Una aproximación a la militancia estudiantil universitaria de los 70. Parte II
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Perspectiva desde la historia oral.
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Escribe Alejandra Álvarez García
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El escrito pretende introducirse en un período dinámico de la vida política argentina del siglo XX: los años sesenta y setenta. En esta entrega, “El ataque a la industria azucarera” . La decisión de Onganía de cerrar en Tucumán los ingenios produjo una herida de muerte en la estructura productiva y social de la provincia.´
En el año 1965, la superproducción de zafra sumada a los excedentes del año anterior, tiró por el suelo el precio mientras los costos de producción y los salarios seguían un ritmo exactamente inverso. El ordenamiento azucarero que dictó el gobierno nacional busco limitar la molienda, en un mercado saturado del producto hasta los límites. Como es de imaginar, esta situación repercutió en el pago de salarios a los obreros y empleados de las fábricas, desencadenando huelgas y conflictos sociales.
El 22 de Agosto de 1966, el gobierno nacional dispuso “intervenir” los ingenios Bella Vista, Esperanza, La Florida, Lastenia, La Trinidad, Nueva Baviera, Santa Ana y San Antonio considerando que su alto índice de endeudamiento les impedía seguir en actividad. El Estado se hacía cargo de sus deudas hasta el año siguiente, con la condición de que en un periodo corto de tiempo las fábricas fueran desmanteladas o adaptadas para actividades no azucareras. La medida luego se extendió a los ingenios Mercedes, Los Ralos, San José, San Ramón, Amalia y Santa Lucía. De estos catorce ingenios, solamente tres volverían a la actividad. La medida significó la clausura del 28 por ciento de las bocas de molienda azucarera de Tucumán y desencadenó un agudo problema económico y social por que los pueblos que habían crecido y prosperado en torno de los ingenios, al cerrarse éstos cayeron en la desolación.
La desocupación cundió por todas partes, y una gran parte de la fuerza laboral desocupada abandonó la provincia a la búsqueda de nuevos horizontes.Las manifestaciones de descontento no se hicieron esperar pero el gobierno a cargo de interventores militares reprimió duramente a las mismas y dispuso el retiro de la personería gremial de la FOTIA.
Durante esta etapa conflictiva el estudiantado tucumano asumía cada vez más posiciones combativas contra la dictadura no sólo para recuperar la autonomía universitaria, lograr un mayor presupuesto, mejoras en los planes de estudio ,etc, sino que, en función de ser parte de la movilización social, hacía suyas las reivindicaciones de los trabajadores y en particular de los trabajadores de la industria azucarera que se encontraban sufriendo inmensamente las consecuencias de las política contra los ingenios.Eran numerosas las asambleas, las marchas y protestas estudiantiles lo que indicaba el estado de permanente movilización en que se encontraban.
Hacia fines de los sesenta las consecuencias sociales originadas por el cierre de los ingenios (la desocupación) sumado a la política de racionalización económica que impuso un ajuste del gasto público y en el marco de una dictadura, con proscripción de la actividad política, represión y censura ,la presión social se elevó a límites insoportables y así se originó el denominado “Tucumanazo”.
