Lanzan una red global para eliminar la enfermedad de chagas en Latinoamérica.
Tan sólo Uruguay, Chile y Brasil certificaron la interrupción de la transmisión vectorial del parásito a través de las vinchucas domésticas. En Argentina se lo logró en cinco provincias. Cuáles son los planes latinoamericanos para combatir y controlar esta vieja afección
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El paradigma de control de la enfermedad de chagas cambió el especial énfasis sobre el control de insectos vectores de la enfermedad, debido a dos circunstancias. Por un lado, las iniciativas continentales latinoamericanas coordinadas por la Organización Panamericana de la Salud (cono sur, pacto andino, centroamérica y amazonas) mostraron avances sustanciales en la interrupción de la transmisión vectorial (provocada por vinchucas domésticas) y la transfusional, de modo que la transmisión congénita y el manejo de pacientes aumentaron su importancia relativa. Por otro lado, la migración humana desde Latinoamérica hacia América del Norte y Europa instaló el riesgo de circulación del parásito del chagas en países no endémicos y consecuentemente la enfermedad comenzó a ser reconocida como un problema de salud pública de importancia para sus respectivos gobiernos. Tal vez por eso, en julio pasado, en la sede de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de Ginebra (Suiza) se reunieron expertos mundiales y se discutió la enfermedad de Chagas desde una perspectiva de salud latinoamericana mirando hacia una perspectiva global. Durante la reunión se lanzó la Red Global para la eliminación del chagas, que reúne a especialistas de países endémicos y no endémicos en la que participaron 119 especialistas de 25 países. Hubo 6 representantes de Argentina, entre los que hubo dos investigadores de Conicet, los doctores David Gorla y Ricardo Gürtler. David Gorla, del Centro de Investigación Científica y de Transferencia Tecnológica, en la ciudad de Anillaco, (Crilar/Conicet), explicó que “la Red Global de chagas alineará sus esfuerzos sobre cuatro áreas clave: el fortalecimiento de los sistemas de información y de vigilancia epidemiológica, la prevención de la transmisión transfusional y congénita, mejoramiento de pruebas diagnósticas y el mejoramiento del manejo de los casos”. Entre los países que constituyen la Iniciativa del Cono Sur, tres certificaron la interrupción de la transmisión vectorial del parásito a través de las vinchucas domésticas (Uruguay en 1997, Chile en 1999 y Brasil en 2006). Argentina certificó la interrupción de la transmisión vectorial en cinco provincias y Paraguay certificará durante el corriente año la interrupción de esa vía de transmisión en la mitad oriental del país. Todos los países de la región tienen un buen sistema para prevenir la transmisión del parásito a través de transfusiones sanguíneas. En Argentina, el ministerio de Salud de la Nación lanzó el Programa Federal de Chagas en diciembre de 2006. En consonancia con el nuevo paradigma internacional, el Programa Federal apunta a dar mayor énfasis sobre la transmisión congénita y el manejo de los pacientes. Lamentablemente, una serie de circunstancias encadenadas interrumpieron progresivamente desde 1997 las actividades de control de la enfermedad de chagas en Argentina sobre todos sus componentes, situación que no se revirtió. Las viviendas rurales de provincias endémicas del noroeste del país muestran crecientes índices de infestación por vinchucas, aumento del número de casos agudos, no existe búsqueda activa de infectados potencialmente curables y el manejo de pacientes no produce un impacto sobre la importante población de chagásicos en fase crónica. El Programa Federal anunció un importante incremento en el presupuesto para controlar la enfermedad, pero el anuncio no se reflejó aún en acciones concretas para resolver los problemas.
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El paradigma de control de la enfermedad de chagas cambió el especial énfasis sobre el control de insectos vectores de la enfermedad, debido a dos circunstancias. Por un lado, las iniciativas continentales latinoamericanas coordinadas por la Organización Panamericana de la Salud (cono sur, pacto andino, centroamérica y amazonas) mostraron avances sustanciales en la interrupción de la transmisión vectorial (provocada por vinchucas domésticas) y la transfusional, de modo que la transmisión congénita y el manejo de pacientes aumentaron su importancia relativa. Por otro lado, la migración humana desde Latinoamérica hacia América del Norte y Europa instaló el riesgo de circulación del parásito del chagas en países no endémicos y consecuentemente la enfermedad comenzó a ser reconocida como un problema de salud pública de importancia para sus respectivos gobiernos. Tal vez por eso, en julio pasado, en la sede de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de Ginebra (Suiza) se reunieron expertos mundiales y se discutió la enfermedad de Chagas desde una perspectiva de salud latinoamericana mirando hacia una perspectiva global. Durante la reunión se lanzó la Red Global para la eliminación del chagas, que reúne a especialistas de países endémicos y no endémicos en la que participaron 119 especialistas de 25 países. Hubo 6 representantes de Argentina, entre los que hubo dos investigadores de Conicet, los doctores David Gorla y Ricardo Gürtler. David Gorla, del Centro de Investigación Científica y de Transferencia Tecnológica, en la ciudad de Anillaco, (Crilar/Conicet), explicó que “la Red Global de chagas alineará sus esfuerzos sobre cuatro áreas clave: el fortalecimiento de los sistemas de información y de vigilancia epidemiológica, la prevención de la transmisión transfusional y congénita, mejoramiento de pruebas diagnósticas y el mejoramiento del manejo de los casos”. Entre los países que constituyen la Iniciativa del Cono Sur, tres certificaron la interrupción de la transmisión vectorial del parásito a través de las vinchucas domésticas (Uruguay en 1997, Chile en 1999 y Brasil en 2006). Argentina certificó la interrupción de la transmisión vectorial en cinco provincias y Paraguay certificará durante el corriente año la interrupción de esa vía de transmisión en la mitad oriental del país. Todos los países de la región tienen un buen sistema para prevenir la transmisión del parásito a través de transfusiones sanguíneas. En Argentina, el ministerio de Salud de la Nación lanzó el Programa Federal de Chagas en diciembre de 2006. En consonancia con el nuevo paradigma internacional, el Programa Federal apunta a dar mayor énfasis sobre la transmisión congénita y el manejo de los pacientes. Lamentablemente, una serie de circunstancias encadenadas interrumpieron progresivamente desde 1997 las actividades de control de la enfermedad de chagas en Argentina sobre todos sus componentes, situación que no se revirtió. Las viviendas rurales de provincias endémicas del noroeste del país muestran crecientes índices de infestación por vinchucas, aumento del número de casos agudos, no existe búsqueda activa de infectados potencialmente curables y el manejo de pacientes no produce un impacto sobre la importante población de chagásicos en fase crónica. El Programa Federal anunció un importante incremento en el presupuesto para controlar la enfermedad, pero el anuncio no se reflejó aún en acciones concretas para resolver los problemas.
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Vigilancia epidemiologica
Fuente: Isabel Cittadini, Conicet
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Diario Hoy-Argentina/10/08/2007
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