22/10/07

Venezuela y el PSUV. El transcurso incierto de la revolución

Soldados del Ejército Bolivariano de Venezuela, reprimiendo duramente a un manifestante del movimiento obrero de Sanitarios Maracay, en sus intentos por expropiar la fábrica
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¿Ingresar o no en el Partido Socialista Unido de Venezuela? He aquí dos enfoques con no pocos puntos de inflexión, pero con un punto de ruptura clave, que los tiende a hacer diverger de manera diametral y a enfrentarse: si es posible practicar la democracia e independencia obrera en el seno de las filas del PSUV.
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Rob 'Jródeberth'
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¿Ingresar o no en el Partido Socialista Unido de Venezuela? He aquí dos enfoques con no pocos puntos de inflexión, pero con un punto de ruptura clave, que los tiende a hacer diverger de manera diametral y a enfrentarse, expresado en los citados artículos
"Las tareas para los revolucionarios en Venezuela", del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT-IR/LIT, [ http://marxismo.info/spip.php?article152 ]) y "Hugo Chávez y la Revolución Permanente", de la Corriente Socialismo Internacional (Chris Harman, En Lucha/IST, [ http://www.enlucha.org/?q=node/171 ]).

El principal punto coyuntural o de ruptura, gira en torno a si es posible o no practicar de forma satisfactoria y sistemática una entrada y participación activa dentro de las filas del PSUV, por parte de organizaciones críticas, con el fin de mantener una dinámica de trabajo y un contacto activo con sus bases por una ruptura con su burocracia, haciendo así de dicho espacio un verdadero instrumento de organización y democracia obrera independiente a cualquier tentativa de control jerárquico o estatal; algo que, a mi entender, sería del todo factible, a menos, claro está, que su estructura lo convierta en una organización intrínsecamente burguesa y burocrática, incapaz de ser "revitalizada", y mucho menos transformada desde adentro, lo que terminaría dejando como única vía de acción alternativa, la actuación consciente, organizada y militante desde afuera, al servicio de la clase obrera, por su emancipación e independencia política en el seno de la revolución.

En principio percibo que, dejando a un lado esta coyuntura, tiene bastante sentido la clásica postura "bolchevique frente a Kerensky", donde la administración chavista adquiriría todas las connotaciones de un gobierno provisional burgués en pleno auge de luchas y transición revolucionaria de un modelo neo-colonial a un modelo de desarrollo nacional de los medios de producción hasta cierto punto independiente, cuyo horizonte estratégico, en cualquier caso, permanece incierto y poco claro, bajo la consigna abstracta e imprecisa de un "socialismo del siglo XXI" que más promete hablar del viejo cuento de la "conciliación entre clases" que de acabar de una vez por todas con la vieja relación jerárquica de dominación, explotación y privilegios, tan contraproducente y nociva para toda espectativa de desarrollo humano. Sin embargo existe una clara diferencia que no hemos de dejar pasar inadvertida, respecto a la Revolución Rusa, y es que en 1917 no existía un partido de masas que girase en torno a la adiministración provisional, encabezada por Kerensky, como luego sí existiría con las experiencias de Nâser o Perón, y como desde luego, se está dando en el caso actual con Hugo Chávez.

Los ejemplos históricos de Nâser o Perón, resultan, a este respecto, paradigmáticos a la hora de entender lo que aquí pasa. Son clásicos ejemplos de lo que un gobierno de carácter bonapartista "sui generis" y nacionalista burgués, con matices populistas, representa. Tampoco pasan inadvertidas las simpatías y admiraciones que en ciertos momentos Chávez ha manifestado respecto a la figura del líder egipcio, lo que nos debe dar qué pensar. ¿Acaso tales experiencias mantuvieron una línea de ruptura estratégica con la realidad del capitalismo, a lo largo de su desarrollo? Más bien mantuvo una línea de ruptura frente a la dependencia imperialista, y el enmarañamiento de la oligarquía nacional con los tentáculos y fuentes de interés de la metrópolis. Se enmarcarían, pues, en ese sentido, en la vieja línea de las revoluciones burguesas de emancipación "nacional", lo que no debe ser confundido con "popular" u "obrera".

