Liberté Vs. Liberty
18/08/2007
LIBERTAD
Julio Manuel Martínez Pacheco.
Julio Manuel Martínez Pacheco.
Secretario de Comunicación de NN GG de Extremadura
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El pilar fundamental de la democracia, de los sistemas políticos occidentales es y ha sido, pese a sus acérrimos adversarios, la libertad. Desde la democracia griega, al senado romano, la carta de Locke, la lucha de Bartolomé de las Casas, o el renacer ilustrado del XVIII, siempre ha habido grandes defensores de la libertad en nuestro continente o entorno intelectual. El edificio de la libertad se ha ido construyendo, en una Europa vieja y ensangrentada por las guerras, poco a poco, ladrillo a ladrillo. Ha sido la contribución de muchos hombres que han ido superponiendo sus luchas unas sobre otras para perfilar una revolución que no culmina en su hecho práctico, sino que pervive en la lucha contra retos nuevos cada día. Tomás Moro con su muerte en defensa de su libertad de credo, la "Carta para la tolerancia" de Locke, cimentan las bases de lo que ha de ser la libertad religiosa en Europa. El parlamentarismo británico se impone pese a Carlos I, y Cromwell trae la libertad. Cierto es que cometió errores, sobre todo aprobar la subida de impuestos contra la opinión de la cámara, pero la decadencia de su revolución dista mucho del "Terror" de Robespierre en Francia. Quizá ahí podamos empezar a ver muchas de las diferencias que existen entre la libertad construida en la esfera anglosajona y la francesa. Mientras que la Francia de la "Revolución" es considerada por todos como el paradigma de la democracia y la libertad, el común no suele conocer o reconocer, los graves estragos cometidos por los paladines de la "verdad" nueva y renovadora, constructores de una nueva sociedad. Era necesario algo tan simple como ser acusado de contrarrevolucionario como para dar con los huesos en un calabozo o terminar decapitado en la guillotina. Raymond Aron, el pensador francés del siglo pasado pronunció las siguientes palabras dentro de un discurso en el que analizaba la figura de Alexis de Tocqueville; "la obediencia no es más que servidumbre en cuanto el poder es ilegítimo y despreciado, y no tiene otro principio, como hubiese dicho Montesquieu, más que el miedo o el conformismo". Pasando por alto la indiferencia y el conformismo con que parecen sufrir los europeos la política, si nos concentramos en la alusión al servilismo naciente de la obediencia nacida del miedo, tenemos la realidad revolucionaria de Francia. En la capital del Sena las aguas corrían rojas por la sangre de miles de hombres, y es que solo en una semana, los libertadores revolucionarios habían acabado con más personas de las que había ejecutado el tirano Luis XVI en todo un año. Teniendo en cuenta que entre los ejecutados por el rey absoluto había un porcentaje elevado de delincuentes, y que los libertadores de la revolución no solo no ejecutaron individuos de ese tipo sino que los liberaban de las cárceles, es bastante esclarecedor sobre el origen de la obediencia revolucionaria. Lo mismo ha sucedido en fases históricas que han tomado por inspiración a los franceses de la guillotina, la Rusia zarista que sucumbe ante el bolchevismo, padece la misma enfermedad, incluso mucho después, hasta la muerte del genocida Stalin, que no solo masacró a la oposición y a secciones sociales enteras que no formaban parte del ideal comunista, sino a los propios compañeros no del todo convencidos de la inteligencia de esa política.Lamentablemente la izquierda en España siempre ha mirado al vecino del norte con rendida admiración y así podemos decir que hemos tenido lo que merecían tales aspiraciones. Francia se ha llevado la palma de una "Revolución" que no había comenzado, ya que los americanos empezaron y la culminaros con mayor éxito y garantías. La independencia americana es un hecho apasionante y ligeramente anterior en el tiempo del que se da en la parte sur del continente, pero con diametrales diferencias en su basamento ideológico. Norteamérica consigue independizarse y se dispone a formar una nueva nación, una nación basada en colonias donde la impronta de la comunicad es importante, la fuerza y el empuje de la religión clave y el sentimiento de libertad una lucha ardiente que les abría un horizonte nuevo. Esos valores son los que inspiran unas Constitución que perdura hoy, a diferencia de la infinita sucesión de repúblicas en Francia y de constituciones. USA se construye