12/10/07

EEUU y España:La hispanidad, los lazos que nos unen

La bandera del Estado de Florida se compone de un fondo blanco sobre el cual se cruzan dos aspas rojas rematadas por el sello oficial.
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Desde la llegada al poder del actual presidente del Gobierno Español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, la política exterior española se ha alejado de Washington para abrazarse al populismo de Hugo Chávez, el etnopopulismo de Evo Morales, el odio antisemita iraní o el moribundo comunismo de Fidel Castro.
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Por Miquel Rosselló Arrom
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La bandera del Estado de Florida se compone de un fondo blanco sobre el cual se cruzan dos aspas rojas rematadas por el sello oficial. Las aspas rojas no son otra cosa que una reminiscencia de la antigua bandera española – la cruz de Borgoña sobre fondo blanco- que ondeó en aquellas tierras durante los 288 años en los que Florida formó parte del Virreinato de la Nueva España. Todavía quedan más de cien años para que la bandera norteamericana iguale en el tiempo a la española.
Este pequeño apunte histórico viene a cuento por la celebración del 12 de octubre como Fiesta nacional de España y Día de la Hispanidad recordado de distintas formas en el continente americano. Mientras vemos como año tras año el contenido y significado de la celebración en nuestro país pierde sentido y se disimula -para muchos se trata sólo de un día de vacaciones más con la peculiaridad de que por las calles de Madrid se puede contemplar un parada militar de los ejércitos españoles- lo hispano adquiere mayor peso en la cultura y política estadounidense.
Ya en el 2003 el presidente Bush declaró como "Mes de la Hispanidad" el periodo comprendido entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre; con ese motivo el heredero a la Corona española visitó los Estados Unidos donde recordó la importancia del vínculo atlántico intentando fomentar unas buenas relaciones entre ambas orillas del Atlántico. Cada vez resulta más relevante la inmigración de origen hispano que realiza un trabajo vital para el sustento de la economía americana. Más relevante a nivel cultural y político; el debate sobre las leyes que promueven el "English only" se encuentra en la escena política y hay varios candidatos que se presentan a las próximas elecciones presidenciales de 2008 que pronuncian algunas palabras en español y aun ofrecen la posibilidad de navegar por la versión española de su página web. Tampoco podemos olvidar que existe un estado asociado a los Estados Unidos, Puerto Rico, en el que el español es también lengua oficial y que se encuentra actualmente en pleno debate para decidir su futuro sobre su estadidad, libre asociación o posible independencia.
Para entender esta curiosa efeméride debemos remontarnos al 12 de octubre de 1492, fecha en la que unos cuantos hombres, con el apoyo de la Corona española, desembarcaban por error en unas tierras inéditas para los europeos. Debido a la obstinación de Colón por descubrir nuevas rutas comerciales que acercasen al lejano Oriente, y al espíritu emprendedor y aventurero de los tripulantes de aquellas naves se estaba descubriendo un Nuevo Mundo que abriría las puertas a riquezas y paraísos hasta el momento ignorados. Con el paso de los años llegaría la decadencia del Imperio Español, el auge del británico y más tarde la emancipación de las trece colonias inglesas que darían lugar a la única Nación del planeta que nació como democracia y así perdura hasta nuestros días. Por suerte la cultura política que les inspiraba era la que heredaban de la boyante y democrática metrópoli inglesa y no la decadente, desastrosa y fraticida España.
Tampoco podemos olvidar el nexo de unión que existe entre Hispanoamérica y España, un vínculo mucho más presente en la política y cultura de nuestros países por la proximidad lingüística y una colaboración política mucho más dilatada a lo largo de la historia. La presencia de empresas españolas en aquellos países, la emigración en nuestros momentos difíciles o la inmigración que ahora acogemos son prueba de esa estrecha relación que no podemos olvidar. España debe apoyar a la consolidación de las democracias y los mercados libres así como favorecer la transición de las tiranías que aún perduran en estados de Derecho viables. Es nuestro legado y nuestra responsabilidad.
Desde la llegada al poder del actual presidente del Gobierno Español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, la política exterior española se ha alejado de Washington para abrazarse al populismo de Hugo Chávez, el etnopopulismo de Evo Morales, el odio antisemita iraní o el moribundo comunismo de Fidel Castro. Entre el vínculo atlántico y la llamada “Alianza de Civilizaciones” nuestro gobierno se ha decantado por el segundo. Una alianza imposible. Imposible porque no hay término medio entre la democracia y la demagogia del populismo; no hay equidistancia posible entre la libertad y la esclavitud de la teocracia islamista.
El recuerdo de la Hispanidad debería servir para recordarnos a todos la importancia de continuar colaborando estrechamente, política y culturalmente, para ampliar el marco de la libertad. Una complicidad atlántica que nace del peso de la Historia y la obligación moral que tenemos para combatir los enemigos comunes y aumentar las oportunidades de los ciudadanos. Juntos las amenazas y desafíos, como el desafío nuclear del Irán de Mahmud Ahmadineyad (recientemente invitado a dar una conferencia en la Universidad de Columbia), podrán ser combatidos y desactivados; sólo juntos podremos avanzar y caminar en la búsqueda de un mundo mejor en el que cada uno pueda encontrar su propia felicidad. Este Día de la Hispanidad es una buena ocasión para recordarlo.

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Diario de América - USA/12/10/2007

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