Una de las mayores lacras o enfermedades del proceso revolucionario bolivariano actual, a mi juicio, es su acusado y denotado "caudillismo", que pretende hacer olvidar o distraer la atención del verdadero potencial de la clase obrera independiente y organizada, que ha llevado sin lugar a dudas la directiva en el avance y radicalización de todo el proceso revolucionario, abriendo la puerta a un debate sobre una posible ruptura, ya no con el neo-liberalismo, sino con toda concepción jerárquica y acaparativa intrínseca al capitalismo. Una vez más, queda de manifiesto que no se puede liberar a ninguna nación sin liberar al pueblo que la conforma de las relaciones de contradicción y dominación de clases, que retroalimentan todo vínculo de dependencia del imperialismo a través de la oligarquía. Acabar con tales relaciones de dependencia significa acabar con la supremacía de dicha élite acaparativa y corrupta y, por ende, acabar con tales relaciones clasistas de dependencia y contradicción, para lo que se hace inevitable el control de las mayorías obreras, a través de la democracia de base, sobre los medios de producción y toda fuente generadora de riquezas, lo único capaz de satisfacer las necesidades del conjunto, eliminando así desbarajustes y privilegios. Acabar con el imperialismo y la desigualdad, exige romper con el capitalismo y pasar por el socialismo. Y en dicha ruptura se enfrentan los más opuestos y encarnizados intereses por la preservación de unas viejas relaciones de poder y privilegios, en lo que consentirán todo lo posible con tal de aferrarse al pasado, recurriendo, si es posible, a los medios más brutales por forzar la rueda de dicho transcurso histórico hacia atrás y ganar nuevas prórrogas (algo en lo que la reaccionaria burguesía se ha convertido ya en experta y veterana, durante el transcurso de todo el último siglo XX, sirviéndonos como ejemplo más elocuente y traumático el ascenso de los fascismos al poder y la puesta en marcha de los más encarnizados aparatos de represión y desgaste contra todo elemento adverso o subversivo).

Ante esta coyuntura, el Partido Socialista Unido de Venezuela más podría amenazar con convertirse en una válvula de escape o "amortiguador" de semejante e inevitable fervor revolucionario a través del control de un amplio grueso de las bases, que en un instrumento de discusión, vanguardia y ruptura, aunque ello depende, claro está, de cómo se organicen y estructuren las relaciones de poder en el seno del mismo.

En cualquier caso, las analogías con las posturas mencheviques y el gobierno provisional de Kerensky, de base resultan más que evidentes, y debemos tener muy claro y ser conscientes de las limitaciones de lo que un gobierno de estas características puede llegarnos a ofrecernos, ¡aún! pese al empuje de base, obrero y revolucionario de las masas, pues a medida que quiere desbordarse, termina convirtiéndose en un corsé, papel que, ciertamente, amenaza con reproducir el partido oficialista PSUV con sus chavistas "batallones".

Por mucha "buena voluntad" humana, social y política que no dudo que a nivel personal por parte de la figura del presidente Hugo Chávez exista, éste se encuentra sumido en la clásica situación de siempre, inevitablemente contradictoria, de la dirección de un aparato de Estado burgués, clasista y coercitivo, diseñado, controlado y al servicio de aquella clase económica que desde las revoluciones nacionales ostenta la hegemonía a través de la propiedad sobre los medios de producción y financiación y que, por tanto, tenderá a perpetuarse al servicio de la misma, como principal función y objetivo. Por esta razón, el socialismo, no se puede proclamar desde arriba y por decreto, como tantas experiencias históricas corroboran. Algo que para Marx y Engels, o para Trotsky, Lenin o Rosa Luxemburg, ideólogos fundamentales del socialismo, estuvo más que claro, y constituyó de su praxis y su teoría el "abc".

Por si acaso albergaran dudas, les invito a rescatar los discursos de Evita y Perón, en la Argentina de los años 40 [a través de http://es.youtube.com/watch?v=TTQtUuC7R6s]. Les sorprenderán las analogías, y podrán refrescar su memoria, a partir de la experiencia de momentos históricos y acontecimientos pasados, tal vez lejanos ya en el tiempo, pero bastante próximos en su esencia. Porque "los pueblos que no aprenden de su historia estarán condenados a repetirla", no es en vano dedicar unos instantes a una tarea de tal tipo.

Un saludo: Roberto 'Jródeberth'. Desde las tierras del sur de Iberia, y las filas proletarias de la Internacional.

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kaosenlared.net - España/22/10/2007

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