21/8/07

LOS ISLAMISTAS, MAS CERCA DE LA PRESIDENCIA DE TURQUIA

El canciller turco, Abdullah Gul, ganó este lunes la primera votación parlamentaria para elegir presidente, un triunfo no definitivo pero que refuerza su posibilidades pese a la oposición del poderoso sector secular del país, que recela de sus inclinaciones islamistas.
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Se trata de la segunda vez que el islamista moderado Gul -un musulmán devoto de 56 años- trata de ganar la Jefatura de Estado, ya que su primer intento fue bloqueado por la elite militar y laica de este país tradicionalmente secular, lo que provocó una crisis política en abril y el adelantamiento de las elecciones. Los comicios legislativos anticipados se celebraron el mes pasado, y el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) logró una sólida victoria que interpretó como una mandato popular para volver a candidatear a Gul, pese a la oposición de los influyentes sectores laicos, que incluyen al ejército. Gul obtuvo este lunes 341 votos -los de los 341 diputados que tiene en el Parlamento, de 550 bancas-, en una sesión que contó con 447 legisladores, con lo que superó cómodamente el quórum de 367 diputados necesario para que el resultado sea válido, informó la agencia DPA. Pero aunque fue el más votado, Gul -como se preveía- no consiguió las dos terceras partes de los sufragios necesarios para ser elegido en esta primera ronda de votación, que son 367. Tampoco se prevé que los logre en la segunda ronda del viernes próximo, pero sí se anticipa que conseguirá un fácil triunfo en la última votación, prevista para el 28 de agosto, cuando una mayoría simple de 375 votos será suficiente para ganar la presidencia. Hay otros dos candidatos, el derechista Partido de Acción Nacionalista (MHP) y el centroizquierdista Partido de la Izquierda Democrática (DSP), pero ninguno tiene chances reales de complicar las perspectivas de Gul, según analistas. El candidato del MHP, Sabahattin Cakmakoglu, sumó 70 votos, mientras que el del DSP, Tayfun Icli, tuvo 13 votos. La principal agrupación opositora, el secular Partido Republicano del Pueblo, boicoteó la votación. El canciller reiteró este lunes su promesa de adherir a los "principios fundamentales de la república", incluyendo su carácter de país secular, pese a ser una nación musulmán por aplastante mayoría y a su pasado como imperio islámico (otomano). "Si soy electo presidente, seré cuidadoso de mantener los balances dentro de la administración del país", declaró Gul ante decenas de periodistas y fotógrafos. Además de causar una crisis política, la primera candidatura de Gul dividió profundamente al país, con multitudinarias marchas a favor y con masivas protestas de opositores que temen que el postulante atente contra la separación entre Iglesia y Estado. El canciller, que negó en repetidas ocasiones buscar el fin de la separación entre política y credo, afirma querer devolver un mayor equilibrio a ambas instancias y revertir así el relegamiento de la religión al ámbito privado que causó la revolución secular. Tener a Gul como comandante en jefe será un plato difícil de digerir para las Fuerzas Armadas, que se consideran garantes de la preservación del laicismo del Estado, tal como fue concebido por el fundador de la Turquía moderna, Kemal Ataturk, en 1923. La mujer de Gul, Hayrunisa, usa el velo islámico, algo que los seculares consideran un provocante símbolo religioso. En el punto más caliente de la crisis de abril pasado, el ejército turco -que derrocó a cuatro gobiernos en varias décadas- dijo que consideraba que el sistema secular se hallaba bajo amenaza y prometió defenderlo. Nunca un islamista ejerció la presidencia turca. Si Gul la obtiene, los islamistas moderados del AKP -encabezados por el primer ministro Recep Tayyip Erdogan- ejercerán los principales cargos de la jerarquía del poder en Turquía. Gul es un respetado diplomático que tuvo una activa participación en el lanzamiento de las conversaciones sobre el ingreso de Turquía a la Unión Europea (UE) y que fue premier por un corto tiempo cuando el AKP llegó al poder, en 2002. Aunque la presidencia en Turquía es un cargo eminentemente ceremonial, el jefe de Estado puede nombrar a funcionarios claves, como los ministros de la Corte Suprema, además de vetar leyes aprobadas por el Parlamento. Una presidencia de Gul hará más fácil las cosas al gobernante AKP, varias de cuyas leyes y nombramientos fueron bloqueados por el actual presidente, Ahmet Necdet Sezer, un fuerte secularista.
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Crónica - Argentina/21/08/2007

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