14/10/07

Política industrial

14/10/2007
Opinión
Jorge Humberto Botero
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En Colombia la industria, cuando aún estaba lejos de desarrollar su potencial, perdió dinamismo: mientras en 1970 aportaba el 21% del producto, en 2003 había caído al 15%. El desabastecimiento de bienes manufacturados que se produjo como consecuencia de la segunda guerra mundial, forzó a nuestros países a industrializarse. Si no se podían importar llantas, por ejemplo, era necesario producirlas localmente. A comienzos de los sesenta la CEPAL, bajo el vigoroso liderazgo de Raúl Prebisch, aportó los fundamentos conceptuales de la política de industrialización. Vistos en retrospectiva esos esfuerzos tuvieron éxito. Jalonado por el sector industrial, el crecimiento promedio del PIB en el período 1970-79 fue del orden del 6% anual, pero hacia fines de los 80 era evidente, por la grave desaceleración económica, que el modelo de industrialización hacia adentro estaba agotado. Con el claro propósito de darle al aparato productivo un nuevo impulso, se inició, en la Administración Barco, la apertura y liberalización de la economía.Bajo el nuevo paradigma, el Estado debería ser neutral frente a los distintos sectores; sólo así se lograría una asignación óptima de los recursos de capital y trabajo. Entonces se dijo que “la mejor política industrial es aquella que no existe”. Este desdén se fundaba en buenas razones. El proteccionismo contra la competencia exterior, la pretensión planificadora del Estado y el protagonismo empresarial del gobierno, dieron lugar a un aparato industrial ineficiente, a la imposición a los consumidores de sobreprecios injustificados y al colapso de muchas empresas con repercusiones muy negativas de carácter fiscal.Se requiere, sin embargo, una política industrial. En Colombia, al igual que otros países de la región, la industria, cuando aún estaba lejos de desarrollar su potencial, perdió dinamismo: mientras en 1970 aportaba el 21% del producto, en 2003 había caído al 15%. (El boom actual, bondadoso como es, se apoya en las exportaciones a Venezuela, algo difícilmente sostenible). Este resultado implica pérdida de importantes oportunidades de agregación de valor y de generación de empleos de buena calidad, en especial en zonas urbanas. Para colmo, China se ha convertido en una seria amenaza para las manufacturas nacionales, tanto en el mercado doméstico, crecientemente atendido con bienes de origen chino, como en mercados tan importantes para nosotros como el de Estados Unidos.Esa política debe basarse, antes que nada, en un rotundo no al proteccionismo, a los subsidios, al empresarismo estatal, a la autarquía (producir de todo), al amiguismo (la escogencia por el gobierno de sectores y empresas “ganadoras”), y a la adopción, a través de diferentes subterfugios, de tasas de cambio diferenciales en beneficio de algunos sectores. Sus objetivos, en lo fundamental, consisten en la búsqueda de nuevos mercados, y en el desarrollo de nuevos productos que impliquen el aprovechamiento de nuestras ventajas comparativas. La agroindustria y la profundización del valor agregado en las cadenas del plástico, el acero y el papel, son buenos ejemplos.El propósito, en estos casos, consiste en la creación de bienes de naturaleza pública que el mercado no es capaz de suministrar de manera idónea. Ningún agente privado, en efecto, está dispuesto a realizar las inversiones necesarias si no puede apropiarse después de la totalidad de los beneficios.La búsqueda de nuevos mercados es el cometido institucional de Proexport. Su gestión goza de generalizado reconocimiento pero hay que pedirle más aportándole los fondos que sean necesarios; el fideicomiso que le ha dado independencia financiera desde su fundación, está a punto de extinguirse. La financiación de la investigación corresponde a Colciencias que nunca ha tenido recursos suficientes para generar un impacto significativo; habrá que obtenerlos de distintas fuentes. Las investigaciones sobre nuevos productos deberían ser realizadas por universidades y centros de investigación de primer nivel, previa consulta con el sector privado, y puestos a disposición de todos los potenciales interesados.
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