sobre una Constitución redactada sobre fuertes pilares, sistema de libertades civiles, individuales y colectivas, separación real de poderes, y una democracia activa y participativa. Desde el sistema parlamentario con el Senado y el Congreso, el Ejecutivo central con poderes federales sobre la autonomía de los Estados, o el Tribunal Supremo y las diferentes cortes. En USA todo se vota, todo se discute, a todos se escucha, la importancia de la comunidad, activa la democracia participativa hasta extremos impensables en una Europa, que ha mirado con ojos infantiles a un Estado paternalista. El desarrollo de la sociedad civil, los medios de comunicación, el afán empresarial y de desarrollo, y el conocimiento y reivindicación constante de sus derechos por cada ciudadano. Esa es la base de una democracia y una libertad construida sobre el afán de creación y no de destrucción. El sistema norteamericano es nuevo en tanto que consigue aplicar el gobierno de la polis griega en una nación inmensa y en expansión, alejándose del sistema nacido en Francia, más cercano al sistema republicano de Roma, un Senado compuesto por una elite lejana de los plebeyos y donde los dictadores son elegidos por votación para que la tiranía mude la cara pero no la acción. Frente al parlamentarismo activo y vivaz, una sucesión de déspotas renovados electoralmente, esa es la diferencia entre "la Liberté" y "the Liberty".Alejémonos del construccionismo social que hizo fracasar aquella revolución y trajo sangre y desgracias, y miremos con serenidad la realidad americana de antes y de hoy. A fin de cuentas solo hay que estudiar el devenir político del continente para ver como se ha impuesto en la mayor parte de los casos el sistema americano. La Sociedad Civil es la respuesta para una democracia activa y participativa, la defensa del sistema de libertades y la lucha continua y sin cuartel en defensa de los valores propios es lo que fundamenta un gran Estado y una gran Nación. España no puede dejarse arrastrar por ningún neurótico obsesionado con el pasado y decidido a modelar al pueblo a su antojo, nuestra identidad y nuestra ideas son nuestra vida, renunciar a ellas es dejarnos matar y convertirnos, como diría Raymond Aron, en siervos. Julio Manuel Martínez Pacheco. Secretario de Comunicación de NN GG de Extremadura
El pilar fundamental de la democracia, de los sistemas políticos occidentales es y ha sido, pese a sus acérrimos adversarios, la libertad. Desde la democracia griega, al senado romano, la carta de Locke, la lucha de Bartolomé de las Casas, o el renacer ilustrado del XVIII, siempre ha habido grandes defensores de la libertad en nuestro continente o entorno intelectual. El edificio de la libertad se ha ido construyendo, en una Europa vieja y ensangrentada por las guerras, poco a poco, ladrillo a ladrillo. Ha sido la contribución de muchos hombres que han ido superponiendo sus luchas unas sobre otras para perfilar una revolución que no culmina en su hecho práctico, sino que pervive en la lucha contra retos nuevos cada día. Tomás Moro con su muerte en defensa de su libertad de credo, la "Carta para la tolerancia" de Locke, cimentan las bases de lo que ha de ser la libertad religiosa en Europa. El parlamentarismo británico se impone pese a Carlos I, y Cromwell trae la libertad. Cierto es que cometió errores, sobre todo aprobar la subida de impuestos contra la opinión de la cámara, pero la decadencia de su revolución dista mucho del "Terror" de Robespierre en Francia. Quizá ahí podamos empezar a ver muchas de las diferencias que existen entre la libertad construida en la esfera anglosajona y la francesa. Mientras que la Francia de la "Revolución" es considerada por todos como el paradigma de la democracia y la libertad, el común no suele conocer o reconocer, los graves estragos cometidos por los paladines de la "verdad" nueva y renovadora, constructores de una nueva sociedad. Era necesario algo tan simple como ser acusado de contrarrevolucionario como para dar con los huesos en un calabozo o terminar decapitado en la guillotina. Raymond Aron, el pensador francés del siglo pasado pronunció las siguientes palabras dentro de un discurso en el que analizaba la figura de Alexis de Tocqueville; "la obediencia no es más que servidumbre en cuanto el poder es ilegítimo y despreciado, y no tiene otro principio, como hubiese dicho Montesquieu, más que el miedo o el conformismo". Pasando por alto la indiferencia y el conformismo con que parecen sufrir