USA: Imperio en llamas, Los últimos estertores
Y el imperio se ha ido por el mismo camino que todos los imperios anteriores. Sólo un poco más rápido.
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Por: David Michael Green*
David Labowitz, vendedor de seguros aquí en Narberth, Pensilvania, dice que votó por el señor Bush en 2004 y que ansía que llegue pronto la próxima elección para poder rectificar lo que llama su error: “Soy miembro del partido republicano,” dijo el señor Labowitz: “pero me da tanta vergüenza serlo.” (New York Times, 9 de julio de 2007)Hay que imaginar un edificio en fuego, con gente en su interior que lucha por encontrar las salidas.
Ahora hay que imaginar que ese edificio se encuentre sobre la cubierta de un gran barco, aislado en medio del Océano Pacífico, acribillado de agujeros abiertos y hundiéndose rápido.Mantén esa imagen en tu mente, y súmale el tsunami que se aproxima rápidamente al barco.Llegará rápido, pero no antes de que Enola Gay [el bombardero B-29 que lanzó la primera bomba atómica utilizada durante la segunda guerra mundial sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, N. del T.], zumbe encima con un artículo de entrega especial en su carga.¿Te grabaste esa imagen? Bienvenido al Partido Republicano, en julio de 2007.O sea el "Grand Old Party" [Partido viejo y grande], como gustan de llamarlo nuestros amigos regresivos. ¿Viejo? Seguro – tan viejo como la propia codicia. ¿Partido? Bueno, no hay muchas celebraciones en su cercanía, pero si se quiere decir que se trata de una congregación de cada vez menos gente reunida alrededor de ciertas ideas políticas, por ridículas que sean, bueno, entonces, seguro que es un partido. ¿Pero grande? Sólo en cuanto a sus apuros actuales.Si posees aunque sea sólo una cierta antena política, una cierta sensibilidad en cuanto a los estados de ánimo y tendencias de la política estadounidense, no puedes dejar de concluir que todo se derrumba rápidamente, y con ello también muchos de los múltiples alcahuetes que han contribuido a llevarnos al peor de los desastres de los últimos años. Todo se desmorona actualmente, revienta por sus ostentosas costuras, y lo hace no sólo con tremenda rapidez, sino también con un tremendo aumento en esa rapidez.¡Qué semana!Los signos más evidentes de implosión, por cierto, son los republicanos en el Congreso quienes, uno después del otro, abandonan al presidente con la misma regularidad con la que amanece. Parecería como si apenas hubiera pasado un día de la semana sin que uno o dos hayan abandonado el barco zozobrante de la catástrofe iraquí de Bush. ¿O deberíamos decir que estáis “ahuecando el ala,” queridos amigos del Viejo Gran Partido [GOP]? ¿Debiéramos cuestionar ahora vuestro patriotismo? ¿Debiéramos señalar que muchos os presentáis a la reelección el próximo año y, después de ver lo que sucedió en la última vuelta, ahora “jugáis a la política con la seguridad nacional”?Si fuésemos Karl Rove, George Bush o Dick Cheney, diríamos esas cosas, por cierto. Si fuésemos vulgares compañeros de ruta regresivos – casi como, bueno... realmente – lo haríamos. Si fuésemos vuestros perros de presa, como O'Reilly y Limbaugh, ciertamente lo haríamos. Pero no necesitamos hacer ninguna de esas cosas, porque lo hicisteis vosotros mismos. Apoyasteis a un bufón de incompetencia demencial para presidente, poco distinguible de Calígula si no fuera porque lleva traje y corbata donde solía residir la toga. Respaldasteis cada acción de su gobierno incluso cuando visteis que respondía a los peores instintos posibles de nuestro país, y que representaba la mismísima antitesis del gobierno constitucional estadounidense. Os mantuvisteis al margen o exagerasteis mientras sus agentes vejaban, vilipendiaban y destruían a todos y a cada verdadero patriota que mostrara el mayor coraje al expresar la más mínima objeción a esas políticas ponzoñosas.Ahora cuando buscáis rescate del edificio en llamas del barco que se hunde, esperando que el fuego divino sea sofocado sólo por la gran exhalación del propio Poseidón, podéis decir que sois afortunados - Mr. Voinovich, Mr. Lugar, Mr. Domenici, Mr. Alexander, Ms. Snowe – si vuestros intentos demasiado tardíos, excesivamente comedidos y mal concebidos de deshacer la tragedia que ayudasteis a crear en Iraq resultan sólo en la pérdida de vuestros escaños en el Congreso. ¿Cómo enfrentaréis a las madres de los que han perdido tanto más – que lo han perdido todo – debido vuestro sobrecogedor desacierto, en el mejor de los casos, y vuestro burdo oportunismo político, en el peor (probable), mis orgullosos amigos republicanos?Uno a uno, dos a dos, se tiraron en paracaídas esta semana, de un modo que parecía que el único senador republicano que no abandonó el barco fue ese buen patriota, John McCain. Supongo que McCain debe ser un verdadero creyente religioso, porque después que Bush y Rove le echaron encima los perros más rabiosos en 2000, no ha hecho nada más que amar a su antiguo enemigo. Por cierto, el abrazo cristiano de McCain hacia George Bush es tan inmenso que parece haber adoptado la personalidad delirante de este último por compasión. La única semana de la campaña presidencial de McCain que ha sido peor que esta semana fue la semana pasada. Al sujeto le quedan dos tremendos millones enteritos en el banco, no ha comprado un solo anuncio con las decenas de millones que ya han sido gastados en una campaña de caviar, va cayendo en los sondeos republicanos por debajo de un tipo que cecea, favorable al aborto, y otro tipo de Massachussets; ya no puede conseguir contribuciones para su campaña, y por lo tanto tuvo que despedir a más de la mitad de su personal nacional. Luego, para colmo, esta semana perdió a dos de sus principales agentes debido a lo que parece haber sido una guerra civil dentro de la campaña. No podemos decir con precisión quién abandonó a quién, pero sea como sea, la propuesta de McCain para la Casa Blanca se parece más estos días a un episodio de “ER” [“Urgencias “en castellano] que a una campaña presidencial. Al preguntársele si había despedido a esos tipos, Big John dijo: “No, no, no, no. Yo diría que la campaña va bien. Estoy muy contento con ella. La gente puede hacer su propia evaluación. Pienso que nos va muy bien.” Da miedo. Por cierto, también explica cabalmente por qué es posible que McCain sea algo como la única persona fuera de Dick Cheney que piensa que las cosas van muy bien en Bagdad. ¿Y no es eso lo que necesitamos ahora mismo, otros cuatro u ocho años de un “jefe del ejecutivo que alucina constantemente? No importa. Como antes que él, Don Rumsfeld, Tony Blair y la antigua mayoría republicana en el Congreso, McCain es ampliamente recompensado por su lealtad con la Máquina Destructora Antes Conocida como George Bush, y por compartir la megalomanía del presidente. McCain ha sido dos veces el favorito con grandes probabilidades de llegar a ser el candidato republicano para presidente, sólo para ver como el pequeño terror texano destruía la gran ambición de su vida, y ahora lo mismo, también por segunda vez.