ARGENTINA: PANORAMA EMPRESARIAL
-
17/08/2007
Opinión
Frente a la crisis, el Gobierno ratifica el modelo económico
MARTIN REDRADO.
Clarin.com
-
Marcelo Bonelli
mbonelli@clarin.com
-
17/08/2007
Opinión
Frente a la crisis, el Gobierno ratifica el modelo económico
MARTIN REDRADO.
Clarin.com
-
Marcelo Bonelli
mbonelli@clarin.com
-
Kirchner tomó la decisión el martes por la noche: frente a la turbulencia internacional, la Argentina va a profundizar el actual modelo económico. El Presidente también ratificó en esa reunión la política monetaria-cambiaria del Banco Central, con la intención de frenar el impacto del terremoto financiero en la economía local.
Ocurrió después de una sucesión de encuentros que tuvo con el ministro Miguel Peirano. Sucedió en medio del temporal financiero que ayer alcanzó otra profundidad con la caída de la bolsa del 4,75% y de los bonos del 4%.
Peirano expuso los números fiscales y el comportamiento comercial. Después, el titular del Palacio de Hacienda aseguró: "Presidente, los fundamentos de la economía están sólidos y podemos resistir el temporal". Fue ahí que Kirchner —para dar una doble señal política— tomó la decisión de darle más oxígeno al consumo doméstico: aprobó el aumento a los jubilados y empujó el paquete —que se anuncia hoy— de restricciones a las importaciones. Entre el alza a la clase pasiva y la rebaja del impuesto a la clase media, el Gobierno alentará la demanda interna en un adicional de 3.400 millones de pesos.
El Presidente también tuvo una larga deliberación a solas con Martín Redrado. Ambos evaluaron información internacional "codificada" sobre la crisis . En el encuentro, Kirchner disparó duro contra los "gurú" del mercado: "Estaríamos en el peor mundo y sin posibilidad de defendernos si le hubiéramos hecho caso a los que querían bajar el dólar y no acumular más reservas". También acusó : "Criticaron el acuerdo con Venezuela, pero si no hubiéramos suscripto esos bonos hoy hubiéramos pagado el 20% de tasa de interés".
La explosión del Presidente obedeció a una infidencia de Redrado. El BCRA detectó y confirmó que muchos fondos de inversión y comentaristas de Wall Street le pasan una factura política adicional a la Argentina en medio de la crisis y recomiendan castigar aún más al Gobierno de Kirchner. Primero fue Alberto Ades, del Citigroup, quien alentó la venta de bonos argentinos. Igual recomendación hicieron Curtis Mewbourne, del Fondo PIMCO y Pablo Morra, de Goldman Sachs. El trío argumenta que el Gobierno está licuando peligrosamente el superávit fiscal, y responde agresivamente a las habituales descortesías políticas que sufrieron de la Casa Rosada.
Redrado tenía información precisa porque hizo una interconsulta con dos referentes internacionales. Habló con Mario Draghi, el titular del Banco Central de Italia, y mantuvo un diálogo telefónico con Timoty Geithner, el influyente titular de la Reserva Federal de Nueva York.
Ahora el Gobierno tiene una certeza: las autoridades de Estados Unidos consideran que la crisis tendrá una duración mínima de tres meses y que podría extenderse como máximo por un semestre. En otras palabras: habrá un nuevo y adverso clima financiero internacional durante el período preelectoral y el comienzo del nuevo gobierno, hasta el próximo otoño. En la Casa Rosada consideran que la crisis es mayor por falta de liderazgo en su control de parte del Grupo de los 7, un problema que se viene repitiendo. Un trabajo interno en poder de Kirchner, indica que existen desinteligencias sobre la forma y la intensidad de intervenir de los bancos centrales del G7.
Europa y Japon están convencidos de intervenir fuerte para frenar la crisis y de hecho lo hacen desde hace varios días. La Casa Blanca —en cambio— quiere que los bancos e inversores paguen con fuertes pérdidas el costo de sus especulaciones y que el temblor se utilice para ajustar la economía internacional. La acción del titular de la Reserva Federal, Ben Bernanke, lo confirma: sólo después de varios días de crisis intervino y con escuetos fondos, frente a la magnitud del problema.
Según el informe en poder de Kirchner, esa inestabilidad internacional generará un costo adicional: un encarecimiento de los préstamos para financiar a la Argentina. El año próximo se necesitan fondos extras por 7.000 millones de dólares. La clave también está en otro punto que remarca el informe: el impacto en la economía real no se sentirá mientras no se afecten los mercados de granos y de petróleo.
La cuestión la trataron esta semana los "jefes" de la banca extranjera en la Argentina. Juan Bruchou, del Citibank, contradijo al "gurú" de su banco —el economista Ades— y dijo en público: "La economía local esta fuerte frente a la crisis internacional". Igual diagnóstico tuvieron los banqueros locales que lidera Jorge Britos. En una reunión privada afirmó: "El Gobierno tiene los instrumentos para minimizar el conflicto".
Pero en el mundo de los negocios insisten que el clima económico internacional será distinto para el próximo gobierno y que el futuro presidente deberá solucionar de inmediato un paquete de temas. En un documento que circula entre los máximos banqueros, se puntualiza que —como dicen las encuestas— si Cristina Kirchner es electa presidenta, estará obligada a encarar y solucionar estos temas de inmediato:
Aumentar tarifas para bajar los subsidios, y racionalizar el consumo
Normalizar y hacer confiable de vuelta al INDEC.
Reconocer la crisis energética y aplicar un plan contingente.
Reducir el gasto público y hacerlo compatible con los ingresos fiscales.
