No les interesa una integración real, dicen
BRASIL ESTA EN MERCOSUR POR EL “ESTATUS” QUE LE OTORGA AFUERA
Ing. Eduardo Felippo.
El vicepresidente de la Unión Industrial Paraguaya (UIP), Ing. Eduardo Felippo, aseveró ayer que a los “grandes” del Mercosur, sobre todo al Brasil, no les interesa una verdadera integración en el Mercosur y solo utiliza al bloque por el “estatus” que les da a nivel internacional, por ser parte de un supuesto acuerdo regional.
Dijo que tanto el Gobierno federal como los estaduales coinciden en el oscuro propósito de fastidiar permanentemente el proceso.Felippo agregó que una prueba fehaciente de que al Brasil no le interesa una integración real con el Paraguay es el hecho de que insista en su intención de construir un segundo puente en el Alto Paraná que no contemple el paso del ferrocarril, cuando que los sobrecostos del flete es nuestro principal problema como país mediterráneo.“Bajan los niveles del río y ya no podemos exportar, lo cual nos obliga a usar todas sus rutas para poder salir a extrazona, mientras que con el ferrocarril se puede hablar de un flete infinitamente más barato, y la vía férrea brasileña llega a 60 kilómetros de la frontera con el Paraguay, y eso es una vergüenza”, expresó. Al respecto, afirmó que la prensa y todos los interesados en buscar los beneficios del país, que corresponde, debemos hacer fuerza para presionar que aceptaremos construir el mentado puente con posibilidades de que tenga vía férrea, de lo contrario no. El dirigente industrial afirmó que cuando se baja desde la concepción macro del Mercosur y nos vamos al tema individual, surgen los intereses de los empresarios brasileños que dominan la decisiones del Gobierno que empieza a crear las trabas de “diversos colores”. “Lo difícil de diagnosticar todo eso viene por el hecho de que, independientemente de la política general del país, existen otra vez políticas individuales de cada Estado, donde no se acepta lo que negocia el Gobierno central y vuelven a imponer otra vez su particular concepción de lo que es el Mercosur”, lamentó Felippo. Dijo que el hecho de que cada día se habla más de acuerdos bilaterales, los brasileños ya lo están haciendo, y la realidad es que ellos van a seguir con esa política bilateral y van a dejar el Mercosur de lado. Consultado sobre la posición no asumida hasta ahora por las autoridades nacionales en defender los intereses del país, Felippo manifestó: “Ellos de repente van y piden 10 y si le dan 5 (teóricamente) ya están contentos, pero muchas veces nos prometen cinco y nos dan uno, y allí comienzan de vuelta las negociaciones”.
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La doble cara del Brasil está saliendo a luz
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El fracaso del Mercosur se debe sobre todo a la hipocresía, in sensibilidad y al doble discurso de los países más grandes que lo integran, especialmente el Brasil, que viola en forma continua el Tratado de Asunción, con el consecuente per juicio para la economía de los países pequeños como Paraguay y Uruguay. Esta situación la vienen denunciando organizaciones empresariales e inclusive personalidades internacionales. Lo mismo ha venido haciendo nuestro diario, y ahora nada menos que el comisario de Comercio de la Unión Europea, el británico Peter Mandelson, puso el dedo en la llaga al acusar al Brasil de usar el Mercosur como una pantalla para negociar acuerdos comerciales. La vocación imperialista que practica el Brasil ha traído funestas consecuencias para el Paraguay.