[Puesta al día de último minuto: Se informa que McCain tuvo una inmensa pelea con el senador Voinovich en el hemiciclo del Senado (la peor pelea que se haya visto en décadas), que llamó ilegalmente a donantes para la campaña desde el guardarropa del Senado (el mismo motivo por el que arremetió contra Al Gore en 2000), que sus dos principales apoyos en Iowa se han sumado al éxodo de su campaña, y que el co-presidente de su campaña en Florida acaba de ser atrapado por ofrecer sexo oral por veinte dólares a un policía encubierto. Pensarás que lo invento ¿verdad? Pero no es así. Es lo lindo de la derecha regresiva – ¡con esos individuos no es necesario! Son las noticias de hoy. Me pregunto lo que nos llegará mañana. [Oh, ¿Mencioné que McCain cumple 71 el próximo mes?]Por cierto, mirando al otro lado del pasillo, uno también puede sorprenderse por los “dirigentes” del partido mayoritario en el Congreso, Harry Reid y Nancy Pelosi. Cuesta imaginar que pueda haber alguien que se las arregle para ser más inefectivo en la tarea de oponerse a un presidente irreflexivo, peligroso y ahora públicamente desdeñado. Tal vez si enviaran una docena de rosas a Dick Cheney y le pidieran que por favor termine la guerra, sentiría más presión de la que ha percibido desde enero, cuando los demócratas obtuvieron el control del Congreso. Cuesta saber lo que sería más intenso.Lo más sorprendente respecto a Harry Reid es que se dice que otrora fue boxeador. ¿Significa que alguien le dio un puñetazo en el patio de la escuela en el séptimo grado y le quebró la montura de cuerno de sus gafas? ¿Es lo que quieren decir cuando dicen que fue boxeador? Sólo pregunto porque de verdad me gustaría que el líder del Partido Demócrata en el Senado fuera un luchador. Pero, hoy en día, todo lo que tiene que ver con lo que dice y hace Harry Reid, se parece más a un saco de arena, no a un luchador. O a un fideo mojado. Bajo un felpudo. Ya sabes – el que lleva a las habitaciones del personal doméstico.Por eso por lo menos me complace un poco cuando veo que al parecer Reid está llegando al límite respecto a Iraq. Vaya, ¿será porque el Congreso llega ahora a valuaciones de aprobación de su trabajo en los sondeos que son incluso más bajas que las de George Bush, y sin haber hecho nada por enojar a alguien con la excepción de aquellos que esperaban que hicieran algo, especialmente respecto a Iraq? Después de capitular terrible e innecesariamente hace un mes en la ley de financiamiento suplementario para la guerra, Reid supuestamente ya se prepara para la acción antes de esperar hasta septiembre como lo desea la Casa Blanca. Sea lo que fuere el líder de la mayoría, parecería dudoso que sea suficientemente estúpido para exasperar a su base hasta el frenesí volviendo a presentar este tema sólo para ceder una vez más, así que tal vez podamos ver que pasa algo esta vez.... Pero después de todo, es lo que también esperamos el pasado mes.Si Reid quiere saber cuánto está en juego, basta con que pregunte a su amiga Nancy Pelosi en la puerta de al lado. Lo más sorprendente sobre su persona es que ella representa a uno de los distritos más liberales de EE.UU. Así que llega a ser Presidenta [de la Cámara Baja] después de una elección, cuyo claro mensaje fue ‘terminen con esta pesadilla,’ ¡y lo primero que hace es eliminar de la agenda la impugnación! ¿Qué pasa con esta gente? ¿Adoptan las costumbres de Washington y simplemente pierden todo sentido, incluyendo todo sentido de sí mismos y de sus propios antecedentes? Si el Congreso se reuniera en la luna ¿comenzarían a actuar como rocas?La vida sólo empeoró un poco para Nancy, y se lo merece, en lo que sin duda es el clímax político de la semana, si no de la década. En la utilización más inteligente y excitante de política progresista que hemos visto desde que Larry Flynt tuvo la brillante idea de ofrecer un millón de dólares a toda querida que delatara a su hipócrita amante republicano durante la impugnación de Clinton, Cindy Sheehan amenazó con presentar su candidatura contra Nancy Pelosi para su escaño parlamentario por San Francisco a menos que Pelosi haga algo por la impugnación de Bush dentro de dos semanas.Desearía que nosotros los progresistas pudiéramos tener más de esta especie de lucha intestina inteligente, pero las circunstancias son algo especiales. Sin embargo, esta maniobra de Sheehan es brillante. Muy similar a la campaña por embarazar a China durante sus Juegos Olímpicos si no presiona a Sudán por el asunto de Darfur, es un caso de influencia sobre influencia. Sheehan presiona a Pelosi para que presione a Bush. Si Pelosi no se hace en sus pantis ahora mismo, es más imbécil de lo que sería el engendro in vitro de George W. Bush y Dan Quayle, llevado a término por Paris Hilton. El distrito de Pelosi es tal vez el más progresista del país. Me sorprendería si el sentimiento de furia contra Bush y contra su guerra de Iraq no fuera de por lo menos 90 contra 10. Pelosi ya es un motivo enorme de desilusión para cualquiera a la izquierda de Joe Lieberman, y Cindy Sheehan – respaldada por un ejército de voluntarios motivados y por donaciones provenientes literalmente de todo el mundo – tendría una excelente probabilidad de destronar a la Nueva Reina de la Cámara, a sólo dos años de iniciado su reino.Sheehan, con sólo esta atrevida jugada, ha cambiado radicalmente las cartas para Pelosi, el Congreso, Bush. EE.UU., Iraq y el mundo. Una fría mirada desapasionada al nuevo estado de las cosas, sugiere que a Nancy Pelosi le quedan ahora dos opciones. Puede convertirse en (la primera mujer) presidente de EE.UU. después de la impugnación de Bush y Cheney (y tal vez incluso llegue a conservar el puesto después de la elección de 2008), o probablemente pierda tanto su papel de Presidenta de la Cámara Baja como su escaño en el Congreso. Probablemente no haya un término medio. No me parece que sea una decisión difícil, especialmente porque los únicos perdedores en este escenario serían Bush y Cheney. Pero requiere un cierto atrevimiento – incluso si es un atrevimiento impulsado por el terror – que no es exactamente una característica que abunde entre los demócratas en el Congreso en estas últimas, bueno, décadas.Hay otros dos hermosos aspectos de la impugnación que hay que tener presente. Uno es que el público está preparado para que tenga lugar – como diría Dick Cheney: "y mucho". La mitad de los encuestados – una cifra sorprendentemente elevada – cree que Bush debe ser impugnado y probablemente la mayoría ni siquiera sabe con bastante certeza por qué lo quiere. Para Darth Cheney la cifra es de un 54% a favor contra un 40% en contra. En breve, el riesgo político para la actuación de Pelosi es mínimo. Es especialmente verdad en vista de la amplia evidencia de las mentiras del gobierno sobre Iraq que ya es de conocimiento público, y de que Bush ya ha admitido la violación del derecho vigente y de la Cuarta Enmienda de la Constitución con su programa ilegal de espionaje interior. No podría ser más culpable de lo que ya es si diera su próxima conferencia de prensa con grilletes y un buzo naranja.Pero el placer más sabroso de la impugnación, aparte por cierto de la convicción y de la destitución (o mejor dicho, la convicción y la destitución de un presidente desastroso que también da la casualidad que es líder de un partido que impugnó erróneamente a un presidente demócrata), es que la Casa Blanca ya no puede seguir ocultando evidencia invocando su falso privilegio ejecutivo o doctrinas de seguridad nacional. O, con más precisión, podría hacerlo, pero sólo si desea quedarse contemplando como pierde el juicio en el Senado. Su posición sería equivalente a la de un asesino acusado que se niega a presentar evidencia exculpatoria en su juicio por devoción a algún principio constitucional relativamente oscuro (Quiero decir ¿cuántos estadounidenses comprenden la doctrina del privilegio ejecutivo?). Puede hacerlo si así lo desea, pero habrá un precio que pagar. Perdería ¡y de que manera! Por