"La maldición de los recursos naturales" o el "mal holandés" (y otras)
Publicamos tres notas del economista boliviano:
Mamada tras mamada
Basta de mentiras, amenazas y chantajes.
¡Que se vayan todos!
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Por el Dr. Silverio Márquez Tavera (*)
Por el Dr. Silverio Márquez Tavera (*)
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La historia nos muestra, que el proceso de desarrollo de los pueblos, no está necesariamente condicionado a la disponibilidad de recursos naturales dentro de su territorio; por el contrario, diversas situaciones en las que, como en los países asiáticos de industrialización reciente, se han generado procesos de industrialización creciente en ambientes de marcada escasez de recursos naturales, en contraposición a los países del norte de Europa, Canadá, Australia y Nueva Zelandia, cuya abundancia de recursos naturales constituyó la base de su desarrollo.
Aceptando, como premisa, los fundamentos de estos diferenciados procesos históricos, podemos acercarnos a la realidad de los países latinoamericanos para ponernos del lado de la desafiante tesis sobre la extraordinaria oportunidad que los mismos tienen, para avanzar hacia altos índices de desarrollo, siempre que se decidan a tomar la fundamental decisión de transformar estructuralmente sus economías. Cambio estructural que deberá estar basado en una estrategia capaz de activar todo tipo de emprendimientos productivos, para transformar las materias primas disponibles en productos terminados de alto valor agregado. Los indicadores macroeconómicos referidos al valor de sus exportaciones, las tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto y la reducción de los niveles de desempleo, nos muy buenas señales al respecto.
¿Quien puede negar ahora que nuestro País, más allá de la coyuntura política, se encuentra en una inmejorable situación para seguir este camino? Es preciso reconocer, que más allá de los problemas de inseguridad, incertidumbre, decepción y desesperanza generados, no por la política y mucho menos la democracia, sino por los políticos y los gobernantes de turno, disponemos de un extraordinario potencial para iniciar, mientras mas pronto mejor, un proceso creciente de inserción de nuestra economía nacional en el mercado internacional, superando nuestros complejos de incapacidad para alcanzar altos niveles de eficiencia productiva y ser competitivos en el mundo.
Si dejamos pasar la oportunidad que nos brinda la expectante situación del mercado internacional estrechamente relacionado con la disponibilidad de los recursos naturales disponibles, tendremos que aceptar el criterio de quienes califican la situación, como la de “maldición de los recursos naturales” o de estar afectados por el llamado “mal holandés”, que asocian el fenómeno de la expansión de la economía al auge súbito de cualquier exportación. Fenómeno a corto plazo, que induce a malgastar las “rentas puras” obtenidas mediante la explotación de los recursos naturales, renunciando a la obtención de “rentas derivadas”, mediante la inversión para mejorar la productividad y diversificar la economía, generando fuentes de empleo, como el único medio para alcanzar mejores niveles de calidad para la vida de todos los bolivianos. En términos de lenguaje vigente, esto significa, transformar una economía de “base angosta” en otra de “de base ancha”, capaz de crear riqueza y bienestar material en forma sostenida.
No son pocos los países del mundo que, rompiendo la citada maldición de los recursos naturales fueron capaces de curarse del mal holandés, cambiaron el rumbo de su desarrollo exportando manufacturas a partir de aquellas más intensivas en mano de obra, para llegar posteriormente a manufacturas de mas alto valor agregado, con el apoyo de los avances científicos y tecnológicos bien asimilados.
Los bolivianos, académicos y políticos, en vez de llenarnos la boca con expresiones faltas de contenido realista, como la de “desarrollo sostenible”, “soberanía”, “dignidad”, “independencia”, “equidad” y “justicia”, debemos ser capaces de transformar la retórica del desencuentro, en una estrategia de desarrollo capaz de potenciar, no tanto la extracción y procesamiento simple de los recursos naturales, sino la aceleración de las múltiples actividades, que potencialmente son susceptibles de aglomerarse en tono a la fuente de explotación de los recursos naturales (centros mineros, gasíferos y agroindustriales), siguiendo la ruta que nos marcan las tendencias naturales del mercado, Trabajar con el mercado y no en contra ni a favor del mercado, debe ser la premisa de una sociedad inteligentes, que añora su desarrollo.