Renegociar con el Club de París y normalizar la deuda con los bonistas que se quedaron fuera del canje de deuda.
Ya la Unión Industrial negocia con la CGT el armado de una apoyatura política para minimizar los costos políticos de esas "imprescindibles correcciones". Se trata de un acuerdo social. Una propuesta muy similar, a lo que proclamo la senadora Kirchner: la concertación.
Copyright Clarín, 2007.
Ocurrió después de una sucesión de encuentros que tuvo con el ministro Miguel Peirano. Sucedió en medio del temporal financiero que ayer alcanzó otra profundidad con la caída de la bolsa del 4,75% y de los bonos del 4%.
Peirano expuso los números fiscales y el comportamiento comercial. Después, el titular del Palacio de Hacienda aseguró: "Presidente, los fundamentos de la economía están sólidos y podemos resistir el temporal". Fue ahí que Kirchner —para dar una doble señal política— tomó la decisión de darle más oxígeno al consumo doméstico: aprobó el aumento a los jubilados y empujó el paquete —que se anuncia hoy— de restricciones a las importaciones. Entre el alza a la clase pasiva y la rebaja del impuesto a la clase media, el Gobierno alentará la demanda interna en un adicional de 3.400 millones de pesos.
El Presidente también tuvo una larga deliberación a solas con Martín Redrado. Ambos evaluaron información internacional "codificada" sobre la crisis . En el encuentro, Kirchner disparó duro contra los "gurú" del mercado: "Estaríamos en el peor mundo y sin posibilidad de defendernos si le hubiéramos hecho caso a los que querían bajar el dólar y no acumular más reservas". También acusó : "Criticaron el acuerdo con Venezuela, pero si no hubiéramos suscripto esos bonos hoy hubiéramos pagado el 20% de tasa de interés".
La explosión del Presidente obedeció a una infidencia de Redrado. El BCRA detectó y confirmó que muchos fondos de inversión y comentaristas de Wall Street le pasan una factura política adicional a la Argentina en medio de la crisis y recomiendan castigar aún más al Gobierno de Kirchner. Primero fue Alberto Ades, del Citigroup, quien alentó la venta de bonos argentinos. Igual recomendación hicieron Curtis Mewbourne, del Fondo PIMCO y Pablo Morra, de Goldman Sachs. El trío argumenta que el Gobierno está licuando peligrosamente el superávit fiscal, y responde agresivamente a las habituales descortesías políticas que sufrieron de la Casa Rosada.
Redrado tenía información precisa porque hizo una interconsulta con dos referentes internacionales. Habló con Mario Draghi, el titular del Banco Central de Italia, y mantuvo un diálogo telefónico con Timoty Geithner, el influyente titular de la Reserva Federal de Nueva York.
Ahora el Gobierno tiene una certeza: las autoridades de Estados Unidos consideran que la crisis tendrá una duración mínima de tres meses y que podría extenderse como máximo por un semestre. En otras palabras: habrá un nuevo y adverso clima financiero internacional durante el período preelectoral y el comienzo del nuevo gobierno, hasta el próximo otoño. En la Casa Rosada consideran que la crisis es mayor por falta de liderazgo en su control de parte del Grupo de los 7, un problema que se viene repitiendo. Un trabajo interno en poder de Kirchner, indica que existen desinteligencias sobre la forma y la intensidad de intervenir de los bancos centrales del G7.
Europa y Japon están convencidos de intervenir fuerte para frenar la crisis y de hecho lo hacen desde hace varios días. La Casa Blanca —en cambio— quiere que los bancos e inversores paguen con fuertes pérdidas el costo de sus especulaciones y que el temblor se utilice para ajustar la economía internacional. La acción del titular de la Reserva Federal, Ben Bernanke, lo confirma: sólo después de varios días de crisis intervino y con escuetos fondos, frente a la magnitud del problema.
Según el informe en poder de Kirchner, esa inestabilidad internacional generará un costo adicional: un encarecimiento de los préstamos para financiar a la Argentina. El año próximo se necesitan fondos extras por 7.000 millones de dólares. La clave también está en otro punto que remarca el informe: el impacto en la economía real no se sentirá mientras no se afecten los mercados de granos y de petróleo.
La cuestión la trataron esta semana los "jefes" de la banca extranjera en la Argentina. Juan Bruchou, del Citibank, contradijo al "gurú" de su banco —el economista Ades— y dijo en público: "La economía local esta fuerte frente a la crisis internacional". Igual diagnóstico tuvieron los banqueros locales que lidera Jorge Britos. En una reunión privada afirmó: "El Gobierno tiene los instrumentos para minimizar el conflicto".
Pero en el mundo de los negocios insisten que el clima económico internacional será distinto para el próximo gobierno y que el futuro presidente deberá solucionar de inmediato un paquete de temas. En un documento que circula entre los máximos banqueros, se puntualiza que —como dicen las encuestas— si Cristina Kirchner es electa presidenta, estará obligada a encarar y solucionar estos temas de inmediato:
Aumentar tarifas para bajar los subsidios, y racionalizar el consumo
Normalizar y hacer confiable de vuelta al INDEC.
Reconocer la crisis energética y aplicar un plan contingente.
Reducir el gasto público y hacerlo compatible con los ingresos fiscales.
Renegociar con el Club de París y normalizar la deuda con los bonistas que se quedaron fuera del canje de deuda.
Ya la Unión Industrial negocia con la CGT el armado de una apoyatura política para minimizar los costos políticos de esas "imprescindibles correcciones". Se trata de un acuerdo social. Una propuesta muy similar, a lo que proclamo la senadora Kirchner: la concertación.
Copyright Clarín, 2007.
No hay comentarios:
Publicar un comentario