13/9/07

Lista de espera

Beatriz del Carmen Pedroso
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El 31 de julio del año 2006 el presidente cubano Fidel Castro de 81 años de edad, delegó en su hermano Raúl Castro de 76 la dirección del país. Solo a cuatro días de haber sido intervenido quirurgicamente producto de una grave enfermedad intestinal. A pesar de todas las espectativas, la noticia llegó sin alterar el ritmo de los habitantes de la Isla sumidos en sus propias batallas de ideas: cómo generar alimentos sin dinero.
En sus breves y escasas apariciones, el provisional presidente y Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias deja expuesto publicamente que no imitará a su hermano mayor, por aquello del que ‛imita fracasa’. El más pragmático y menos carismático de los lideres del gobierno necesita anotarse la carta de triunfo con el pueblo cubano, romper el muro de las diferencias con los Estados Unidos y mejorar las condiciones de vida en La Mayor de Las Antillas. Intención que dejó bien marcada el 26 de julio del 2007 en la ciudad de Camagüey cuando dijo: >Si las nuevas autoridades norteamericanas dejan por fín a un lado la prepotencia y desiden conversar de modo civilizado bienvenido sea. Si no es así estámos dispuestos a continuar enfrentando su política de hostilidad incluso durante otros 50 años. Si fuera necesario.<
Y como por aquello de que al buen entendedor con pocas palabras basta, su discurso dejan bien claro que el actual presidente quiere ‛darle alante’ a todos, porque de otra forma no puede. Seguro está que si no hace cambios en el país su nombre no formará parte entre las Grandes Figuras de la Humanidad.
En los 50 años de regimen totalitario ningún oficio de buena voluntad dentro o fuera de Cuba ha surtido efecto para restablecer las relaciones entre ambos países.Raúl Castro asume el poder en el punto más álgido de la corrupción económica, junto a las más apremiantes necesidades del cubano de a pie y sin mucho alarde les hace saber que ellos son los primeros en sus planes.
Un golpe maestro para la disidencia interna, la oposición y los exiliados cubanos. Una victoria que de ser real quedará en los anales de la historia del pueblo caribeño obteniendo las simpatías de un mundo que se debate entre guerras y terrorismo. Si la jugada fallara los malos seguirán siendo los mismos porque los buenos siempre tienen enemigos, precisa bien : ‛Si no es así estámos dispuestos a continuar enfrentando su política de hostilidad incluso durante otros 50 años. Si fuera necesario.’ El cuento de la buena pipa.
La historia se repite unas como tragedia y otras como comedia. Pero los sígnificativos cambios no llegan. Es lógico que a esos niveles de jerarquía sea difícil tomar desiciones entre tantas diferencias añejadas y luchas por el poder. Por otra parte la salud del mandatario cubano es un entramado misterioso, nada más parecido al de la actriz Greta Garbo que se alejara de la pantalla grande en 1951 creando una átmosfera de suspenso e intriga a su alrededor. Sin lugar a dudas el gobernante ha conseguido la fama deseada no solo como dictador.
Cabe señalar que en un año de gobierno del presidente interino Raúl Castro el número de los presos políticos desminuyó en unas 70 personas de las más de 200 registradas por la Comisión de Derechos Humanos que preside Elizardo Sánchez. Según Sánchez existen en el país 200 cárceles y centros de trabajo correccional para albergar a más de 60 000 presos comunes. Estos establecimientos no cuentan con supervisión internacional o gestión independiente. Tampoco el acoso y la represión a los opositores y disidentes ha recesado por parte de la policía política.
El segundo comandante de la Revolución en su espacio temporal pagó la deuda atrasada con los pequeños agricultores aumentándole el precio a su producción de leche y carne. Exhorta a la prensa a denunciar la corrupción. Mejora la inversión extranjera y modifica las normas aduanales, permitiendo la importación de efectos electrodomesticos. Sin embargo ya Fidel Castro en una de sus últimas reflexiones a dejado caer el balde de agua fría sobre todos aquellos que esperaban que se quedara en cama con sus memorias de la guerra.La retórica de la negatividad nuevamente salió a escena, el regaño y las pullas a los ‛superrevolucionarios de izquierda’, sin mencionar nombres tiene doble lectura. Ha dicho tambien : ...... ‛se puede inundar el país de dinero sin vender su soberanía’ .......Tal parece que todo puede suceder en Cuba, hasta los cambios sin pretender la amistad con el coloso del norte, pero eso si, siempre bajo su ojo vigilante.
Pocos análistas hablan de grandes reformas. Otros, políticas similares a las de China y Viet Nam. Pero se cae de la mata hablando en buen cubano que el actual presidente con su fama de verdugo está obligado a los cambios para ganarse el respeto de los cubanos. Bueno, si lo dejan. No será la primera vez que lo mandan para la lista de espera .
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Cuba Nuestra - Sweden/13/09/2007

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