27/9/07

'Matar a todos' o Latinoamérica tratando de superar las dictaduras

El director uruguayo Esteban Schroeder, posa para los fotógrafos, este 26 de septiembre en San Sebastián.
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SAN SEBASTIAN-El director uruguayo Esteban Schroeder hace una reflexión sobre la necesidad de las democracias latinoamericanas de enfrentarse a sus fantasmas de las dictadura en su opera prima 'Matar a todos', en la que revive el denominado 'caso Berríos'.
"Estoy hablando de una revisión del pasado para mirar al futuro", aseguró el director este miércoles en una rueda de prensa posterior al pase de la cinta en la sección oficial a concurso del 55 Festival Internacional de Cine de San Sebastián, que se celebra hasta el sábado.
"El concepto de 'la verdad duele, pero cura' que dice uno de los personajes tiene implícita la idea de futuro", señaló Schroeder, cuya película tiene de fondo el famoso Plan Cóndor, orquestado por varias dictaduras latinoamericanas para hacer desaparecer a opositores.
'Matar a todos' relata la historia de Julia (Roxana Blanco), una asistente de un juez uruguayo que trata de descubrir qué hay tras la desaparición de un hombre, llamado Berríos, que había acudido a la policía denunciando que querían matarlo.
Según avance en el caso, Julia se irá dando cuenta de que la propia policía ha hecho desaparecer cualquier indicio de este hombre, que resulta ser un bioquímico que trabajaba en secreto para Pinochet, y que los militares uruguayos, entre ellos su padre, el general Gudari, y su hermano, Iván intentan que no siga adelante.
El filme recrea el caso de Eugenio Berríos, químico de la DINA, la temible policía política de Pinochet, asesinado en 1993 en Uruguay, para impedir que declarara en un juicio por el asesinato en Washington del ex ministro de Defensa chileno Orlando Letelier.
Para esta catarsis, Schroeder ha contado con un gran elenco de actores argentinos, uruguayos y chilenos como Roxana Blanco, Claudio Arredondo, Darío Grandinetti, César Troncoso y Walter Reyno.
Blanco recuerda que para meterse en la piel de Julia, primero trató de hablar con jueces y acercarse al caso Berrío. Pero luego "me dí cuenta de que prefería ir hacia dentro", ya que los problemas de Julia son más "familiares, es una historia más personal, de sanación personal, que está como fuera de conflictos de una sociedad".
La película, que aún no tiene fecha para su estreno en salas tanto de América como de Europa, fue recibida con tímidos aplausos por el público del Festival de San Sebastián, que pareció decantarse más favorablemente por la otra película del día en competición, 'Mil años de oración', del director Wayne Wang.
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AFP/27/09/2007

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