mandarín, y el riesgo para los intereses de Taipei es evidente.
Gert Rosenthal, canciller guatemalteco, fue claro al afirmar que de su país no se alzará una mano en apoyo para Taiwán, ya que existe un compromiso solemne de parte de Guatemala de no apadrinar más el ingreso de Taiwán a la ONU, el cual se pactó tras un acuerdo con China en 1997, como un gesto de voluntad para limar asperezas con el gigante asiático (ver entrevista).
El canciller hondureño, Milton Jiménez, aclaró por qué su país aún no ha comprometido públicamente el voto de ese país a Taiwán. “Se han dado instrucciones en esa dirección a la representación nuestra en Naciones Unidas, lo que pasa es que normalmente eso se produce en el momento en que se da el discurso en la Asamblea General”, comentó.
El apoyo de Nicaragua tampoco ha quedado expreso. Eso sí, este país presentó a la delegación taiwanesa una lista de proyectos que necesitan financiamiento por un monto de $400 millones, la que Chen Shui-bian se comprometió a revisar.
Taipei sabe que Pekín ha lanzado una política agresiva de reconquista de territorios y que debe responder ante la capacidad de seducción de China. “Taiwán sabe que si llega el momento de negociar con Pekín, tendrá más fuerza si lo hace con apoyos internacionales que si se queda solo”, comentó una fuente diplomática regional. De ahí su interés por mantener el apoyo de la mayoría de países del SICA, organismo al que apoya al punto de ser su mayor financista.
La vicepresidenta salvadoreña declaró el mes pasado el fiasco que supuso la imposibilidad de concretar una millonaria inversión de Taiwán en El Salvador, y precisó que en las relaciones bilaterales los países deben ser prácticos y ver más allá de la simple amistad entre naciones.
El canciller costarricense, Bruno Stagno, advierte que la decisión de Costa Rica no tiene por qué impactar negativamente a los otros países del SICA. “Taiwán no es el único financista que SICA tiene.” Por hoy, mantener el statu quo del sistema, es algo que ni los mismos cancilleres pueden garantizar. “Bueno, es una nueva realidad. Ojalá no sea un elemento divisivo hacia el interior de Centroamérica”, comentó el ministro de Exteriores de Guatemala.
El canciller Jiménez dijo que es probable que hayan cosas que vayan cambiando al interior del SICA. “No quisiera aventurarme en este momento, mientras eso no ocurre; pero sí hay alguna posibilidad de que pueda pasar”, comentó.
Marco Vinicio Ruiz, ministro de comercio de Costa Rica, cree que es inevitable el cambio. “Creo que esto no es eterno, tarde o temprano Centroamérica deberá valorar si quiere quedarse sola o de último (en reconocer a China)”, subrayó.
Pero más allá de las relaciones diplomáticas con Taiwán o China, lo que sí marcaría una ruptura palpable dentro del SICA sería la apertura al libre comercio con la economía que se estima será la más grande del planeta en 20 años.
“Costa Rica ha empezado a negociar con China tratos comerciales más amplios. Una posibilidad es que en el referendo gane el no al CAFTA y que el tratado vuelva al congreso, donde lo más probable es que se estanque. Y, en ese escenario, sería plausible que Costa Rica se abra al comercio chino, con lo que la situación aduanera del SICA se vería complicada”, comentó una fuente del Gobierno salvadoreño, que pidió el anonimato por no estar autorizada para hablar del tema.
De momento, Pekín logró romper la unidad pro Taiwán del SICA, y su coqueteo con comercio bajo el brazo con Honduras y Guatemala, y al que no escapa El Salvador, evidencia que SICA podría ir teniendo más cambios y China más presencia en el área.
El canciller salvadoreño sueña con jugar a dos bandas: “Vemos casos como el de República Dominicana, que tiene relaciones comerciales con China continental y diplomáticas con Taiwán, y Pekín se lo ha permitido a ese país, no entendería por qué no estarían dispuestos a permitírselo a El Salvador”.
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“La región es solo el 15% del comercio”
“Ya no apadrinamos a Taiwán”
“Vamos a actuar con pragmatismo”
“China no es excepción para relacionarnos”
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La Prensa Gráfica - El Salvador/10/09/2007
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