de pronto, si la evidencia que supuestamente protegen por principio en realidad no exculpa porque en realidad prueba la culpa, ya estamos hablando de otra cosa, ¿verdad? Una vez que comienza el proceso de impugnación, veo pocas esperanzas para Bush y Cheney aparte de que suficientes republicanos y tal vez incluso unos pocos demócratas impedirían el voto de dos tercios necesario para condenarlo. Pero en vista del sentimiento público prevaleciente, para no hablar de lo que suceda en el futuro, y en vista de la evidencia (o acusaciones que no tienen respuesta), que sería sacada a luz en un enjuiciamiento efectivo, combinada con la creciente vulnerabilidad electoral de los republicanos en general y de cualquiera que apoye específicamente a este gobierno, les sería difícil reunir aunque sean treinta y cuatro votos en defensa de lo indefendible en el Senado. Cindy Sheehan ha lanzado un guijarro por la ladera de una montaña. Existen muchas posibilidades de que podría convertirse en un alud de proporciones internacionales.Los mismos defectos del Congreso deben ser aplicados también a los medios dominantes de EE.UU. De manera muy parecida a los acicalados jactanciosos del Congreso, la prensa tiene una enorme culpabilidad en las múltiples tragedias del bushismo, tanto por fracasar terriblemente en su papel establecido en el firmamento constitucional estadounidense como guardián y control contra la acumulación de poder ejecutivo. La culpa de los medios respecto al tema específico de Iraq es aún más atroz, ya que no sólo no ha formulado preguntas duras sobre la política o incluso cuestionado las afirmaciones evidentemente falsas del gobierno antes de la guerra, sino que también ha servido frecuentemente como el portavoz para transmitir precisamente esas mentiras.Por lo tanto el New York Times – que es quien tiene más que expiar, aunque sólo fuera porque violó la máxima confianza de todos – comenzó esta semana con un amplio editorial llamando a la retirada de las fuerzas de EE.UU. de Iraq. Sí, parece que está aburrido de los engaños de Mr. Bush, y por fin ha comprendido que la sucesión de cotas de referencia y de progresos aducidos por el gobierno son poco más que cortinas de humo con el propósito de retardar toda acción real respecto a Iraq hasta enero de 2009, cuando la agonía de Bush/Cheney llegue final y misericordiosamente a su fin (siempre que antes Cheney no modifique también esa parte de la Constitución).Nada podría deleitarme más que ver un poco de sabiduría en nuestro periódico nacional de referencia (aunque esté mezclada con ingenuidad sobre la posición y poder del EE.UU. de George Bush en el mundo) pero ¿habría sido demasiado si hubiera cubierto, dos años después del inicio de la guerra y cuando ya era evidente la dimensión aproximada de su extrema estupidez, los Memorandos de Downing Street, que probaron más allá de toda duda que la guerra se basó en mentiras? Y ya que hablamos del tema, si verdaderamente quiere expiar sus pecados, ¿por qué no hace algo ligeramente atrevido ahora, como llamar a la impugnación del presidente y del vicepresidente?Supongo que deberíamos agradecer por lo poco que hemos logrado en los últimos años, incluso si el énfasis verdaderamente va puesto en ‘lo poco.’ Recordé esto recientemente al leer la cobertura del gobierno de Bush en los medios. Hay un excelente ejemplo, extractado de un artículo de AP de Jennifer Loven, con el título: “Bush desgarra las fallas de los legisladores demócratas”El presidente Bush acusó el sábado a los legisladores demócratas de ser incapaces de estar a la altura de sus deberes, citando la incapacidad del Congreso de aprobar legislación para financiar al gobierno federal-“Los demócratas no cumplen con su responsabilidad de tomar decisiones duras y de gastar sabiamente el dinero de la gente,” dijo Bush en su elocución semanal por radio. “Este momento es una prueba.”La Casa Blanca ha dicho que el que no se haya aprobado una amplia revisión de la inmigración es una prueba de que el Congreso controlado por los demócratas no puede encarar problemas importantes. “Lo vimos con la inmigración, y lo vemos con algunos otros temas en los que el Congreso muestra una incapacidad de encarar desafíos importantes,” dijo el portavoz Tony Fratto.El motivo principal por el que murió la medida sobre la inmigración, fue la acérrima oposición de los propios conservadores de base de Bush. El presidente no pudo convencer a miembros de su propio partido a pesar de semanas de intensos esfuerzos.En este caso vemos a la Casa Blanca en su acostumbrada actitud roviana, inventando simplemente la realidad, sin importarle la alucinante falacia de todo el asunto. Si ven ventajas en la descripción de lo que es negro como blanco, arriba como abajo, Kerry como cobarde y Bush como valeroso, Iraq como necesario para nuestra seguridad y a sus oponentes como aborrecedores de EE.UU. – simplemente lo hacen. Tienen buenos motivos para seguir en esa onda de País de las Maravillas. Ha funcionado maravillosamente durante años, y casi nadie – ciertamente no en la prensa – tiene alguna vez el valor de mezclar tonterías como los hechos y la realidad en la discusión. Además, si alguien es suficientemente loco como para hacerlo, siempre queda la política de la destrucción personal. Demos un escarmiento a Joe Wilson y a Valerie Plame, y el resto sabrá a qué atenerse.Si alguien quiere ver a donde hemos llegado, sin embargo, que considere cuidadosamente el último párrafo citado más arriba. Es lo que la gente simpática en el negocio de los medios gusta de llamar el “contexto.” No hace mucho, si ese artículo hubiera sido publicado, habría sido sin ese párrafo – descartado por completo. El gobierno, y especialmente ese ridículo imbécil de presidente (¿no fue una maravilla como confundió las palabras y no sabía el nombre del presidente de Pakistán?) podía afirmar cualquier cosa, no importa lo absurda que fuera, no importa la contradicción con los hechos conocidos, y no se encontraría un contexto correctivo semejante en ningún sitio, menos todavía en el mismo artículo. Era crucial que la estupidez no fuera disputada, y así fue. Por cierto, la introducción de un antecedente contextual semejante en un artículo de este tipo puede ser descrita como un toque de sesgo político, algo que una prensa “neutral” estadounidense imagina que no hace. Lo que no te dicen, sin embargo, es que el hecho de que no se agregue un tal sesgo ante desatinos conocidos (como la noción de que los demócratas rechazaron la ley de inmigración del presidente) no es un acto peor de politización que el agregárselo. Peor, si también constituye un acto de cooptación.Y, hablando de desatinos, también hay que darse cuenta de a donde no hemos llegado. Algún día en el futuro, tal vez, también haya algún contexto calificador tras lo siguiente que te deja boquiabierto: “Los demócratas no cumplen con su responsabilidad de tomar decisiones duras y de gastar sabiamente el dinero de la gente.” Hay que imaginar lo diferente – y lo más honesto – que sería el artículo si el párrafo siguiente hubiera dicho: “George Bush heredó el mayor superávit presupuestario de la historia, y lo convirtió en el mayor déficit de la historia, por lo cual la deuda nacional es ahora de 9 billones de dólares, o sea 60.000 dólares por contribuyente, y en aumento, y acumulando más intereses con cada día que pasa. Cuando los republicanos se hicieron cargo del gobierno, se lanzaron a una ola de gastos que eclipsó todo lo que los demócratas habían hecho anteriormente. Bush nunca vetó una