El fracaso del Mercosur se debe, sobre todo, a la hipocresía, insensibilidad y al doble discurso de los países más grandes que lo integran, especialmente el Brasil, que viola en forma continua el Tratado de Asunción que dio origen al bloque, con el consecuente perjuicio para la economía de los países pequeños como Paraguay y Uruguay. Esta situación la vienen denunciando organizaciones empresariales de nuestro país, y la han denunciado inclusive personalidades internacionales de la talla de los ex presidentes Luis Alberto Lacalle Herrera y Julio María Sanguinetti. Lo mismo ha venido haciendo nuestro diario, que ha agregado además que el Brasil está muy interesado en el Mercosur, pero no como dicen sus autoridades para desarrollar a todos los países que lo integran, sino para utilizarlo audaz y arteramente como plataforma para conseguir sus propios fines. Y este aserto se está convirtiendo en realidad con la claridad de la luz. Con ese supuesto papel de líder solidario y protector de sus vecinos que consiguió vender en el campo internacional, el Brasil está reclamando ahora nada menos que se amplíe el G-7, integrado por los países más poderosos del planeta, para ingresar como uno de sus integrantes. Pero esa gran hipocresía no está pasando ya desapercibida. En primer lugar, nada menos que el comisario de Comercio de la Unión Europea (UE), el británico Peter Mandelson, puso el dedo en la llaga al acusar al gigante sudamericano de usar el Mercosur como una pantalla para negociar acuerdos comerciales con las potencias económicas en la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC), como si fuera que el Brasil es un gran protagonista del libre comercio. “No es aceptable esconderse detrás del Mercosur para justificar la incapacidad de dar una contribución razonable para el sistema multilateral”, expresó el funcionario de la Unión Europea en clara alusión a las trabas que pone el Brasil al comercio con otras naciones en desarrollo y que solo sirven para acogotar sus economías. “Las mayores barreras de los países en desarrollo están entre esos países”, advirtió también, en base a una gran verdad. En este sentido coincidió con una reiterada acotación de nuestro diario: Con total descaro, el Brasil exige a los países desarrollados lo que en forma prepotente él les niega a sus socios pequeños del Mercosur. Las declaraciones del funcionario europeo fueron dichas a raíz de que el Brasil propone en la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio una mayor flexibilidad para el comercio y, sobre todo, un recorte de los subsidios agrícolas para las uniones aduaneras y bloques como el Mercosur; no obstante, Brasil mantiene subsidios industriales que en la realidad hacen imposible cualquier tipo de libre competencia en su país haciendo, por supuesto, que la libertad de comercio sea letra muerta. ¿Qué flexibilidad comercial y fin o reducción de subsidio puede reclamar en ningún foro del mundo un país que tiene en el proteccionismo y en los subsidios no solo una armadura económica sino especialmente política? El Brasil, en base al feroz proteccionismo económico que practica y los grandes subsidios que otorga -en la mayoría de las veces cimentados en la corrupción- a sus plantas industriales, frena y ahoga el desarrollo de la economía de los países más chicos como Paraguay, pese a la existencia de tratados y acuerdos firmados. Como ejemplo, ahora mismo existe la seria amenaza del cierre de plantas industriales de recapado de cubiertas en nuestro país a causa precisamente de las barreras que pone el Brasil para la comercialización del producto en su mercado no obstante la gran demanda que hay entre sus consumidores.La vocación imperialista que practica el Brasil desde tiempo inmemorial ha traído funestas consecuencias para el Paraguay. Se manifestó sin parangón con el genocidio en la Guerra de la Triple Alianza, luego siguió con la firma del Tratado leonino de Itaipú para dar un viso de “legalidad” al vulgar robo a nuestro país de su riqueza natural más valiosa como es la energía eléctrica. Ahora continúa con la aviesa manipulación del Mercosur, lo que demuestra que no le interesa en absoluto el desarrollo de los países pequeños sino que el Brasil continúe imperando. Hay que buscar que nuestro país tenga gobernantes patriotas y no vendepatrias para oponerse con fuerza a la ignominiosa explotación imperialista que el poderoso vecino somete a nuestro país desde tiempo inmemorial.
