Sudáfrica: donde inició la leyenda de Los Pumas
MUNDIAL DE RUGBY / EN 1965 ARGENTINA REALIZO UNA GIRA QUE MARCO EL INICIO DEL CAMINO
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Aitor Otaño, capitán de ese equipo, rememora el triunfo ante los Junior Springboks por 11 a 6 en el Ellis Park.
El 19 de julio de 1965, en el Ellis Park, la Argentina derrota a los Junior Springboks por 11 a 6, llevando al punto más alto de su historia, hasta ese momento, al rugby argentino. Desde ese día, cada jugador vestido con la camiseta celeste y blanca empezó a hacerle honor al animal que estaba bordado en el escudo que llevaba en el pecho: desde ese día, la palabra Puma comenzó a ser símbolo de garra, corazón y entrega. La pasión disfrutaba de su primer capítulo grande.
La ovalada vuelve a poner frente a frente a argentinos y sudafricanos en un campo de juego. Los Springboks ya están acostumbrados a dar pelea en instancias decisivas, mientras que Los Pumas pisan un terreno inhóspito en una Copa del Mundo. Pero el mismo espíritu que tuvieron los iniciadores de la leyenda Puma en 1965, está en los veintidos que eligió Marcelo Loffreda para dar el mayor golpe de la historia.
Aitor Otaño, capitán de ese equipo que marcó un antes y un después en el rugby nacional, recuerda todo con una precisión asombrosa. "En la primavera del 64 llegó a la Argentina Izak Van Heerden, del que podría decir que fue el padre de los Pumas. Cuando llegó vio que en la cancha no había nadie. Estábamos en el bar, jugando al truco. El tipo nos hizo cambiar inmediatamente. Fueron dos horas infernales de entrenamiento, con saltos de rana y cuerpo a tierra. Había cambiado el método, dice Otaño.
El día del partido
"La gente llenó el Ellis Park para ver ganar a Sudáfrica. Había 50.000 personas y por primera vez sentimos el público en contra. Apenas pasó un cuarto de hora y Marcelo Pascual se tiró de palomita para anotar el try que pasó a la historia. El esfuerzo había dado sus frutos, enormes. Nos habíamos recibido de Pumas, nacía una escuela de vida que, por suerte, no perdió vigencia", afirma el ex capitán.
El tiempo pasó, pero varias generaciones de jugadores continuaron alimentando la leyenda de Los Pumas. Ya no está Otaño en el campo de juego, pero si Pichot. Ya no se verá la palomita del "Flaco" Pascual, aunque Juan Martín Hernández es capaz de emular ese gran vuelo al ingoal sudafricano mañana.
Esa gira por Sudáfrica no concluyó allí puesto que los argentinos jugaron 16 partidos y el saldo final fue de once victorias, cuatro derrotas, un empate y un nombre que perdurará en la historia.
Los Pumas 2007 se aprestan a vivir uno de los capítulos más importantes de su historia. Van en busca de la gloriosa final, pero sus nombres ya están escritos en las páginas de oro del rugby argentino.
Una polémica transformación
Quince años después de la liberación de Nelson Mandela y del fin del régimen del apartheid, nada o casi nada ha cambiado: el rugby sudafricano todavía está empantanado en una punzante polémica sobre la transformación: ¿Cómo abrir un deporte, durante mucho tiempo monopolizado por la minoría blanca, a la mayoría negra?.
Por tradición, el rugby es el deporte de los afrikaaners, lo blancos protestantes de origen holandés, francés y alemán, que huyeron de las persecuciones religiosas en Europa. Todas sus escuelas están equipadas con campos de juego y la mayoría de los niños crecieron en el culto de ese deporte, pasando gran parte del fin de semana con toda la familia en los estadios, para jugar o mirar partidos.
Los clubes de los barrios blancos reciben uno, dos, a veces tres jugadores negros en sus filas, pero entonces los equipos deben enfrentar al Soweto Rugby Club (SRC). Aproximadamente 200 niños del SRC que desentonan. Sólo van acompañados por sus entrenadores, el manager y el presidente del club. No tienen público que los aliente ni jugadores blancos en sus líneas.
El equipo nacional también conoció incidentes racistas. Chester Williams, el wing estrella de los Springboks en 1995, denunció en su autobiografía los comportamientos racistas de algunos de sus compañeros de equipo. Hace cinco años, Geo Cronjé había sido sancionado por haberse negado a compartir su habitación con un jugador negro.
La política, en el camino
Cada convocatoria del equipo nacional se ha vuelto un tema de tensión en el país, puesto que la pregunta es: "¿Cuántos negros hay en el mejor nivel?"