sola ley de gastos.”Por cierto, los medios – como el Congreso – se han quedado atrás del público en virtualmente cada paso de este proceso, y sigue siendo lo mismo en la actualidad, de manera que aunque el público ve al gobierno (a pesar de que todavía es demasiado generoso, sólo) como deshonesto e inepto, tardará un cierto tiempo antes de que alguien dentro de los círculos dominantes en Washington pueda sugerir una percepción semejante, a pesar de que se basa totalmente en los hechos. El reconocimiento hacia el exterior de cualquiera cualidad peyorativa (real o inventada) está, por supuesto, reservado sólo para presidentes demócratas.Y entonces, por cierto, hay que considerar al propio Bush. Se informa ahora que por lo menos un setenta por ciento del público desea que las tropas estén fuera de Iraq en abril. Pienso que esa cifra aumentará dramáticamente aún más ahora que se ha revelado que el costo de la guerra asciende a 12.000 millones de dólares por mes. El presidente debe informar esta semana al Congreso sobre el progreso alcanzado en Iraq, pero no hay ninguno. Literalmente. Un artículo informó: “Es poco probable que el gobierno iraquí cumpla alguno de los objetivos o plazos que le fijó el presidente Bush en enero cuando anunció un gran cambio en la política de EE.UU., según altos funcionarios del gobierno involucrados de cerca en el tema.” ¿Puede sorprender por lo tanto a esos sujetos que, como señala otro titular: “El criterio recortado del gobierno para el progreso en Iraq” y que traten frenéticamente de reducir las expectativas antes del informe? En otro informe en los medios, las categorías que inventaron al tratar de emperejilar el cadáver de Iraq fueron descritas por una persona informada como “extrañas.” Sin duda. Tal vez citarán al gobierno iraquí en cuando a la mayor eficacia en el enfrentamiento del problema del aumento global de la población. ¿Sería una de las categorías?Mientras tanto, el Secretario de Defensa Robert Gates anuló su viaje de esta semana a Latinoamérica y el Consejero Nacional de Seguridad Stephen Hadley canceló sus vacaciones familiares, y ambos volvieron apresurados a Washington. Según ABC, una persona informada contó que la Casa Blanca está en un “estado de pánico” mientras miembros del Congreso tratan de deshacerse de Bush y Cheney más rápido que de un desagradable caso de gonorrea contraído en alguna gira por ultramar.Mientras tanto, los sospechosos de costumbre de la derecha virulenta tratan desesperadamente de hacer lo posible por mantener el flujo del veneno. El New York Times fue atacado por periódicos conservadores por capitular ante alguna gente muy, muy mala en el mundo musulmán, mientras el Washington Times atacaba a legisladores demócratas y republicanos de lo que apodó la “reunión electoral del apaciguamiento,” que están “dispuestos a enviar otro mensaje inconfundible de debilidad a los yihadíes.” Siempre había pensado que el gasto de media década y de medio billón de dólares sólo para ver que le sacan la mierda a la totalidad de las fuerzas terrestres de tu imperio, era una definición bastante buena del envío de un mensaje inconfundible de debilidad a tu enemigo, ¿pero qué sé yo? El Wall Street Journal, mientras tanto, advirtió a miembros republicanos atemorizados del Congreso que “su mejor posibilidad de hacer que Iraq sea menos importante en 2008 es el progreso militar que permite una reducción honorable de las fuerzas de EE.UU. y con un gobierno iraquí más estable.” ¡Um!... “Paz honorable,” “Paz honorable” - ¿dónde he oído antes esa perlita?En todo caso, la vieja magia ya no funciona, especialmente cuando la aplican a antiguos partidarios incondicionales de su propio partido. Aunque es posible que hayamos pasado el punto en el que a alguien en el público le interesen suficientemente, no parece en absoluto improcedente el que pongan por los suelos a senadores republicanos volubles, pero a pesar de ello ciertamente pierden más que un poco de credibilidad. No creo que muchos estadounidenses se vayan a enojar con esos republicanos por haber apoyado una guerra demencial y odiada durante sólo cuatro años y medio, en lugar de “una generación,” como ha sugerido la Casa Blanca.Tenemos que llegar muy lejos, seguro, pero el proyecto de política regresiva y el gobierno de Bush al que ha estado íntimamente vinculado se derrumban ante nuestros ojos. Como David Labowitz, citado al comienzo de este trabajo, los votantes ya han marcado la partida del GOP a velocidades que se acercan a Mach 5, horrorizados y avergonzados por su propia estupidez por haberse asociado alguna vez con semejantes monstruos para comenzar. Y los peores relatos de codicia y engaño y violencia asesina todavía tienen que salir a la luz del pantano que produjo a Bush, Cheney, Rove, DeLay y Scalia, de eso estoy muy seguro. Hay que imaginar lo que van a ser las cosas cuando – lo peor de – la verdad sea revelada.Vale la pena considerar a donde hemos llegado, y cuán peligroso fue el destino de la república, hace sólo poco tiempo (e, incuestionablemente, todavía hasta cierto punto hoy). Las palabras más escalofriantes que han emanado alguna vez de éste o de cualquier gobierno fueron seguramente también las más honestas que estos sujetos hayan pronunciado. En el verano de 2002, un “alto asesor” de Bush (siempre he supuesto que se trataba de Rove) habló extraoficialmente con el periodista y autor Ron Suskind, y al hacerlo reveló el verdadero proyecto del movimiento regresivo, establecido firmemente ahora en la Casa Blanca. Suskind informó sobre esta conversación en el siguiente párrafo de su artículo de 2004: “Sin duda”, y las palabras han inquietado desde entonces a muchos lectores reflexivos:El asesor dijo que la gente como yo nos encontrábamos “en lo que llamamos una comunidad basada en la realidad,” a la que definió como gente que “cree que las soluciones emergen de su estudio sensato de la realidad discernible.” Yo asentí y murmuré algo sobre los principios de la ilustración y del empirismo. Me interrumpió: “Esa no es la manera como el mundo funciona realmente ahora,” continuó. “Ahora somos un imperio, y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad. Y mientras estudiáis esa realidad, sensatamente, como lo haréis – nosotros actuaremos de nuevo, creando otras realidades nuevas, las que también podéis estudiar, y así es como se aclararán las cosas. Somos actores de la historia... y a vosotros, a todos, no os quedará otra cosa que hacer que estudiar lo que hagamos.”Por suerte para todo el mundo, resultó ser algo diferente.Los actores de la historia son ahora aquellos sobre los que ha actuado la historia. Tal vez les sorprenda descubrir que son simples mortales, como el resto de nosotros.Y el imperio se ha ido por el mismo camino que todos los imperios anteriores. Sólo un poco más rápido.Y ellos, por cierto, crearon realidades a través de sus acciones. Esas realidades se llaman Iraq, calentamiento global, Katrina, la deuda, y más.Y nosotros en la comunidad basada en la realidad, ciertamente las estudiamos, y cada vez más, lo hicimos de modo bastante sensato.Y no nos gusta lo que han revelado nuestros estudios. Y no queremos su imperio, especialmente si son ellos lo que lo encabezan .Y no queremos sus creaciones de la realidad.Y por eso estamos creando una nueva realidad, nosotros mismos, nosotros, patéticos peones de la comunidad basada en la realidad.Y ellos pueden estudiar nuestra realidad. Con ponderación, como lo harán.Y tendrán todo el tiempo del mundo para hacerlo. En sus celdas en la prisión.