los europeos la política, si nos concentramos en la alusión al servilismo naciente de la obediencia nacida del miedo, tenemos la realidad revolucionaria de Francia. En la capital del Sena las aguas corrían rojas por la sangre de miles de hombres, y es que solo en una semana, los libertadores revolucionarios habían acabado con más personas de las que había ejecutado el tirano Luis XVI en todo un año. Teniendo en cuenta que entre los ejecutados por el rey absoluto había un porcentaje elevado de delincuentes, y que los libertadores de la revolución no solo no ejecutaron individuos de ese tipo sino que los liberaban de las cárceles, es bastante esclarecedor sobre el origen de la obediencia revolucionaria. Lo mismo ha sucedido en fases históricas que han tomado por inspiración a los franceses de la guillotina, la Rusia zarista que sucumbe ante el bolchevismo, padece la misma enfermedad, incluso mucho después, hasta la muerte del genocida Stalin, que no solo masacró a la oposición y a secciones sociales enteras que no formaban parte del ideal comunista, sino a los propios compañeros no del todo convencidos de la inteligencia de esa política.Lamentablemente la izquierda en España siempre ha mirado al vecino del norte con rendida admiración y así podemos decir que hemos tenido lo que merecían tales aspiraciones. Francia se ha llevado la palma de una "Revolución" que no había comenzado, ya que los americanos empezaron y la culminaros con mayor éxito y garantías. La independencia americana es un hecho apasionante y ligeramente anterior en el tiempo del que se da en la parte sur del continente, pero con diametrales diferencias en su basamento ideológico. Norteamérica consigue independizarse y se dispone a formar una nueva nación, una nación basada en colonias donde la impronta de la comunicad es importante, la fuerza y el empuje de la religión clave y el sentimiento de libertad una lucha ardiente que les abría un horizonte nuevo. Esos valores son los que inspiran unas Constitución que perdura hoy, a diferencia de la infinita sucesión de repúblicas en Francia y de constituciones. USA se construye sobre una Constitución redactada sobre fuertes pilares, sistema de libertades civiles, individuales y colectivas, separación real de poderes, y una democracia activa y participativa. Desde el sistema parlamentario con el Senado y el Congreso, el Ejecutivo central con poderes federales sobre la autonomía de los Estados, o el Tribunal Supremo y las diferentes cortes. En USA todo se vota, todo se discute, a todos se escucha, la importancia de la comunidad, activa la democracia participativa hasta extremos impensables en una Europa, que ha mirado con ojos infantiles a un Estado paternalista. El desarrollo de la sociedad civil, los medios de comunicación, el afán empresarial y de desarrollo, y el conocimiento y reivindicación constante de sus derechos por cada ciudadano. Esa es la base de una democracia y una libertad construida sobre el afán de creación y no de destrucción. El sistema norteamericano es nuevo en tanto que consigue aplicar el gobierno de la polis griega en una nación inmensa y en expansión, alejándose del sistema nacido en Francia, más cercano al sistema republicano de Roma, un Senado compuesto por una elite lejana de los plebeyos y donde los dictadores son elegidos por votación para que la tiranía mude la cara pero no la acción. Frente al parlamentarismo activo y vivaz, una sucesión de déspotas renovados electoralmente, esa es la diferencia entre "la Liberté" y "the Liberty".Alejémonos del construccionismo social que hizo fracasar aquella revolución y trajo sangre y desgracias, y miremos con serenidad la realidad americana de antes y de hoy. A fin de cuentas solo hay que estudiar el devenir político del continente para ver como se ha impuesto en la mayor parte de los casos el sistema americano. La Sociedad Civil es la respuesta para una democracia activa y participativa, la defensa del sistema de libertades y la lucha continua y sin cuartel en defensa de los valores propios es lo que fundamenta un gran Estado y una gran Nación. España no puede dejarse arrastrar por ningún neurótico obsesionado con el pasado y decidido a modelar al pueblo a su antojo, nuestra identidad y nuestra ideas son nuestra vida, renunciar a ellas es dejarnos matar y convertirnos, como diría Raymond Aron, en siervos. Julio Manuel Martínez Pacheco. Secretario de Comunicación de NN GG de Extremadura
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