El gran desafío está en la identificación de los encadenamientos, hacia atrás y adelante, de las actividades extractivas con actividades proveedoras de insumos, equipos e ingeniería, así como con actividades procesadoras y usuarias de las materias primas.
El lograr la conformación de verdaderos complejos productivos (desde luego incipientes al principio) en torno a los recursos naturales de cada región, requiere de una serie de condiciones y requisitos difíciles, pero no imposibles de llenar. Este es el gran desafío del momento y asumirlo es una obligación de los empresarios privados y el gobierno nacional, aceptando la responsabilidad compartida frente a la sociedad.
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“Mamada tras mamada”
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Desde luego que el término aquí utilizado, para hacer referencia a los últimos acuerdos políticos, no se aproxima ni siquiera a un término “coloquial” sino más bien a un “barbarismo” (llamémoslo mejor “bolivianismo”), de múltiples acepciones, que al ser incorporado al lenguaje cotidiano de la política boliviana, ha logrado posicionarse, sin mayores problemas en cuanto a sus alcances, como una expresión de manifiesto engaño al pueblo, por parte de los agentes de la política o las autoridades de gobierno.
El uso de este término, tan expresivo, nos permite mostrar, que los últimos “acuerdos” políticos, no son otra cosa que la culminación del fracaso de la Asamblea Constituyente, cuyas causan están en su mala conducción y la intromisión de agentes políticos extraños al proceso y la evidente presencia de asesores extranjeros, que han tomado nuestro País, como un campo experimental para imponer una ideología fracasada en la historia.
En este intento de imponer su pensamiento, se ha concretado un “PRIMER ACUERDO PARA LA NUEVA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO. ECONOMÍA”. En él se afirma, que el reconocimiento a la “economía plural compuesta por tres formas de organización”, “la estatal”, “la comunitaria” y “la privada”, constituye en sí, un avance para “mejorar la calidad de vida y vivir bien de todos los bolivianos y bolivianas”.
Si analizamos el “acuerdo” a la luz del pensamiento doctrinario e ideológico de la corriente más representativa del partido oficialista, podemos concluir, que no existe ninguna garantía para que esta “economía plural”, encuentre un ambiente libertad y equilibrio, en el que cada una de sus componentes, pueda desempeñarse en igualdad de condiciones e imponerse, de acuerdo a los criterios de racionalidad y eficiencia, principios básicos para que una economía sea la verdadera fuente del bienestar de un pueblo. La sola alusión al monopolio del Estado con la facultad de la “dirección integral del desarrollo económico y de sus procesos de planificación”, excluyendo al mercado, muestra una posición ideológica sesgada a favor de una de estas economías. De esta manera, el “acuerdo” es claramente engañoso, puesto que subordina la libertad de acción de los agentes económicos a las decisiones del Estado.
En este acuerdo no hace ninguna alusión a la libertad económica de las personas y mucho menos cual es el marco referencial para la toma de decisiones, de quienes, según el acuerdo, tienen garantizada la “propiedad privada” y el respeto a la “iniciativa empresarial y la seguridad jurídica”. Por ello, nos tomamos la libertad de presumir, que estamos en camino hacia una nueva forma de socialismo, en otro país, se lo ha dado en llamar el “Socialismo del Siglo XXI. ¿Será que los políticos del acuerdo conocen los principios filosóficos y doctrinarios en los que se asienta el “Socialismo del Siglo XXI?. Si lo conocen habría sido más honesto, incorporarlos explícitamente al acuerdo.
Que buena manera de negociar cediendo en lo minúsculo, en lo pequeño, para dominar en lo grande!!! Si la constitución no reconoce explícitamente, que la economía nacional, en la pluralidad de sus formas, no se rige en el marco de una relación equilibrada entre el Estado y el mercado, en el que el componente estatal de la economía deberá jugar con las mismas reglas que los otros componentes, estamos frente a una “soberana mamada” y que la sociedad pagará caro el resultado de un nuevo experimento.