Ahora hay que imaginar que ese edificio se encuentre sobre la cubierta de un gran barco, aislado en medio del Océano Pacífico, acribillado de agujeros abiertos y hundiéndose rápido.Mantén esa imagen en tu mente, y súmale el tsunami que se aproxima rápidamente al barco.Llegará rápido, pero no antes de que Enola Gay [el bombardero B-29 que lanzó la primera bomba atómica utilizada durante la segunda guerra mundial sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, N. del T.], zumbe encima con un artículo de entrega especial en su carga.¿Te grabaste esa imagen? Bienvenido al Partido Republicano, en julio de 2007.O sea el "Grand Old Party" [Partido viejo y grande], como gustan de llamarlo nuestros amigos regresivos. ¿Viejo? Seguro – tan viejo como la propia codicia. ¿Partido? Bueno, no hay muchas celebraciones en su cercanía, pero si se quiere decir que se trata de una congregación de cada vez menos gente reunida alrededor de ciertas ideas políticas, por ridículas que sean, bueno, entonces, seguro que es un partido. ¿Pero grande? Sólo en cuanto a sus apuros actuales.Si posees aunque sea sólo una cierta antena política, una cierta sensibilidad en cuanto a los estados de ánimo y tendencias de la política estadounidense, no puedes dejar de concluir que todo se derrumba rápidamente, y con ello también muchos de los múltiples alcahuetes que han contribuido a llevarnos al peor de los desastres de los últimos años. Todo se desmorona actualmente, revienta por sus ostentosas costuras, y lo hace no sólo con tremenda rapidez, sino también con un tremendo aumento en esa rapidez.¡Qué semana!Los signos más evidentes de implosión, por cierto, son los republicanos en el Congreso quienes, uno después del otro, abandonan al presidente con la misma regularidad con la que amanece. Parecería como si apenas hubiera pasado un día de la semana sin que uno o dos hayan abandonado el barco zozobrante de la catástrofe iraquí de Bush. ¿O deberíamos decir que estáis “ahuecando el ala,” queridos amigos del Viejo Gran Partido [GOP]? ¿Debiéramos cuestionar ahora vuestro patriotismo? ¿Debiéramos señalar que muchos os presentáis a la reelección el próximo año y, después de ver lo que sucedió en la última vuelta, ahora “jugáis a la política con la seguridad nacional”?Si fuésemos Karl Rove, George Bush o Dick Cheney, diríamos esas cosas, por cierto. Si fuésemos vulgares compañeros de ruta regresivos – casi como, bueno... realmente – lo haríamos. Si fuésemos vuestros perros de presa, como O'Reilly y Limbaugh, ciertamente lo haríamos. Pero no necesitamos hacer ninguna de esas cosas, porque lo hicisteis vosotros mismos. Apoyasteis a un bufón de incompetencia demencial para presidente, poco distinguible de Calígula si no fuera porque lleva traje y corbata donde solía residir la toga. Respaldasteis cada acción de su gobierno incluso cuando visteis que respondía a los peores instintos posibles de nuestro país, y que representaba la mismísima antitesis del gobierno constitucional estadounidense. Os mantuvisteis al margen o exagerasteis mientras sus agentes vejaban, vilipendiaban y destruían a todos y a cada verdadero patriota que mostrara el mayor coraje al expresar la más mínima objeción a esas políticas ponzoñosas.Ahora cuando buscáis rescate del edificio en llamas del barco que se hunde, esperando que el fuego divino sea sofocado sólo por la gran exhalación del propio Poseidón, podéis decir que sois afortunados - Mr. Voinovich, Mr. Lugar, Mr. Domenici, Mr. Alexander, Ms. Snowe – si vuestros intentos demasiado tardíos, excesivamente comedidos y mal concebidos de deshacer la tragedia que ayudasteis a crear en Iraq resultan sólo en la pérdida de vuestros escaños en el Congreso. ¿Cómo enfrentaréis a las madres de los que han perdido tanto más – que lo han perdido todo – debido vuestro sobrecogedor desacierto, en el mejor de los casos, y vuestro burdo oportunismo político, en el peor (probable), mis orgullosos amigos republicanos?Uno a uno, dos a dos, se tiraron en paracaídas esta semana, de un modo que parecía que el único senador republicano que no abandonó el barco fue ese buen patriota, John McCain. Supongo que McCain debe ser un verdadero creyente religioso, porque después que Bush y Rove le echaron encima los perros más rabiosos en 2000, no ha hecho nada más que amar a su antiguo enemigo. Por cierto, el abrazo cristiano de McCain hacia George Bush es tan inmenso que parece haber adoptado la personalidad delirante de este último por compasión. La única semana de la campaña presidencial de McCain que ha sido peor que esta semana fue la semana pasada. Al sujeto le quedan dos tremendos millones enteritos en el banco, no ha comprado un solo anuncio con las decenas de millones que ya han sido gastados en una campaña de caviar, va cayendo en los sondeos republicanos por debajo de un tipo que cecea, favorable al aborto, y otro tipo de Massachussets; ya no puede conseguir contribuciones para su campaña, y por lo tanto tuvo que despedir a más de la mitad de su personal nacional. Luego, para colmo, esta semana perdió a dos de sus principales agentes debido a lo que parece haber sido una guerra civil dentro de la campaña. No podemos decir con precisión quién abandonó a quién, pero sea como sea, la propuesta de McCain para la Casa Blanca se parece más estos días a un episodio de “ER” [“Urgencias “en castellano] que a una campaña presidencial. Al preguntársele si había despedido a esos tipos, Big John dijo: “No, no, no, no. Yo diría que la campaña va bien. Estoy muy contento con ella. La gente puede hacer su propia evaluación. Pienso que nos va muy bien.” Da miedo. Por cierto, también explica cabalmente por qué es posible que McCain sea algo como la única persona fuera de Dick Cheney que piensa que las cosas van muy bien en Bagdad. ¿Y no es eso lo que necesitamos ahora mismo, otros cuatro u ocho años de un “jefe del ejecutivo que alucina constantemente? No importa. Como antes que él, Don Rumsfeld, Tony Blair y la antigua mayoría republicana en el Congreso, McCain es ampliamente recompensado por su lealtad con la Máquina Destructora Antes Conocida como George Bush, y por compartir la megalomanía del presidente. McCain ha sido dos veces el favorito con grandes probabilidades de llegar a ser el candidato republicano para presidente, sólo para ver como el pequeño terror texano destruía la gran ambición de su vida, y ahora lo mismo, también por segunda vez.