Entre los días 9 a 12 de Noviembre de 1970 la ciudad de Tucumán se sucedieron enfrentamientos entre policías y grupos obreros estudiantiles. Los disturbios comenzaron con la protesta estudiantil a causa de la situación del comedor universitario, insuficiente para satisfacer las necesidades y demandas del alumnado que crecía cada vez más, por lo cual como medio de protesta los estudiantes y obreros improvisaron ollas populares en las calles. Cuando la policía quiso impedir manifestaciones se iniciaron los enfrentamientos. Ello desde el punto de vista anecdótico pero si consideramos el contexto en el que se produjo y la "cuestión social" tucumana de la época hay que remontarse a la situación social crítica que venía desde el cierre de los ingenios.[1]
La protesta estudiantil constituyó el detonante de una situación social explosiva.En este sentido nos manifiesta una entrevistada que:“Si vos te pones a rescatar un poco la historia del Tucumanazo digamos que se origina por un problema del comedor universitario, es decir por un problema mínimo pero que enciende la mecha de una serie de problemas como el cierre de los ingenios. Esto no comienza de un día para otro, esto empieza en el 66’.[2]
El “Tucumanazo” reeditaba las características del “Cordobazo” al tener como eje de movilización y lucha a la unidad obrero-estudiantil que se plasmaba en la conformación de una coordinadora obrero-estudiantil. Días previos a los enfrentamientos en la calle entre estudiantes y trabajadores y la policía se había producido una asamblea en el comedor universitario de calle Muñecas 250 de la ciudad capital que contó con una amplia participación de representantes de los centros estudiantiles de las facultades y de delegados gremiales de las fabricas y de los ingenios como la Textil Escalada, Ingenio Marapa, Ingenio Esperanza, la CGT de los Argentinos y sectores disidentes de la otra CGT .El objetivo de la asamblea era unificar posiciones contra la política de los gobiernos nacional y provincial. Así uno de los oradores de la asamblea Heraldo Salvatierra delegado de la CGT de los Argentinos sintetizaba al respecto:"Estamos reunidos obreros y estudiantes para combatir esta dictadura que oprime. Todos los argentinos, en especial los trabajadores, son avasallados por gobiernos antinacionales, antipopulares y pro imperialistas"[3]Una entrevistada nos decía al respecto:“Yo noto en el “Tucumanazo que el estudiante el obrero e incluso el desclasado conforman una especie de red que se ve manifestada en el comedor universitario, allí iban a comer y a expresar todo su apoyo compañeros de los Ralos, San Cayetano, eso produce un efecto solidario que se va a expresar en una coordinación.”[4]
Ahora bien teniendo en cuenta el contexto histórico esbozado, me centraré sobre tres ejes participación, compromiso y militancia para realizar una aproximación al rol de los militantes estudiantiles y su inserción en la dinámica social de la época.
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Alejandra Álvarez GarcíaProfesora en Historia, actualmente prepara su tesis de licenciatura sobre un tema similar, dirigida por el Dr. Roberto Pucci. Este trabajo fue presentado en 2006, en las Jornadas de Estudiantes de Historia.
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El escrito pretende introducirse en un período dinámico de la vida política argentina del siglo XX: los años sesenta y setenta. En esta entrega, “El ataque a la industria azucarera” . La decisión de Onganía de cerrar en Tucumán los ingenios produjo una herida de muerte en la estructura productiva y social de la provincia.´
En el año 1965, la superproducción de zafra sumada a los excedentes del año anterior, tiró por el suelo el precio mientras los costos de producción y los salarios seguían un ritmo exactamente inverso. El ordenamiento azucarero que dictó el gobierno nacional busco limitar la molienda, en un mercado saturado del producto hasta los límites. Como es de imaginar, esta situación repercutió en el pago de salarios a los obreros y empleados de las fábricas, desencadenando huelgas y conflictos sociales.
El 22 de Agosto de 1966, el gobierno nacional dispuso “intervenir” los ingenios Bella Vista, Esperanza, La Florida, Lastenia, La Trinidad, Nueva Baviera, Santa Ana y San Antonio considerando que su alto índice de endeudamiento les impedía seguir en actividad. El Estado se hacía cargo de sus deudas hasta el año siguiente, con la condición de que en un periodo corto de tiempo las fábricas fueran desmanteladas o adaptadas para actividades no azucareras. La medida luego se extendió a los ingenios Mercedes, Los Ralos, San José, San Ramón, Amalia y Santa Lucía. De estos catorce ingenios, solamente tres volverían a la actividad. La medida significó la clausura del 28 por ciento de las bocas de molienda azucarera de Tucumán y desencadenó un agudo problema económico y social por que los pueblos que habían crecido y prosperado en torno de los ingenios, al cerrarse éstos cayeron en la desolación.
La desocupación cundió por todas partes, y una gran parte de la fuerza laboral desocupada abandonó la provincia a la búsqueda de nuevos horizontes.Las manifestaciones de descontento no se hicieron esperar pero el gobierno a cargo de interventores militares reprimió duramente a las mismas y dispuso el retiro de la personería gremial de la FOTIA.
