20/9/07

Advertencia de Rusia y China por Irán

La tensión por el plan nuclear iraní: alarma tras las declaraciones del canciller francés
Expresaron su preocupación por las amenazas militares y advirtieron sobre las "consecuencias catastróficas" de otra guerra
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MOSCU.- En medio de la alarma que desataron en la comunidad internacional las declaraciones del gobierno francés sobre la posibilidad de una guerra con Irán por su plan nuclear, Rusia y China advirtieron ayer sobre las "catastróficas consecuencias" de una acción militar en una región que ya afronta los graves conflictos de Irak y Afganistán. Mientras que Moscú expresó su "preocupación" por las declaraciones del gobierno francés, Pekín advirtió sobre el peligro de las "amenazas incesantes" del uso de la fuerza contra el régimen islámico. Estas advertencias reflejan las divisiones entre los cinco miembros con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña) frente a la crisis iraní. Mientras que la Casa Blanca y sus aliados presionan para imponer castigos más severos a la república islámica, y no han descartado el uso de la fuerza, Rusia y China, que tienen fuertes lazos comerciales con Teherán, se oponen a endurecer las sanciones contra Irán y a cualquier mención de una acción militar. Estados Unidos y sus aliados sospechan que Irán está intentando desarrollar armas nucleares, aunque Teherán insiste en que sus actividades atómicas están destinadas a producir energía. Washington, además, acusa a Irán de apoyar a los rebeldes chiitas que pelean contra las fuerzas norteamericanas en Irak. Las prolongadas negociaciones y dos series de sanciones del Consejo de Seguridad no lograron hasta ahora persuadir a Irán para que detenga su programa de enriquecimiento de uranio, un proceso que sirve para producir tanto combustible para plantas de energía nuclear como material para bombas atómicas. En una declaración que desató una tormenta diplomática internacional, el canciller francés, Bernard Kouchner, dijo el domingo que, si no se destrababa la crisis nuclear con Teherán, el mundo debería "prepararse para lo peor", y aclaró que se refería a una "guerra" con el régimen islámico. Un día después, el primer ministro francés, François Fillon, advirtió que el programa nuclear iraní había creado una situación de "extrema tensión" en la región. Estas virtuales amenazas desataron una ola de críticas tanto en Teherán como en toda la comunidad internacional, y llamados a recordar las desastrosas consecuencias de la invasión de Irak. Las inquietantes declaraciones de los funcionarios franceses coincidieron con informes de prensa según los cuales los "halcones" del gobierno norteamericano, liderados por el vicepresidente Dick Cheney, están imponiendo su postura de lanzar una acción militar contra Irán, lo que reforzó los temores a un nuevo conflicto en la inestable región del Golfo Pérsico. Con sus duras advertencias a Teherán, los funcionarios franceses dejaron en evidencia el giro de la política exterior de París, que, tras la llegada al poder de Nicolas Sarkozy, está adoptando una posición muy dura frente a Irán, similar a la de Estados Unidos. Tras la ola de críticas que generaron sus declaraciones, Kouchner reiteró ayer que era necesario llevar a cabo negociaciones "para evitar la guerra" con Irán, e insistió en endurecer las sanciones económicas contra el régimen islámico. "Hay que negociar, negociar, sin descanso", dijo el canciller francés, durante una visita a Moscú, donde su par ruso, Serguei Lavrov, expresó la inquietud de Moscú ante las amenazas a Irán. "Nos preocupan las informaciones, cada vez más frecuentes, que revelan que la posibilidad de una acción militar contra Irán es seriamente considerada", dijo Lavrov. Una guerra de ese tipo, agregó, tendría consecuencias imprevisibles para la región, que ya afronta los conflictos en Irak y en Afganistán. Por su parte, el vicecanciller ruso, Alexander Losyukov, advirtió que un bombardeo contra Irán constituiría un "gran error político y diplomático" con "consecuencias catastróficas". También China manifestó su rechazo de las amenazas contra Irán. "No aprobamos el recurso fácil de la amenaza del uso de la fuerza", dijo el vocero de la cancillería china, Yu Jiang. Pese a la oposición de Moscú y Pekín, Kouchner insistió ayer en la necesidad de trabajar en una nueva serie de sanciones, para demostrar a Irán la firmeza de la comunidad internacional. Fuentes diplomáticas dijeron que las sanciones podrían tener como blanco el sector financiero de Irán. No obstante, Lavrov reiteró la oposición de su gobierno a la imposición de sanciones más duras a Irán, o a la aplicación de castigos por fuera de la ONU, como ha propuesto Francia. Los miembros permanentes del Consejo de Seguridad analizarán pasado mañana la imposición de una tercera ronda de sanciones. Si no tienen éxito, París presionará para que la Unión Europea imponga sanciones a Irán por fuera de la ONU, dijo ayer la vocera de la Cancillería francesa. Desafiante, el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, afirmó que no tomaba "en serio" las amenazas de Francia. Agencias AP, AFP, EFE, ANSA y DPA
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Lanacion.com - Argentina/20/09/2007

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