[Puesta al día de último minuto: Se informa que McCain tuvo una inmensa pelea con el senador Voinovich en el hemiciclo del Senado (la peor pelea que se haya visto en décadas), que llamó ilegalmente a donantes para la campaña desde el guardarropa del Senado (el mismo motivo por el que arremetió contra Al Gore en 2000), que sus dos principales apoyos en Iowa se han sumado al éxodo de su campaña, y que el co-presidente de su campaña en Florida acaba de ser atrapado por ofrecer sexo oral por veinte dólares a un policía encubierto. Pensarás que lo invento ¿verdad? Pero no es así. Es lo lindo de la derecha regresiva – ¡con esos individuos no es necesario! Son las noticias de hoy. Me pregunto lo que nos llegará mañana. [Oh, ¿Mencioné que McCain cumple 71 el próximo mes?]Por cierto, mirando al otro lado del pasillo, uno también puede sorprenderse por los “dirigentes” del partido mayoritario en el Congreso, Harry Reid y Nancy Pelosi. Cuesta imaginar que pueda haber alguien que se las arregle para ser más inefectivo en la tarea de oponerse a un presidente irreflexivo, peligroso y ahora públicamente desdeñado. Tal vez si enviaran una docena de rosas a Dick Cheney y le pidieran que por favor termine la guerra, sentiría más presión de la que ha percibido desde enero, cuando los demócratas obtuvieron el control del Congreso. Cuesta saber lo que sería más intenso.Lo más sorprendente respecto a Harry Reid es que se dice que otrora fue boxeador. ¿Significa que alguien le dio un puñetazo en el patio de la escuela en el séptimo grado y le quebró la montura de cuerno de sus gafas? ¿Es lo que quieren decir cuando dicen que fue boxeador? Sólo pregunto porque de verdad me gustaría que el líder del Partido Demócrata en el Senado fuera un luchador. Pero, hoy en día, todo lo que tiene que ver con lo que dice y hace Harry Reid, se parece más a un saco de arena, no a un luchador. O a un fideo mojado. Bajo un felpudo. Ya sabes – el que lleva a las habitaciones del personal doméstico.Por eso por lo menos me complace un poco cuando veo que al parecer Reid está llegando al límite respecto a Iraq. Vaya, ¿será porque el Congreso llega ahora a valuaciones de aprobación de su trabajo en los sondeos que son incluso más bajas que las de George Bush, y sin haber hecho nada por enojar a alguien con la excepción de aquellos que esperaban que hicieran algo, especialmente respecto a Iraq? Después de capitular terrible e innecesariamente hace un mes en la ley de financiamiento suplementario para la guerra, Reid supuestamente ya se prepara para la acción antes de esperar hasta septiembre como lo desea la Casa Blanca. Sea lo que fuere el líder de la mayoría, parecería dudoso que sea suficientemente estúpido para exasperar a su base hasta el frenesí volviendo a presentar este tema sólo para ceder una vez más, así que tal vez podamos ver que pasa algo esta vez.... Pero después de todo, es lo que también esperamos el pasado mes.Si Reid quiere saber cuánto está en juego, basta con que pregunte a su amiga Nancy Pelosi en la puerta de al lado. Lo más sorprendente sobre su persona es que ella representa a uno de los distritos más liberales de EE.UU. Así que llega a ser Presidenta [de la Cámara Baja] después de una elección, cuyo claro mensaje fue ‘terminen con esta pesadilla,’ ¡y lo primero que hace es eliminar de la agenda la impugnación! ¿Qué pasa con esta gente? ¿Adoptan las costumbres de Washington y simplemente pierden todo sentido, incluyendo todo sentido de sí mismos y de sus propios antecedentes? Si el Congreso se reuniera en la luna ¿comenzarían a actuar como rocas?La vida sólo empeoró un poco para Nancy, y se lo merece, en lo que sin duda es el clímax político de la semana, si no de la década. En la utilización más inteligente y excitante de política progresista que hemos visto desde que Larry Flynt tuvo la brillante idea de ofrecer un millón de dólares a toda querida que delatara a su hipócrita amante republicano durante la impugnación de Clinton, Cindy Sheehan amenazó con presentar su candidatura contra Nancy Pelosi para su escaño parlamentario por San Francisco a menos que Pelosi haga algo por la impugnación de Bush dentro de dos semanas.Desearía que nosotros los progresistas pudiéramos tener más de esta especie de lucha intestina inteligente, pero las circunstancias son algo especiales. Sin embargo, esta maniobra de Sheehan es brillante. Muy similar a la campaña por embarazar a China durante sus Juegos Olímpicos si no presiona a Sudán por el asunto de Darfur, es un caso de influencia sobre influencia. Sheehan presiona a Pelosi para que presione a Bush. Si Pelosi no se hace en sus pantis ahora mismo, es más imbécil de lo que sería el engendro in vitro de George W. Bush y Dan Quayle, llevado a término por Paris Hilton. El distrito de Pelosi es tal vez el más progresista del país. Me sorprendería si el sentimiento de furia contra Bush y contra su guerra de Iraq no fuera de por lo menos 90 contra 10. Pelosi ya es un motivo enorme de desilusión para cualquiera a la izquierda de Joe Lieberman, y Cindy Sheehan – respaldada por un ejército de voluntarios motivados y por donaciones provenientes literalmente de todo el mundo – tendría una excelente probabilidad de destronar a la Nueva Reina de la Cámara, a sólo dos años de iniciado su reino.Sheehan, con sólo esta atrevida jugada, ha cambiado radicalmente las cartas para Pelosi, el Congreso, Bush. EE.UU., Iraq y el mundo. Una fría mirada desapasionada al nuevo estado de las cosas, sugiere que a Nancy Pelosi le quedan ahora dos opciones. Puede convertirse en (la primera mujer) presidente de EE.UU. después de la impugnación de Bush y Cheney (y tal vez incluso llegue a conservar el puesto después de la elección de 2008), o probablemente pierda tanto su papel de Presidenta de la Cámara Baja como su escaño en el Congreso. Probablemente no haya un término medio. No me parece que sea una decisión difícil, especialmente porque los únicos perdedores en este escenario serían Bush y Cheney. Pero requiere un cierto atrevimiento – incluso si es un atrevimiento impulsado por el terror – que no es exactamente una característica que abunde entre los demócratas en el Congreso en estas últimas, bueno, décadas.Hay otros dos hermosos aspectos de la impugnación que hay que tener presente. Uno es que el público está preparado para que tenga lugar – como diría Dick Cheney: "y mucho". La mitad de los encuestados – una cifra sorprendentemente elevada – cree que Bush debe ser impugnado y probablemente la mayoría ni siquiera sabe con bastante certeza por qué lo quiere. Para Darth Cheney la cifra es de un 54% a favor contra un 40% en contra. En breve, el riesgo político para la actuación de Pelosi es mínimo. Es especialmente verdad en vista de la amplia evidencia de las mentiras del gobierno sobre Iraq que ya es de conocimiento público, y de que Bush ya ha admitido la violación del derecho vigente y de la Cuarta Enmienda de la Constitución con su programa ilegal de espionaje interior. No podría ser más culpable de lo que ya es si diera su próxima conferencia de prensa con grilletes y un buzo naranja.Pero el placer más sabroso de la impugnación, aparte por cierto de la convicción y de la destitución (o mejor dicho, la convicción y la destitución de un presidente desastroso que también da la casualidad que es líder de un partido que impugnó erróneamente a un presidente demócrata), es que la Casa Blanca ya no puede seguir ocultando evidencia invocando su falso privilegio ejecutivo o doctrinas de seguridad nacional. O, con más precisión, podría hacerlo, pero sólo si desea quedarse contemplando como pierde el juicio en el Senado. Su posición sería equivalente a la de un asesino acusado que se niega a presentar evidencia exculpatoria en su juicio por devoción a algún principio constitucional relativamente oscuro (Quiero decir ¿cuántos estadounidenses comprenden la doctrina del privilegio ejecutivo?). Puede hacerlo si así lo desea, pero habrá un precio que pagar. Perdería ¡y de que manera! Por de pronto, si la evidencia que supuestamente protegen por principio en realidad no exculpa porque en realidad prueba la culpa, ya estamos hablando de otra cosa, ¿verdad? Una vez que comienza el proceso de impugnación, veo pocas esperanzas para Bush y Cheney aparte de que suficientes republicanos y tal vez incluso unos pocos demócratas impedirían el voto de dos tercios necesario para condenarlo. Pero en vista del sentimiento público prevaleciente, para no hablar de lo que suceda en el futuro, y en vista de la evidencia (o acusaciones que no tienen respuesta), que sería sacada a luz en un enjuiciamiento