Venezuela reacciona con sorpresa ante fin de mediación de Chávez en Colombia
CARACAS -Venezuela fue sorprendida por la decisión del gobierno de Colombia de poner fin a la mediación del presidente Hugo Chávez y las primeras reacciones de líderes oficialistas señalaban este jueves que el mandatario colombiano Alvaro Uribe obstaculizó el proceso.
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El líder oficialista en el Congreso Mario Isea señaló que "Uribe jugó esa carta bajo presión. Cada vez que Chávez tomaba una iniciativa para buscar flexibilizar posiciones, había una respuesta muy dura del gobierno colombiano. Creo que el gobierno colombiano no hizo todo lo que debía hacer".
El presidente de la comisión de Política Exterior del Congreso, Saúl Ortega, afirmó que "la cúpula militar del Ejército colombiano y los sectores más conservadores de la política tienen razones de peso por las cuales no están interesados ni en el intercambio humanitario ni que cese el conflicto armado".
El legislador Ortega sostuvo que el narcotráfico también "financia las condiciones de la guerra para poder cultivar con impunidad la coca en Colombia" y agregó que "mucha gente vive de la guerra en Colombia".
En su primera reacción, la senadora colombiana Piedad Córdoba dijo que el fin de la mediación de Chávez y de su papel de facilitadora "hay que tomarlo con mucha serenidad, con tranquilidad, sin hacer de esto una guerra".
Córdoba dijo a periodistas cuando se dirigía al palacio presidencial de Miraflores: "Voy a esperar simplemente a reunirme hoy (jueves) con el presidente Chávez (...) y ya nos pronunciaremos".
La situación es tan dinámica que la Presidencia venezolana convocó hacia el mediodía a una conferencia de prensa "urgente" de Chávez con corresponsales extranjeros, pero media hora después fue cancelada.
La noche del miércoles, Chávez fue recibido de una gira por Asia y Europa por una multitudinaria marcha de estudiantes progubernamentales en el Palacio de Miraflores, donde el mandatario exclamó con optimismo: "Colombia y Venezuela somos una sola patria".
Tras una escala en La Habana, donde se entrevistó con su amigo Fidel Castro, Chávez llegó un día después de reunirse en París con el presidente francés Nicolás Sarkozy: "Tenemos el apoyo para lograr ese acuerdo humanitario y la liberación de muchas personas", dijo alentado.
El pesimismo comenzó ensombrecer la mediación cuando Fabrice Delloye, ex marido de la política colombo-francesa Ingrid Betancourt, dijo: "Si en los próximos 15 días no hay pruebas de vida, la mediación quedará terminada".
Sarkozy respaldó a Chávez, pero también recordó que "esas pruebas de vida son indispensables, tanto para dar garantías sobre la suerte de los rehenes como para asegurar la sinceridad de las FARC", reveló su portavoz David Martinon.
Uribe se quejó de que Chávez revelara una conversación privada en la que le planteó que si las FARC liberaban a un primer grupo de rehenes, se podría instalar en la selva colombiana una mesa de diálogo a la que él mismo podría agregarse si eran liberados todos los rehenes.
Ese dato que Chávez reveló como "primicia" a la prensa en París era "para ser manejado en secreto como herramienta de negociación", dijo el gobierno colombiano, a lo que Chávez replicó: "nunca se me pidió no revelarlo".
Uribe terminó la mediación tras conocer que Chávez se comunicó el miércoles por teléfono con el comandante del Ejército colombiano, general Mario Montoya, y le hizo preguntas sobre los secuestrados, pese su oposición a que mantuviera contactos directos con mandos castrenses.
El ex vicecanciller y ex embajador en Colombia, Fernando Gerbasi, dijo a la AFP que el desenlace "es un balance perder-perder para todos".
"Pierde Uribe, porque tomó una mala decisión al escoger a Chávez; pierde Chávez, porque nunca presentó una mínima prueba de vida y no pudo implementar su prestigio internacional muy debilitado", dijo el diplomático de carrera.
"Pierde Piedad Córdoba porque al hacer la llamada (a Montoya) actuó de manera irresponsable; pierde Sarkozy porque no obtuvo la liberación de Ingrid Betancourt; pierden las FARC porque demostraron que son incapaces de negociar de buena fe; y lo más lamentable de todo es que pierden los rehenes y sus familiares, con sus esperanzas truncadas", puntualizó Gerbasi./vf/nn/fj
El líder oficialista en el Congreso Mario Isea señaló que "Uribe jugó esa carta bajo presión. Cada vez que Chávez tomaba una iniciativa para buscar flexibilizar posiciones, había una respuesta muy dura del gobierno colombiano. Creo que el gobierno colombiano no hizo todo lo que debía hacer".
El presidente de la comisión de Política Exterior del Congreso, Saúl Ortega, afirmó que "la cúpula militar del Ejército colombiano y los sectores más conservadores de la política tienen razones de peso por las cuales no están interesados ni en el intercambio humanitario ni que cese el conflicto armado".
El legislador Ortega sostuvo que el narcotráfico también "financia las condiciones de la guerra para poder cultivar con impunidad la coca en Colombia" y agregó que "mucha gente vive de la guerra en Colombia".
En su primera reacción, la senadora colombiana Piedad Córdoba dijo que el fin de la mediación de Chávez y de su papel de facilitadora "hay que tomarlo con mucha serenidad, con tranquilidad, sin hacer de esto una guerra".
Córdoba dijo a periodistas cuando se dirigía al palacio presidencial de Miraflores: "Voy a esperar simplemente a reunirme hoy (jueves) con el presidente Chávez (...) y ya nos pronunciaremos".
La situación es tan dinámica que la Presidencia venezolana convocó hacia el mediodía a una conferencia de prensa "urgente" de Chávez con corresponsales extranjeros, pero media hora después fue cancelada.
La noche del miércoles, Chávez fue recibido de una gira por Asia y Europa por una multitudinaria marcha de estudiantes progubernamentales en el Palacio de Miraflores, donde el mandatario exclamó con optimismo: "Colombia y Venezuela somos una sola patria".
Tras una escala en La Habana, donde se entrevistó con su amigo Fidel Castro, Chávez llegó un día después de reunirse en París con el presidente francés Nicolás Sarkozy: "Tenemos el apoyo para lograr ese acuerdo humanitario y la liberación de muchas personas", dijo alentado.
El pesimismo comenzó ensombrecer la mediación cuando Fabrice Delloye, ex marido de la política colombo-francesa Ingrid Betancourt, dijo: "Si en los próximos 15 días no hay pruebas de vida, la mediación quedará terminada".
Sarkozy respaldó a Chávez, pero también recordó que "esas pruebas de vida son indispensables, tanto para dar garantías sobre la suerte de los rehenes como para asegurar la sinceridad de las FARC", reveló su portavoz David Martinon.
Uribe se quejó de que Chávez revelara una conversación privada en la que le planteó que si las FARC liberaban a un primer grupo de rehenes, se podría instalar en la selva colombiana una mesa de diálogo a la que él mismo podría agregarse si eran liberados todos los rehenes.
Ese dato que Chávez reveló como "primicia" a la prensa en París era "para ser manejado en secreto como herramienta de negociación", dijo el gobierno colombiano, a lo que Chávez replicó: "nunca se me pidió no revelarlo".
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Univisión - USA/23/11/2007
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