Por dignidad y derecho estamos en la obligación de proclamar públicamente, que una gran mayoría de bolivianos no se tragan el anzuelo de este acuerdo, por lo tanto no aceptan la “mamada”, que como hemos podido percibir en la participación de ciertos personales en los medios de comunicación masiva, se tragaron, pero no pueden digerir lo acordado y suscrito.
Finalmente vale la pena recordar dos criterios aceptados por la teoría económica y te: Ni el socialismo es patrimonio del marxismo, ni el mercado es propiedad el capitalismo.
La segunda “mamada”, resulta aún más espectacular, puesto que se dio sin disimulo al aceptarse, en el acuerdo, cuatro niveles de autonomía, sin antes definir por qué y para qué.
Las luchas departamentales en contra del centralismo, que dominó nuestras vidas por más de 182 años, fueron comprendidas y asimiladas por una gran mayoría del pueblo boliviano, en todos los departamentos y no solamente en aquellos que en mayoría lo reconfirmaron. Todos sabemos, que el resultado negativo del referendum en algunos departamentos, sólo fue la expresión de castigo a los políticos. Así es la conducta humana, algunas veces acude al mecanismo de la autoflagelación pensando dañar a otros.
De retorno a las ideas expresadas en comentarios anteriores debemos señalar, que toda economía orientada hacia objetivos concretos en plazos determinados, debe ser manejada bajo criterios y principios claramente establecidos, que dan forma al llamado “modelo económico”. Así un “modelo económico” se constituye en el marco en el que se definen y aplican las políticas y se desarrolla la actividad económica, bajo la responsabilidad de los diferentes agentes, sean estos públicos o privados; productores o consumidores.
La participación del Estado en la economía ha sido, en la historia, tema de debate permanente, bajo concepciones doctrinarias diferentes, partiendo del liberalismo clásico, que designa un filosofía política fundada en la libertad individual. Bajo esta concepción, el mercado es un orden espontáneo para la asignación de los recursos, con propiedades de eficiencia para lograr ,el bienestar colectivo, como de exaltación de la libertad. En este orden, la política pública debería limitarse a las pocas preocupaciones comunes de los individuos (libertad, seguridad, justicia, etc.), reduciendo las funciones del Estado a una especie de “guardián de la libertad individual” para la actividad económica fundada principalmente en el libre intercambio, bajo el criterio del “dejar hacer dejar pasar” (laissez faire, laissez passer).
Fundada en la llamada “revolución Keynesiana”, que pone énfasis al manejo de las variables agregadas para el ordenamiento de la economía, se produce un significativo viraje con relación a participación del Estado en la economía. A partir de esta concepción, se acepta la práctica de un conjunto de acciones públicas tendientes a garantizar a todo ciudadano de una nación, el acceso a un mínimo de servicios, que mejore sus condiciones de vida. El llamado “modelo del estado del bienestar”, constituye un significativo avance en la preocupación del Estado para asumir su responsabilidad en la solución de los problemas, que genera el “libre mercado” en relación a la equidad en la distribución de la riqueza. El “modelo del estado del bienestar” es reconocido hoy, como el más significativo aporte del pensamiento europeo después de la crisis del sistema capitalista (1929), contraponiéndolo al llamado “socialismo científico”, cuyo catastrófico proceso de desarrollo es conocido.
Se ha hecho referencia a estas dos etapas del “capitalismo occidental” a objeto de formular una hipótesis sobre el surgimiento y el desarrollo de las llamadas “organizaciones no gubernamentales”, que en nuestro País, han logrado un rol protagónico, asumiendo según los analistas políticos, una clara hegemonía en el gobierno del Presidente Dn. Evo Morales Ayma.
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Basta de mentiras, amenazas y chantajes.
¡Que se vayan todos!
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Este fue el grito desesperado del pueblo argentino cuando se dio cuenta que la política y los políticos lo estaban conduciendo al desastre y, al igual que en Bolivia, se predecía una inminente “guerra civil”, pero por decisión de los propios argentinos la cosas cambiaron para bien.
El grito que imponen las circunstancia en Bolivia es: ¡Que se vayan todos!. Que sigan el ejemplo de un digno ciudadano, que en un acto de patriotismo y honestidad renunció voluntariamente para no seguir avalando un proceso perverso, que nos está llevando a la confrontación y la destrucción.