efectivo, combinada con la creciente vulnerabilidad electoral de los republicanos en general y de cualquiera que apoye específicamente a este gobierno, les sería difícil reunir aunque sean treinta y cuatro votos en defensa de lo indefendible en el Senado. Cindy Sheehan ha lanzado un guijarro por la ladera de una montaña. Existen muchas posibilidades de que podría convertirse en un alud de proporciones internacionales.Los mismos defectos del Congreso deben ser aplicados también a los medios dominantes de EE.UU. De manera muy parecida a los acicalados jactanciosos del Congreso, la prensa tiene una enorme culpabilidad en las múltiples tragedias del bushismo, tanto por fracasar terriblemente en su papel establecido en el firmamento constitucional estadounidense como guardián y control contra la acumulación de poder ejecutivo. La culpa de los medios respecto al tema específico de Iraq es aún más atroz, ya que no sólo no ha formulado preguntas duras sobre la política o incluso cuestionado las afirmaciones evidentemente falsas del gobierno antes de la guerra, sino que también ha servido frecuentemente como el portavoz para transmitir precisamente esas mentiras.Por lo tanto el New York Times – que es quien tiene más que expiar, aunque sólo fuera porque violó la máxima confianza de todos – comenzó esta semana con un amplio editorial llamando a la retirada de las fuerzas de EE.UU. de Iraq. Sí, parece que está aburrido de los engaños de Mr. Bush, y por fin ha comprendido que la sucesión de cotas de referencia y de progresos aducidos por el gobierno son poco más que cortinas de humo con el propósito de retardar toda acción real respecto a Iraq hasta enero de 2009, cuando la agonía de Bush/Cheney llegue final y misericordiosamente a su fin (siempre que antes Cheney no modifique también esa parte de la Constitución).Nada podría deleitarme más que ver un poco de sabiduría en nuestro periódico nacional de referencia (aunque esté mezclada con ingenuidad sobre la posición y poder del EE.UU. de George Bush en el mundo) pero ¿habría sido demasiado si hubiera cubierto, dos años después del inicio de la guerra y cuando ya era evidente la dimensión aproximada de su extrema estupidez, los Memorandos de Downing Street, que probaron más allá de toda duda que la guerra se basó en mentiras? Y ya que hablamos del tema, si verdaderamente quiere expiar sus pecados, ¿por qué no hace algo ligeramente atrevido ahora, como llamar a la impugnación del presidente y del vicepresidente?Supongo que deberíamos agradecer por lo poco que hemos logrado en los últimos años, incluso si el énfasis verdaderamente va puesto en ‘lo poco.’ Recordé esto recientemente al leer la cobertura del gobierno de Bush en los medios. Hay un excelente ejemplo, extractado de un artículo de AP de Jennifer Loven, con el título: “Bush desgarra las fallas de los legisladores demócratas”El presidente Bush acusó el sábado a los legisladores demócratas de ser incapaces de estar a la altura de sus deberes, citando la incapacidad del Congreso de aprobar legislación para financiar al gobierno federal-“Los demócratas no cumplen con su responsabilidad de tomar decisiones duras y de gastar sabiamente el dinero de la gente,” dijo Bush en su elocución semanal por radio. “Este momento es una prueba.”La Casa Blanca ha dicho que el que no se haya aprobado una amplia revisión de la inmigración es una prueba de que el Congreso controlado por los demócratas no puede encarar problemas importantes. “Lo vimos con la inmigración, y lo vemos con algunos otros temas en los que el Congreso muestra una incapacidad de encarar desafíos importantes,” dijo el portavoz Tony Fratto.El motivo principal por el que murió la medida sobre la inmigración, fue la acérrima oposición de los propios conservadores de base de Bush. El presidente no pudo convencer a miembros de su propio partido a pesar de semanas de intensos esfuerzos.En este caso vemos a la Casa Blanca en su acostumbrada actitud roviana, inventando simplemente la realidad, sin importarle la alucinante falacia de todo el asunto. Si ven ventajas en la descripción de lo que es negro como blanco, arriba como abajo, Kerry como cobarde y Bush como valeroso, Iraq como necesario para nuestra seguridad y a sus oponentes como aborrecedores de EE.UU. – simplemente lo hacen. Tienen buenos motivos para seguir en esa onda de País de las Maravillas. Ha funcionado maravillosamente durante años, y casi nadie – ciertamente no en la prensa – tiene alguna vez el valor de mezclar tonterías como los hechos y la realidad en la discusión. Además, si alguien es suficientemente loco como para hacerlo, siempre queda la política de la destrucción personal. Demos un escarmiento a Joe Wilson y a Valerie Plame, y el resto sabrá a qué atenerse.Si alguien quiere ver a donde hemos llegado, sin embargo, que considere cuidadosamente el último párrafo citado más arriba. Es lo que la gente simpática en el negocio de los medios gusta de llamar el “contexto.” No hace mucho, si ese artículo hubiera sido publicado, habría sido sin ese párrafo – descartado por completo. El gobierno, y especialmente ese ridículo imbécil de presidente (¿no fue una maravilla como confundió las palabras y no sabía el nombre del presidente de Pakistán?) podía afirmar cualquier cosa, no importa lo absurda que fuera, no importa la contradicción con los hechos conocidos, y no se encontraría un contexto correctivo semejante en ningún sitio, menos todavía en el mismo artículo. Era crucial que la estupidez no fuera disputada, y así fue. Por cierto, la introducción de un antecedente contextual semejante en un artículo de este tipo puede ser descrita como un toque de sesgo político, algo que una prensa “neutral” estadounidense imagina que no hace. Lo que no te dicen, sin embargo, es que el hecho de que no se agregue un tal sesgo ante desatinos conocidos (como la noción de que los demócratas rechazaron la ley de inmigración del presidente) no es un acto peor de politización que el agregárselo. Peor, si también constituye un acto de cooptación.Y, hablando de desatinos, también hay que darse cuenta de a donde no hemos llegado. Algún día en el futuro, tal vez, también haya algún contexto calificador tras lo siguiente que te deja boquiabierto: “Los demócratas no cumplen con su responsabilidad de tomar decisiones duras y de gastar sabiamente el dinero de la gente.” Hay que imaginar lo diferente – y lo más honesto – que sería el artículo si el párrafo siguiente hubiera dicho: “George Bush heredó el mayor superávit presupuestario de la historia, y lo convirtió en el mayor déficit de la historia, por lo cual la deuda nacional es ahora de 9 billones de dólares, o sea 60.000 dólares por contribuyente, y en aumento, y acumulando más intereses con cada día que pasa. Cuando los republicanos se hicieron cargo del gobierno, se lanzaron a una ola de gastos que eclipsó todo lo que los demócratas habían hecho anteriormente. Bush nunca vetó una sola ley de gastos.”Por cierto, los medios – como el Congreso – se han quedado atrás del público en virtualmente cada paso de este proceso, y sigue siendo lo mismo en la actualidad, de manera que aunque el público ve al gobierno (a pesar de que todavía es demasiado generoso, sólo) como deshonesto e inepto, tardará un cierto tiempo antes de que alguien dentro de los círculos dominantes en Washington pueda sugerir una percepción semejante, a pesar de que se basa totalmente en los hechos. El reconocimiento hacia el exterior de cualquiera cualidad peyorativa (real o