Durante esta etapa conflictiva el estudiantado tucumano asumía cada vez más posiciones combativas contra la dictadura no sólo para recuperar la autonomía universitaria, lograr un mayor presupuesto, mejoras en los planes de estudio ,etc, sino que, en función de ser parte de la movilización social, hacía suyas las reivindicaciones de los trabajadores y en particular de los trabajadores de la industria azucarera que se encontraban sufriendo inmensamente las consecuencias de las política contra los ingenios.Eran numerosas las asambleas, las marchas y protestas estudiantiles lo que indicaba el estado de permanente movilización en que se encontraban.
Hacia fines de los sesenta las consecuencias sociales originadas por el cierre de los ingenios (la desocupación) sumado a la política de racionalización económica que impuso un ajuste del gasto público y en el marco de una dictadura, con proscripción de la actividad política, represión y censura ,la presión social se elevó a límites insoportables y así se originó el denominado “Tucumanazo”.
Entre los días 9 a 12 de Noviembre de 1970 la ciudad de Tucumán se sucedieron enfrentamientos entre policías y grupos obreros estudiantiles. Los disturbios comenzaron con la protesta estudiantil a causa de la situación del comedor universitario, insuficiente para satisfacer las necesidades y demandas del alumnado que crecía cada vez más, por lo cual como medio de protesta los estudiantes y obreros improvisaron ollas populares en las calles. Cuando la policía quiso impedir manifestaciones se iniciaron los enfrentamientos. Ello desde el punto de vista anecdótico pero si consideramos el contexto en el que se produjo y la "cuestión social" tucumana de la época hay que remontarse a la situación social crítica que venía desde el cierre de los ingenios.[1]
La protesta estudiantil constituyó el detonante de una situación social explosiva.En este sentido nos manifiesta una entrevistada que:“Si vos te pones a rescatar un poco la historia del Tucumanazo digamos que se origina por un problema del comedor universitario, es decir por un problema mínimo pero que enciende la mecha de una serie de problemas como el cierre de los ingenios. Esto no comienza de un día para otro, esto empieza en el 66’.[2]
El “Tucumanazo” reeditaba las características del “Cordobazo” al tener como eje de movilización y lucha a la unidad obrero-estudiantil que se plasmaba en la conformación de una coordinadora obrero-estudiantil. Días previos a los enfrentamientos en la calle entre estudiantes y trabajadores y la policía se había producido una asamblea en el comedor universitario de calle Muñecas 250 de la ciudad capital que contó con una amplia participación de representantes de los centros estudiantiles de las facultades y de delegados gremiales de las fabricas y de los ingenios como la Textil Escalada, Ingenio Marapa, Ingenio Esperanza, la CGT de los Argentinos y sectores disidentes de la otra CGT .El objetivo de la asamblea era unificar posiciones contra la política de los gobiernos nacional y provincial. Así uno de los oradores de la asamblea Heraldo Salvatierra delegado de la CGT de los Argentinos sintetizaba al respecto:"Estamos reunidos obreros y estudiantes para combatir esta dictadura que oprime. Todos los argentinos, en especial los trabajadores, son avasallados por gobiernos antinacionales, antipopulares y pro imperialistas"[3]Una entrevistada nos decía al respecto:“Yo noto en el “Tucumanazo que el estudiante el obrero e incluso el desclasado conforman una especie de red que se ve manifestada en el comedor universitario, allí iban a comer y a expresar todo su apoyo compañeros de los Ralos, San Cayetano, eso produce un efecto solidario que se va a expresar en una coordinación.”[4]
Ahora bien teniendo en cuenta el contexto histórico esbozado, me centraré sobre tres ejes participación, compromiso y militancia para realizar una aproximación al rol de los militantes estudiantiles y su inserción en la dinámica social de la época.
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Alejandra Álvarez GarcíaProfesora en Historia, actualmente prepara su tesis de licenciatura sobre un tema similar, dirigida por el Dr. Roberto Pucci. Este trabajo fue presentado en 2006, en las Jornadas de Estudiantes de Historia.
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[1] "La Revuelta Tucumana".Revista Así. Año V nº 239.14 de Noviembre de 1970
[2] Entrevista a Cristina Barrionuevo
[3] Revista Así ob.cit
[4] Entrevista a Cristina Barrionuevo
[2] Entrevista a Cristina Barrionuevo
[3] Revista Así ob.cit
[4] Entrevista a Cristina Barrionuevo
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Tucumán Hoy - Argentina/19/10/2007
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