¡QUE SE VAYAN TODOS!!!
* Por que su mandato caducó y que hoy están usufructuando ilegalmente de una representación que ya no tienen, sin haber aprobado un solo Artículo de la Nueva Constitución.
* Por que se equivocaron al convertir un espacio de análisis, de reflexión, de concertación y acuerdo para redactar una Constitución, que sea un verdadero “pacto social” entre los bolivianos, en un campo de confrontación política partidaria, alimentando el odio, el rencor, la revancha y la venganza.
* Por que no tuvieron la capacidad, la personalidad ni la honestidad para impedir que la Asamblea sea secuestrada y utilizada para hacer prevalecer intereses de grupos políticos, económicos y raciales.
* Por que aceptaron la intromisión foránea de asesores desplazados de sus respectivas sociedades dispuestos a imponer ideologías y prácticas políticas desechadas por la historia. Asesores pagados por gobiernos y organizaciones extranjeras, secundados por los teóricos y políticos aferrados a las ideales del siglo XVIII, que han convertido la Asamblea Constituyente en un laboratorio experimental.
¡QUE SE VAYAN TODOS!!!
* Por que los bolivianos, cualquiera sea nuestra condición étnica, social, económica, cultural y política nos debemos respeto mutuo y tenemos la voluntad firme de construir nuestro propio destino en libertad.
* Por que, frente al fracaso, se impone un periodo de reflección y análisis para darnos cuenta que todos somos bolivianos y que Bolivia es única, siendo nuestra obligación defenderla y trabajar por ella para que nuestros hijos y nietos tengan un futuro digno viviendo en armonía y libertad.
* Por que el Gobierno Nacional, hoy tan preocupado por la Asamblea Constituyente, merece la oportunidad y el tiempo necesario para dedicar su esfuerzo a la administración y la gestión pública para resolver los agudos problemas que sufren las familias bolivianas.
* Por que la extraordinaria coyuntura internacional y la riqueza que nos brinda la naturaleza no pueden ser desaprovechadas sólo por el afán demagógico de imponernos ideologías y modelos desterrados por la historia.
* Finalmente, por que no renunciar a un mandato ya caducado es seguir dividiendo y confrontando a los bolivianos para chantajear y amenazar con una “guerra civil”, que todos los bolivianos rechazamos rotundamente. Reconocer los errores es la cualidad que enaltece a todo ser humano.
¡Bolivia será digna, soberana y solidaria por voluntad de todos!!!
www.politicaydesarrollo.com.ar
Aceptando, como premisa, los fundamentos de estos diferenciados procesos históricos, podemos acercarnos a la realidad de los países latinoamericanos para ponernos del lado de la desafiante tesis sobre la extraordinaria oportunidad que los mismos tienen, para avanzar hacia altos índices de desarrollo, siempre que se decidan a tomar la fundamental decisión de transformar estructuralmente sus economías. Cambio estructural que deberá estar basado en una estrategia capaz de activar todo tipo de emprendimientos productivos, para transformar las materias primas disponibles en productos terminados de alto valor agregado. Los indicadores macroeconómicos referidos al valor de sus exportaciones, las tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto y la reducción de los niveles de desempleo, nos muy buenas señales al respecto.
¿Quien puede negar ahora que nuestro País, más allá de la coyuntura política, se encuentra en una inmejorable situación para seguir este camino? Es preciso reconocer, que más allá de los problemas de inseguridad, incertidumbre, decepción y desesperanza generados, no por la política y mucho menos la democracia, sino por los políticos y los gobernantes de turno, disponemos de un extraordinario potencial para iniciar, mientras mas pronto mejor, un proceso creciente de inserción de nuestra economía nacional en el mercado internacional, superando nuestros complejos de incapacidad para alcanzar altos niveles de eficiencia productiva y ser competitivos en el mundo.