inventada) está, por supuesto, reservado sólo para presidentes demócratas.Y entonces, por cierto, hay que considerar al propio Bush. Se informa ahora que por lo menos un setenta por ciento del público desea que las tropas estén fuera de Iraq en abril. Pienso que esa cifra aumentará dramáticamente aún más ahora que se ha revelado que el costo de la guerra asciende a 12.000 millones de dólares por mes. El presidente debe informar esta semana al Congreso sobre el progreso alcanzado en Iraq, pero no hay ninguno. Literalmente. Un artículo informó: “Es poco probable que el gobierno iraquí cumpla alguno de los objetivos o plazos que le fijó el presidente Bush en enero cuando anunció un gran cambio en la política de EE.UU., según altos funcionarios del gobierno involucrados de cerca en el tema.” ¿Puede sorprender por lo tanto a esos sujetos que, como señala otro titular: “El criterio recortado del gobierno para el progreso en Iraq” y que traten frenéticamente de reducir las expectativas antes del informe? En otro informe en los medios, las categorías que inventaron al tratar de emperejilar el cadáver de Iraq fueron descritas por una persona informada como “extrañas.” Sin duda. Tal vez citarán al gobierno iraquí en cuando a la mayor eficacia en el enfrentamiento del problema del aumento global de la población. ¿Sería una de las categorías?Mientras tanto, el Secretario de Defensa Robert Gates anuló su viaje de esta semana a Latinoamérica y el Consejero Nacional de Seguridad Stephen Hadley canceló sus vacaciones familiares, y ambos volvieron apresurados a Washington. Según ABC, una persona informada contó que la Casa Blanca está en un “estado de pánico” mientras miembros del Congreso tratan de deshacerse de Bush y Cheney más rápido que de un desagradable caso de gonorrea contraído en alguna gira por ultramar.Mientras tanto, los sospechosos de costumbre de la derecha virulenta tratan desesperadamente de hacer lo posible por mantener el flujo del veneno. El New York Times fue atacado por periódicos conservadores por capitular ante alguna gente muy, muy mala en el mundo musulmán, mientras el Washington Times atacaba a legisladores demócratas y republicanos de lo que apodó la “reunión electoral del apaciguamiento,” que están “dispuestos a enviar otro mensaje inconfundible de debilidad a los yihadíes.” Siempre había pensado que el gasto de media década y de medio billón de dólares sólo para ver que le sacan la mierda a la totalidad de las fuerzas terrestres de tu imperio, era una definición bastante buena del envío de un mensaje inconfundible de debilidad a tu enemigo, ¿pero qué sé yo? El Wall Street Journal, mientras tanto, advirtió a miembros republicanos atemorizados del Congreso que “su mejor posibilidad de hacer que Iraq sea menos importante en 2008 es el progreso militar que permite una reducción honorable de las fuerzas de EE.UU. y con un gobierno iraquí más estable.” ¡Um!... “Paz honorable,” “Paz honorable” - ¿dónde he oído antes esa perlita?En todo caso, la vieja magia ya no funciona, especialmente cuando la aplican a antiguos partidarios incondicionales de su propio partido. Aunque es posible que hayamos pasado el punto en el que a alguien en el público le interesen suficientemente, no parece en absoluto improcedente el que pongan por los suelos a senadores republicanos volubles, pero a pesar de ello ciertamente pierden más que un poco de credibilidad. No creo que muchos estadounidenses se vayan a enojar con esos republicanos por haber apoyado una guerra demencial y odiada durante sólo cuatro años y medio, en lugar de “una generación,” como ha sugerido la Casa Blanca.Tenemos que llegar muy lejos, seguro, pero el proyecto de política regresiva y el gobierno de Bush al que ha estado íntimamente vinculado se derrumban ante nuestros ojos. Como David Labowitz, citado al comienzo de este trabajo, los votantes ya han marcado la partida del GOP a velocidades que se acercan a Mach 5, horrorizados y avergonzados por su propia estupidez por haberse asociado alguna vez con semejantes monstruos para comenzar. Y los peores relatos de codicia y engaño y violencia asesina todavía tienen que salir a la luz del pantano que produjo a Bush, Cheney, Rove, DeLay y Scalia, de eso estoy muy seguro. Hay que imaginar lo que van a ser las cosas cuando – lo peor de – la verdad sea revelada.Vale la pena considerar a donde hemos llegado, y cuán peligroso fue el destino de la república, hace sólo poco tiempo (e, incuestionablemente, todavía hasta cierto punto hoy). Las palabras más escalofriantes que han emanado alguna vez de éste o de cualquier gobierno fueron seguramente también las más honestas que estos sujetos hayan pronunciado. En el verano de 2002, un “alto asesor” de Bush (siempre he supuesto que se trataba de Rove) habló extraoficialmente con el periodista y autor Ron Suskind, y al hacerlo reveló el verdadero proyecto del movimiento regresivo, establecido firmemente ahora en la Casa Blanca. Suskind informó sobre esta conversación en el siguiente párrafo de su artículo de 2004: “Sin duda”, y las palabras han inquietado desde entonces a muchos lectores reflexivos:El asesor dijo que la gente como yo nos encontrábamos “en lo que llamamos una comunidad basada en la realidad,” a la que definió como gente que “cree que las soluciones emergen de su estudio sensato de la realidad discernible.” Yo asentí y murmuré algo sobre los principios de la ilustración y del empirismo. Me interrumpió: “Esa no es la manera como el mundo funciona realmente ahora,” continuó. “Ahora somos un imperio, y cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad. Y mientras estudiáis esa realidad, sensatamente, como lo haréis – nosotros actuaremos de nuevo, creando otras realidades nuevas, las que también podéis estudiar, y así es como se aclararán las cosas. Somos actores de la historia... y a vosotros, a todos, no os quedará otra cosa que hacer que estudiar lo que hagamos.”Por suerte para todo el mundo, resultó ser algo diferente.Los actores de la historia son ahora aquellos sobre los que ha actuado la historia. Tal vez les sorprenda descubrir que son simples mortales, como el resto de nosotros.Y el imperio se ha ido por el mismo camino que todos los imperios anteriores. Sólo un poco más rápido.Y ellos, por cierto, crearon realidades a través de sus acciones. Esas realidades se llaman Iraq, calentamiento global, Katrina, la deuda, y más.Y nosotros en la comunidad basada en la realidad, ciertamente las estudiamos, y cada vez más, lo hicimos de modo bastante sensato.Y no nos gusta lo que han revelado nuestros estudios. Y no queremos su imperio, especialmente si son ellos lo que lo encabezan .Y no queremos sus creaciones de la realidad.Y por eso estamos creando una nueva realidad, nosotros mismos, nosotros, patéticos peones de la comunidad basada en la realidad.Y ellos pueden estudiar nuestra realidad. Con ponderación, como lo harán.Y tendrán todo el tiempo del mundo para hacerlo. En sus celdas en la prisión.
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*David Michael Green es profesor de ciencias políticas en la Universidad Hofstra en Nueva York. Le encantará recibir reacciones de los lectores a sus artículos (dmg@regressiveantidote.net), pero lamenta que la falta de tiempo no le permita siempre responder. Más trabajos suyos se encuentran en su sitio en la Red: http://www.regressiveantidote.net/.
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Radio TV Continente-Chile/14/08/2007
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