Un sitio de Internet consagrado al rugby sudafricano lanzó recientemente una encuesta para conocer "la debilidad más grande de los Springboks". Los seguidores del equipo nacional y otros fanáticos del rugby respondieron, en más de un 60%, "la política".
La encuesta fue lanzada poco después de un tumulto provocado en abril por el presidente de la comisión encargada del deporte en el Parlamento. Bhutana Khompela había amenazado con retirar los pasaportes de los jugadores antes de la Copa del Mundo si la composición del equipo no era representativa, es decir, si no contaba con suficientes negros.
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Por la sorpresa
Aitor Otaño, capitán de ese equipo, rememora el triunfo ante los Junior Springboks por 11 a 6 en el Ellis Park.
El 19 de julio de 1965, en el Ellis Park, la Argentina derrota a los Junior Springboks por 11 a 6, llevando al punto más alto de su historia, hasta ese momento, al rugby argentino. Desde ese día, cada jugador vestido con la camiseta celeste y blanca empezó a hacerle honor al animal que estaba bordado en el escudo que llevaba en el pecho: desde ese día, la palabra Puma comenzó a ser símbolo de garra, corazón y entrega. La pasión disfrutaba de su primer capítulo grande.
La ovalada vuelve a poner frente a frente a argentinos y sudafricanos en un campo de juego. Los Springboks ya están acostumbrados a dar pelea en instancias decisivas, mientras que Los Pumas pisan un terreno inhóspito en una Copa del Mundo. Pero el mismo espíritu que tuvieron los iniciadores de la leyenda Puma en 1965, está en los veintidos que eligió Marcelo Loffreda para dar el mayor golpe de la historia.
Aitor Otaño, capitán de ese equipo que marcó un antes y un después en el rugby nacional, recuerda todo con una precisión asombrosa. "En la primavera del 64 llegó a la Argentina Izak Van Heerden, del que podría decir que fue el padre de los Pumas. Cuando llegó vio que en la cancha no había nadie. Estábamos en el bar, jugando al truco. El tipo nos hizo cambiar inmediatamente. Fueron dos horas infernales de entrenamiento, con saltos de rana y cuerpo a tierra. Había cambiado el método, dice Otaño.
El día del partido
"La gente llenó el Ellis Park para ver ganar a Sudáfrica. Había 50.000 personas y por primera vez sentimos el público en contra. Apenas pasó un cuarto de hora y Marcelo Pascual se tiró de palomita para anotar el try que pasó a la historia. El esfuerzo había dado sus frutos, enormes. Nos habíamos recibido de Pumas, nacía una escuela de vida que, por suerte, no perdió vigencia", afirma el ex capitán.
El tiempo pasó, pero varias generaciones de jugadores continuaron alimentando la leyenda de Los Pumas. Ya no está Otaño en el campo de juego, pero si Pichot. Ya no se verá la palomita del "Flaco" Pascual, aunque Juan Martín Hernández es capaz de emular ese gran vuelo al ingoal sudafricano mañana.
Esa gira por Sudáfrica no concluyó allí puesto que los argentinos jugaron 16 partidos y el saldo final fue de once victorias, cuatro derrotas, un empate y un nombre que perdurará en la historia.
Los Pumas 2007 se aprestan a vivir uno de los capítulos más importantes de su historia. Van en busca de la gloriosa final, pero sus nombres ya están escritos en las páginas de oro del rugby argentino.
Una polémica transformación
Quince años después de la liberación de Nelson Mandela y del fin del régimen del apartheid, nada o casi nada ha cambiado: el rugby sudafricano todavía está empantanado en una punzante polémica sobre la transformación: ¿Cómo abrir un deporte, durante mucho tiempo monopolizado por la minoría blanca, a la mayoría negra?.
Por tradición, el rugby es el deporte de los afrikaaners, lo blancos protestantes de origen holandés, francés y alemán, que huyeron de las persecuciones religiosas en Europa. Todas sus escuelas están equipadas con campos de juego y la mayoría de los niños crecieron en el culto de ese deporte, pasando gran parte del fin de semana con toda la familia en los estadios, para jugar o mirar partidos.
Los clubes de los barrios blancos reciben uno, dos, a veces tres jugadores negros en sus filas, pero entonces los equipos deben enfrentar al Soweto Rugby Club (SRC). Aproximadamente 200 niños del SRC que desentonan. Sólo van acompañados por sus entrenadores, el manager y el presidente del club. No tienen público que los aliente ni jugadores blancos en sus líneas.