Si dejamos pasar la oportunidad que nos brinda la expectante situación del mercado internacional estrechamente relacionado con la disponibilidad de los recursos naturales disponibles, tendremos que aceptar el criterio de quienes califican la situación, como la de “maldición de los recursos naturales” o de estar afectados por el llamado “mal holandés”, que asocian el fenómeno de la expansión de la economía al auge súbito de cualquier exportación. Fenómeno a corto plazo, que induce a malgastar las “rentas puras” obtenidas mediante la explotación de los recursos naturales, renunciando a la obtención de “rentas derivadas”, mediante la inversión para mejorar la productividad y diversificar la economía, generando fuentes de empleo, como el único medio para alcanzar mejores niveles de calidad para la vida de todos los bolivianos. En términos de lenguaje vigente, esto significa, transformar una economía de “base angosta” en otra de “de base ancha”, capaz de crear riqueza y bienestar material en forma sostenida.
No son pocos los países del mundo que, rompiendo la citada maldición de los recursos naturales fueron capaces de curarse del mal holandés, cambiaron el rumbo de su desarrollo exportando manufacturas a partir de aquellas más intensivas en mano de obra, para llegar posteriormente a manufacturas de mas alto valor agregado, con el apoyo de los avances científicos y tecnológicos bien asimilados.
Los bolivianos, académicos y políticos, en vez de llenarnos la boca con expresiones faltas de contenido realista, como la de “desarrollo sostenible”, “soberanía”, “dignidad”, “independencia”, “equidad” y “justicia”, debemos ser capaces de transformar la retórica del desencuentro, en una estrategia de desarrollo capaz de potenciar, no tanto la extracción y procesamiento simple de los recursos naturales, sino la aceleración de las múltiples actividades, que potencialmente son susceptibles de aglomerarse en tono a la fuente de explotación de los recursos naturales (centros mineros, gasíferos y agroindustriales), siguiendo la ruta que nos marcan las tendencias naturales del mercado, Trabajar con el mercado y no en contra ni a favor del mercado, debe ser la premisa de una sociedad inteligentes, que añora su desarrollo.
El gran desafío está en la identificación de los encadenamientos, hacia atrás y adelante, de las actividades extractivas con actividades proveedoras de insumos, equipos e ingeniería, así como con actividades procesadoras y usuarias de las materias primas.
El lograr la conformación de verdaderos complejos productivos (desde luego incipientes al principio) en torno a los recursos naturales de cada región, requiere de una serie de condiciones y requisitos difíciles, pero no imposibles de llenar. Este es el gran desafío del momento y asumirlo es una obligación de los empresarios privados y el gobierno nacional, aceptando la responsabilidad compartida frente a la sociedad.
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“Mamada tras mamada”
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Desde luego que el término aquí utilizado, para hacer referencia a los últimos acuerdos políticos, no se aproxima ni siquiera a un término “coloquial” sino más bien a un “barbarismo” (llamémoslo mejor “bolivianismo”), de múltiples acepciones, que al ser incorporado al lenguaje cotidiano de la política boliviana, ha logrado posicionarse, sin mayores problemas en cuanto a sus alcances, como una expresión de manifiesto engaño al pueblo, por parte de los agentes de la política o las autoridades de gobierno.
El uso de este término, tan expresivo, nos permite mostrar, que los últimos “acuerdos” políticos, no son otra cosa que la culminación del fracaso de la Asamblea Constituyente, cuyas causan están en su mala conducción y la intromisión de agentes políticos extraños al proceso y la evidente presencia de asesores extranjeros, que han tomado nuestro País, como un campo experimental para imponer una ideología fracasada en la historia.
En este intento de imponer su pensamiento, se ha concretado un “PRIMER ACUERDO PARA LA NUEVA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO. ECONOMÍA”. En él se afirma, que el reconocimiento a la “economía plural compuesta por tres formas de organización”, “la estatal”, “la comunitaria” y “la privada”, constituye en sí, un avance para “mejorar la calidad de vida y vivir bien de todos los bolivianos y bolivianas”.
Si analizamos el “acuerdo” a la luz del pensamiento doctrinario e ideológico de la corriente más representativa del partido oficialista, podemos concluir, que no existe ninguna garantía para que esta “economía plural”, encuentre un ambiente libertad y equilibrio, en el que cada una de sus componentes, pueda desempeñarse en igualdad de condiciones e imponerse, de acuerdo a los criterios de racionalidad y eficiencia, principios básicos para que una economía sea la verdadera fuente del bienestar de un pueblo. La sola alusión al monopolio del Estado con la facultad de la “dirección integral del desarrollo económico y de sus procesos de planificación”, excluyendo al mercado, muestra una posición ideológica sesgada a favor de una de estas economías. De esta manera, el “acuerdo” es claramente engañoso, puesto que subordina la libertad de acción de los agentes económicos a las decisiones del Estado.