El fracaso del Mercosur se debe, sobre todo, a la hipocresía, insensibilidad y al doble discurso de los países más grandes que lo integran, especialmente el Brasil, que viola en forma continua el Tratado de Asunción que dio origen al bloque, con el consecuente perjuicio para la economía de los países pequeños como Paraguay y Uruguay. Esta situación la vienen denunciando organizaciones empresariales de nuestro país, y la han denunciado inclusive personalidades internacionales de la talla de los ex presidentes Luis Alberto Lacalle Herrera y Julio María Sanguinetti. Lo mismo ha venido haciendo nuestro diario, que ha agregado además que el Brasil está muy interesado en el Mercosur, pero no como dicen sus autoridades para desarrollar a todos los países que lo integran, sino para utilizarlo audaz y arteramente como plataforma para conseguir sus propios fines. Y este aserto se está convirtiendo en realidad con la claridad de la luz. Con ese supuesto papel de líder solidario y protector de sus vecinos que consiguió vender en el campo internacional, el Brasil está reclamando ahora nada menos que se amplíe el G-7, integrado por los países más poderosos del planeta, para ingresar como uno de sus integrantes. Pero esa gran hipocresía no está pasando ya desapercibida. En primer lugar, nada menos que el comisario de Comercio de la Unión Europea (UE), el británico Peter Mandelson, puso el dedo en la llaga al acusar al gigante sudamericano de usar el Mercosur como una pantalla para negociar acuerdos comerciales con las potencias económicas en la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC), como si fuera que el Brasil es un gran protagonista del libre comercio. “No es aceptable esconderse detrás del Mercosur para justificar la incapacidad de dar una contribución razonable para el sistema multilateral”, expresó el funcionario de la Unión Europea en clara alusión a las trabas que pone el Brasil al comercio con otras naciones en desarrollo y que solo sirven para acogotar sus economías. “Las mayores barreras de los países en desarrollo están entre esos países”, advirtió también, en base a una gran verdad. En este sentido coincidió con una reiterada acotación de nuestro diario: Con total descaro, el Brasil exige a los países desarrollados lo que en forma prepotente él les niega a sus socios pequeños del Mercosur. Las declaraciones del funcionario europeo fueron dichas a raíz de que el Brasil propone en la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio una mayor flexibilidad para el comercio y, sobre todo, un recorte de los subsidios agrícolas para las uniones aduaneras y bloques como el Mercosur; no obstante, Brasil mantiene subsidios industriales que en la realidad hacen imposible cualquier tipo de libre competencia en su país haciendo, por supuesto, que la libertad de comercio sea letra muerta. ¿Qué flexibilidad comercial y fin o reducción de subsidio puede reclamar en ningún foro del mundo un país que tiene en el proteccionismo y en los subsidios no solo una armadura económica sino especialmente política? El Brasil, en base al feroz proteccionismo económico que practica y los grandes subsidios que otorga -en la mayoría de las veces cimentados en la corrupción- a sus plantas industriales, frena y ahoga el desarrollo de la economía de los países más chicos como Paraguay, pese a la existencia de tratados y acuerdos firmados. Como ejemplo, ahora mismo existe la seria amenaza del cierre de plantas industriales de recapado de cubiertas en nuestro país a causa precisamente de las barreras que pone el Brasil para la comercialización del producto en su mercado no obstante la gran demanda que hay entre sus consumidores.La vocación imperialista que practica el Brasil desde tiempo inmemorial ha traído funestas consecuencias para el Paraguay. Se manifestó sin parangón con el genocidio en la Guerra de la Triple Alianza, luego siguió con la firma del Tratado leonino de Itaipú para dar un viso de “legalidad” al vulgar robo a nuestro país de su riqueza natural más valiosa como es la energía eléctrica. Ahora continúa con la aviesa manipulación del Mercosur, lo que demuestra que no le interesa en absoluto el desarrollo de los países pequeños sino que el Brasil continúe imperando. Hay que buscar que nuestro país tenga gobernantes patriotas y no vendepatrias para oponerse con fuerza a la ignominiosa explotación imperialista que el poderoso vecino somete a nuestro país desde tiempo inmemorial.
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ABC Color - Paraguay/24/10/2007
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