El equipo nacional también conoció incidentes racistas. Chester Williams, el wing estrella de los Springboks en 1995, denunció en su autobiografía los comportamientos racistas de algunos de sus compañeros de equipo. Hace cinco años, Geo Cronjé había sido sancionado por haberse negado a compartir su habitación con un jugador negro.
La política, en el camino
Cada convocatoria del equipo nacional se ha vuelto un tema de tensión en el país, puesto que la pregunta es: "¿Cuántos negros hay en el mejor nivel?"
Un sitio de Internet consagrado al rugby sudafricano lanzó recientemente una encuesta para conocer "la debilidad más grande de los Springboks". Los seguidores del equipo nacional y otros fanáticos del rugby respondieron, en más de un 60%, "la política".
La encuesta fue lanzada poco después de un tumulto provocado en abril por el presidente de la comisión encargada del deporte en el Parlamento. Bhutana Khompela había amenazado con retirar los pasaportes de los jugadores antes de la Copa del Mundo si la composición del equipo no era representativa, es decir, si no contaba con suficientes negros.
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Por la sorpresa
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Agustín Pichot, Medioscrum:
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"Este es un Mundial de las primeras veces, esperamos ganarle a Sudáfrica, es un rival durísimo, su potencia todos la conocemos y tenemos un gran respeto. Ellos han tenido un gran Mundial y se merecen estar en las semifinales. Jugaron muy bien, y otros seleccionados argentinos no han podido ganarles, pero este es otro equipo y otro momento en nuestra vida", señaló el capitán argentino. Pichot también se refirió al nueve de Sudáfrica Fourie du Preez. "El es uno de los mejores medio scrums del mundo y que se haya fijado en mí es muy importante. Lo respeto mucho, su juego ha sido brillante, si dijo que soy irritante no creo que haya sido con mala intención. Sudáfrica es un equipo con muchas alternativas y du Preez es una de ellas y hay que estará muy atentos a los que realice", concluyó el argentino.
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Sin presión
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Percy Montgomery, Fulback
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Percy Montgomery, el fullback del seleccionado de Sudáfrica, manifestó que el partido con Los Pumas será muy difícil y dijo que "mi equipo no es favorito para el partido del domingo, estamos con 50 por ciento de posibilidades para cada uno". El jugador sudafricano reconoció que el conjunto argentino puede causarle dificultades que aunque luego señaló que "todos los partidos son difíciles. En un rival donde tengo muchos amigos y lo estoy esperando cin impaciencia". Sobre lo que significa jugar una semifinal en el Mundial dijo: "Hemos planeado muchas cosas desde 2004. Jake (White) ha hecho mucho para llegar a este partido en el Stade de France". "Cualquier cosa puede ocurrir.
Tenemos que dejarlos jugar de la manera que queremos hacerlo y forzarlos a jugar como nosotros queremos que jueguen", finalizó.
Agustín Pichot, Medioscrum:
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"Este es un Mundial de las primeras veces, esperamos ganarle a Sudáfrica, es un rival durísimo, su potencia todos la conocemos y tenemos un gran respeto. Ellos han tenido un gran Mundial y se merecen estar en las semifinales. Jugaron muy bien, y otros seleccionados argentinos no han podido ganarles, pero este es otro equipo y otro momento en nuestra vida", señaló el capitán argentino. Pichot también se refirió al nueve de Sudáfrica Fourie du Preez. "El es uno de los mejores medio scrums del mundo y que se haya fijado en mí es muy importante. Lo respeto mucho, su juego ha sido brillante, si dijo que soy irritante no creo que haya sido con mala intención. Sudáfrica es un equipo con muchas alternativas y du Preez es una de ellas y hay que estará muy atentos a los que realice", concluyó el argentino.
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Sin presión
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Percy Montgomery, Fulback
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Percy Montgomery, el fullback del seleccionado de Sudáfrica, manifestó que el partido con Los Pumas será muy difícil y dijo que "mi equipo no es favorito para el partido del domingo, estamos con 50 por ciento de posibilidades para cada uno". El jugador sudafricano reconoció que el conjunto argentino puede causarle dificultades que aunque luego señaló que "todos los partidos son difíciles. En un rival donde tengo muchos amigos y lo estoy esperando cin impaciencia". Sobre lo que significa jugar una semifinal en el Mundial dijo: "Hemos planeado muchas cosas desde 2004. Jake (White) ha hecho mucho para llegar a este partido en el Stade de France". "Cualquier cosa puede ocurrir.
Tenemos que dejarlos jugar de la manera que queremos hacerlo y forzarlos a jugar como nosotros queremos que jueguen", finalizó.
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El Tribuno - Argentina/13/10/2007
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