En este acuerdo no hace ninguna alusión a la libertad económica de las personas y mucho menos cual es el marco referencial para la toma de decisiones, de quienes, según el acuerdo, tienen garantizada la “propiedad privada” y el respeto a la “iniciativa empresarial y la seguridad jurídica”. Por ello, nos tomamos la libertad de presumir, que estamos en camino hacia una nueva forma de socialismo, en otro país, se lo ha dado en llamar el “Socialismo del Siglo XXI. ¿Será que los políticos del acuerdo conocen los principios filosóficos y doctrinarios en los que se asienta el “Socialismo del Siglo XXI?. Si lo conocen habría sido más honesto, incorporarlos explícitamente al acuerdo.
Que buena manera de negociar cediendo en lo minúsculo, en lo pequeño, para dominar en lo grande!!! Si la constitución no reconoce explícitamente, que la economía nacional, en la pluralidad de sus formas, no se rige en el marco de una relación equilibrada entre el Estado y el mercado, en el que el componente estatal de la economía deberá jugar con las mismas reglas que los otros componentes, estamos frente a una “soberana mamada” y que la sociedad pagará caro el resultado de un nuevo experimento.
Por dignidad y derecho estamos en la obligación de proclamar públicamente, que una gran mayoría de bolivianos no se tragan el anzuelo de este acuerdo, por lo tanto no aceptan la “mamada”, que como hemos podido percibir en la participación de ciertos personales en los medios de comunicación masiva, se tragaron, pero no pueden digerir lo acordado y suscrito.
Finalmente vale la pena recordar dos criterios aceptados por la teoría económica y te: Ni el socialismo es patrimonio del marxismo, ni el mercado es propiedad el capitalismo.
La segunda “mamada”, resulta aún más espectacular, puesto que se dio sin disimulo al aceptarse, en el acuerdo, cuatro niveles de autonomía, sin antes definir por qué y para qué.
Las luchas departamentales en contra del centralismo, que dominó nuestras vidas por más de 182 años, fueron comprendidas y asimiladas por una gran mayoría del pueblo boliviano, en todos los departamentos y no solamente en aquellos que en mayoría lo reconfirmaron. Todos sabemos, que el resultado negativo del referendum en algunos departamentos, sólo fue la expresión de castigo a los políticos. Así es la conducta humana, algunas veces acude al mecanismo de la autoflagelación pensando dañar a otros.
De retorno a las ideas expresadas en comentarios anteriores debemos señalar, que toda economía orientada hacia objetivos concretos en plazos determinados, debe ser manejada bajo criterios y principios claramente establecidos, que dan forma al llamado “modelo económico”. Así un “modelo económico” se constituye en el marco en el que se definen y aplican las políticas y se desarrolla la actividad económica, bajo la responsabilidad de los diferentes agentes, sean estos públicos o privados; productores o consumidores.
La participación del Estado en la economía ha sido, en la historia, tema de debate permanente, bajo concepciones doctrinarias diferentes, partiendo del liberalismo clásico, que designa un filosofía política fundada en la libertad individual. Bajo esta concepción, el mercado es un orden espontáneo para la asignación de los recursos, con propiedades de eficiencia para lograr ,el bienestar colectivo, como de exaltación de la libertad. En este orden, la política pública debería limitarse a las pocas preocupaciones comunes de los individuos (libertad, seguridad, justicia, etc.), reduciendo las funciones del Estado a una especie de “guardián de la libertad individual” para la actividad económica fundada principalmente en el libre intercambio, bajo el criterio del “dejar hacer dejar pasar” (laissez faire, laissez passer).
Fundada en la llamada “revolución Keynesiana”, que pone énfasis al manejo de las variables agregadas para el ordenamiento de la economía, se produce un significativo viraje con relación a participación del Estado en la economía. A partir de esta concepción, se acepta la práctica de un conjunto de acciones públicas tendientes a garantizar a todo ciudadano de una nación, el acceso a un mínimo de servicios, que mejore sus condiciones de vida. El llamado “modelo del estado del bienestar”, constituye un significativo avance en la preocupación del Estado para asumir su responsabilidad en la solución de los problemas, que genera el “libre mercado” en relación a la equidad en la distribución de la riqueza. El “modelo del estado del bienestar” es reconocido hoy, como el más significativo aporte del pensamiento europeo después de la crisis del sistema capitalista (1929), contraponiéndolo al llamado “socialismo científico”, cuyo catastrófico proceso de desarrollo es conocido.
Se ha hecho referencia a estas dos etapas del “capitalismo occidental” a objeto de formular una hipótesis sobre el surgimiento y el desarrollo de las llamadas “organizaciones no gubernamentales”, que en nuestro País, han logrado un rol protagónico, asumiendo según los analistas políticos, una clara hegemonía en el gobierno del Presidente Dn. Evo Morales Ayma.
-
Basta de mentiras, amenazas y chantajes.
¡Que se vayan todos!
-
Este fue el grito desesperado del pueblo argentino cuando se dio cuenta que la política y los políticos lo estaban conduciendo al desastre y, al igual que en Bolivia, se predecía una inminente “guerra civil”, pero por decisión de los propios argentinos la cosas cambiaron para bien.
El grito que imponen las circunstancia en Bolivia es: ¡Que se vayan todos!. Que sigan el ejemplo de un digno ciudadano, que en un acto de patriotismo y honestidad renunció voluntariamente para no seguir avalando un proceso perverso, que nos está llevando a la confrontación y la destrucción.
¡QUE SE VAYAN TODOS!!!
* Por que su mandato caducó y que hoy están usufructuando ilegalmente de una representación que ya no tienen, sin haber aprobado un solo Artículo de la Nueva Constitución.
* Por que se equivocaron al convertir un espacio de análisis, de reflexión, de concertación y acuerdo para redactar una Constitución, que sea un verdadero “pacto social” entre los bolivianos, en un campo de confrontación política partidaria, alimentando el odio, el rencor, la revancha y la venganza.
* Por que no tuvieron la capacidad, la personalidad ni la honestidad para impedir que la Asamblea sea secuestrada y utilizada para hacer prevalecer intereses de grupos políticos, económicos y raciales.
* Por que aceptaron la intromisión foránea de asesores desplazados de sus respectivas sociedades dispuestos a imponer ideologías y prácticas políticas desechadas por la historia. Asesores pagados por gobiernos y organizaciones extranjeras, secundados por los teóricos y políticos aferrados a las ideales del siglo XVIII, que han convertido la Asamblea Constituyente en un laboratorio experimental.
¡QUE SE VAYAN TODOS!!!
* Por que los bolivianos, cualquiera sea nuestra condición étnica, social, económica, cultural y política nos debemos respeto mutuo y tenemos la voluntad firme de construir nuestro propio destino en libertad.
* Por que, frente al fracaso, se impone un periodo de reflección y análisis para darnos cuenta que todos somos bolivianos y que Bolivia es única, siendo nuestra obligación defenderla y trabajar por ella para que nuestros hijos y nietos tengan un futuro digno viviendo en armonía y libertad.
* Por que el Gobierno Nacional, hoy tan preocupado por la Asamblea Constituyente, merece la oportunidad y el tiempo necesario para dedicar su esfuerzo a la administración y la gestión pública para resolver los agudos problemas que sufren las familias bolivianas.
* Por que la extraordinaria coyuntura internacional y la riqueza que nos brinda la naturaleza no pueden ser desaprovechadas sólo por el afán demagógico de imponernos ideologías y modelos desterrados por la historia.
* Finalmente, por que no renunciar a un mandato ya caducado es seguir dividiendo y confrontando a los bolivianos para chantajear y amenazar con una “guerra civil”, que todos los bolivianos rechazamos rotundamente. Reconocer los errores es la cualidad que enaltece a todo ser humano.
¡Bolivia será digna, soberana y solidaria por voluntad de todos!!!
www.politicaydesarrollo.com.ar
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Polí-tica y Desarrollo - Argentina/16/11/2007
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